No es difícil encontrarse
con seguidores de la novela negra a los que cuando citas el nombre de John
Connolly y “su” Charlie Parker se les frunce ligeramente el ceño para afirmar,
acto seguido, que “Parker está muy bien cuando no sale todo el rollo ese de los
espíritus”. Talibanes del género no soportan el que a mí me parece elemento
diferencial de la serie protagonizada por el detective de Maine. Ese punto de
originalidad que hace que todo lo que escribe Connolly, maravillosamente por
otro lado, sea tan adictivo y, sobre todo especial. Y me da que el irlandés es
más que consciente de ello. Por eso, novela tras novela, reincide en el tema y,
es más, lo potencia. Y eso es lo que hace en esta La Canción de las Sombras que se inicia con un Parker aparentemente
débil, casi derrotado y carne de cañón de sus enemigos. No es difícil, dicho lo
expuesto, saber por dónde le vendrá al detective la ayuda – aparte de sus
queridos Louis y Ángel – pero sí conviene detenerse en la maestría con el que
Connolly nos introduce en tramas ajenas habitualmente a un género del que sin
duda es uno de sus máximos exponentes. Que uno no pueda separarse de sus
páginas hasta que no haya acabado con la última de ellas debe significar algo
¿no?
Publicado en Ruta 66
Sonando: Good Old Boy de Lee Bains III & The Glory Fires
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