Acabo de leer
El hombre Al Que Rosita Robó El Televisor, biografía de Willy DeVille a cargo de Carlos Zafón. Lo he pasado bien. El viejo Willy es una de mis muchas debilidades. Me ha gustado, pero me ha sorprendido, eso sí, la crítica al afán que el músico parecía tener por ganar dinero y vivir de la música. Apenas un día después de acabarlo hablaba con un buen amigo mío, músico, que ahora está realizando un programa en televisión de forma diaria. Una especie de magazine en directo. Me contaba que había recibido numerosas críticas por eso y, aunque él está de vuelta de esas cosas, hay que reconocer que ciertos comentarios molestan y te dan rabia. Dos vendidos en dos días ¿Realmente Willy DeVille se vendió en un momento dado de su carrera para poder sobrevivir? Y si lo hizo ¿es eso criticable? ¿Es criticable que mi amigo quiera dar de comer a sus dos hijos? ¿Podemos criticar a Quique González cuando regresó al mundo de las discográficas después de su período independiente? Recordemos que muchos se apresuraron a hablar de traición ¿Se vendió el Ruta al sacar en portada a gente como Bruce Springsteen? ¿Es peor el disco de Lapido porque en él cante Eva Amaral (por cierto muy bien) que está en una mejor posición comercial que él? ¿Conocemos los motivos de todos ellos? ¿Se está vendiendo? Ellos sí ¿verdad? En cambio Jack White, que seguro que atesora muchos más millones en sus cuentas que los citados y al que ya saben que admiro profundamente, no se está vendiendo cuando hace una canción para James Bond con Alicia Keys. Dylan no se vende cuando hace un infumable disco de Christmas o una campaña de lencería. Que Lou Reed cante con Susan Boyle es una curiosidad. Igual lo decimos, sí, pero bajito, no sea que se nos oiga mucho…
Ahora vamos con otra historia. Un tipo al que le gusta ante todo la música, tocarla y escribir sobre ella, se larga todas las mañanas a las 8 para pasar 9 horas a 20 kilómetros de sus casa haciendo un trabajo que no le gusta en pimiento. Lo hace para dar de comer a su familia ¿él es un vendido? ¿Sí? Pues ese soy yo. Vamos que me pueden poner a la cabeza de los vendidos. Mi amigo, el del programa de tele me decía entre risas “
es que encima tengo el problema de que me gustan las guitarras caras”. Pues ole sus huevos. Y a mí me gusta comprarme discos, libros ¡ah! y las guitarras también. Somos vendidos, según algunos raseros, pero felices ¿qué pasa? Es una decisión propia ¿no? Aunque el que esté libre de pecado….Claro que a todos nos gustan las historias de perdedores, vagabundos, excarcelarios….Pero recuerden Cash no estuvo nunca en la cárcel ¿eh? Y a mí no me hace falta que mi artista se esté muriendo de hambre para creérmelo. Piénsenlo. Los que acusan tan a la ligera de vendidos a algunos músicos por querer vivir de su trabajo (y yo lo he hecho más de una vez), deberían/deberíamos pensar cuántas veces tu jefe te ha mandado hacer algo, mientras lo mandabas al cuerno internamente, sonreías y decías “
sí buana” ¿Cuántas veces no has querido ir a trabajar? Y lo sé. Hay gente a la que le encanta su trabajo pero en todos, en todos, tienes algún momento en que haces algo que no te apetece. Entonces te estás vendiendo ¿no? Y si encuentran a alguien a quien no le pasa lo felicitan de mi parte. Es un tío suertudo.
Sonando:
Blue Monday de Fats Domino
PS: Y sí, hay casos y casos. Excepciones y todo eso...pero hablo de músicos, no de otras cosas que pululan por ahí.