miércoles, septiembre 30, 2009

El amigo John Paul Keith

Es miércoles y eso significa que ya está listo en su blog correspondiente el cuarto programa de radio de Sentido Común. Dedicado a las series de televisión y con recuerdo especial al amigo sanfreebird. Los programas de radio alternativos son fuente inagotable de descubrimientos. Uno de ellos es el Hotel Arizona de radio enlace. Un programa que sigo y que me gusta. Mucho, incluso. Como explicaba hace unos días, gracias a él descubrí a Ken Will Morton y hace poco he hecho lo propio con John Paul Keith and The One Four Fives. Y lo he hecho con el discazo que es Spills and Thrills, editado recientemente.

Resulta que el amigo “Juan Pablo” nació en Knoxville y, como muchos músicos (así, a bote pronte, me vienen a la mente Elvis o Springsteen), tenía algo que ver con los camioneros. Él, en concreto, era hijo de uno. Empezó a cantar en la iglesia como también muchos músicos y empezó a tocar la guitarra encima de discos de Chuck Berry, como Keith Richards. Formó parte de los Viceroys y a los 21 años se traslada a Nashville y firma como solista con Sire Records. Su primer disco, que yo sepa, es este Spills and Thrills (Derrames y emociones). Un álbum cargado de buenas canciones y un sonido a medio camino entre el rockabilly, el rock más clásico, el honky tonk y el sonido 50s. Y un talento inmenso. La cosa no ha sido fácil para él. Ha tardado años en llegar a este disco pero, desde luego, ha valido la pena. Porque es un trabajo intenso, vital, que invita al movimiento de caderas, a ratos y al de cabeza, a otros. Grabado en vivo. Una tendencia que se está poniendo de moda y que capta la esencia del rock and roll. Como se hacía antes. Poniendo 100 gramos de alma, 100 de emociones, 100 de corazón y pasándolo todo por el pasapuré. Consiguiendo que lleguemos a un estado de excitación casi inaceptable. Y, por supuesto, colocándose en un lugar destacado en la lista de los mejores discos del año.

Sonando: Looking For a Thrill de John Paul Keith and the One Four Fives

martes, septiembre 29, 2009

Rockeros literatos

Son muchos los rockeros metidos a escritores. Especialmente los songwriters americanos parecen tener una especial predilección por acercarse a la prosa. Autobiografías aparte, porque ese sería un terreno que necesitaría unos cuantos cientos de posts, algunos han logrado consumar obras realmente destacables. Podría hacer referencia a muchos pero sólo lo haré con mis favoritos.

Los malos tiempos ya han quedado atrás del líder de los Blasters Dave Alvin es uno de ellos. Canciones, carretera, pasiones, sueños, armas, desiertos, moteles. Ingredientes atractivos a más no poder para alguien como yo. Tarántula de Bob Dylan otro, por supuesto. El bardo en estado puro. Pensamientos inconexos. «Mixed up confussion» que diría él mismo. Northline y Vida de Motel de Willy Vlautin, líder de Richmond Fontaine también deberían estar en mi lista. Obras de las que ya hablé por aquí y que a mi parecer son muy destacables. Y tampoco faltaría Rosas de redención de Steve Earle, un volumen de cuentos realmente bonito.

Por ahí irían los tiros. Pero todo esto viene a cuento de la nueva novela del australiano Nick Cave. La muerte de Bunny Munro, recientemente editado en castellano por Global Rhythm. Una novela con un evidente componente sexual, desde su provocativa portada (por cierto una pintura del siglo XIX) y llena de grandes momentos. Divertidos y banales, muchas veces. Pero, por lo menos, entretenidos ¿una obra de arte? No, no creo. Simplemente un texto ideal para pasar un buen rato. Y eso no es tan poco.

Sonando: Into my arms de Nick Cave

lunes, septiembre 28, 2009

Descubriendo a John Cazale

Ayer aproveché parte de la tarde de domingo para ver uno de esos documentales que hace tiempo que tenía pendiente. Se trata de I Knew It Was You, Rediscovering John Cazale. Un reportaje que recorre la corta vida de uno de esos actores de culto. De esos que a todos nos suena su cara pero pocos saben, ni siquiera, su nombre. Hecho que, por cierto, queda demostrado en este documental dirigido por Richard Sheppard. Cazale era un tío interesantísimo y, sobre todo, un pedazo de actor. Para quien no lo conozca, su papel más conocido es el de Fredo, el hermano más débil de la familia Corleone. Sólo llegó a rodar cinco películas ¡pero vaya películas! Entre todas suman ¡40 nominaciones al Oscar! El Padrino, El Padrino II, La conversación, Tarde de perros y El Cazador. De hecho todas fueron nominadas en la categoría de mejor película. Los mejores momentos del documental corren a cargo de las divertidas intervenciones, en forma de anécdota, del gran Steve Buscemi, buen amigo de Cazale.

Cuando su vida parecía encauzada hacia el éxito, siendo reconocido en Hollywood, una cáncer de pulmón acabó fulminantemente con él. Tenía 41 años y disfrutaba de una relación estable con Meryl Streep. El Cazador, de hecho, se estrenó cuando ya estaba muerto. Y sirvió como una especie de homenaje póstumo para uno de los actores desconocidos con más calidad que nunca ha dado la industria del cine.

Sonando: Closer to the bone de Kris Kristofferson

sábado, septiembre 26, 2009

El secreto mejor guardado de Athens

Hablando con Manel Celeiro y Willy Tornado, antes del bolo de anoche de éste en la sala Rocksound ha aparecido el nombre de Ken Will Morton. Hace unos meses le pasé a Willy el disco al que había accedido gracias a una recomendación del programa de radio Hotel Arizona. Se trataba de Devil in Me, su último disco. No me costó mucho caer rendido ante un tipo que parecía beber por igual de los Replacements, de Whiskeytown, de Bob Dylan o de Big Star. Además, como decían los amigos del mejor hotel de la radio su estilo se alejaba de la americana más llorona y se situaba al lado de gente como Paul Westerberg y compañía. Me metí también en sus otros discos y, como no podía ser de otra manera, me hice fan.

El tipo es nacido en Athens, Georgia. Y me pregunto ¿qué coño tiene Athens? Nunca me lo había planteado pero de allí son los R.E.M., B-52’s, Georgia Satellites, Widespread Panic, Indigo Girls, Mathew Sweet (aunque él no nació allí pero sí se forma en la ciudad), Vic Chesnutt, Drive By Truckers….Y sí, la respuesta es fácil. La Universidad de Georgia. Una de las más activas musicalmente de los States. Y de allí salió nuestro Ken Will Morton. Quizá el secreto mejor guardado de la ciudad sureña. Empezó formando parte del trío de powerpop Wonderlust para enrolarse en 2001 en los Indicators. En 2004 publica su primer disco en solitario, Rock and Roll Hands. La crítica lo compara a Dylan, a Springsteen y a Westerberg. De hecho, la revista No Depression lo destacaba como el músico que debía salvar al rock americano. En 2006 llega su segundo disco, The King of Coming Around, con músicos de Mastodon y Drive By Truckers. Y a finales de 2007 graba Devil in Me para publicarlo un año después. Sin duda su mejor disco. Canciones increíbles como la que da título al disco, «Alcohol», «Still Look Pretty» o «Faith Healer» no pueden dejar indiferente a ningún amante del rock and roll de corte americano. O eso creo yo.

Sonando: Still Look Pretty de Ken Will Morton

viernes, septiembre 25, 2009

Tom Petty - American Girl

Desde que Dan Baird tocó el «American Girl» de Tom Petty que no paro de tararearla. Una vez más y van…Es de esas canciones que se te clavan. Y yo no se ya cuantas veces en mi vida me he quedado pillado con ella. Para mí, probablemente, estaría entre las 10 mejores canciones del rock americano. Esencial para entender de qué va la cosa. Encima, la canción estaba incluida en el ¡primer disco de Petty! Aunque, curiosamente, y como pasa con muchas grandes canciones no fue el primer single de ese disco. El honor fue para «Breakdown». Pero el tesoro era «American Girl» ¡que no entró en las listas americanas y que en UK sólo llegó al número 40!

Los rumores dicen que Petty le dedicó esta canción a una chica que se suicidó en la Universidad de su pueblo, Gainesville (Florida). Aunque el propio Tom se ha encargado de desmentirlo también ha confesado que no le importa mucho porque entiende que en determinadas cosas y detalles de la letra pueden llevar al equívoco. Y en cuanto a la música, los que lo conocen aseguran que en el momento en que compuso la canción, hacia 1976, Petty alucinaba con la manera de tocar de Roger McGuinn y que musicalmente esta canción quería ser un homenaje a él. Cierto o no, la cosa es que es un temazo.

Sonando: American Girl de Tom Petty

jueves, septiembre 24, 2009

Dan Baird (II)...porque lo merece

Pocas veces suelo repetir el protagonista de un post dos veces seguidos. Pero lo de ayer de Dan Baird lo merece. Decir que hizo un bolazo es injusto para lo que le dio este hombre a una petada sala 2 de Apolo. Porque es faltar a la realidad. Eso sí, tampoco tengo muy claro qué calificativo ponerle a algo tan grande. Y por lo que leo en los blogs y los foros esta mañana, todo el mundo opina lo mismo.

La cosa fue, más o menos, como sigue. Rakel y yo llegamos a la sala a eso de las 20:50 y nos sorprende ver que apenas hay 40 personas contadas. Pero todo el mundo parecía haber leído que el tema empezaría a las 21:00 en punto. Porque en diez minutos la sala se pone a reventar. Impaciencia. Y sale Baird. Toca en solitario con la eléctrica «Another Day» y tras eso la banda se une y asalta «Younger Face». La gente ya vibra. Aplaude, corea, salta. Hacia la mitad del concierto llegan «I love you period» con todo el mundo cantando y «All Over But The cryin». Y de ahí al final, el “novamás”. La banda se lanza con «Sheila» de los añorados Georgia Satellites (¡qué grandes!) y en medio Dan entona unas estrofas del famosísimo «Do you wanna dance» de Bobby Freeman, versión Ramones y «I wanna be sedated» de los mismos neoyorquinos. La sala explota: pa, pa, pa, pa, I wanna be sedated….Poco después estamos de nuevo con el subidón cantando la imprescindible «Keep your hands to yourself» que sonó guarrota y visceral. Pero las grandes sorpresas aún estaban por llegar. Suenan unos acordes, miro a Rakel y exclamo ¡coño, esto es «American Girl» de Tom Petty! Y allí estaba. Una de las mejores canciones de la historia del rock americano fantásticamente interpretada por la banda. La sala no se lo puede creer. Yo intento llamar a Willy Tornado para contárselo pero los nervios no me dejan y me dejo llevar por la canción. “Oh yeah, allright, take it easy baby, make it last all night, she was an American giiiiiiiiiiiiiiiirlllll”.

Dan Baird se da cuenta de la que está liando y por eso cuando el compadre Eloy y alguien más gritan «Honky tonk womeeeeeeeeeeeeeeeennnnn», Baird lo mira, se ríe y plas. Se tira con uno de esos riffs inolvidables de los Stones. La sala se mira, un segundo y explota, por enésima vez, a cantar. Parece que ya no pueden haber más ases en la manga. Pero nos equivocamos. Un nuevo riff inolvidable de guitarra emulando a un hammond más que conocido y Baird ataca al micro como una fiera cantando una excelente versión de «Like a Rolling Stone» de Dylan. La 2 como pocas veces la he visto en Barcelona. Todo el mundo coreando el clásico “how does it feeeeel”. Baird se ríe, nosotros también. Exhaustos todos. Desacelera con un tema propio. Y entonces explica algo así como que “como me han dejado tocar hasta las 11 paso de parar para bises ni nada. Podemos hacer una canción más ¿qué preferís Little Richard o los Blasters?”. Y antes de que la gente hubiera dicho que los angelinos, su «Dark Night» servía de punto y final a un concierto memorable.

Casi sin creérmelo me acerco a Alfred “Coco” Crespo y nos fundimos en un abrazo diciéndonos “¡qué barbaridad!”. Jorge “Comandante” Ortega me mira y me dice “¿te ha gustado? ¿te lo puedes creer?”. Antonio Celeiro sigue anonadado mirando el escenario mientras Manel se me acerca y me dice “tío es el mejor concierto que le he visto a Baird y eso que le he visto muchos. Qué bueno”. Eloy flota en una nube con su cover stoniana. Sergio Martos asegura que “tardaré en olvidar este bolo”. La gente sale sonriendo. En procesión. Como siempre en el Apolo 2. Y nosotros nos unimos con la sensación de que también tardaremos en olvidar, si algún día lo hacemos, unas dos horas tan intensas de eso que llaman rock and roll, y que a nosotros tanto me gusta.

Sonando: Sheila de Georgia Satellites

miércoles, septiembre 23, 2009

Bienvenido Dan

Como cada miércoles, la nueva edición de Sentido Común ya está colgada en su correspondiente blog. Esta vez, la cosa iba sobre canciones que tuvieran que ver con el viento. Y uno de nuestros conciertos recomendados de la semana era el de esta noche de Dan Baird & Homenade Sin en la 2 de Apolo. Rakel y yo no faltaremos. Porque Baird es sinónimo de diversión y buen rock and roll.

Creo que fue hacie 1993 (hablo de memoria) cuando cayó en mis manos en Discos Pelayo (que luego se convertiría en Discos Balada) un LP de una gente llamada Georgia Satellites. No llevaba nombre por lo que deduje que debía llamarse igual que la banda. Además había leído algo sobre ellos en Popular 1. Por eso me lo agencié. Diría que me coctó 800 pesetas. Cuando lo pinché, flipé. «Keep you hands to yourself» era de lo mejor que había oído en mi vida ¡Qué manera de entrar en la carrera de alguien! Así que me hice adicto, primero a los Georgia Satellites y luego a la carrera de su líder, Dan Baird, en solitario.

Mi historia de amor con Baird, además, se complementa por el hecho de que el primer trabajo periodístico que hice en mi vida, aparte de pequeñas incursiones en fanzines y webs locales, fue cubrir un concierto de The Heart of Georgia Satellites, sin Rick Richards pero con Baird en sus filas, en la sala KGB para SonicWave. Era el 18 de julio de 2002. Hoy, siete años y pico después, parece que siempre haya estado en el mundillo. Escribiendo en el Ruta, en el Mondo, con programas de radio....Pero no. Como todo, tuvo un principio. Y, a veces, me encanta recordar aquellos momentos con nostalgia. Recordar la emoción de tener que escribir una reseña de un concierto. Sentirme, por primera vez, redactor. El vértigo de darle al botón de enviar el e-mail con la reseña para que se colgara en un portal que acabé dirigiendo junto a Rafa García-Moreno, su actual capo. Eran buenos tiempos. Aunque hoy son mejores.

Sonando: I love you period de Dan Baird

martes, septiembre 22, 2009

Conexión Hazy Malaze

Este es uno de esos grupos que me descubrió J.F.León. Corría el 2003 y yo flipaba con los discos en solitario de Neal Casal. Me encantaba su voz. Una ventana del soulseek se me abrió y J.F. me soltó algo así como “¿Has oído ya a Hazy Malaze? Es la nueva banda de Neal Casal y suena de cojones. Búscala”. Me extrañaba tanta euforia en el amigo León dado que sus momentos más pasionales, en cuanto a lo musical, coinciden más veces con los sonidos negros y más cañeros que con lo que ya llevaba tiempo llamándose Americana. Por eso busqué el disco y me encontré con un rhythm & blues poderoso bastante alejado de lo que Casal hacía en solitario. Y descubrí que el tipo era un excelente guitarrista. No en vano se barajó como nombre para sustituir a Marc Ford en los Black Crowes antes de la entrada de Luther Dickinson y ha acompañado a Ryan Adams como guitarrista titular de sus Cardinals. Un año después de su debut homónimo regresan con Blackout Love. Igual de potente pero todavía más negro. Y ahora, en 2009, cuando parecían olvidados vuelven de nuevo.

Un comentario de ese gran blogger que es TSI-NA-PAH (su blog es para no perdérselo) me recuerda que tengo aparcado Connections, lo nuevo e inesperado de Hazy Malaze. Quizá el enésimo capricho de Ryan Adams desmontando una banda que sonaba tan bien como los Cardinals ha hecho que Casal disponga de más tiempo. Y yo que me alegro. Lo escucho y disfruto como un loco. Porque el disco vuelve a ser enorme. Jeff Hill, Dan Fadel y Casal en la que parece su salsa. No parece que hayan pasado 5 años desde su anterior trabajo. La máquina suena engrasada. Más que nunca. Y pienso, ahora que están tan de moda los sonidos cercanos al soul en este país ¿podría alguien traerse a esta banda de gira? Si es que decir que son muy buenos es quedarse demasiado corto.

Sonando: On The Tarmac de Hazy Malaze

lunes, septiembre 21, 2009

Palabra de Prophet

La carrera en solitario de Chuck Prophet, como decimos en Catalunya, no me acababa de “fer el pes”. Vamos que no me desagradaba pero tampoco me volvía loco. No estaba mal. Pero no me hacía vibrar en exceso. Siempre había disfrutado más con sus tiempos en Green on Red. Además, a pesar de reconocerlo como un enorme guitarrista, como voz cantante no me acababa de convencer. Quizá en Homenade Blood, su cuarto disco de 1997. Poco más.

Pero ahora aparece ¡Let Freedom Ring! y acabo de rendirme a su música. A medio camino entre el rock americano más clásico, el sonido de Memphis y un Dylan actualizado, Prophet se ha sacado un disco de la manga que, para mí, es su mejor trabajo, con diferencia. Canciones soberbias que recuerdan por igual a Tom Petty, a los Stones, a Jim Dickinson o incluso al Lennon del Rock & Roll. Y es que un disco influenciado por igual por el Blonde on Blonde, el Damn The Torpedoes o el Exile on Main Street mal no puede estar ¿no?

Sonando: Good Time Crowd de Chuck Mead

sábado, septiembre 19, 2009

Canciones de amor con forma de cómic

Primero fueron tebeos. Luego cómics. Y ahora novelas gráficas. Aunque a mí me sigue gustando más el segundo nombre. Sí. Soy aficionado a los cómics. No soy un asiduo comprador, ahora. Pero en una época sí que lo fui. De hecho conservo buena parte de mi colección en casa esperando que June la aproveche algún día. Y hace tan sólo unos meses le compré a Rakel este Love Song, Libro 1. Un tomo que no deberían perderse los seguidores de, por ejemplo, High Fidelity. Tanto de la película protagonizada por John Cusack como del libro original de Nick Hornby. Porque hablamos de la historia de Manu, un tío que tiene una banda de rock con cuatro amigos, que está a punto de casarse y cuya distracciones favoritas consisten en ensayar con su banda, hablar y discutir sobre música e irse a comprar vinilos con sus colegas a una tienda de barrio. Todo rodeado de personajes que no desentonarían, en absoluto, en la novela de Hornby.

Frases como "tí, casarse no es rock and roll", "algunas bodas y algunos anillos más y podremos llamarte Ringo", "ella quiere ir de viaje de novios a Mongolia y yo a San Francisco....que hay unas tiendas de discos" o "joder tío, yo te saco una canción a lo Dylan con la mano izquierda, lo que pasa es que no me molan, demasiado comercial" son ejemplos de lo que se puede encontrar en un bonito tomo cuya portada se basa en el Rubber Soul de los Beatles y cuyos títulos de capítulos son canciones de los Fab Four. Una delicia, vamos. Y yo la he disfrutado mucho.


Sonando: Something de The Beatles

jueves, septiembre 17, 2009

Los restos

Will Hoge es uno de esos descubrimientos que uno hace de vez en cuando y que se convierten, prácticamente, en algo propio. Y si encima después tienes la ocasión de encontrarte con él, entrevistarlo y descubrir que es un tío simpático, respetuoso, pasional...es difícil no convertirse en un fan irredento. Ya he ido hablando en otras ocasiones de él por aquí. Y en el tiempo que ha pasado desde mi último post dedicado al amigo Will, el tipo se ha recuperado de un gravísimo accidente de moto y ha grabado su nuevo disco, The Wreckage. Algo así como “los restos” o “los escombros”, supongo que en alusión directa al susodicho accidente. Y la cosa es que ha vuelto a hacer un álbum fantástico. Impecable. Por eso no dudaba en calificarlo ayer como mi músico de rock americano favorito del momento. Un auténtico monstruo. De hecho compré el disco en formato vinilo en Amazon un mes antes de que saliera. Sabía que Hoge no iba a defraudarme. Y no lo ha hecho. Además lo deja claro desde el primer tema. Cuando escuchas «Hard to love» es inevitable pensar “guau, está ahí, ese es Will Hoge, ha vuelto”. Y a partir de ahí lo de siempre. Y eso no tiene porque ser malo. Todo lo contrario. Rock americano con toques souleros a cargo de la preciosa voz de Will. Historias de amor, de odio, de desencuentros…..Canciones acertadas. De las que se te meten en los recovecos del alma y se niegan a salir. Y por encima de todo, insisto, esa voz. Magnífica. Hay gente que lo tiene y otra que no. Llámalo don o llámalo "algo". Y Will lo tiene. Os lo digo yo. Lo tiene…

Sonando: Hard to love de Will Hoge

miércoles, septiembre 16, 2009

La radio y los contadores

Estamos en una época de contadores. Todos se cuenta. Todo se convierte en una estadística. Y precisamente nuestra estadística en la radio nos hace estar de enhorabuena. Ayer nos comunicaron que estamos en un muy buen puesto en los shares (teniendo en cuenta que hablamos de una radio local como Ona de Sants). Nos escucha gente por Internet y más en frecuencia. Y además, 45 descargas del podcast significan que la cosa va bien. Ayer, segundo programa, dedicado a Keith Richards y que ya está disponible en el blog de Sentido Común.

Y siguiendo con contadores, uno muy famoso es el contador del iPOD. Parece que hoy en día es la manera más práctica de saber qué es lo que más escuchas en un determinado momento. En mi caso hay que decir que los discos que tengo en vinilo los pincho menos en el iPOD por lo que álbums como el Before the Frost de los Black Crowes o el 21st Century Breakdown de Green Day aparecen con menos escuchas de las que les hago realmente. La cosa es que gracias al dichoso contador he podido hacer un top five de lo que me vuela la cabeza estos días y como mis padres me enseñaron que es bueno compartir, y aunque tengo pensado desarrollar algunos de estos discos en otros posts, ahí va:

1372 Overton Park (Lucero): Un discazo que acabo de reseñar para el Ruta del mes que viene. Influencias soul en la música de Nichols & Co. con temas como «Sixes and Seven» que se te clavan con chinchetas en el coco. Enorme es poco.

Backspacer (Pearl Jam): Pues a mí me ha gustado. Sólo oigo y leo críticas y críticas en los foros. Yo creo que Eddie Vedder ha madurado y ahora ya canta con una solvencia y un saber estar sólo al nivel de los más grandes. Ese par de temas lentos erizan la piel.

Let Freedom Ring (Chuk Prophet): Vaya disco. Rock americano de altísimos quilates. En mi opinión, lo mejor que ha hecho Prophet nunca. Al nivel, casi, de gente como Tom Petty. Con eso está todo dicho ¿no?

The Wreckage (Will Hoge): Es el mejor. Desde aquí lo digo. Mi músico de rock americano preferido actualmente entre los jóvenes, por delante de Ryan Adams, por ejemplo. Se ha recuperado de su accidente y no veas de qué manera. Un grande que corre el riesgo de ser siempre un secreto.

Today, Tomorrow and Forever (Pete Molinari feauturing The Jordanaires): Descubrí a este tipo gracias a un recopilatorio de la Uncut y me encantó. Ahora se saca de la manga un EP de 7 canciones con los Jordanaires, la mítica banda vocal que acompañó a Elvis, como invitados. Lo bordan. Preciosos temas que suenan a puros 50.

Sonando: Satisfied Mind de Pete Molinari & The Jordanaires

martes, septiembre 15, 2009

Nadie ríe como Baby June

Fin de semana largo. Con lluvia torrencial a ratos. Ideal para dedicar el tiempo a leer, a ver pelis y a preparar el programa de hoy en la radio. En estos últimos cuatro días han caído la versión cinematográfica de Millenium que, evidentemente no le llega a la suela de los zapatos a los libros, pero que tampoco está tan mal, oigan. Además varios capítulos combinados de Six Feet Under y The Wire. Mis series del momento junto a Weeds.

Pero, sobre todo, este fin de semana he pasado mucho tiempo con June. He disfrutado de ella y creo que ella de su padre también. Ayer hablaba con Álex Vivero y le decía que tener una hija es algo sublime. Todo se relativiza. Nada es más importante que mi niña. Nada requiere tanto mi atención como ella. Porque nada lo merece tanto. Es una sensación difícil de explicar. Se siente y ya está. Parece de risa, tópico incluso, pero me siento diferente. Como si hubiera llegado a la culminación de algo. Y estoy sólo al principio. Porque nadie se ríe como June. Esboza su sonrisa y sus ojos se iluminan. Y transmite. No se por qué pero creo que esa manera de reír de June va a darme muchas alegrías. Muchas.

Sonando: June de Buddy & Julie Miller

lunes, septiembre 14, 2009

Ponme la mano aquí, macorina

Hace un par de posts hablaba de ello. Aunque ya lo he ido haciendo otras veces por aquí. Me gustan las rancheras ¡y mucho! La otra noche, después de la divertida pinchada en el Rocksound, hablaba con los hermanos Celeiro sobre ello y descubría a otros amantes del tex-mex. Como un servidor. Yo les decía que una ranchera es lo más parecido al blues en castellano. Y estaban de acuerdo. En cuanto a esencia. Sentimientos a flor de piel, esa manera de decir las cosas, esa manera de llorar, de sufrir, de reponerse, esa forma de sacar pecho…Por eso, y aunque mucha gente no lo sepa, conservo una banda del género junto a Andy Tornado, Mario Cobo y Dani Nunes. Los Tamales. Nombre ideal ¿no?

Ayer me pegué la caminata que lleva de mi casa al Poble Espanyol para disfrutar de la Semana de México en Barcelona. El año pasado fuímos y estuvo bien: mariachis, comida mexicana, fiesta….La frustración llegó cuando después de la caminata por Montjuich empujando el carro de June nos dicen que la fiesta se ha reducido sólo al martes ¿y por qué lo llaman semana mexicana?¿por qué no martes mexicano? La cosa es que Rakel y yo decidimos que, por lo menos en cuanto a comida, nadie nos iba a quitar nuestro domingo dedicado a la tierra de los charros. Y acabamos en Las Mañanitas comiendo unos nachos y unas fajitas norteñas, ricas, ricas. Después, cuando llegué a casa no dudé en pinchar Canciones de mi padre de Linda Rondstadt. Y ahora van las recomendaciones para los no iniciados. Al apuntado disco de la Rondstadt hay que unirle unos grandes éxitos de José Alfredo Jiménez, Miguel Aceves Mejía, Jorge Negrete, Pedro Infante, Antonio Aguliar y Chavela Vargas, si hablamos de clásicos. Así iremos bien. Para conocer los pilares del género. Después ya podemos tirarnos al tex-mex y la música fronteriza. Y ahí me puedo parar un poco más y recomendar algunos discos concretos. De hecho me limitaré a poner la lista que escribí y que ya hace unos meses se publicaba en el Ruta como complemento a mi artículo sobre el Rock Fronterizo junto a la frase que lo iniciaba y que es una buena recomendación: “a poco que puedas, déjate apapachar por your love, trinca una chela, pincha un buen disco, tírate al chingadazo y enjoy your life my friend”.

Texas Tornados - Live in Austin TX
Freddy Fender – Canciones de mi Barrio
Latin Playboys – Latin Playboys
Los Lobos – Just Another Band Of East L.A.
Los Super Seven – Los Super Seven
Steve Jordan - Return Of El Parche
Blazers – Puro Blazers
Flaco Jiménez – Partners
Calexico – Hot Rail
Doug Sahm & Friends – The Best
Tremoloco – Tremoloco
Lydia Mendoza – First Queen Of Tejano Music
Joe Ely – Letter to Laredo
Jesse Dayton – South Austin Sessions
Tish Hinojosa - Frontejas

* Y no, no hablo de Rocío Durcal porque, parafraseando a Rakel, "cuánto daño le ha hecho la Durcal a la ranchera".

** Y para quien lo quiera saber, Los Lobos son una de mis bandas favoritas de todos los tiempos y hace un par de Azkenas demostraron a mucha gente por qué.

Sonando: Macorina de Chavela Vargas

sábado, septiembre 12, 2009

Año 6 d.C.

No, no me he vuelto loco. Ya se que hace más años de la muerte de Jesucristo, figura básica de la iconografía cristiana. Pero es que, para mí, las siglas d.C. tienen otro significado. Porque hoy se cumplen 6 años de la muerte de una de esas figuras básicas para entender el rock y, en especial, la música americana. Hablo, por supuesto de Johnny Cash. Curiosamente hay quien utiliza las siglas d.J.C para hablara de algo sucedido después de Jesucristo y a Cash también le serían aplicables.

¿Qué puedo decir de Cash que no se haya dicho ya? ¿Incluso que no haya dicho yo mismo? Un personaje vital, irrepetible, casi inhumano. Una de las tres figuras más importantes de la historia de la música del s.XX, en mi opinión. Actitud, temas inolvidables, sentimiento, fuerza, carisma, sensibilidad, garra, calidad, debilidad, fortaleza, pasión...Son tantos los calificativos aplicables a Cash. Y encima es el protagonista de la historia de amor, por excelencia, del mundo del rock. Su pasión por June Carter fue lo que le mantuvo con vida hasta que ella desapareció. Cuatro meses después de la muerte de su amor se reunía con ella, dondequiera que esté. Cash debía seguirla y así lo hizo.

Rakel y yo siempre hemos adorado esa historia de amor. Y por eso nuestra hija se llama June. En honor a una mujer tan fuerte, tan viva, tan positiva y, también en cierta manera, al viejo Johnny. Y por eso también siempre aparece una sonrisa cuando oímos canciones en las que intercalan sus voces, como «Jackson». Cash era un soñador pero supo disfrutar de la vida. Con sus excesos y también con sus "manjares". Supo vivir. Al límite, en muchas ocasiones pero dejando huella. Para que nadie olvidara que un día había pasado por aquí alguien llamado Johnny Cash. Y yo seguiré recordándolo, pinchando sus canciones. Larga vida a J.C.


Sonando: The Man Comes Around de Johnny Cash

jueves, septiembre 10, 2009

¿Me gusta el jazz?

Pues supongo que no. Sí, sí, he dicho que no ¿Tanto hay que sorprenderse? Recuerdo cuando, con apenas 17 años, mis amigos se reían de mí diciéndome que "eso del rock lo hacía cualquiera, que son tres acordes, en cambio el jazz...". Creo que ese es el motivo por el que le cogí una cierta manía que aún arrastro, en cierta manera. Eso no quiere decir que no tenga discos de jazz que me encantan y me parecen una auténtica delicia. Pero me atrevo a decir, abiertamente y sin pudor, que "me ponen" más las rancheras. Que sí, que sí, que he dicho las rancheras ¿Qué como puedo hablar de jazz y rancheras en un mismo post? ¡Hombre! Es que el blog es mío. Un poquito también de los Que lo leen. Pero más mío ¿no? Je,je. El tema "charro" me viene de familia. A mi padre le encantan y a mí también. Y, curiosamente, esa es una de las pasiones que me unen con mi buen amigo, el Nu Nile mayor, Mario Cobo. Eso sí, creo que a él el jazz le gusta más que a mí. Pero, insiso, hay discos de ese género que me flipan. Mi lista de favoritos sería algo así:

1. Chet Baker Sings de Chet Baker
2. A love supreme de John Coltrane
3. Jazz at the Plaza de The Miles Davis Sextet
4. Bird & Press de Charlie Parker
5. Sonny Side Up de Dizzy Gillespie y Sonny Rollins

No está mal para un "bastardo" en esto del jazz ¿no? También podría incluir discos como Hello Dolly de Louis Armstrong, Kind of Blue o Doo Bop de Miles Davis, Blue Train de John Coltrane, Genesis de Elvin Jones, At Newport de Nina Simone, Lady Day de Billie Holiday, In Rome de Ella Fitzgerald o The Gershwin Songbook de Sarah Vaughan. Incluso temas sueltos de Sinatra, Josh White, Charlie Patton, Fats Waller, Cab Calloway, Herbie Hancock...Una lista apañadita...¿A ver si me gusta el jazz y todo? Ay, Jalisco no te rajes...

Sonando: It's always you de Chet Baker

miércoles, septiembre 09, 2009

La radio y la pinchada

Estamos contentos. El programa fue bien. Con su error inicial y todo. Tener el micro de Rakel apagado lo recordaremos mucho tiempo y alguna cosa más muy puntual después. Todo se puede oir ya en el blog del programa cuyo enlace está en los links de este blog. Me sentí bastante cómodo ante los controles y después del caos inicial. Porque la mesa tiene 24 canales y hasta que “se haga amiga mía” la sufro en silencio. De todas maneras fue muy divertido. Bailar mientras suenan canciones que tú has elegido y pensar que puede haber alguien escuchándolo, aunque sea una sola persona, es una sensación muy reconfortante. Hoy le decía al bro Guillem que es como pinchar, en cierto modo, sólo que tienes que comentar las canciones. Cuando pinchas el feedback es más directo porque ves a la gente mover las cabezas, bailar o incluso fruncir el ceño en plan “qué narices están poniendo estos”. En la radio no existe ese feedback. Lo tienes que imaginar. Y eso también mola. Siempre ha sido mi medio favorito y lo seguirá siendo. Además es un placer volver a hacer radio en directo. Con De Barbacoa ya saciaba la necesidad del medio pero hacerlo en directo y con Rakel es aún más excitante.

Hablando de pinchar, el próximo viernes Guillem y yo estaremos pinchando en el Rocksound, en Barcelona. Después del concierto de los gallegos Dixie Town nos curraremos una sesión de las nuestras. Los que nos vieron en el Red Rocket ya saben lo que habrá. Estilos variados y muy buen rollo. Todo marca de la casa. Smile. Ya se sabe. Sonrisas. Abrazos. Tengo ganas de desenpolvar mi funda de CDs que tengo guardadita como oro en paño y que voy actualizando con cosas nuevas que salen. Para mí es un pequeño tesoro. Sin ella no podría pinchar. De hecho prefiero pinchar con CDs a hacerlo con el iPOD o con un portátil. Me da más buen rollo ¡Y no lo hago con vinilos porque transportarlos es un coñazo! Recuerdo la primera vez que acompañé a Pepe Seven Wheels, insigne DJ rocker, a una pinchada. Rakel y yo fuimos a buscarlo con el viejo Citroen Saxo que ahora pasea Guillem y el tío nos baja de su casa con ¡tres maletones de singles de vinilo! La verdad es que aquello era algo increíble para un fan el vinilo. Originales de Jerry Lee Lewis, Elvis, Chuck Berry, The Clash, Ramones.....Un dineral valdría en una feria de discos...Lo mío es más humilde. CDs Verbatim grabados con recopilaciones varias a las que voy poniendo nombres como: El blues del s.XXI, Wateke a Go Go, Spanish Rockabilly...Lo dicho, para ver como suenan, el viernes a eso de la media noche en el Rocksound aunque yo iría antes para ver a los Dixie Town. Vale la pena.

Sonando: Hello Josephine de Jerry Lee Lewis

martes, septiembre 08, 2009

En antena

Unas horitas escasas y estaremos en antena. Hay ganas. Y algo de nervios. Como ante cualquier estreno. Una vez, Bob Dylan dijo que “si no estabas nervioso, aunque fuera un poco, ante un concierto, es que tu público no te importaba”. Eso no significa que tengas que estar atacado de los nervios pero sí que es necesario sentir ese cosquilleo en las piernas o en estómago. Cada uno lo concentra donde puede o quiere. Aunque a Dylan, precisamente, poco se le nota.

Por fin llega el día del estreno de Sentido Común (que ya tiene hasta blog: http://sentidocomunradio.blogspot.com/ ). Una aventura radiofónica en directo. Y eso es bueno y es malo. Aunque tiene más cosas positivas. La parte negativa es que, como un servidor además de hablar tiene que llevar los controles, lanzar las cuñas publicitarias, lanzar los discos, etc. (las cosas de una radio humilde) las gambas, por lo menos al principio, están más que garantizadas. Eso sí, todo lo encararemos con el cariño y la ilusión que, desde el principio, Rakel y yo le hemos puesto a este proyecto. De eso no hay duda.

Sonando: Radio Song de R.E.M.


lunes, septiembre 07, 2009

Callejuelas del deseo

La escena sucedió tal que así. Es domingo por la tarde. Deben ser las cinco o algo así. Rakel y yo acabamos de ver un par de capítulos de Six Feet Under y June duerme. Rakel se centra en preparar los últimos detalles para nuestro programa de radio. Y yo decido reordenar la estantería de los discos de vinilo. Ya casi no caben donde están por lo que decido tirar un montón de viejas Rolling Stone (recortando antes los artículos que me interesan), y destinarles una estantería más. Mientras recorto noticias busco un disco para pinchar. Y casi por arte de magia acabo en Backstreets of Desire, el primer disco que compré de la carrera en solitario del tristemente desaparecido Willy DeVille. Además, debe ser uno de los 10 primeros discos que compré en vinilo en mi vida. Recuerdo que cuando se publicó yo tenía 17 años y todavía intentaba hacerme con una buena colección de CDs. La adicción al vinilo aún no me había enganchado. Aunque poco faltaba.

En Backstreets of Desire aparecen gente como David Hidalgo de Los Lobos o Dr. John. Es el álbum de la archiconocida versión mariachi de «Hey Joe». Y para mí también lo es de temazos como «Bamboo Road», «Empty Heart», «I call your name» o «Jump City». Además es el disco que provocó que me convirtiera en un fan irredento de la carrera del viejo Willy. Uno de esos personajes entrañables que, sólo muy de tanto en cuanto, aparecen en esto del rock. Vuelvo a escuchar sus melodías, su voz rota, castigada, y me dejo llevar. No exagero si digo que debía hacer años que no pinchaba ese disco. Y me fustigo psicológicamente por ello. Porque me encanta. Me fascina como suena y como es capaz de transmitir tantas cosas. Por eso apunto una de sus canciones para que aparezca en el próximo play-list del ruta. Después, dejo las viejas revistas y las tijeras, me siento en el sofá y cierro los ojos, con el único objetivo de disfrutar, una vez más, de canciones que ya forman parte de mi vida.

Sonando: All in the name of love de Willy Deville

viernes, septiembre 04, 2009

Dexateens

Hoy he vuelto a recordar el último disco de Dexateens, a raíz de una entrevista que he leído a Quique González y en la que los recomienda. Para quien no los conozca, estamos hablando de una banda de Tuscaloosa (Alabama) que realizan un rock americano lleno de reminiscencias clásicas. Su último disco es Singlewide, un trabajo plagado del espíritu de Exile on Main Street de los Stones, por ejemplo, en su faceta más acústica o de los discos de The Jayhawks. Antes ya habían realizado muy buenos discos como Red Dust Rising, Hardwire Healing o Lost and Found. Éste último sólo en formato electrónico ya que no tenía versión física y sólo se podía bajar por Internet. La banda lo colgó en su web y aceptaba donativos voluntarios para el que quisiera ayudar a la causa. Un disco enorme y que ya apuntaba que el grupo iba en la dirección adecuada.

Pues este Singlewide es aún mejor. Desde hace unos meses suena en mi iPOD de manera habitual. Lleno de sonidos acústicos, las canciones son enormes. «Same As If I Used To Be», «New Boy», «Charlemagne» o «Can You Whoop It» son ejemplos de canciones inolvidables. Algunas como «Hang On» no desentonarían, por ejemplo, en el último disco de Mark Olson y Gary Louris. Un buen trabajo vocal, bellas melodías, muchas guitarras acústicas, guiños a Byrds y Gram Parsons, unas veces, y a Drive By Truckers (en los momentos más rockeros, los menos) o Bonnie Prince Billy otras son algunos de los ingredientes de un trabajo que, como era de esperar, ha sido obviado por la crítica (aunque en el Ruta sí salió una reseña). Para mí, pasa a formar parte de esos tesoros, casi privados, que tienen un encanto especial y ocupan un lugar destacado en mi discografía. Romántico que es uno.

Sonando: New Boy de Dexateens

jueves, septiembre 03, 2009

Ayúdame, soy un cabezón

Soy cabezón. Y soy Tauro. Vaya por delante. Lo digo porque parece que entonces uno tiene “bula” para creer tener la razón. Cuando alguien te dice “eres un cabezón”, la respuesta “es que soy tauro” es perfecta para que parezca menos irritante. Otros utilizan su apellido. O incluso dicen que son Leo, otro horóscopo recurrente para que uno se muestre tan seguro de sí mismo que, a veces, lo matarías. Y otros se limitan con un “es que yo soy así” que ya es el recolmo. Porque las ganas de responder “pues si tu eres así yo soy asá” te taladran la cabeza por no soltar un “entra en razón cabezón de los cojones”. Empatía y convivencia es lo que nos hace falta.

Pero ser cabezón no siempre es malo ¿eh? Quede claro. Sabiéndolo llevar puede ser incluso una virtud. Porque se puede convertir la cabezonería en persistencia, por ejemplo. Un sinónimo positivo de cabezón. Igual que perseverancia, firmeza o tenacidad. Y si buscas uno de ellos en un diccionario de sinónimos probablemente obtendrás también su lado negativo con palabras como obstinación o emperramiento. Pero sigamos con las positivas. Ser cabezón te puede llevar a conseguir cosas aparentemente imposibles aunque, reconozcámoslo, también puede llevar a que los demás tengan ganas, a veces, de soplarte un buen sopapo ¿y por qué hoy esta reflexión? Pues por dos temas candentes en los foros musicales de hoy. Aunque no estrictamente musicales. Uno, el fichaje de Ricky Rubio por el Barça de basket tiene a la gente en pie de guerra. No hay quien baje del burro de detractores y defensores del chaval y se llega, incluso, casi al insulto personal para defender las posturas. Otro, si los Sidonie son una gran banda o no y si lo hacían mejor en inglés. También vehemencia. Casi extenuante. Que si antes lo hacían mejor, que si les pierden las posturitas, que si sus canciones son una mierda, que si son una copia barata de Pereza, que si las letras son muy cutres en castellano y muy guapas en ingles (?)....Y, curiosamente, esta mañana venía con el bro Guillem Tornado en el coche a currar y me decía que el bolo de ayer de la banda en el Sidecar había sido buenísimo. Sorprendentemente bueno. Ya he dejado claro lo que opino de su último disco y no voy a expresar mi opinión sobre su directo actual porque no los he visto. Pero volviendo al tema principal, la cabezonería, ni con razones logras que mucha gente entre en razón. Por eso quiero acabar destacando el Fuego Cruzado que se incluye en el Ruta de septiembre y, sobre todo, la parte escrita por J.F.León. Una demostración de razones de otro encantador cabezón empedernido (de los que son Leo) pero que incluye una serie de reflexiones para no ensalzar la figura de Michael Jackson que, como mínimo, dan que pensar. Puedes estar de acuerdo o no con él pero sus razones te las da. Eso es lo que nos hace falta. Olvidar los “porque sí” y dar más razones para nuestros altos. Y yo tiro la primera piedra.

Por cierto, cuando June dice que no come, no come. Ya saben, es tauro....

Sonando: Hard Headed Woman de Imelda May

miércoles, septiembre 02, 2009

Los tiempos están cambiando

Ayer, hablando con el bro Andreu Cunill por teléfono, me soltó una frase de esas lapidarias que luego te hacen reflexionar cuando le decía que ahora cogía el teléfono más rápido para que no sonara y no despertara a June. “Cómo cambian las cosas” me soltó. Simple pero cierto como que el disco de los Crowes es un discazo. Precisamente eso, en su preciosa edición en vinilo, era lo que sonaba en mi casa cuando Andy llamó. Y sí, claro, las cosas han cambiado. Pero no tanto. O los tiempos, como decía Dylan. A pesar de eso, me hizo plantearme algunas preguntas ¿Seguiré siempre disfrutando igual del rock, la literatura o el cine? ¿Seré capaz de conservar mis pasiones conforme me vaya haciendo mayor? ¿O me convertiré en un aburrido señor de 60 años que da la impresión de vivir la vida esperando sólo el paso del tiempo?

Ayer, cuando compré el vinilo de los Crowes había en Revolver un tipo de 50 años larguitos, muy larguitos. Llevaba en la mano el vinilo de Arctic Monkeys producido por Josh Homme, uno de Jimi Hendrix y el nuevo de Elvis Costello. Probablemente no pegaba nada con el ambiente del resto de la tienda. Llena de jóvenes entre los que el mayor debía ser yo con mis 34 años. Él, en cambio, lucía orgulloso una camiseta de Jefferson Airplane y le preguntaba a Jesús por el disco nuevo de Rancid, pero en edición vinilo, por supuesto, mientras le explicaba que él siempre había preferido Rancid a Green Day. Por la noche volvió a mi mente. Después de la frase del bro. Y lo tuve claro. De mayor quería ser como él. Por lo menos en eso.

Sonando: Haunted House de John Fogerty

martes, septiembre 01, 2009

Ritual de lo habitual

Hoy toca ritual. Copiando el título del segundo disco de Jane’s Addiction, ritual de lo habitual. Visita a discos Revolver. Charla con Jesús. Compra del Before The Frost de los Black Crowes (esta es la parte extraordinaria). Vistazo externo al disco. Rotura del celofán. Ohhh de satisfacción y ganas, muchas ganas de llegar a casa a pincharlo. Porque no. El haberlo escuchado previamente por Internet no me hace tener menos ganas de tenerlo en mis manos, desprecintarlo y pincharlo en mi equipo. Sonará diferente. Siempre pasa. Suenan especial. Los vinilos tienen algo que los hace especiales. Simone Felice, de los Felice Brothers, en una entrevista que se publicará dentro de poco en el Ruta me decía que los vinilos son como la bola del mundo. Giran y giran.

Sonando: Houston Don’t Dream About Me de The Black Crowes