Pocas veces suelo repetir el protagonista de un post dos veces seguidos. Pero lo de ayer de Dan Baird lo merece. Decir que hizo un bolazo es injusto para lo que le dio este hombre a una petada sala 2 de Apolo. Porque es faltar a la realidad. Eso sí, tampoco tengo muy claro qué calificativo ponerle a algo tan grande. Y por lo que leo en los blogs y los foros esta mañana, todo el mundo opina lo mismo.
La cosa fue, más o menos, como sigue. Rakel y yo llegamos a la sala a eso de las 20:50 y nos sorprende ver que apenas hay 40 personas contadas. Pero todo el mundo parecía haber leído que el tema empezaría a las 21:00 en punto. Porque en diez minutos la sala se pone a reventar. Impaciencia. Y sale Baird. Toca en solitario con la eléctrica «Another Day» y tras eso la banda se une y asalta «Younger Face». La gente ya vibra. Aplaude, corea, salta. Hacia la mitad del concierto llegan «I love you period» con todo el mundo cantando y «All Over But The cryin». Y de ahí al final, el “novamás”. La banda se lanza con «Sheila» de los añorados Georgia Satellites (¡qué grandes!) y en medio Dan entona unas estrofas del famosísimo «Do you wanna dance» de Bobby Freeman, versión Ramones y «I wanna be sedated» de los mismos neoyorquinos. La sala explota:
pa, pa, pa, pa, I wanna be sedated….Poco después estamos de nuevo con el subidón cantando la imprescindible «Keep your hands to yourself» que sonó guarrota y visceral. Pero las grandes sorpresas aún estaban por llegar. Suenan unos acordes, miro a Rakel y exclamo ¡coño, esto es «American Girl» de Tom Petty! Y allí estaba. Una de las mejores canciones de la historia del rock americano fantásticamente interpretada por la banda. La sala no se lo puede creer. Yo intento llamar a Willy Tornado para contárselo pero los nervios no me dejan y me dejo llevar por la canción. “O
h yeah, allright, take it easy baby, make it last all night, she was an American giiiiiiiiiiiiiiiirlllll”.
Dan Baird se da cuenta de la que está liando y por eso cuando el compadre Eloy y alguien más gritan «
Honky tonk womeeeeeeeeeeeeeeeennnnn», Baird lo mira, se ríe y plas. Se tira con uno de esos riffs inolvidables de los Stones. La sala se mira, un segundo y explota, por enésima vez, a cantar. Parece que ya no pueden haber más ases en la manga. Pero nos equivocamos. Un nuevo riff inolvidable de guitarra emulando a un hammond más que conocido y Baird ataca al micro como una fiera cantando una excelente versión de «Like a Rolling Stone» de Dylan. La 2 como pocas veces la he visto en Barcelona. Todo el mundo coreando el clásico “
how does it feeeeel”. Baird se ríe, nosotros también. Exhaustos todos. Desacelera con un tema propio. Y entonces explica algo así como que “
como me han dejado tocar hasta las 11 paso de parar para bises ni nada. Podemos hacer una canción más ¿qué preferís Little Richard o los Blasters?”. Y antes de que la gente hubiera dicho que los angelinos, su «Dark Night» servía de punto y final a un concierto memorable.
Casi sin creérmelo me acerco a Alfred “Coco” Crespo y nos fundimos en un abrazo diciéndonos “
¡qué barbaridad!”. Jorge “Comandante” Ortega me mira y me dice “
¿te ha gustado? ¿te lo puedes creer?”. Antonio Celeiro sigue anonadado mirando el escenario mientras Manel se me acerca y me dice “
tío es el mejor concierto que le he visto a Baird y eso que le he visto muchos. Qué bueno”. Eloy flota en una nube con su cover stoniana. Sergio Martos asegura que “
tardaré en olvidar este bolo”. La gente sale sonriendo. En procesión. Como siempre en el Apolo 2. Y nosotros nos unimos con la sensación de que también tardaremos en olvidar, si algún día lo hacemos, unas dos horas tan intensas de eso que llaman rock and roll, y que a nosotros tanto me gusta.
Sonando: Sheila de Georgia Satellites