viernes, octubre 30, 2009

La lista de Rosanne

La hija del hombre de negro tiene nuevo disco. Y además de tener mucho que ver con su padre es disfrutable al 100x100. Rosanne es la primera hija que Cash tuvo con Vivian Liberto, a la vez su primera mujer. Entre 1978 y 1992 estuvo casada con el excelente músico que es Rodney Crowell. Además también es la primera de los vástagos de Cash en decidir dedicarse a la música. 12 discos ha editado desde 1978. Su hermanastra Carlene, hija de June Carter antes de convertirse en la segunda esposa de Cash, o su hermano JR, hijo este sí de June y Johnny, le siguen en cuanto a incidencia musical. Curiosamente, en mi opinión, sus dos mejores discos son los dos últimos, Black Cadillac editado en 2006 y dedicado a las muertes de su padre, su madrastra June y su madre Vivian, y el recientemente publicado The List. En los tres años que van entre un disco y otro, Rosanne ha anunciado que tiene la malformación de Chiari, una grave enfermedad cerebral que podría llevarla al quirófano en una peligrosa operación. Rosanne, de todas maneras, ya ha anunciado que va a luchar con todas sus fuerzas contra la enfermedad.

The List es su nuevo y gran disco. Su historia, además, es de esas que nos gustan. Parece ser que cuando Rosanne tenía 18 años, el gran Johnny le entregó una lista de 100 canciones que debía conocer si quería dedicarse a esto de la música de raíces. Johnny le soltó la frase “esta es tu educación”. Los temas que él consideraba imprescindibles de la historia de la música country americana. Su padre, como no podía ser de otra manera, la adoraba. Rosanne guardó esa lista y ahora selecciona 12 de las canciones que incluía para grabar un disco llamado así. Simplemente, la lista. Y la lista es impresionante. Canciones de Hank Williams, Bob Dylan, Merle Haggard, Jimmie Rogers o Patsy Cline, por citar algunos y colaboraciones de Jeff Tweedy, Elvis Costello, Rufus Wainwright o Bruce Springsteen. Yo lo estoy disfrutando mucho. Llámenme sentimental.

Sonando: Long Black Veil de Rosanne Cash

jueves, octubre 29, 2009

Soñar no es de locos

Ya saben. Me encantan las listas. Quizá por eso me emperré en publicar un play-list cada mes en Ruta 66. Y hasta que no lo conseguí no paré. Hoy toca conciertos. Ayer hablaba de ello con Rakel ¿Los mejores conciertos de la historia? No, no hablo de eso. Ahí cada uno tiene su opinión y ninguna es discutible. De lo que sí voy a hablar es de los conciertos a los que a mí me habría gustado asistir como público. Por soñar...Ahí van:

1. Elvis Presley – 68 Comeback Special. El mítico bolo del rey sentado en un escenario con forma de ring de boxeo. Imaginarme estar a dos metros del rey me hace estremecer. «All shock up».
2. Sam Cooke en el Harlem Jazz Club de Nueva York. 1963. Sin palabras. Descargas de energía para la que para mí es la mejor voz de la historia de la música soul.
3. Johnny Cash en Folsom Prison ¿Alguna vez habéis querido estar en la cárcel? Yo sí. En 1968. 7 años antes de nacer. Ya llevo dos bolos del mismo año.
4. The Band. The Last Waltz ¿El mejor grupo de la historia? Puede y se despedían con este bolazo, grabado por Scorsese y con invitados como Bob Dylan, Emmylou Harris, Bobby Charles, Mavis Staples, Neil Young, Ron Wood...
5. Bob Dylan en Manchester el 17 de mayo de 1966. El mítico bolo en el que Dylan es llamado Judas a los que contesta con su “I don’t believe in you, you’re a liar”. El Dylan acústico y eléctrico en un mismo bolo. Furioso y grandísimo.
6. Beatles en la terraza de Apple. También conocido como el Rooftop Concert. Y no, aunque mucha gente lo crea este concierto no se hizo en la terraza de Abbey Road sino en el 3 de Saville Row de Londres, apenas a 200 metros de Piccadilly Circus.
7. Otis Redding en Monterrey. Otis, Otis, Otis ¡Shake!
8. David Bowie en Santa Monica. 1972. Mítico concierto de Bowie en plena forma. Más andrógino que nunca.
9. The Who en la Isla de Whight. 1970. Y de paso me veo el resto del cartel que no está nada mal ¿no? Jimi Hendrix, The Doors, Joan Baez, Miles Davis, Tony Joe White...
10. The Rolling Stones. 9 de octubre del 70 en Amsterdam. Concierto de fin de gira de presentación de Let It Bleed y anticipando canciones de Sticky Fingers.

En 10 lo dejo que me pierdo. Aunque creo que no está mal. Como sueño...

Sonando: Brown Sugar de The Rolling Stones

miércoles, octubre 28, 2009

Soy quiquegonzalista

Soy quiquegonzalista. Lo digo ahora que Quique está de moda y antes también. Me parece, junto a Santi Campos, el tío con más talento para hacer canciones que hay en este país. Además, podríamos decir que es más accesible que Santi. Quique es más directo. Quizá por su voz, quizá por sus producciones. La cuestión es que Quique González tiene nuevo disco, Daiquiri Blues y al menda le ha vuelto a parecer un discazo. Más adulto que muchos de sus predecesores. Más maduro. Y es que la discografía de González ha ido creciendo con el paso de los años. Ha pasado por diversas etapas pero sin un solo patinazo. Todos, absolutamente todos los discos de Quique González son recomendables. Uno te gustará más que otros pero en todos hay algo. A veces himnos, a veces canciones de segunda, tercera o hasta cuarta escucha. Pero siempre momentos en los que pararse.

Daiquiri Blues es el octavo disco de una carrera que Quique comenzó con Personal en 1998. Y yo con él. De las 15 o 20 personas que debían haber en su actuación en la Sala Bikini de Barcelona una era yo. Lo había descubierto con un titular del estilo “el Tom Petty español” en alguna revista y me acerqué después de comprar el disco a un precio carísimo en El Corte Inglés. Ni siquiera se cuantas veces lo he visto en directo porque debo haberme perdido, a lo sumo, dos o tres conciertos de todos los que ha hecho desde entonces en Barcelona. Y en diciembre vuelve para presentar este último disco producido por Brad Jones. Con un single-himno fantástico como «La luna debajo del brazo» y canciones tan grandes como «Algo me aleja de tí», «Lo voy a derribar» o mi favorita, «Cuando estés en vena». Y atención a los músicos. Ahí están Will Kimbourgh, guitarrista habitual de Rodney Crowell o Josh Rouse, Pat Buchanan, guitarrista de Ray Davies, Doug Lancio, habitual colaborador de Patty Griffin, Ken Coomer, último batería de Uncle Tupelo y fundador de Wilco o el multiinstrumentista de Nashville Tyson Rogers. Y por encima de todos, los arreglos de cuerda de Chris Carmichael, caballero que ha trabajado para Alison Krauss, Jim Lauderdale, Alison Moorer, Steve Earle, Warren Zanes, Billy Joe Shaver, Hank Williams III o Johnny Hickman. Y, sobre todo, la leyenda que es Al Perkins tocando la steel. Ahí va la lista de gente con la que ha tocado Perkins: The Flying Burrito Brothers, Richie Furay, Dan Fogelberg, Stephen Stills, Leonard Cohen, Gram Parsons, Roy Orbison, Bob Dylan, The Rolling Stones, Joe Walsh, Tori Amos...No olvidemos que hablamos de un miembro de los legendarios Manassas y un tipo que ha hecho sesiones con el mismísimo Elvis Presley. Con todo esto y las canciones de Quique ¿podía sonar mal el disco? No contestaré que sería repetirme. Parafraseando una de sus canciones “lo va a derribar”.

Sonando: Cuando estés en vena de Quique González

martes, octubre 27, 2009

I'm a soul, soul, soul teller

Hubo una época, cuando apenas empezaba en la música como cantante en la que quería ser Miguel Ángel Julián. Quería ser el líder de los Cool Jerks. Una banda que se dedicaba a algo que aquí sonaba pero no se tenía muy claro que era. El soul. Hoy parece que todas las bandas intentan sonar algo soul. Está de moda. Y yo que me alegro. Pero todo el mundo se apunta a la etiqueta. Eso es cierto. Por eso a nadie sorprende que aparezcan nuevas bandas nacionales y sean catalogadas como música soul. Pero a principios de los 90, en plena efervescencia del grunge no era tan normal. Y los Cool Jerks a los que descubrí por la insistencia del gran Juan de Pablos hacían música soul. Cercana al funky en ocasiones, pero música soul. Yo estaba a punto de iniciar mi carrera con Tipos de Interés y la personalidad de Julián y su voz me flipaban. Quizá algo excelso, en ocasiones, pero tremendamente resultón. Un soulman con el que, al cabo de pocos años, llegué incluso a compartir el escenario de la sala Siroco de Madrid en un homenaje a De Pablos.

Ayer, Julián, volvió a aparecer en mi vida cuando Jorge Ortega me pasó el último disco de los Soul Tellers (su “otra” banda) con un “¿los conoces?¿te apetece preparar una entrevista para el Ruta?”. Resulta que Julián se ha ido a Memphis y ha grabado un nuevo disco que ha producido Willie Mitchell, productor de Al Green. Un tipo que además pasa por ser el fundador de la tremenda Hi-Records. Por eso el tío tiene anécdotas como que “un día aparecí con una camiseta de Otis Redding que me había comprado y, al entrar, Mitchell y otro dj de su edad, casi 80 años, me miran y empiezan a comentar lo buen tipo que era Otis". Por eso volvió encantado y ahora ese disco está en mis manos. “Lo único que le importaba a Willy Mitchell es que se le pusiera la carne de gallina. No paraba de decirme 'You turn me on!' (me pones)". De eso se trata ¿no? Sólo he podido escuchar la canción que da nombre a la banda pero creo que la cosa promete. Pintar, pinta bien. Muy bien.

Sonando: Soul Teller de Soul Tellers

lunes, octubre 26, 2009

Cuando el ángel decida volver

Utilizaré el título de una de las grandes canciones de José Ignacio Lapido para recomendar algo. Porque a veces, un ángel se posa en tu ciudad y si te pierdes su presencia sólo puedes esperar a que vuelva para intentar verlo. Y si lo hace ya no tienes excusa para dejarlo pasar. Esa es la sensación que me dejaron los High Lola después de su actuación el viernes pasado en el Rock For Smile. Los que estuvimos allí, algún día, poderemos explicar que nosotros los vimos en su primera actuación. Yo, incluso, podré decir que disfruté de su primera prueba de sonido. Y los que no deberán esperar a que el ángel decida volver. Porque esa banda tiene ángel. Os lo aseguro. Tienen algo, no se qué, que los hace muy especiales. Y volverá. Seguro. Aunque ellos se toman las cosas con calma. Como los buenos vinos. Poco a poco. Ni siquiera tienen Myspace con lo cual, la única manera de escuchar un tema suyo es oír el Sentido Común que la semana pasada dedicábamos al festival. Demasiado poco para bocas golosas. Suenan. Y mucho. Darán que hablar. Si siguen adelante (y lo harán) darán muchísimo que hablar. Porque la magia no puede forzarse. Está o no está. Y en ellos está. Son grandes músicos. Hasta veteranos diría. Y eso engrandece su propuesta mucho más. Rock adulto para almas a flor de piel. Heroína sonora para excelsos yonkis sibaritas sentimentales. Clasicos pero actuales. Soberbios.

No tendremos nada que perder
Y se hará real la fantasía¡
Preparad los epitafios y poned la otra mejilla!
Cuando el ángel decida volver

Sonando: Mascota de High Lola

viernes, octubre 23, 2009

Smile ¿recuerdan?

Smile. Palabra mágica. Sonríe. Así se llama la obra maestra perdida de los Beach Boys. Grabado en 1967 y no publicado, tal y como Brian Wilson lo pensó hasta el 2008. Smile también fue una de las primeras bandas que Brian May y Roger Taylor tuvieron juntos y que acabaron dando lugar a Queen. También «Smile» se llama una de las mejores canciones que Chaplin hizo jamás. Incluída en 1936 para su película Tiempos Modernos.

Sonríe aunque te duela el corazón
Sonríe aún mientras se rompe
Cuando el cielo este nublado, estarás bien
Si sonríes aunque sientas miedo y pena
Sonríe y tal vez mañana
Verás el sol brillar para tí
Ilumina tu cara con gozo
Esconde cada trazo de tristeza
Aunque una lágrima se encuentre tan cerca
Es entonces cuando debes seguir intentando
Sonríe ¿Qué ganas con llorar?
Verás que la vida vale la pena
Si solamente sonríes

Los delfines ríen en una canción de los Byrds, «Dolphins Smile», incluída en The Notorious Byrds Brothers. Otros como John Prine ríen de manera ilegal («Illegal Smile») en su primer disco de 1971, mientras los Black Crowes buscan la sonrisa de un niño en su «Cold Boy Smile» del disco acústico de los hermanos Robinson. Los fantasmas se esconden detrás de los Pogues en «Ghost of a Smile». A Randy Newman le gusta vernos sonreír («I love to see you smile») de manera brillante, como a Josh Ritter («Bright smile»). Stevie Wonder lo implora en Fulfillingness' First Finale («Smile Please»). REM se preguntan por qué no hacerlo en Up («Why not smile»). Otros son más sencillos y, simplemente sonríen como Eric Clapton («Smile» del Timepieces 2), Pearl Jam («Smile» del No Code) o Deadstring Brothers («Smile» de Sao Paulo) ¿He dicho ya que hoy es el Rock For Smile? Ups, lo olvidé. Ya saben. Smile. Que hasta Dylan se ríe. A veces.

Sonando: Smile de Pearl Jam

jueves, octubre 22, 2009

La canción de cuna del diablo

Ya he hablado varias veces sobre él en este blog pero un comentario de rock&rodri en su blog me ha hecho volver a sumergirme, una vez más, en el Unsung de Slaid Cleaves. Esta vez, mi favorita es «Devil’s Lullaby». La canción que me obsesiona estos días. De hecho ya sabeis que lo hace todo el disco. Hasta el punto que cuando JF León me pidió una lista de mis diez discos favoritos de todos los tiempos ¡incluí este Unsung!. Curiosamente un disco de versiones. Pero es que me encantan los discos de covers si están bien hechas. Y este es supremo. Aunque el hecho de que ninguno de los temas haya sido escrito por Cleaves es algo secundario ya que son canciones desconocidas de amigos suyos. De ahí su título. Anónimos.

«Devil’s Lullaby» es una canción de una sensibilidad pasmódica. Es un trozo de terciopelo en forma de acordes. Dulces pero incisiva. Con la voz de Cleaves (¡cómo canta este hombre!) en primer plano dando forma a una melodía embriagadora. Para mí no es la número 1 del disco. Ese honor se lo lleva «Everette». Pero sí que podríamos situarla sin problema en la lucha por un hipotético segundo puesto. Enorme.

San Patricio escucha su clamor
Oyendo la canción de cuna del diablo

Sonando: Devil’s Lullaby de Slaid Cleaves

miércoles, octubre 21, 2009

El festival de las sonrisas

Ayer fue un día diferente. No sólo porque June cumplía cinco meses sino porque nuestro programa de radio, que ya está colgado en su blog, lo dedicamos a la tercera edición del Rock For Smile que se celebra el viernes. Eso hizo que contáramos en el estudio con la presencia del gran Willy Tornado que fue el encargado de la selección de temas y de llenarnos de sonrisas la radio.

Recuerdo cuando iniciamos la aventura que es Smile Producciones, hace ya tres años. El Rock For Smile se planteó como carta de presentación de la productora y hoy ya va por su tercera edición. No está mal. Y siempre con la misma filosofía: disfrutar del rock and roll, reír y, sobre todo, perder mucho dinero ¡Juas! Nuestro carácter siempre ha provocado que todo acabe en las bandas porque ellas son las que nos hacen disfrutar. Nuestros pagos, generalmente, ha sido ver las sonrisas de las bandas (Smile ¿recuerdan?) porque los porcentajes que a veces nos hemos llevado, y muchas veces perdonado, se han ido siempre en gastos. Eso hace que en el momento de organizar el tercer Rock For Smile nuestro beneficio de 3 años se redujera a 50 €uros que por cierto debemos, y más, a una empresa de venta de entradas. Y en eso tiene mucho que ver Guillem, un tío fatal para tener un negocio con él pero con un corazón enorme y que siempre, absolutamente siempre, ha puesto por delante el interés de las bandas respecto al suyo. Él es quien ha hecho un poquito grande Smile. Por eso se merecía un programa como el de ayer. Y por eso el viernes lo veremos dando saltos por la 2 de Apolo con un sonrisote en la boca.

Pero además es que satisfacciones hemos tenido, y muchas. Organizar giras, conciertos o promociones y, por lo tanto, compartir momentos con Paul Collins, Bryan Estepa, Amigos Imaginarios, Sugar Mountain, Midnight Travellers, Nu Niles, CosmopolitANTS, Bisontes, Los Chicos, MEL, Freewheelin Tornados, Maika Makovski, fromheadtotoe, Collision....Muchos. Todos amigos y de todos ha salido una sonrisa en algún momento. Hemos editado discos, 2 en concreto: el tributo a Bob Dylan con Hanky Panky y unas Smile Bootleg nosotros mismos. Hemos organizado presentaciones de libros como el Combustión Espontánea de Jaime Gonzalo sobre los Stooges y también de videoclips como «Disco del Mes» de los Imaginarios. Y todo parece culminarse cada año en el Rock For Smile. Este año servidor ha participado poco en la confección del cartel pero, igualmente, es un cartelón. MEL, High Lola (ojito con ellos), Les Phillippes y Blueberry Hill. Yo estaré allí. Y sonreiré.

Sonando: Mascota de High Lola

martes, octubre 20, 2009

El poder de American Beauty

En contra de lo que suele ser habitual, ayer a June le costaba dormir. Había pasado un rato de su hora habitual y además el día había sido especialmente estresante para ella con su revisión de los 5 meses, que hoy cumple, y la introducción de sus primeras papillas. Lloraba. Algo que hace rara vez. Y Rakel decidió aplicar nuestra receta secreta mientras yo devoraba unas deliciosas alcachofas. Transmitida por la sabiduría del gran Alfred “Coco” Crespo. American Beauty. Fulgurante. Es oírlo y calmarse inmediatamente.

El inicio con «Box of rain» provoca, generalmente, el fin del llanto que rara vez llega a «Friend of the devil». En ese momento la calma ya se ha adueñado de todo el ambiente. Llega «Sugar Magnolia» y su cadencia continua provoca que June empiece a cerrar los ojos y, a veces, a suspirar. Se siente a gusto. «Operator», que es la siguiente, ayuda. Y mucho. Todo está a punto de caramelo. Y la guinda es el piano de «Candyman» y su ritmo asincopado. Si no funciona, siempre quedará «Ripple» detrás. Pero nunca suele hacer falta. Me atrevería a decir que June nunca ha oído, despierta, el disco a partir de ahí. Y menos «Truckin» su tema final. La despertaría porque es una canción que me encanta, pero no es plan ¿no?

American Beauty es un disco apabullante. El quinto de los Grateful Dead. Mi preferido y el de muchos. Una auténtica obra maestra precursor de muchas cosas en el terreno del country-rock. Editado en 1970. Canciones brillantes, armonías excelentes, instrumentación exquisita. La crítica siempre dice que las canciones de su segunda mitad bajan un poco el nivel. Yo no lo creo. Aunque, pensándolo bien, quizá por eso se duerme June ¿no? Feliz cumplemeses bebé.

Sonando: Sugar Magnolia de Grateful Dead

lunes, octubre 19, 2009

DiNizio se pone las gafas de Holly

Vaya discazo se ha marcado, de nuevo, el señor Pat DiNizio. Hace unos días hablaba por aquí de los Smithereens. Y ahora toca hacerlo de su líder indiscutible. DiNizio es un genio, uno de esos personajes con una sensibilidad especial para las melodías que sólo aparecen cada cierto tiempo. Un visionario. Y con un buen gusto fuera de toda duda. No sólo para sus propios temas sino también para escoger versiones. Ya lleva tiempo versionando a clásicos (de hecho los Smithereens hace 10 años que no publican material propio nuevo), y ahora, en solitario, se lanza a hacer suyos algo tan complicado como los temas de Buddy Holly. Porque no hay nada más difícil como coger un tema de un músico con una personalidad tan definida, única, e intentar hacerlo tuyo. Y DiNizio lo hace con 11, nada más y nada menos. Pero mientras en sus incursiones en los Beatles y los Who con los Smithereens intentaba ser fiel a los originales al máximo, en este disco se permite experimentar un poquito, tampoco en exceso, y da a las canciones del rocker gafotas una nueva dimensión. Quizá sólo le sobra un exceso de orquestación, en ocasiones, aunque tampoco es algo que se note demasiado. De todos los homenajes que se podían tributar a Holly en el año en que se cumple medio siglo de su accidente, sin duda, me quedo con este. A sinceridad no le gana nadie.

Sonando: That’ll be the day de Pat DiNizio

viernes, octubre 16, 2009

Hermanitos felices

Descubrí a los Felice Brothers gracias a uno de esos foros que sigo habitualmente ¡Bendita red! Desde la primera escucha supe que iba a ser una de mis bandas de cabecera durante mucho tiempo. Además, con ellos y los compañeros routiers me pasa algo curioso. Y es que no parece haber término medio. Mientras algunos alucinamos con sus discos otros nos insisten en que estamos exagerando y que no son más que una banda del montón con un poco de suerte. No daré nombres. Por supuesto. Y es que en esa disparidad está la grandeza de la música rock ¿no?

Cierto es que hablamos de una banda joven (se formaron en el 2006) a los que algunos, entre los que me encuentro, hemos llegado a comparar con The Band ¡blasfemia! Quizá. Yo soy un exagerado. Ya lo saben. Pero no he sido el único. En mi comparación, por ejemplo, no pretendía decir que los neoyorquinos son tan grandes como la mítica banda de Levon Helm (ya saben, mi favorito), ni mucho menos. Era un símil en cuanto a ideología, enfoque de canciones, espíritu. Tengo claro que pocas bandas existirán nunca como los Hawks luego The Band. Eran insuperables. Pero ¿debe ser objeto de escarnio decir que alguien puede acercarse a sus niveles? No veo yo por qué. Vuelve a ser un tema de opiniones.

La cuestión es que a mí me gustan los Felice. Me dan buen rollo. Buena honda que dicen ahora para ser más “in” (el rollo ha pasado de moda, ahora el rockeril de pro ha de usar la palabra honda). Me gusta saber que son hijos de un carpintero. Como mi mujer. Que fueron una banda que empezó a tocar en el metro de Nueva York. Y que se han currado los escenarios como pocos. Tocando para, por y con quien sea. Sus discos me encantan. Todos. Sin excepción. Aunque mi favorito es Tonight At The Arizona. Quizá por algo tan simple como que es el primer disco que escuché de ellos. Por eso me entristece que Simone Felice, ahora en The Duke & The King, me dijera en una entrevista, que creo aparecerá en el Ruta del mes que viene, que deja la banda definitivamente (no revelaré más de esa charla que para eso está la revista). Una lástima porque soy de los que opinan que la banda tenía tres líderes. Los tres hermanos por igual. Aunque parece que Ian y James quieren seguir adelante. Veremos y esperemos que no bajen el nivel en sus próximos discos.

Sonando: Hey Hey Revolver de The Felice Brothers

jueves, octubre 15, 2009

Su madre, su mentor y Paul Collins

Me encantan las ediciones de Gamuza Azul. Son bonitas, manejables y, además, incluyen en esas ediciones unos puntos de libro espectaculares con frases de rockeros como Steve Earle o Tom Waits. Por eso me gustó, aún más si cabe que Rakel me regalara este Mi madre, mi mentor y yo de Paul Collins. Lo he devorado. No sólo porque es un libro de fácil lectura y con apenas 130 páginas sino porque me encantan las bios musicales narradas en primera persona y de manera ágil. No es un gran libro. Vamos, que no es una obra de arte. Pero es más que entretenido. Y al fin y al cabo ¿de eso se trata no? Collins narra su vida y lo hace con gracia y una cierta dosis de ironía que me ha hecho sonreir más de una vez. Es curioso ver el mundo a través de los ojos de otro. Además, como muchos sabrán, Paul Collins ha vivido muchos años en España y, de hecho, vive en Madrid ahora. Por lo que también se me hace curioso comprobar la visión de las costumbres patrias a cargo de un americano con visos de estrella de rock. Algún día contaré como acabamos montando una gira para Paul en España hace apenas dos o tres años.

Además, el libro se construye de manera divertida, con constantes referencias a lo que opinaría la madre de Collins o un supuesto mentor que le ayuda a ir reconstruyendo su vida. De ahí su título. El único pero, en mi opinión, es la insistencia en ocultar nombres, sobre todo al principio, cosa que hace que se pierda un poco esa parte marujil que todos tenemos. Aunque sea en el mundo del rock. Eso hace que su periplo en The Beat, por ejemplo, quede demasiado enmarañado en nombres ficticios. Falta carnaza ahí. Eso sí, impagable la anécdota con Axl Rose o la descripción que hace de sus dos ex mujeres concluyendo que se parecen tanto que deberían casarse ¿Si lo recomiendo? Por supuesto.

Sonando: Rock and roll girl de The Beat

miércoles, octubre 14, 2009

Dylan me desconcierta

Lo siento pero es así. Quizá para un dylanita empedernido esté mal decirlo. Pero no. No me gusta el disco navideño de Dylan. No me aporta nada. Quizá hay algún tema salvable pero poco más. Lo siento pero no. Para mí no puede hacer cualquier cosa. Porque no lo voy a loar siempre. Leo en los foros que ¡el disco es muy bueno! ¡Y que tiene grandes temas! Pues vale. Quien así lo sienta que lo disfrute, por supuesto.

Hace unos días el amigo Rodri publicaba en su blog que es el más grande compositor de la historia del rock. Y servidor está totalmente de acuerdo. Pero eso no significa que puede hacer cualquier cosa y me vaya a gustar por el hecho de ser Dylan. O sale diciendo que esto es una broma y se quería quedar con todos nosotros (así nos reímos todos juntos) o para mí está claro cual es el peor disco de su discografía. De hecho creo que estoy siendo condescendiente por ser quien es. Vamos, que me estoy contradiciendo y todo. Porque el disco es un muermo. Ala, ya lo he dicho. Dylan es Dios. Y un traspiés se lo permito. Hasta diez. Nada va a ensombrecer a un tío tan grande. No, no voy a tirar la cincuentena de libros que hay sobre él en mi casa. Ni voy a descolgar el cuadro de su santidad que domina mi comedor. Ni voy a tirar el carnet de dylanita enfermo que me trajo JF de L.A.. Ni siquiera voy a dejar de comprar el disco. Coleccionismo idiota lo llamaría. O pasión. O enfermedad. Incluso lo pondré en Navidad y en el programa de radio. Llámenme tonto incoherente. Tampoco voy a dejar de defender a Dylan en todas sus etapas. Aunque este disco sea un argumento para los que me/le atacan diciendo que se podía retirar ya. Siempre me quedará Modern Times o Love and Theft para argumentar lo contrario. Y, por supuesto, no voy a olvidar nada de lo que ha hecho en su carrera. Pero es que este disco de villancicos es un tostón. A años luz de los publicados por Brian Setzer, Chris Isaak o Marah, por ejemplo. Por no hablar de Elvis. Hasta la portada es fea ¿Si por lo menos fuera la que acompaña a este post y que he encontrado por Internet? Tendría gracia, por lo menos.

Pero es así, así lo siento y así lo escribo. Lo único bueno que tiene es que la pasta que se ganará con sus ventas tiene una finalidad benéfica. Y eso está bien ¿Ya he dicho que Dylan es Dios? Ah, sí. Lo he dicho. Pues lo reitero. Eso sí, Dios también patina.


Sonando: I’ll Be Home For Christmas de Bob Dylan

martes, octubre 13, 2009

Dayna Kurtz tiene nuevo disco

Hoy he cogido el bus para ir a currar mientras se iniciaban las notas del nuevo disco de Dayna Kurtz en mi iPOD. American Standard se llama el álbum. Y me ha gustado. Mucho. Quizá no me ha impactado tanto como lo hizo Another Black Feather allá por el 2006. Pero lo he disfrutado.

En este período de tres años la Kurtz se ha metido a poeta. O por lo menos lo ha intentado. Se ha apuntado a varios masters de poesía y ha empezado a escribir. Cosa que se nota en sus nuevas letras. Además se ha ocupado del terreno espiritual. Quizá por eso inicia este nuevo disco con una especie de oración que camina entre el gospel y el folk rural. Aunque ella niega que tenga nada que ver con la religión sí que parece que el alma tiene mucho que decir. Kurtz lo borda, ahí y en el resto del disco. A medio camino entre Bessie Smith, Nina Simone, Wanda Jackson y Joni Mitchell. Segura de sus pasos. Dominando el terreno. Muy cercana al rockabilly retro pero también al country, y esto último no es novedad. Quizá por eso me ha llamado más la atención cuando se ha acercado más al sonido años 50 de temas como «Good in 62», mi favorito del disco de momento. La semana pasada estuvo por aquí acompañada, además, de los Blue Mountain. Como uno no puede estar en todo no estuve en el Apolo aunque se asegura en los foros que estuvo magnífica. Habrá que conformarse con disfrutar del disco.

Sonando: Good in 62 de Dayna Kurtz

lunes, octubre 12, 2009

Adelante...atrás

Vaya, ya me he enganchado a otra serie. Y van...Resulta que el sábado acabamos la última temporada grabada de Weeds y ayer me engancho a la nueva sensación norteamericana, Flash Forward. Según dicen, la serie que va a sustituir a Lost como la favorita de los televidentes de los States. Si sigue el ritmo del primer capítulo no me extraña. Además, y como novedad, en España la emiten dos cadenas, Cuatro y AXN y lo hacen con apenas 10 días de diferencia con su emisión en EEUU ¿A ver si al final aprenderemos y todo?

En su estreno americano la siguieron casi 13 millones de espectadores. En AXN consiguió un 22 % de share, el mayor de la historia para una serie estrenada en España en una plataforma de pago. Y en cuatro, un 15 % y casi tres millones de espectadores. Vamos, que no está mal. A ver si ahora no la maltratan como suelen hacer con las buenas series.

La serie está basada en la novela del mismo título de Robert J. Sawyer. La cosa va de polis y ciencia ficción. Porque a diferencia de la novela, en la serie el protagonista es un poli mientras que en el libro es un físico nuclear. La trama sencilla pero atractiva. Estamos en el 2009 y de golpe todo el mundo pierde la conciencia durante 2 minutos y 17 segundos. Y cuando digo todo el mundo es todo el mundo. Con las catástrofes que eso conlleva: aviones que caen, accidentes de coches, problemas con los suministros...Rápidamente el FBI descubre que no es que la humanidad haya perdido la conciencia durante ese tiempo sino que todos han sufrido un flash forward y han visto su futuro seis meses después. Concretamente el 29 de abril de 2010. Y hasta ahí puedo leer. Todo muy dinámico. Intenso a más no poder. Lleno de enigmas. Grandes y pequeños. Alguno incluso descubierto en el mismo capítulo. Una serie de esas que engancha. Veremos como sigue la cosa. Pero pinta bien.

Sonando: That'll be the day de Pat DiNizio

domingo, octubre 11, 2009

Especialmente para mí

Ya he hablado por aquí de los Smithereens. Una de mis grandes pasiones secretas. Uno de esos grupos que admiras en silencio. Cosa que se lleva con orgullo por parte del freak disquero. Y a mucha honra, que diría mi madre. Porque los Smithereens, por desgracia para ellos, están más que condenados a una segunda fila, o incluso tercera, que lleva a cosas como que en la gira de hace unos años de su líder Pat Dinizio por España nos congregaramos en el Sidecar unas 25 personas siendo generosos. Muy generosos.

Por eso los ojos debieron hacerme chirivitas cuando rebuscando entre las cubetas de discos de Revolver, ayer por la mañana, me encuentro con su primer disco, Especially for you, en un estado impecable ¡por 4 míseros €uros! Haciendo un juego de palabras con su título, especialmente para mí. Casi estuve a punto de irme a por Jesús para decirle que me lo llevaba pero sólo si me cobraba más. Un impulso parecido al de Rob Gordon (John Cusak) en una de las escenas suprimidas del metraje final de High Fidelity cuando le ruega a una vengativa mujer a punto de divorciarse que le cobre más dinero que el que le pide porla colección de singles de su marido. Y es que en Especially for you no sólo está «Blood and Roses » famosa por haber salido en un par de películas y en un episodio de Miami Vice. También están «In a lonely place», «Listen to my girl» o, sobre todo, «Stranger when we meet», mi canción favorita de los Smithereens. Una de esas canciones casi perfectas. Preciosa. Con unos coros increíbles. Intensa. Pegadiza. Un hit vaya. De hecho hasta Kurt Cobain confesó en algunas entrevistas que Especially for you fue uno de los discos que más le influyó mientras estaba escribiendo Nevermind. Casi nada. Y es que en el disco hay de todo. Guiños al cine, no en vano «In a lonely place» toma su título y algo más de una película de Bogart. Reflejos de los 60 y los 70 con costantes referencias a los Beatles, los Kinks, Herman's Hermits o la Velvet Underground. Bromas-tributo a los Stones y su «Ruby Tuesday» titulando un tema «Groovy Tuesday» o explicando Dinizio en otro como se enamora de una mujer porque le recuerda ¡a Bill Wyman! Todo ello completado con la excelente producción de Don Dixon (REM). No en vano hay que recordar que el disco está grabado en plenos 80, concretamente en 1986 y la producción parece alejarse del horrible sonido de casi todos los discos publicados en esa década. Hasta ahora suena actual.

En definitiva, un disco enorme y un alegrón para un servidor encontrarlo casi regalado. Llamadme exagerado pero me atrevería a afirmar que si los Beatles hubieran hecho un disco en los 80 no se alejaría mucho de este Specially for you. Osado y radical que es uno. Pero es lo que pienso. Y, sobre todo, es lo que siento.

Sonando: Strangers when we meet de The Smithereens

viernes, octubre 09, 2009

El disco oculto de los Screaming Trees

Primero confieso. Nunca he sido un gran fan de Screaming Trees. La voz de Mark Lanegan siempre se me hacía demasiado oscura. Además, puestos a escoger a alguna banda de Seattle siempre preferiría a Pearl Jam, Nirvana o Soundgarden. Por ese orden. Sí, disfruté con el «Nearly Lost you» (incluída en la banda sonora de Singles) y de Sweet Oblivion. Poco más.

Pero hace unos meses me encuentro una de esas cosas que, de vez en cuando, la red tiene preparadas para ti. Un disco oculto. Un álbum grabado pero nunca publicado de la banda. Registrado entre 1998 y 1999. Justo después de Dust. Poco después de la entrada de Josh Homme en la banda. Resulta que la discográfica decidió que no iba a publicar ese disco porque no alcanzarían las ventas necesarias ¡ni para autofinanciarlo! Pues bien, señores de Epic Records (que era la disquera de marras) consiguieron no sacar a la venta mi disco favorito de toda la carrera de Screaming Trees. Y creo que no soy el único que lo piensa. Porque los 8 temas que forman ese disco son una maravilla. Intensos como pocos. Sin bajones. Sin descanso. Canciones que en mi opinión superan las de Dust y Sweet Oblivion, considerados sus cimas creativas. Y un tema, la nirvanera «Anita Grey» con visos de himno y que podía haber sido el «Alive», el «Jesuschrist Pose» o el «Come as you are» de los Trees. Quien los entienda que los compre.

Sonando: Anita Grey de Screaming Trees

jueves, octubre 08, 2009

El viejo Ted

De vez en cuando uno, no sabe muy bien como, se topa con discos que se convierten en esenciales. Álbums escondidos que pasaron sin pena ni gloria por las listas de éxitos (si es que entraron) y a los que nadie les hizo mucho caso. Y un buen día, buscando en cualquier cubeta de vinilos, trasteando CDs en una tienda de mala muerte o, más moderno, descargando unos archivos de Internet te topas con algo mágico. Y eso es lo que me pasó con The Next Hundred Years de Ted Hawkins. Un disco grabado en 1994 y que podría ser el disco que Otis Redding o Sam Cooke hubieran grabado si no hubieran muerto en un fatídico accidente de avión, el primero, y en un turbio asesinato el segundo. Porque este disco raspa, duele, enciende, malea, siente. Desgraciadamente, poco después de publicarse el disco, Ted Hawkins fallecía de un derrame cerebral con 58 años cuando parecía que el éxito estaba a punto de llegarle.

Nacido en una familia pobrísima de Mississippi, a los 12 años ya estaba metido en un reformatorio y hasta los 25 estuvo saliendo y entrando de la cárcel sin parar. Incluso llegó a estar tres años seguidos encerrado por robar una chaqueta con la que protegerse del frío. En la cárcel aprendió a tocar la guitarra tocando para la mujer del alcaide y cuando salió, según su propia autobiografía, decidió ser cantante al oir a alguien llamado Sam Cooke. Consigue grabar algunas canciones mientras toca en ciudades como Chicago, Buffalo o Philadelphia. Su estilo era inmenso. Siempre sentado en una caja de leche y con un pie llevando el ritmo. Era su imagen y la gente cuando lo veía alucinaba del sonido que conseguía sacar de su vieja guitarra. Evidentemente blues pero también mucho soul. Con una voz áspera que se va estropeando por la dureza de los inviernos del norte de los States y por las muchas noches durmiendo al raso.

Pero en 1970 consigue un contrato discográfico gracias a Bruce Bromberg que su tendencia a los líos vuelve a cargarse. Sus problemas con la heroína le llevan a la cárcel por un período de 10 años. Cuando sale, Bromberg aún le espera y vuelve a contratarle. Edita un disco que pasa desapercibido para el público pero que la crítica pone por las nubes. Cosas de la industria. El dinero no llega y por eso en 1990 se traslada a California y vuelve a tocar por las calles. Hasta que Geffen le convence para grabar The next hundred years. Como decía un disco imprescindible y prácticamente insuperable. Un sonido conseguido a base de las cicatrices en el alma de un hombre de vida tortuosa. Con unos temas propios que quitan el hipo y tres versiones soberbias entre las que se encuentra «Long As I Can See The Light» de John Fogerty. Un disco vulnerable, honesto y sincero. De los que me gustan.

Sonando: Strange Conversation de Ted Hawkins

miércoles, octubre 07, 2009

Canción de boda

Hoy hace tres años que me casé. Una de las mejores decisiones de mi vida. Seguro. Aunque no cambiaba nada. Simplemente firmamos un papel y disfrutamos de un gran día. Rakel siempre dice que recuerda esa fecha como muy divertida. Lo disfrutó al máximo y se le notaba. Y yo también. Sólo con mirarla sentía como me transmitía su felicidad.

Quizá por ser el día que es estoy escuchando «The Wedding Song» de Bob Dylan. Una preciosa canción incluída en uno de mis discos favoritos del profeta, Planet Waves. Un álbum grabado junto a The Band y que, escucha a escucha va ganando enteros hasta convertirse en algo vital en tu discografía.

Te amo más que nunca
más que al tiempo y más que al amor
te amo más que al dinero
y más que a las estrellas de ahí arriba
te amo más que a la locura
más que a las olas del mar
te amo más que a mi propia vida
significas todo eso para mí.

Llamadme cursi pero me encanta esta canción y la manera en que Dylan tiene de enfocar un sentimiento tan dulce. Y aunque la versión de Bobby es la que más me gusta tampoco hay que perderse la que hizo Maria Muldaur en su disco Love Songs of Bob Dylan.

Cambias el curso de mis cosas cada día
y enseñas a mis ojos a ver
precisamente estar cerca de ti
me resulta una cosa natural
y no podría dejar que te fueras
no importa lo que suceda
porque te amo más que nunca
ahora que el pasado se ha marchado.

Es de esas canciones que uno desearía haber escrito. Con referencias al pasado, al presente y al futuro. Una canción sublime para un momento sublime.

Sonando: The Wedding Song de Bob Dylan

martes, octubre 06, 2009

The Dirty Guv-Nahs

Pedazo de grupo. Y no hay más que hablar. Cuando los descubrí rápidamente vislumbré algo muy grande en ellos. De hecho han sido nuestro disco del mes en el quinto programa de radio y que ya está disponible en su blog. Los tipos son de Knoxville, Tennesee y aunque sólo tienen dos discos ¡vaya dos discos!. Si digo que a mí me parecen una mezcla entre los Screamin Cheetah Wheelies, algo más suaves, y los primeros Blues Traveler creo que está todo dicho ¿no? Su cantante es un tal James Trimble que no llega a la voz de Mike Farris pero que no se queda corto como cantante. Y además los temas de la banda le van como anillo al dedo. Mucho soul, blues, country....Son un auténtico pepinazo que vale la pena no perderse si les diera por acercarse a nuestras tierras. Cosa que dudo. Eso sí, no pienso perderlos de vista.

Sonando: We'll Be The Light de The Dirty Guv-nahs

lunes, octubre 05, 2009

Resultados de la Fira

Aunque varios esguinces entre el codo y el hombro me impidan escribir, siempre tendré las manos de Raquel como alternativa. Este fin de semana ha sido la fira del disc y servidor ha hecho un par de visitas. Una el viernes, de la que salí ligeramente deprimido porque solo compré tres o cuatro novedades en una de las tiendas que visito habitualmente. Con lo cual, maldita la gracia.

El domingo ya fue otra cosa. Volví al holandés de los precios saldados que visito cada año y me hice con una decena de vinilos por 20 €. Un poco de todo, desde Joe Ely a Sir Douglas Quintet, pasando por Van Halen, Gordon Lightfoot, Stevie Wonder, Ry Cooder, Randy Newman, Steve Miller Band y The Everly Brothers. Pero lo que más ilusión me hizo fue encontrar también por dos euros el único disco que me faltaba de Frankie Miller, Easy Money. En definitiva, que no me puedo quejar.

Mientras estaba en la fira sonaban insistentemente The Beatles y ya que hoy es el aniversario de la edición de «Love me do», su primer single, toca recomendar una canción de los Fab Four. Y hoy va a ser una de mis favoritas «I'm only sleeping» de Revolver. Si no te gusta esta canción yo no puedo salvarte amigo.

Sonando: I'm only sleeping de The Beatles

viernes, octubre 02, 2009

Ser hijo de...

Siempre que voy a un macroconcierto (pocas veces) como el de ayer de Green Day suelo hacerle a Rakel una pregunta sobre los hijos de la gente que actúan. Ayer fuer una afirmación rollo “¿sabes que Billie Joe tiene dos hijos?”. Y es que no puedo evitar pensar qué sentirán los hijos de esta gente cuando ven a sus “viejos” allí. Me cuesta ponerme en el lugar de los hijos de Springsteen o de Mick Jagger. Pero supongo que la edad de los susodichos me ayuda un poco. En el fondo son tipos que pasan de los 60, como mi padre, y aunque se dediquen a dar saltos en un escenario ante miles de fans, la edad te puede hacer respetarlos si eres su hijo. Llámenme carca.

Pero lo de Billie no lo entiendo. Me falla mi capacidad empática. Para empezar explícale a tus hijos que tu madre te puso Billie (en femenino) y no Billy porque cuando fue a inscribirte en el juzgado estaba colocada. Luego cuéntales que te llamaban en el instituto “two dollars Bill” porque vendías los porros a dos dólares. Después cuando te pregunten por qué eres músico les dices que porque te expulsaron definitivamente del instituto antes de los 18 años y que además querías ser Johnny Rotten. Y tras todo eso les dices que se coman la cena. Difícil ¿no?

El tema de los vástagos, además, se me hace curioso por otro motivo. Sobre todo para los que deciden ser músicos. Nadie se pone de acuerdo si les beneficia o no. Y quizá la respuesta esté en que en unas cosas sí y en otras no. Ejemplos a cientos, claro. Jakob Dylan, Rufus Wainwright, Jeff Buckley, los Dickinson, Chris Stills, Sean Lennon, Dweezil Zappa, Zak Starkey, Ziggy Marley....¿Se transmitirá la genialidad vía ADN? En algunos casos parece que sí y en otros es evidente que no. Cada uno que juzgue los nombres y los ponga en la columna que quiera. Yo espero que June sea en todo mejor que yo. Supongo que como todo padre. Y además seguro que su madre lo consigue. Mientras, seguiremos saliendo corriendo de un concierto de Green Day si nos llaman para decirnos que se encuentra mal. Una lágrima suya siempre será más importante que cualquier canción.

Sonando: Prodigal son de The Rolling Stones

jueves, octubre 01, 2009

El buen rollo de Green Day

Hoy toca Green Day en Barcelona. Y sí, se lo que me espera en el Palau Sant Jordi. Ayer lo hablaba con Maro "Nu Nile" Cobo y los dos estábamos de acuerdo. Tanto en lo que nos espera como en la reflexión que acompaño. Además los comentarios en los foros sobre el concierto en Madrid van por esos derroteros. Concierto para público joven con mucho de espectáculo y la música en segundo plano. Fans histéricos/as chillando y ellos en plan megaestrella. Pero nos da igual y es lo que hay. No seré yo el que critique a bandas a las que les ha costado mucho tiempo llegar a un status por intentar mantenerlo ¿Qué haríamos nosotros en su lugar? ¿Prescindiríamos de parafernalias y nos concentraríamos sólo en la parte musical a riesgo de perder lo que tanto nos ha logrado conseguir? Cada uno que conteste y haga análisis de conciencia. Claro que prefiero ver a los Green Day en una sala pequeña y dejándose las agallas en cada tema. Faltaría más. Pero eso, ahora, es imposible. Parece fácil criticar a los Green Day porque Billy Joe saque una pistola de agua gigante o porque haga cantar al público. Pero nadie se atreve a criticar abiertamente un concierto de Springsteen o de los Stones, por ejemplo. Y no, no estoy comparando a los “verdecitos” con esos mitos, sólo comparo la situación.

Los Green Day ahora son súper estrellas del mundo del espectáculo.Se lo han ganado con muchos bolos en garitos de mala muerte. Y aunque algunos insistan en lo contrario siguen haciendo lo mismo que hace 20 años. Mejor producido ¡claro, joder! Porque tienen más medios. Pero la propuesta es la misma. Green Day llevan haciendo el mismo tipo de canciones mucho tiempo y a mí me gustan. Me dan buen rollo. Se autoplagian. A veces obsesivamente y de manera escandalosa. Pero me siguen dando buen rollo. Copian a sus mitos. Y yo sigo de buen rollo. Calcan riffs de los Clash o los Pistols. Y mi buen rollo inalterable. Con lo cual pienso asistir al concierto de esta noche teniendo muy claro lo que voy a ver. Y, sobre todo, con muy buen rollo. Las cosas de la felicidad.

Sonando: Peacemaker de Green Day