lunes, noviembre 30, 2009

Reencuentro (un ataque alta fidelidad)

Reencontrarse con alguien casi siempre es satisfactorio. Es una sensación que, una vez superada la extrañeza inicial, se torna en tremendamente positiva. Y si esos primeros momentos, encima, no existen, mejor que mejor. Es como cuando te da un ataque “High Fidelity” y decides reordenar tu colección de discos. Sobre todo para los que contamos, por suerte, nuestras referencias por miles. Empiezas a encontrar aquel grupo que te voló la cabeza. Aquel disco que ya no recordabas de aquella banda X que dabas por acabada cuando publicaron el bombazo que tienes en la mano. Aquel solista que te recomendó aquel conocido en el que nunca sueles confiar. Aquella banda de chicas que compraste por las referencias leídas en el Ruta de febrero del 96. O aquel disco al que simplemente te acercaste por su portada y que se convirtió en esencial de tu colección. Situaciones diversas para un mismo final. El reencuentro. La placentera sensación de volver a pinchar un disco y pensar “¡Joder! ¿Qué bueno es! ¡Y hace tres años que no lo pincho!”. Porque no nos engañemos. No, los melómanos no tenemos tiempo para escuchar compulsivamente todo lo que tenemos. Claro que no. Cada disco tiene su/sus momentos. Volviendo al principio, como los amigos.

La semana pasada fue momento de reencuentros. Con el gran Jaime Anglada con el que hacía tiempo que no hablaba y que aprovechó para pasarme su próximo disco. Ojito que suena y mucho. Y con mi gran amigo J.F. León en su visita relámpago a Barcelona. Un par de tipos con los que llevaba meses sin hablar pero que siempre tengo ahí. Luego te reencuentras y parece que no ha pasado ni un minuto desde tu anterior charla. Media hora de conversación telefónica con Jaime como si nos hubiéramos visto el día anterior. Y con J.F. más de lo mismo ¡Si acabamos jugando a golf con la Wii mientras le pinchaba el nuevo disco de los Chinaski! Amigos. Es lo que son. Se tienen, sin más. Se disfrutan. En su momento, eso sí, como los discos reencontrados en un ataque alta fidelidad.

Sonando: First I look at the purse de J.Geils Band

viernes, noviembre 27, 2009

Que vienen Los Lobos mamá

Ya tengo banda sonora para la primera navidad de June. Y no, no va a ser el disco navideño de Dylan que, con el paso de las semanas, me sigue pareciendo un peñazo. Eso sí, el videoclip de «Must Be Santa» lo he visto divertido. Histriónico. A lo Tom Waits. Pero mi opinión del disco sigue siendo la misma. Por eso, mientras ponemos el primer árbol de Navidad de June combinaré los habituales discos de villancicos de Phil Spector, Elvis, Marah o Brian Setzer con el nuevo disco de Los Lobos. Que no, no es de villancicos ¡Pero es íntegro de canciones de Disney! Eso sí ¿quién lo diría? Porque mi banda lobuna favorita ha sabido convertir un montón de temas de las películas de Disney en algo propio. Empezando por el «Heigh-ho» de Blancanieves y los Siete Enanitos. Va. Que levante la mano quien nunca haya entonado eso de “heigh-ho, heigh-ho a casa a descansar”. Un clásico. Sí señores, un clásico. Como Los Lobos. Una de las mejores bandas de la historia. Toma absolutismo. Y quien quiera discutir primero que intente justificármelo con un disco malo de Cesar Rosas, David Hidalgo y compañía. Vale, vale. No son los Beatles. Pero tampoco lo pretenden. Son Los Lobos y punto. Llevan en activo 33 años y no han hecho un puñetero disco malo. Y eso que han superado la veintena de grabaciones (recopilatorios incluídos). Este es su segundo disco medio enfocado al público infantil. Aunque podría no serlo perfectamente. Del primero, junto a Lalo Guerrero, ya salieron más que bien parados. Y de este Los Lobos Goes Disney todavía lo harán más. Porque si nadie nos lo dijera, probablemente no descubriríamos que esas canciones que suenan a blues fronterizo, a antojitos y a atmósferas pantanosas son factoría Disney. Esa es su grandeza. De ahí la confesión del día ¿saben qué? Si yo pudiera elegir ser miembro de una banda, de cualquiera de las bandas de rock del mundo, como Jack White está muy blanco y tiene más pelo que yo, elegiría ser un lobo. Llámenme raro, pero sincero.

Sonando: Cruella de Vil de Los Lobos

jueves, noviembre 26, 2009

The music sounds just like it feels...

Así reza el sobrecito en el que se guarda la última maravilla de los Black Crowes, el DVD Cabin Fever. Una frase extraída de una de las canciones de Before the Frost, «And the band played on…». Perfecta para un documento único en el que se nos permite vivir las sesiones de grabación del último disco de los cuervos en el estudio de Levon Helm. Una deliciosa oportunidad de adentrarse en las entrañas de una de las bandas más grandes que pueblan el planeta. Porque, efectivamente, la música suena tal como se siente. Una definición enorme. Insuperable para definir algo tan difícil y tan sencillo, a veces, como es la música. Y una sentencia ideal para lo que encontramos en la galleta que va dentro del sobre. Rock en estado puro. Crowes en esencia. Con momentos sublimes. Chris presentando a la banda en su faceta de simpático frontman, Rich con su sitar, la entrada en escena de un tímido Larry Campbell, Chris, de nuevo, con pinta de muñeco cabezón de esos que mueven la cabeza, los hermanísimos tocando en plan bluegrass en acústico o una impagable conversación con el viejo Levon, en unas mecedoras y al lado de una chimenea. Estos son sólo algunos de muchos. Demasiados para ser asimilados en un solo y rápido visionado. Pero suficientes para volver a darte cuenta de lo grande que es esa banda y de lo grande que es lo que han hecho. Ya lo dicen ellos. Tal como se siente.

Sonando: Kept my soul de The Black Crowes

miércoles, noviembre 25, 2009

Ian Siegal, blues de guante blanco

Ayer hacíamos el programa número 12 de Sentido Común, descargable en su correspondiente blog, y el honor de ser disco de la semana se lo llevaba Ian Siegal. El tipo es un extraordinario bluesman británico que estuvo hace unos meses dando una masterclass en Barcelona y que acaba de editar un discazo llamado Broadside ¡Y no! Los que no sentís pasión por el blues no os alejéis todavía. Porque si su anterior disco, The Dust, era puro blues acústico en la línea de los clásicos, en éste, Siegal se atreve con todo desde el country a sonidos más cercanos al Americana. Además, Broadside es su quinto disco y el tipo nunca se ha repetido. Siempre ha buscado nuevos horizontes y eso, en un músico de blues, es algo más que loable. Su hoja promocional dice que sus influencias principales son Howlin’Wolf y Muddy Waters aunque con este disco demuestra que también ha pasado bastante tiempo escuchando a Johnny Cash, a Bo Didley o a Tom Waits ¿Ecléctico?¿Heterogéneo? No, porque Ian Siegal suena a sí mismo. Suena a todas sus influencias y a ninguna. Y toca ¡cómo toca! Parece mentira que se pueda transmitir toda esa amalgama de sentimientos con seis cuerdas, un mástil y una caja de resonancia. A la lista de discos del año por derecho propio.

Sonando: Little Paranoia de Ian Siegal

martes, noviembre 24, 2009

La pasión de Levon Helm

Me enganché a la carrera en solitario de Levon Helm hace algunos años. No en vano, el viejo Levon siempre ha sido mi componente favorito de The Band. Garth Hudson no me atraía demasiado. Lo encontraba algo falto de carisma. Richard Manuel se me hacía demasiado dulce al cantar. Robbie Robertson era demasiado cascarrabias y sus hechuras de líder no me convencían del todo. Así que la cosa estaba entre Rick Danko y Levon Helm. Los puntos que perdía Danko al ser el bajista de la banda (siempre he encontrado un punto de rareza en ser bajista y que me perdonen los que lo sean y lean esto) convertían al mejor batería de la historia del rock en mi “bandolero” favorito.

Y su carrera en solitario no iba a hacer más que confirmarlo. No entraré en detalles sobre su vida porque ya lo hice en un artículo que se publicó hace varios meses en el Ruta. Pero sus discos en solitario son auténticas maravillas. Un resumen perfecto de la historia del rock americano de raíces. Y su último trabajo, Electric Dirt no iba a ser una excepción. Soberbio. Insuperable. Con un tema propio y, como siempre, unas versiones prácticamente superiores a las originales de Grateful Dead, Muddy Waters o Randy Newman, por ejemplo. Una vez catado, asimilado e interiorizado el disco, mi afán de completista me lleva a la web de Helm para hacerme con las dos ediciones deluxe de las Midnight Ramble Sessions a un precio irrisorio. Para quien no las conozca se trata de la grabación de dos de las actuaciones que periódicamente Levon hace en su estudio de Woodstock, sí ese en el que han grabado su último disco The Black Crowes, con público y unos invitados de lujo. La lista da miedo: Steve Jordan, el desaparecido Sean Costello, Steve Crooper, Dr. John, John Hiatt, Eric Clapton, Scotty Moore, Booker T. Jones, Johnnie Johnson, Larry Campbell o Yim Yames, por citar algunos. Y por encima de todos Levon con su eterna sonrisa y su cara de placer haciendo lo que sabe hacer mejor que nadie: cantar como los ángeles y tocar la batería como un diablo. Estos dos CDs+DVD ya están entre los favoritos de mi colección y en un puesto destacado. Respiran pasión, Levon lo hace en todo lo que se implica y eso me gusta. Me encanta. Pasional que es uno.

Sonando: Kingfish de Levon Helm

lunes, noviembre 23, 2009

Dos veces

Me sobrarían dedos de una mano para contar los libros que he leído dos veces. No suelo releer. Hay demasiadas cosas interesantes por ahí para leer dos veces lo mismo ¿Un error? Puede. Pero me gusta disfrutar de cosas nuevas. Con las películas me pasa lo mismo. Rara vez veo una dos veces a no ser que el típico zapping televisivo me haga llegar a alguna cosa que ya he visto y me pare a revisionarla. Sin embargo hay películas que me gusta tener. Y lo hago porque no descarto volverlas a ver. Por eso podríamos decir que mi colección de películas está formada a partir de la posibilidad de un segundo visionado. Y eso sí que ya lo he hecho alguna vez. Alta fidelidad es el más claro ejemplo, aunque también he repetido con Eduardo Manostijeras, con Buscando Nunca Jamás o con En La cuerda floja, por citar algunas que me vienen a la cabeza de memoria. Con películas habría muchas más pero con libros no. Sólo existe la excepción de los libros de poesía. Bueno, y de los libros sobre Dylan. Aunque esto hay que explicarlo.

Creo que sólo he repetido, como tal, la biografía que escribió para Juglares Jesús Ordovás que durante mucho tiempo fue mi libro de cabecera. No en vano fue el primer libro sobre Dylan que tuve. También he repetido la magnífica biografía de Howard Sounes y el Crónicas del propio Bobby. Pocos más pero claro, para un tío que tiene más de 50 libros dedicados a la figura de Dylan, ya podéis imaginar que algunas cosas las he leído muchísimas veces. Diferentes autores, diferentes palabras pero, en muchas ocasiones, la misma historia. Eso sí, no me cansó ¿Freakie yo? Ahora que lo digo, el otro día mi madre me decía “hijo ¿qué es exactamente un freakie?” y yo le contestaba “¿sabes mi obsesión con Dylan mamá? Pues eso es un freakie”.

Pero sigamos después del paréntesis. Estoy rompiendo la estadística con En la carretera de Kerouac. Y la experiencia es más que gratificante. Estoy descubriendo nuevos recovecos. Disfrutando del placer de la lectura con cada detalle, con cada sentimiento ¿Será el principio de una tendencia a leer todo lo que leo más de una vez? No creo. Me conozco y mi espíritu ansioso y abarcador no me dejará. Pero por lo menos ya se una forma más de disfrutar de un libro.

Sonando: Cleopatra reina de África de Amigos Imaginarios

viernes, noviembre 20, 2009

Reencuentro

Anoche, los dos Chinaskis mayores, tanto por edad como por veteranía, volvieron a encontrarse encima de un escenario. Santi Campos estaba en Barcelona para tocar en acústico dentro del ciclo Concerts Suaus en Sant Adrià del Besós. Una de las canciones que cantó fue «Mentir» del primer disco bastardo y como servidor, evidentemente, andaba por allí la hicimos juntos. Siempre es un placer volver a cantar con Santi pero, sobre todo, lo es reencontrarse con él. Es el Sal Paradise de nuestros días. Eso sí, segoviano, no estadounidense. Una persona irrepetible. Un músico excepcional por el que siento especial debilidad. Pero sobre un todo un tío estupendo que te ilumina con su sencillez. Yo ya lo he dicho a veces por aquí. Pongan un Santi Campos en su vida y serán un poquito más felices.

Sonando: Ana y los desastres de Amigos Imaginarios

jueves, noviembre 19, 2009

Trascender

(De transcender).

1. intr. Exhalar olor tan vivo y subido, que penetra y se extiende a gran distancia.

2. intr. Dicho de algo que estaba oculto: Empezar a ser conocido o sabido.

3. intr. Dicho de los efectos de algunas cosas: Extenderse o comunicarse a otras, produciendo consecuencias.

4. intr. Estar o ir más allá de algo.

5. intr. Fil. Dicho de una noción que no es género: Aplicarse a todo, como acontece con las de unidad y ser.

6. intr. Fil. En el sistema kantiano, traspasar los límites de la experiencia posible.

7. tr. p. us. Penetrar, comprender, averiguar algo que está oculto.


Estas son las seis definiciones que el diccionario de la RAE da a la palabra trascender. Pues bien, de vez en cuando, necesito escuchar un disco que no produzca en mí nada de esto. Hace poco leía en el blog de Hotel Arizona, programa de radio que no me canso de recomendar, sobre el disco de Jersey Budd, Wonderlands, que “Jeff Tweedy les llamaría simples artesanos sin capacidad de trascender”. Pues a eso me refiero. Mal que le pese al genio que es Tweedy. Escuchar algo que, simplemente, me entretenga. Que no vaya más allá. Que pase. Y que probablemente se olvide. O no. Porque a veces esos son los que más permanecen en mi memoria. Tampoco importa. Porque no son trascendentes. Necesito llevar en mi iPOD dos o tres discos que simplemente me sirvan de banda sonora para no pensar. Para desconcentrarme. El de Jersey Budd, precisamente, es uno de ellos. Otro es el de Hey Negrita, You Can Kick. Y ya avanzo que no, no cambiarán la historia del rock pero a mí me gustan y me entretienen.

A los Hey Negrita se los ha definido como una mezcla entre Johnny Cash y los Rolling Stones. Ya saben, las hojas promocionales. La leyenda cuenta que se forman cuando su cantante decide que lo suyo es el rock and roll después de pasar unas noches a la intemperie acompañado de una corista de Ray Charles y un músico de sesión de Gram Parsons en una carretera perdida americana. Las historias que le explican le influyen tanto que lo deja todo para hacer música. Así que vuelve a su Londres natal y forma Hey Negrita. You can kick es su tercer disco y suena, como no podía ser de otra manera, a clásico. Pero a clásico americano, sobre todo. Suena a Cash pero también a Dylan o Petty. Un poquito a los Stones (una canción de ellos es la que da nombre a la banda) y también a los Kinks etapa americana. Intrascendentes (de nuevo). Pero bien grabado, con canciones pegadizas y con pocas aspiraciones de ir más allá. Quizá sólo pretendan grabar un disco más. Y esa no es mala filosofía.

Sonando: The Last Thing That I Do de Hey Negrita

miércoles, noviembre 18, 2009

Diez años sin el tío Sahm

Hoy se cumplen diez años de la desaparición inesperada de Doug Sahm a causa de un ataque al corazón. En mi opinión Sahm no sólo es una figura clave para enteder el rock fronterizo sino que también lo es para entender el rock americano en general. Un músico de esos que lo tocaba todo, guitarra, bajo, violín, piano, acordeón…Una persona con un talento especial para las melodías, para las canciones. Y la gente con la que tocó forma una lista impresionante: Dylan, los Grateful Dead, Willie Nelson, Rick Danko, Dr. John…. Por no hablar de sus diferentes proyectos: el Sir Douglas Quintet, los Texas Tornados...Por eso el Sentido Común de ayer estaba dedicado a él. Como siempre se puede descargar o escuchar desde el link que hay a la derecha. Y vale la pena. Porque fue un programa emotivo en el que no sólo conmemorábaos el aniversario de su muerte sino también la publicación de Keep Your Soul, un disco tributo, por fin, como mandan los cánones. Con buenos amigos y mejores músicos. Gregg Dulli, Flaco Jiménez, Los Lobos, Delbert McClinton, su hijo Shawn Sahm...Una verdadera delicia. Sahm es uno de mis grandes ídolos. Y aunque hace 10 años de su muerte, su música sigue ahí. No hay nada mejor para recordarle que pinchar un tema suyo y dejarse llevar.

Sonando: Chicano de Sir Douglas Quintet

martes, noviembre 17, 2009

The Feelies, algo más que una banda de culto

Anda el ruterío revuelto. Y la culpa parecen tenerla los Feelies, el desaparecido grupo del gran Glenn Mercer. Algo se cuece. De momento se han reeditado dos de sus 4 enormes discos: Crazy Rhythms de 1980 y The Good Earth de 1984. La edición es fantástica, en vinilo de 180 gramos. Como Dios manda. No os diré que soy seguidor de los Feelies desde que empezaron, más que nada porque sería poco creíble que con 1 año (se formaron en 1976) siguiera una banda de rock and roll underground de Nueva Jersey cuyo nombre provenía de la novela Un mundo feliz de Aldous Huxley. Debí descubrirlos a mediados de los 90, cuando mi fascinación por R.E.M. estaba en pleno apogeo y decidí investigar en grupos que influyeron sus primeros discos. Después volví a encontrármelos en el libro Discos Ocultos de Juan Vitoria, una auténtica biblia del coleccionista de discos, donde se los define como la semilla de los de Athens pero también de Sonic Youth o de los Violent Femmes. La cosa es que The Feelies rockean. Su primer disco, Crazy Rhythms es delicioso con una versión impagable del «Everybody's Got Something to Hide (Except Me and My Monkey)» de los Beatles que tira de espaldas. En el segundo, The Good Earth cuentan con Peter Buck de R.E.M. a las guitarras. Después se cascan un EP con una nueva versión de los fab four y otra de Neil Young. Buen gusto que tenían. En 1988, en su momento álgido, llega Only Life con versión de la Velvet Underground incluída. Y su último disco se publica en 1991, Time for a Witness y un tema de los Stooges cerrando el disco y su carrera. Después, decenas de proyectos de todos sus miembros y el sorprendente regreso en solitario de Glenn Mercer en 2007 con Wheels in Motion, un excelente disco. Vamos que no está mal para paladares exquisitos. No hace falta buscar los "feelies" de Huxley, unos cines que sustituían los sentimientos humanos. Con acercarse a estos discos es suficiente para sentir algo. Seguro.

Sonando: The High Road de The Feelies

lunes, noviembre 16, 2009

Nu Niles y otros directos

Revisando me he dado cuenta de que no llegué a hablar por aquí del post concierto de los Nu Niles. Y como más vale tarde que nunca....Fue un gran bolo, como se puede suponer. Y servidor disfrutó como un enano con su pequeña colaboración. La banda suena. Siempre lo ha hecho. Y no, no soy objetivo porque son buenos amigos míos. Pero lo intento. Los Nu Niles son una máquina engrasada que combina su capacidad como grandes músicos con una puesta en escena excelente. Porque además los tíos tienen imagen. En mi opinión, lo tienen todo para triunfar. Pero no lo harán, posiblemente. Como tantos otros en este país. Es de ese tipo de cosas difíciles de explicar.

Me encanta la expresión de que somos un país de pandereta. Últimamente la uso mucho. Porque lo cojonudo es que nos empeñamos continuamente en demostrarlo. Conciertos de gente que es muy reconocida fuera aquí están vacíos. A duras penas se gana para pagar las salas en las que actúan. Eso sí. Incluso los que nos consideramos rockeros de pro no podemos evitar la actitud borreguil que tanto nos ofende ver con productos televisivos. Se corre la voz de que Marah hace grandes bolos, festivos, etc. Y ala, los Marah sold-out cada vez que vienen. Y no digo que no lo merezcan ¡ojo! Su fama es más que merecida, por supuesto. Se lo han ganado a pulso. Pero luego viene Will Hoge al Sidecar y somos 25, viene Richmond Fontaine y no pasamos de 30, Lucero a duras penas pasan de 100 personas en el Apolo, Deadstring Brothers llegan a 50 con apuros en el Sidecar o en lo nacional, viene Jon Ulecia y rascadas 15 personas ¿A ver cuántas personas van a ver a los grandísimos Black Diamond Heavies el domingo en el Rock Sound? Pandereta. Lo que yo les diga. Y los Nu Niles tienen la moral para irse de gira. Eso sí, ellos tienen un público fiel que en Barcelona no les falló. Lleno total en la 2. Aunque el público rockabilly-retro-surf-hillbilly (llámenlo como quieran) es otra cosa. Pero como dice Mario en su disco, “tanto sufrimiento de qué servirá, si acabaré en una clínica mental”.

Sonando: Sin rendición de Nu Niles

viernes, noviembre 13, 2009

A Brad le gustan los Dexateens

Ayer entrevisté a Quique González. Un placer hablar con él. Como siempre. Me atrevería a decir que es el tío más cercano que he entrevistado nunca. Y ya lo he hecho tres veces. Durante el transcurso de la entrevista me contó, entre otras cosas que no desvelaré hasta que se publique, que Brad Jones le decía, mientras grababan Daiquiri Blues, que los Dexateens eran la mejor banda del mudo ahora. Ya hablé de ellos por aquí y de su último disco. Los tipos son de Tuscaloosa y se formaron en 1998. Siempre se les ha anclado en el Southern Rock pero vaya. No en lo que yo entiendo como Southern Rock. Eso sí, hacen rock y son del sur claro. Han confesado varias veces que su segundo disco iba a ser el último. Hoy llevan 6. Son la típica banda en la que sus miembros han trabajado hasta de camareros en las salas en las que iban a tocar para ¡poder pagar el alquiler del local! A mi su segundo disco Red Dust Rising , precisamente, es el que más me gusta junto con este último Singlewide. Quizá por eso del romanticismo de ser el priemro que tuve. Son buenos. Muy buenos. Y no lo digo yo. Lo dice Brad Jones.

Sonando: Can’t you see de The Dexateens

jueves, noviembre 12, 2009

Las obras maestras que se fueron

El otro día leía en el inmenso blog del grandísimo Sanfreebird una reflexión sobre R.E.M. que me hizo pensar. Él aseguraba quedarse con los primeros discos de Stipe & Co. (¿quién no?) y aseguraba no mostrar demasiado interés por sus últimos trabajos. Sobre todo después de Out of Time cuyo único problema, para todo el mundo, parece ser la comercialidad. Pero ¿qué delito comete una banda al conseguir que su disco se venda por millones de copias? Quizá los mitómanos sigamos prefiriendo conservar “bandas secretas”. Grupos que son sólo nuestros ¿Qué le vamos a hacer? A mí Out of Time me parecía y me sigue pareciendo un disco d rock americano perfecto. Sin más.

Otro tema está en la manía que tenemos los críticos, entre los que me incluyo, en comparar permanentemente a los artistas con sus grandes obras, quitándole valor a sus trabajos actuales. Pero no. No lo hacemos con todos. Volvemos a tener, como siempre, vacas sagradas. Está claro, R.E.M no van a volver a grabar un Murmur, por ejemplo. Clarísimo. Pero ¡ay! Es que los Stones tampoco van a volver a grabar Exile on Main Street, Aerosmith no volverán a grabar Pump, Pearl Jam no tendrán otro Ten, Neil Young no volverá a grabar Harvest y Dylan nunca tendrá otro Highway 61 Revisited ¿Alguien se ha atrevido a reseñar el Together Thought Life de su santísima comparándolo con Bringing It all Back Home, por ejemplo? Pues no. Decimos que está muy bien, que es un gran disco, etc, etc. Pero lo respetamos. Eso sí, que a los Raconteurs no se les ocurra grabar un disco inferior a sus dos primeros trabajos o “cobran”. Nos hemos cansado de decir que el Rainy Day Music de los Jayhawks quedaba muy lejos del Tomorrow The Green Grass. Pues vaya ¿Y qué disco no? Que lo último de Wilco queda muy lejos del Yankee Hotel Foxtrot…Y así, cientos. A unos los perdonamos y a otros no. Las cosas de la ciencia.

Sonando: Wilco, the song de Wilco

miércoles, noviembre 11, 2009

Radiofonista encubierto

Vaya por delante que Rakel lo es. Yo no. A mí, simplemente, me gusta la radio. Me encanta la radio. Ayer cumplimos 10 programas de Sentido Común, como siempre en descarga en su blog. Un placer hacerlo. La radio es mi medio favorito porque no es tan fría como la prensa escrita pero conserva un misterio que se pierde con la televisión. Por eso he vuelto a ella. Había hecho muchas cosas en radio pero nunca había co-dirigido un programa como hago con Sentido Común. Y me lo paso teta. De hecho hace tiempo que he vuelto a escuchar más radio. Siempre ha habido una serie de programas que no he dejado de escuchar. Especialmente el Flor de Pasión de Juan De Pablos, con todos sus cambios de horario incluídos. Ahora, como puedo leer menos con June, juntos oímos mucha más radio. Intento ser fiel a una serie de programas. Además, Internet lo hace más fácil. Si te pierdes el programa existe el podcast y arreglado. Entre semana me levanto con el Hoy Empieza Todo de Radio 3. Pero no hay semana que no pase por el Rock And Roll Animal de JF León, por el Hotel Arizona en Radio Enlace y por las intervenciones de Joserra Rodrigo en su Rock&rodri en Radio Euskadi.

El colmo es que este pasado fin de semana, Rakel y yo hemos visto la película Radio Encubierta con un fenomenal Philip Seymour-Hoffman. Que sí, que es una película sólo para freakies del rock and roll. Puede ser. Un pelín larga, quizá. Pero una delicia para amantes de la radio y la música.

Sonando: Radio Play de John Lennon

martes, noviembre 10, 2009

Rosie & Lee

Mi visita semanal a Discos Revolver ha de ser contenida. De lo contrario corro el riesgo de que Rakel inicie un divorcio express de esos tan de moda. Je, je. La verdad es que ella siempre acepta mis gastos vinílicos e incluso dibuja una sonrisa que parece decir algo así como “venga va, píllatelo”. Por eso yo mismo me impongo un autocontrol. Si no la cosa podría ser grave. Sólo me pasa algo similar cuando voy a comprarle ropa a June y encuentro cosas rockeras. La semana pasada adelanté la visita. Y la cacería dio como resultado dos discos bien diferentes entre ellos pero que son enormes. Los ganadores fueron Lee Fields y Rosie Flores.

El veterano soulman acaba de sacar un grandioso disco titulado My World en el que demuestra todo lo que lleva en las venas. Por algo en los 70 le podaban Little James Brown. Y es que el amigo se parece incluso físicamente. Aunque en los últimos años se había perdido en la música de baile, ha sido recuperado por el buen gusto de la gente del sello Truth & Soul para la música del alma. Y el discazo es de los que cuesta olvidar.

La amiga Flores, por otro lado, acaba de publicar Girl of the century con los Pine Valley Cosmonauts o, lo que es lo mismo, Jon Langford, Tom Ray, Joe Camarillo, Bob Wills, Pat Brennan y John Rice. Editado por Bloodshot Records, la receta ya la sabemos: rockabilly, country y retro-roots. Buen gusto y clase a raudales en apenas 38 minutos. Con un pedal-steel de los que quita el hipo.

Sonando: Little Bells de Rosie Flores

lunes, noviembre 09, 2009

Feliz Cumpleaños Sésamo

Mañana hay un cumpleaños muy especial. Y es que el 10 de noviembre de 1969 se emitió el primer capítulo de ¡Barrio Sésamo! 40 años vaya. Más de 4000 episodios se han emitido desde su primer programa en la NET americana, hoy PBS. Diez años después, en 1979, llegaba la primera emisión de un capítulo en España. Bueno, realmente empezó en 1976 dentro del programa Un globo, dos globos, tres globos, aunque tres años después se convirtió en un programa con entidad propia. Y dentro de ese programa los Muppets, o lo que es lo mismo, los Teleñecos. Unos personajes insuperables que forman parte de la infancia de muchísima gente entre la que me encuentro. Sin ir más lejos, tengo más de un programa bajado para ponérselo a June cuando sea más grande ¿Quién no ha aprendido lo que es delante o detrás con Coco? ¿Quién no ha contado del uno al trece con el Conde? ¿Y la Jaca Paca? ¿Y Gustavo? ¿Y Triki, el monstruo de las galletas? ¿Y Epi y Blas?¿O Elmo? Por no hablar de las actuaciones musicales. Porque en la versión americana del programa han ido pasando músicos que interpretaban sus canciones para los niños junto a los Muppets. Y no cualquier tipo de músicos. R.E.M., Johnny Cash, Stevie Wonder, Squirrel Nut Zippers, Pattie Labelle, Dizzie Gillespie, Linda Rondstadt….Casi nada. Por eso merece un Feliz Cumpleaños.

Sonando: Mah Nà Mah Nà por los Muppets

viernes, noviembre 06, 2009

Esta noche Nu Niles

Esta noche toca bolazo. Que lo sepan. Los Nu Niles estrenan disco y no se puede faltar. Cita ineludible ¿Qué soy partidista? Puede. Pero servidor ya era fan del grupo antes de ser amigo de Mario Cobo. Uno de esos casos a los que entrevistas y una química especial convierte al entrevistado en amigo tuyo ¿Quién me iba a decir a mí que el gran Mario Cobo que ha tocado con Kim Lenz, con Billy Lee Riley, con Sonny Burgess o con Janis Martin iba a acabar siendo un chinaski y grabando un disco conmigo? ¡Con Janis Martin joder! Una mujer que ha compartido disco con Elvis. Vaya, resulta que entre Elvis y yo sólo hay (hubiera habido sería más correcto) dos personas ¡mira tú por donde! Y para colmo tenemos algún otro proyecto por ahí juntos. Pero lo mejor no es eso. Lo que sí que no podía imaginar es que mi nombre iba a aparecer en un disco de los Nu Niles como co-compositor (generoso que es Mario) de algunas canciones. Letras, para ser más concreto ¡Y que iba a cantar! Así es, porque el menda canta en casi todas las canciones del disco. Como coro, claro ¡Y hasta toco las palmas con el gran Marc Tena! Je,je. Un placer absoluto. Por eso me pueden llamar partidista ¿y qué? Quizá sí pero también es verdad que todas las críticas que han aparecido del disco han sido muy positivas. Y esas no las he escrito yo. Ego personal aparte, los Nu Niles son un bandón. Y punto. Y esta noche lo van a demostrar en la 2 de Apolo. Tiempo al tiempo.

Sonando: Eso sí que no de Nu Niles

PS: La foto que acompaña el post es de Rakel igual que la que ilustra el interior del Sin Perdición de los Nu Niles.

PS II: Siguiendo el post anterior, Mario también cree que Jack white es un genio.

jueves, noviembre 05, 2009

Jack estaría en mi lista

Ayer escuchaba al buen amigo-blogger que es Joserra Rodrigo en su intervención en el programa de Radio Euskadi Graffitti. Lo hago siempre que puedo y lo recuerdo. Hablaba de sus cinco grupos favoritos de la década. Ñam, ñam, ñam. Listas, listas, listas. Wilco, Lambchop, Arcade Fire, Midlake, The National...Curiosa su lista. Con varios nombres que aparecerían en las listas de poca gente. Lo que le otorga más mérito. Más que de grupos el tema iba de canciones de grupos. Buff. La cosa sería difícil para mí pero lo que tengo claro, claro, es que habría una canción de los White Stripes y otra de los Raconteurs ¡seguro! Jack White ¡Qué personaje! La revista Uncut lo declaraba en su número anterior el hombre de la década. Y el popu de este mes copia la iniciativa y le otorga el mismo título. No puedo estar más de acuerdo. Un músico soberbio. Diría que el único genio real que ha dado la década que está a punto de acabar. Por eso Jack estaría en mi lista.

Sonando: Seven Nation Army de The White Stripes

miércoles, noviembre 04, 2009

Discos que van y vienen

Ayer, después del programa de radio, que por cierto ya está colgado en su correspondiente blog, me puse a trastear el iPOD. A quitar cosas e introducir nuevas. Esta debe ser una de las actividades que más repito a lo largo del año. Todo el día estoy liado. Este disco que no me convence, fuera. Este que tiene que estar de fabula, para dentro. Así, los discos van y vienen. Algunos han caído con apenas un par de escuchas. Otros llevan ahí mucho tiempo. Y seguirán. Seguro que nadie de los que me conoce apostaría porque el disco más oído de los que llevo en mi iPOD es el Adios Tormenta de Fabián. Pero así es. Así lo muestran las estadísticas. Un disco hermoso que no me cansaré de recomendar. Después Slaid Cleaves, Dylan, Raconteurs, Black Keys, Little Richard, Felice Brothers…Álbums con solera en mi nano. Y esta última reorganización ha sido “arriesgada”. Me la juego. Y a pesar de no ser santo de mi devoción me “paso” el último de Devendra Banhart, What Will We Be. El folkie barbudo, figura icónica del moderniquismo, nunca me ha acabado de convencer del todo aunque he disfrutado alguna de sus canciones. También cae el EP de Jim Ward, líder de At The Drive In, en solitario. A ver qué tal. Un desconocido Brian Olive que ya que ha sido disco de la semana en el programa Hotel Arizona debe estar muy bien y Jersey Budd completan mi apuesta de riesgo. Cuatro discos en total de los que no tengo referencias ¿Acabaré como los últimos días en el Daiquiri Blues de Quique González? El tiempo y las escuchas lo dirán.

Sonando: Riesgo y altura de Quique González

martes, noviembre 03, 2009

El momento de Colin Hare

Todos los discos tienen su momento. En ocasiones pinchas uno sin que sea el adecuado para tu estado mental o físico...y entonces lo apartas injustamente. Es difícil volver a darle una oportunidad a un disco que no te entra a la primera. Normalmente sólo lo haces cuando el disco es de una de tus bandas de cabecera o de alguien que, por decreto, te ha de gustar. Léase Bob Dylan, Neil young, Steve Earle...A ellos sí les damos segundas oportunidades. A otros es más difícil. Y así nos perdemos grandes obras.

Eso es lo que me sucedió con la reedición que los amigos de Hanky Panky hicieron del March Hare de Colin Hare. Me lo pasaron, lo pinché y no me enganchó. Hablamos de un disco original de 1971 de uno de los miembros de los legendarios Honeybus. Reeditado en vinilo numerado, el álbum es realmente precioso. Tanto por fuera como por dentro. Además la edición se acompaña de un extraño single de Hare publicado también en 1971. Mucho de Dylan y mucho de Fairport Convention es lo que hay en un disco que ayer volví a pinchar y que, por fin, me enganchó. Y es que, además, ahí están también el resto de los Honeybus. Pete Dello incluído. Bonitas melodías, acertadas harmonías y talento a raudales para un músico que, además, participó en el tributo a Bob Dylan que editamos el año pasado. Háganse un favor y ahora que aún quedan copias en las huestes de Hanky Panky, háganse con él. No habrá arrepentimiento.

Sonando: Bloodshot Eyes de Colin Hare

lunes, noviembre 02, 2009

Los músicos que no tocan

Me gustan los músicos que no tocan. Y me explicaré. Hay cierto tipo de músicos empeñados en demostrar continuamente que son capaces de tocar doscientas notas por segundo. Especialmente guitarristas. Es un intento contínuo de demostrar su virtuosismo. Y luego están los otros. Los músicos que dominan el silencio. Que saben donde intervenir. Donde va la nota justa que engrandece una canción. Músicos que escuchan y esperan pacientemente el momento exacto. Buena parte de esta teoría me la enseñó Álex “Baby” Chinaski (ex Lagarto) un buen día tomando unas copas. Y no pude estar más de acuerdo ¡Claro que alucino con tíos que parecen tener diecisiete dedos! Pero no todo es eso en la música. Y ayer ese pensamiento regresó a mí en el visualizado del DVD que acompaña al Daiquiri Blues de Quique González. Brad Jones, en una clase magistral de producción de un disco grabada en video, describe de esa manera al gran Al Perkins “un músico que puede estar sin tocar tres minutos esperando a esas notas que te lleguen al corazón”.

Perkins fue definido por la marca de guitarras Gibson como el dobrista más importante del mundo y uno de los mejores pedal steel de la historia. Nacido en 1944 ha tocado con todo el mundo. Los Flying Burrito Brothers, Emmylou Harris, Gram Parsons, los Byrds, Dolly Parton, Bob Dylan o los Rolling Stones por citar algunos ¡Que su steel aparece en el Exile on Main Street! Además fue miembro de los legendarios Manassas de Chris Hillman. En los 90, Perkins pasó a dedicarse únicamente a su trabajo de productor con gente como Tori Amos y a ser músico de sesión. Es impresionante ver en el citado video como, efectivamente, espera su momento y cuando llega ¡zas! Te da en el alma. Porque los músicos como Al Perkins sienten la música. La visualizan en su cabeza y saben como engrandecerla. El resto de los mortales nos dedicamos, mientras, a disfrutarlos. Que no es poco.

Sonando: Torn and frayed de The Rolling Stones