viernes, junio 28, 2013

Por ahí no, Rod




Pues nada, el amigo Rod a confirmar cosas. En primer lugar que los dichosos American Songbooks no eran pasos en falso, sino su triste realidad, y en segundo que ya no es capaz de hacer un disco como Dios manda. Si es que el supremo manda algo, porque si lo hiciera hubiera quemado las cintas de este álbum antes de que viera la luz. Y es que este tan cacareado primer disco con canciones inéditas de Stewart desde 2002 no hay por donde cogerlo. Lejos, muy lejos de lo que andan haciendo coetáneos como Eric Burdon o Tom Jones, por citar algunos, lo de este hombre difícilmente tiene arreglo, visto lo visto.  Yo desde luego tiro la toalla ante canciones como «Beautiful Morning» más cerca de ser finalista del concurso de Eurovisión que de formar parte del repertorio de alguien que un día grabó cosas tan grandes como Every Picture Tells a Story. Ni siquiera las habituales versiones se salvan aquí de la quema. Y eso que el turno lo cogen temas de gente como Tom Waits o, ya en los bonus tracks (sí, encima tiene material extra) Elmore James. Nada, ni rastro de lo que un día fue. Así que si Stewart se empeña constantemente en que lo tomemos como una broma habrá que tomar nota y hacerlo. Que se dedique a animar al Celtic de Glasgow. Seguro que lo hace mejor.

Reseña publicada en Ruta 66 del mes de junio

Sonando: Oh La La de The Faces

miércoles, junio 26, 2013

The Will Callers, el buen ojo de Ray Wylie Hubbard



Suenan frescos como Buffalo Springfield, profundos como Dylan, a viejos desperdicios como los Stones, inteligentes como los Beatles y luchadores como los Eagles. Pero son originales. Así define Ray Wylie Hubbard el sonido de The Will Callers, dúo integrado por Jake Murphy y Daniel Slaton que completan el ex Whiskeytown Brad Rice y el ex Loose Diamonds Scrappy Jud Newcomb. Y no es de extrañar que el de Oklahoma se saque de la chistera esas palabras para el grupo porque, aparte de sonar muy bien, él ha sido el encargado de las tareas de producción del disco. What Else Is Left? es la presentación perfecta para la banda de Austin. Blues, soul, gospel y country que explora en las entrañas de la tradición norteamericana de forma, curiosamente y como dice Hubbard, original y personal. Y es que si «House of Cards Falling» puede sonar a una mezcla bastarda entre Tom Petty y los Stones, también es cierto que tiene algo que no sabes definir y que en las propias palabras de Murphy “sólo es música atemporal llena de crudeza y honestidad”.  Debe ser eso, pero la cuestión es que yo no paro de pincharlo una y otra vez.

Sonando: House of Cards Falling de The Will Callers

martes, junio 25, 2013

Son & The Holy Ghosts, las preguntas perdidas

Son de Mallorca y acaban de editar The Soldier & The Ladyfire. Lo suyo es el americana de factura más comercial sin que ello suponga una rémora para la calidad. Les entrevisté para el Ruta 305 y estas son las preguntas que no se pudieron leer allí.

Aunque algunos puedan pensarlo, no sois unos recién llegados. Explicadme vuestros movimientos previos.

El proyecto nació como “Son” tras la muerte de mi padre (Biel Mesquida de Ossifar), era una etapa en la que necesitaba romper con todo lo que había hecho hasta el momento, dejé la guitarra eléctrica y me enfundé la acústica. Esos inicios eran puramente de cantautor, un rollo muy folk con un aire muy oscuro. Luego poco a poco, encontré la necesidad de subir un escalón más y plasmar esas ideas que circulan por tu cabeza con una banda...y ¡wow! Recuerdo esos primeros momentos en el local de ensayo, eran mágicos. Parecía como si hubiéramos tocado juntos toda la vida. Así nació Son & The Holy Ghosts....El proyecto fue creciendo y como en todo, hay gente que entra y otra que se va... forma parte de la evolución de cualquier banda, estas cosas son las que  te hacen crecer. Nuestros inicios fueron momentos de búsqueda y de experimentación, creo que no teníamos claro ni cómo queríamos sonar ni qué camino tomar, pero no me arrepiento de nada de lo que hemos hecho, sin todo ese bagaje no seriamos los mismos. Ahora, lo tenemos mucho más claro, sabemos lo que queremos y cómo lo queremos.  Llevamos tiempo con este proyecto en marcha y cada día que pasa tenemos ganas de más. Cada uno de nosotros ha puesto ese grano de arena que lo hace diferente, los chicos han conseguido hacerse suyo un proyecto que era muy personal. 

¿Qué hace un grupo de Mallorca haciendo Americana?

No lo sé...supongo que es algo que surge por si solo...esa es la música que escuchamos, son nuestros referentes, son las cosas de las que nos empapamos y están ahí....no se pueden esconder.  Nos encanta explorar esa sonoridad, nos sentimos cómodos moviéndonos dentro de este estilo. Nunca nos hemos planteado hacer un grupo de americana, todo es más sencillo, simplemente las cosas salen así y nos gusta. Por eso nos permite ir un poco mas lejos y poder jugar con el Pop o con el Indie, sin renunciar a nuestra propia identidad: sabor americano pero made in Mallorca.

Con vuestro paisano Jaime Anglada siempre hablo de la dificultad de traspasar la barrera que el mar supone para los grupos baleares ¿estáis de acuerdo?

Con Jaime siempre caen unas cervezas y una buena charla, es paisano y amigo...¡jejejejeje...! Estoy totalmente de acuerdo con él, mientras para otros grupos salir a tocar fuera de su comunidad es una aventura, para nosotros salir a tocar a la península es una odisea. Tenemos ese hándicap y nos ha tocado vivir con ello, por eso la única forma de traspasar esta barrera es trabajar duro siendo constante y perseverante en lo que haces. Lo fácil seria quejarse... ¡sí! es difícil pero no imposible, preferimos currar y luchar por lo que nos gusta hacer.

Habladme del camino hacia este segundo larga duración, en lo que respecta a lo discográfica porque habéis sacado antes algún single y vuestro primer trabajo….

Bueno, nuestro primer trabajo “Lyrics & Songs”, que editamos con Blau/Discmedi, fue un experimento en toda regla, las canciones no estaban terminadas y no teníamos muy claro cómo queríamos sonar, ni a dónde queríamos llegar. Las canciones las terminábamos en el propio estudio de grabación...fue nuestro punto de inicio: los cimientos de Son & The Holy Ghosts. Justo después de la grabación de nuestro primer trabajo, el bajista abandonó la banda y tardamos un año en presentar el disco. A lo largo de este tiempo se fraguó parte de nuestro EP “Shadows & Monsters”. “Lyrics & Songs” funcionó bien a pequeña escala, la discográfica hizo su trabajo, pero creo que si no tuvo más repercusión fue porque el grupo no tenia una formación estable, estábamos buscando aún nuestro camino, por eso, decidimos apostar por la autoedición con el Ep “Shadows & Monsters” y hacer todo lo contrario que en “Lyrics & Songs”...supongo que buscábamos otra cosa, probar otro camino, y con mucho, muchísimo trabajo llegamos hasta aquí. Como banda hemos madurado, hemos crecido...Ahora contamos con Blau/Discmedi que ha apostado fuerte por nosotros y con la gestión editorial de Warner Chappell Spain...no sé...es el premio a años de trabajo y de esfuerzo, creemos en lo que hacemos y en cómo lo hacemos...y ahora, además, hay gente que nos apoya. Hemos fichado por Dinosound como managment y el feedback que tenemos con este disco es muy positivo… ¿qué más podemos pedir...?

Aquel “Lyrics And Songs” era mucho más oscuro ¿no?

Muchísimo más, era una etapa muy oscura de mi vida...Las canciones  tienen una atmósfera tan densa que se puede cortar con cuchillo, ¡jejejej...! Para mi escribir y componer, me sirve de terapia, es algo que necesito hacer, el cuerpo me lo pide. Cuando componía “Lyrics & Songs” venia de estar muy enfermo, me detectaron una enfermedad genética...lo que llaman una de esas enfermedades raras. Tuve que pasar por el quirófano, en una intervención delicada y luego vino la muerte de mi padre en un accidente de tráfico, él, que me enseñó a amar la música por encima de todo. Supongo que no ves la vida de la misma forma, de hecho mis amigos íntimos me han comentado más de una vez que no soy el mismo y todo eso se refleja en el “Lyrics & Songs” 

Sonando: The Call de Son & The Holy Ghosts

lunes, junio 24, 2013

Rick Mahan, la culpa es de Bobby Bare



Robert Joseph Bare, personaje a reivindicar por los amantes de la música de tintes country. El hombre al que Bill Graham definió como el Bruce Springsteen del country. Un outlaw musical, que no vital. Porque Bobby fue en su juventud todo lo contrario a gente como su amigo Waylon Jennings. Tipo familiar, afable, aparentemente feliz, sin problemas existenciales…Lo suyo no cuadraba ni cuadra con la imagen de un outlaw. Su música, en cambio, sí. Un tipo consciente de sus limitaciones iniciales como compositor, pero listo como un zorro. Como se explica si no que en los setenta contratara a un chaval desconocido llamado Billy Joe Shaver para que le ejerciera de compositor, algo que después también hicieron el citado Jennings o Kris Kristofferson. Después Bare fue capaz de crecer como songwriter y ponerse al niveld e muchos grandes.

Rich Mahan ha decidido tomar el relevo y para ello deja que la influencia de aquel tipo que escuchaba en su niñez se convierta en esencial en su nuevo disco.  Aquellas canciones que su padre pinchaba cuando llegaba a casa cansado de trabajar y que él escuchaba atentamente.  Por eso sentencia que la culpa de todo es de Bobby Bare. Y si el legendario cantante en los setenta se descolgaba con «Tequila Sheila», él ahora es capaz de componer la excelente «Tequila y Mota». Así se suceden los homenajes. Canciones como «Favorite Shirt», que el propio Mahan asegura que querría haber visto cantada por Delaney Bramlett. Tributos a veces más claros, a veces menos, hasta que el disco se cierra con el espléndido «Put A Little Lovin’On Me» que el propio Bare hizo famoso. Bien cantado, bien tocado…¿qué más se puede pedir?

Sonando: Overserved in Alabam de Rick Mahan

viernes, junio 21, 2013

John Connolly, nacido para ser grande



Qué placer cuando realizas una entrevista y te encuentras a alguien con ganas de hablar, educado y  respetuoso. Si a eso le sumas que lo que tiene que decir es más que interesante, ya es el colmo. Y el súmmum es que esa persona sea uno de tus ídolos. A mí me ha pasado recientemente con John Connolly, el que en mi opinión es el mejor escritor de novela negra de la actualidad. Mi charla con él, que se publicará tras el verano en uno de los medios para los que trabajo y de la que no quiero hablar demasiado hasta que vea la luz, no tuvo desperdicio y, por si eso no fuera suficiente, el irlandés se comprometió a enviarme un regalo por correo al finalizar la entrevista. Se trataba de un par de CDs con música seleccionada por él mismo para escuchar mientras se leen sus libros. Días después llegaba un paquete a mi casa con ellos y una postal manuscrita con la frase “tal como te prometí”. La postal, cuya imagen adjunto, es una foto de Samy Kaye basada en una de las novelas de Connolly protagonizada por Charlie Parker, The Wrath of Angels. Lo mejor además es que todo ha servido para iniciar un intercambio de e-mails con John que le muestra como un aténtico gentleman. No se puede negar que hay gente que ha nacido para ser grande.

Sonando: Made In The Shade de The Red Stick Ramblers

jueves, junio 20, 2013

Las canciones de June




Me encanta compartir mis momentos musicales con June. Me hace sentir especial, diferente. Desde bien pequeña (sigue siéndolo aunque menos) siempre hemos tenido una complicidad especial. Como cuando le enseñé a hacer ese gesto con los cuernos al arte, lo que para ella, dado mi forma de gesticular y gritar se convirtió, rápidamente en “el rock and roll”. A partir de ese momento, cuando veíamos en una tienda la lengua de los Stones, June se giraba hacia mí con esa cara de ilusión desbordante que solo ella sabe poner para decirme “papa, el rock and roll” y pasar a intentar con sus manitas hacer esos cuernos que tanto le costaban reproducir.

Después vinieron los Ramones y «Blitzkrieg Bop», su canción favorita. Es ver un logo ramoniano y que su expresión se cambie para decir “papa, el hey ho let’s go”. Porque claro, la canción para ella ha cambiado de nombre y ha pasado a titularse como su reconocible estribillo. Imaginen la cara de tonto baboso que se me quedó cuando su profesora de P3 me dijo que había enseñado la dichosa tonada a toda la clase. Padre orgulloso hinchado como un pavo es decir poco. Y más aún cuando les llevó uno de los dos discos que ha grabado para que escucharan «Por quién ríe Baby June?», la canción que evidentemente le dediqué a ella.

Luego está “la canción del loco, papa”. Nunca la adivinarían. Bajo ese curioso título se esconde el «It Must Be Santa» de Bob Dylan. A mi hija le da igual que sea Navidad o no. Le encanta el baile que juntos inventamos para la canción y que no consiste en otra cosa más que en moverse rápidamente como, claro está, si nos hubiéramos vuelto loco.

Hace unas semanas su último descubrimiento fue «La Bamba» de Richie Valens. Yo pensé que le gustaría más la versión de Los Lobos con Lalo Guerrero, pensada para niños, pero no. A ella le gusta la guitarra eléctrica y se pasó tardes enteras cantando su letra hasta que se la supo de principio a fin.

Y en el coche, su favorita es «La La Blues» de Pokey LaFarge, aunque lo cierto es que empieza  a olvidarla, durante varios viajes insistía en ponerla una y otra vez.

Lo que más me enorgullece de todo es que haya llegado a ellas sin esfuerzo por mi parte. Yo no la he sentado en una silla a que oyera música, a que escuchara las canciones que a mí me gustaban. Es evidente que mi casa está llena de música. Se respira por todas partes, pero ella ha elegido sus favoritas y eso es lo mejor de todo. Les dejo, voy a seguir hinchándome un ratito más.

Sonando: La La Blues de Pokey LaFarge

miércoles, junio 19, 2013

A propósito de la grandeza de Irma Thomas

El destino o la habilidad de un promotor quiso que en una misma noche se reunieran en Barcelona el teórico pasado y futuro del soul femenino. Y mientras Nicole Willis dejó claras muestras que era la que optaba a lo segundo aunque le queda un largo camino por recorrer, la gran dama que es Irma Thomas  demostró que no sólo pasado, sino que lo suyo tiene mucho de presente.

Nicole Willis tuvo que sufrirlo. No es fácil abrir para alguien como Thomas que sabe que te va a ganar por goleada. Ya que estamos en términos futbolísticos, los asistentes pensamos que la Willis es un segunda división con aspiraciones de ascenso a primera. Cuando apareció Irma Thomas nos dimos cuenta de que era peor la comparación, porque lo suyo es la Champions League. Willis sonó flácida, casi diría que incómoda y su propuesta no pasa de agradable, al menos de momento. Es una más en el eterno revival que sufre la música soul. En cambio Thomas es otra cosa. Lo sabíamos de antemano, claro, pero nos desbordó por completo. Cansados estamos de giras de viejas glorias a las que asistimos simplemente por poder decir que estuvimos allí. Músicos que, en ocasiones, prácticamente ni se aguantan encima del escenario. Y Thomas, aunque era acompañada por su marido cada vez que entraba o salía de las tablas, demostró que lo suyo es otra cosa. Su voz se conserva prácticamente intacta y su carisma también. Es grande y lo sabe. Bromea. Tiene tiempo para lanzar alguna puya a los Stones. Siente. Solloza. Desgarra. Hace bailar. Y de paso hace pensar.

¿Vamos a seguir empeñados en ensalzar como la gran esperanza del soul cualquier nuevo nombre que aparezca en escena? ¿Seguiremos blasfemando y llamándolos “nuevo Otis”, nuevo Cooke” o nueva “Irma Thomas”? ¿No les hacemos a esos jóvenes músicos más mal que bien? ¿No tenemos el derecho de exigir que cualquier gira de revival tenga la fuerza del concierto de Irma Thomas? ¿Vamos a seguir conformándonos con ver sobre el escenario a músicos arrastrándose cuando hay pruebas palpables, como la que nos ocupa, de que no siempre ha de ser así? ¿No significa nada que los mejores conciertos de soul que he visto últimamente los hayan protagonizado septuagenarias como Irma Thomas o Mavis Staples?

Demasiadas preguntas y respuestas más o menos claras. Reflexionemos. Vale la pena ser un poco más estrictos, más exigentes. El soul es una droga, ya saben, pero no dejen que se la mezclen con harina. Les sentará mal.

Publicado originalmente en revista Efe Eme

Sonando: Break-a-way de Irma Thomas