domingo, agosto 30, 2015

Heavy Trash, histrionismo a raudales



No hace falta presentar en estas páginas al proyecto rockabilly (sic) de Jon Spencer y Matt Verta-Ray. Así que vamos al lío. La historia va de uno de esos recopilatorios a los que estamos ya tan acostumbrados en el que se mezclan temas inéditos, instrumentales que acabaron convertidos en canciones con letra y (conociendo a la pareja) idas de la olla que no extrañan nada. Mucho más inhabitual es la conjunción que acaba tenmiendo el disco, quizá porque no se aleja demasiado de lo que hasta ahora nos habían ofrecido en sus trabajos convencionales. Aquí, como siempre, hay canciones que suenan a clásicos («Wet Book», que por cierto a mi no puede recordarme más al «John Wayne» de Los Enemigos), lujuriosas disertaciones a lo Tom Waits («Good Hair»), rock and roll seminal a lo Flat Duo Jets («Back Off») o más clásico («Leave That Junk Alone») y, sobre todo, histrionismo a raudales. Pero de eso se trata o ¿esperaban algo convencional? No es lo suyo.

Reseña del disco Noir publicada en Ruta 66 nº328 

Sonando: Back Off! de Heavy Trash

viernes, agosto 28, 2015

La vuelta del casete




Volvemos al tajo con una reflexión que hace tiempo me ronda la sesera: la vuelta de la cinta de casete. Claro, le tengo cariño a mis viejas cintas. Por supuesto. Sí, las guardo. Es un tema sentimental, ya saben, pero de ahí a desear la vuelta del casete hay un mundo.

Hay quien lo compara con el revival del vinilo. No jodamos. La cinta de casete es, con diferencia el peor formato que nunca ha tenido la música en cuanto a plasmación física. Incómoda, pérdida de calidad con el paso del tiempo, roturas trágicas, calidad de sonido justita, necesidad de bolis BIC a mano, son solo algunos de sus muchos defectos. Compararlo con el vinilo es casi un insulto. La vuelta del casete es un hipsterismo en toda regla. Tener un vinilo hace que puedas disfrutar de una portada grande o de un buen sonido, por ejemplo. Tener un casete es todo lo contrario: portada doblada en siete pliegues y sonido deficiente. Nadie va a convencerme de lo contrario (ni de que me deshaga de mis viejas cintas). Desde luego no esperen que yo me gaste un chavo en una cinta de casete mientras haya otro formato. El denostado CD, por ejemplo, se me antoja a años luz. Avisados quedan.

PS: Otro día entraré a degüello con el precio de los vinilos.

Sonando: Letter to my maybe Baby de The Bellfuries