viernes, junio 28, 2019

God Save The Queens. Pioneras del Punk - Cristina Garrigós, Nuria Triana y Paula Guerra


Puede que estés tentado a pensar que te encuentras ante otro de los muchos libros sobre música femenina que copan las estanterías de las librerías últimamente. Sin que eso sea negativo, que no lo es, sí que dificulta el distinguir el grano de la paja. Entre obras interesantísimas que no solo muestran el esencial papel de las féminas en el rock y, de paso, nos dan un coscorrón ante la antediluviana tendencia a creer que eso era cosa de hombres, se encuentra también mucha obra menor y mucho panfleto que únicamente intenta subirse al carro del feminismo con el objetivo de hacer algunas perras. Ese no es el caso de este libro que habla de mujeres, con mujeres y escrito por mujeres. Y no, tampoco estamos ante el clásico tocho de fichas que vuelve a hablarnos de la importancia de Patti Smith, Debbie Harry o Joan Jett. Que la tenían, pero eso ya lo sabemos.

Lo interesante de este liviano volumen es encontrarnos con el fango, con el espíritu punk de verdad, a través de siete mujeres esenciales para entender la evolución de ese género en nuestro país. Las que un día lideraran proyectos como Vulpess, Último Resorte, The Slits, The Raincoats o The Bags, por citar algunos, hablando en primera persona. La mayoría de ellas entrevistadas, con la excepción de Silvia Escarnio que opta por el texto en prosa. Dejando claro lo que era el punk, pero también lo que significaba serlo y el papel de la mujer en ello. Auténticas pioneras, como el subtítulo del libro indica, no solo de un género musical sino, por qué no decirlo, de un cambio de pensamiento que poco a poco va calando. Como debe ser.


Publicado en Mondosonoro

Sonando: Orange Juice de Stanley Brinks & The Wave Pictures

miércoles, junio 26, 2019

Azkena Rock Festival 2019, resumiendo (segundo día)


El segundo día del Azkena, en contra de lo que yo esperaba, mantuvo el nivel del primero. Y la culpa, básicamente, la tuvo Wilco. Vamos a ello.

Tesla. De todas las bandas de hard-rock aparecidas a finales de los ochenta, Tesla siempre fueron mis favoritos. Los de Sacramento eran, y siguen siendo diferentes a todas las demás, con unas influencias que acogen el rock clásico de Creedence Clearwater Revival o el pop de los Beatles. Decían que Jeff Keith no aguantaba a la voz y nos engañaron. No va sobrado, pero llega donde tiene que llegar más que dignamente. Muy buen concierto con momentazos de lagrimilla.

Neko Case. Para ella quedó el momento “estoy más fuera de lugar que un rinoceronte en el polo norte”. Su formación no ayudaba tampoco mucho a ello. Las ocho de la tarde en un festival no es momento de ponerse intensito. Tenía ganas de verla, pero duré cuatro temas. Una lástima.

Wilco. Para muchos sorprenderá que esta se ala gran sorpresa del festival para mí, pero lo fue. Porque no esperaba nada de ellos. Nuestros últimos face to face habían sido aburridotes y me habían hecho perder el interés por su música, pero la cosa fue de nivel estratosférico. Acierto total en el repertorio y un Nels Cline que, definitivamente, no es de este planeta, robando protagonismo descaradamente a Jeff Tweedy. Una delicia.

Los Torontos. Solo pude ver tres temas, pero parece que el Trashville salió encantado del resultado, y lo que vi me gustó. Me quedé con ganas de más, aunque eso tiene fácil solución.

Morgan. Cumplieron con lo que se esperaba de ellos, al menos con los que esperábamos los que conocemos su calidad y sorprendieron a los que no. Eso sí, Nina parecía no tener su mejor día en cuanto a voz. Lo tienen todo…pero fallan en presencia escénica. Cuatro ajustes les permitiría hacerse muy grandes. El público necesita que en el escenario pasen cosas. Para ello hay que pedir a Paco que cuando haga uno de sus espléndidos solos avance al centro de la pista, o que Nina deje su protección detrás del piano en los temas que no toca, y haga lo propio. En sala eso se hace menos evidente, pero en escenarios grandes es una rémora. Detallitos, peor importantes. Qué temazo «Sargento de hierro», madre mía.

The Cult. No llegaron al nivel de su visita anterior, pero volvieron a rayar a gran altura. Parece que las diferencias entre Duffy y Astbury quedan para épocas pretéritas. Buen repertorio, buena actitud, aunque Ian se pasó la primera parte mosqueado por problemas con su monitor, y un aroma a The Doors innegable. Tengo claro que si los californianos hubieran aparecido en los noventas, serían The Cult. El sonido, mejorable delante, y excelso detrás. Como curiosidad, en el hotel subí en el ascensor con Astbury, y ante el careto que llevaba no tuve narices de pedirle una foto, tan solo le solté un “great show” cuando bajó en su planta.

Phil Anselmo. Is not my cup of tea.

Sonando: The Way It Is de Tesla

martes, junio 25, 2019

Azkena Rock Festival 2019, resumiendo(primer día)


Nueva edición del Azkena Rock Festival acabada. Creo que he estado en trece o catorce de sus dieciocho ediciones, si no me he descontado. La verdad es que he vuelto la mar de contento. Pocos conciertos (o ninguno) me ha defraudado, y me he llevado alguna que otra agradable sorpresa. Ahí va mi reflexión rápida sobre la primera jornada, y mañana seguiremos con la segunda.

The Living End. Buen estreno de festival. Hay gente a la que no le gusta que beban de tantas fuentes: rockabilly, punk, rock and roll clásico y hasta pop. Pero a mí me gustan mucho. Me recuerdan muchísimo a Tiger Army, una banda que adoro. Su concierto estuvo a la altura sobradamente, y para entrar en calor fue perfecto.

Lucero. Mientras mucha gente se marchaba a ver a Deadland Ritual, unos cuantos optamos por Lucero. Si hay una decepción en el festival, igual son ellos, pero tampoco. Dieron su show, pero en mi opinión equivocaron el repertorio. Ya sé que sus últimos trabajos vienen caracterizados por los medios tiempos y las canciones atmosféricas, pero en 45 minutos que te dan en un festi has de ir a comerte el escenario. Bien raspado, con peros.

Stray Cats. Impresionante. Los gatitos nos dieron la razón a todos los que hemos confiado en su regreso. Ellos sí supieron ver que la gente no venía a ver las canciones de su último disco, sino que queríamos grandes éxitos. Cayó alguna, claro, pero el grueso se lo llevó la nostalgia. Una nostalgia totalmente de actualidad, porque tras un inicio disperso, que duró dos o tres temas, se comieron el festival con patatas. Por cierto, me reafirmo en que Slim Jim Phantom es uno de los mejores baterías de la historia del rock. Rock this town!

Blackberry Smoke. El concierto del festival. Impecables en todo. Qué maravilla. Stray Cats hubiera luchado por el cetro de bolo de la edición si no fuera por ese inicio dubitativo. Blackberry Smoke no tuvieron ni un momentod e bajón, y demostraron que no tienen rival en lo suyo con un concierto al que no le faltó ni le sobró nada. Apoteósico.

Blind Rage & Violence. Mientras algunos soportaban el esperpento que es hoy B-52’s, cosa que comprobé con dos canciones al principio y una al final, yo me largué al Trashville a ver a Deke Dickerson y su proyecto enmascarado. Un bolo in crescendo que cumplió expectativas. Notable, aunque lo prefiero a él solo.

The Hillbilly Moon Explosion. Vi un par de temas solo, y me largué aprovechando que la puerta quedaba cerca de su escenario. Me parece un error colocarlos a las dos de la mañana. Es una banda que me gusta, pero creo que estaban fuera de su ambiente y su momento. Otra vez será.

Sonando: Help Me Stranger de The Raconteurs

lunes, junio 24, 2019

Primeras impresiones. 24 de junio de 2019


El otro día, en plena charla sobre el nuevo disco de Springsteen, un amigo comentaba que “estoy disfrutando muchísimo del talento de músicos actuales, que además puedo ver en directo en salas pequeñas y a un buen precio...en lugar de escuchar discos mediocres de leyendas”. Esa es, en buena parte la filosofía de esta sección, aunque no escatimaremos la presencia de una leyenda, si así lo merece.

Scott H. Biram & Jesse Dayton – s/t
Dos de mis artistas fetiche, en un single versionando juntos a David Allan Coe y a Gary Stewart ¿Qué puede salir mal? Evidentemente nada. Abstenerse los que consideren que bruce ha hecho un buen disco de country. No les va a gustar. (ASÍ SUENA)

The Burning Ballroons - This Is Our Future
EP mezclado y masterizado por Mike Mariconda en el que confluyen el talento de Ben Bachman (Fuck Knights) a la guitarra y voces, y Raul Romero (The Flashback Five, Psiconautes, Lola) a la batería, bajo y voces. Grage y psych a toda mecha. (ASÍ SUENA)

Michael Fracasso - Big Top
No hagan caso del apellido. Maravilloso disco de este segunda línea al que aquí acompaña el mismísimo Charlie Sexton. Se trata del disco más británico de su autor. Y es que las orillas del Mersey se imponen aquí a la actual residencia del cantante, Austin (Texas). Americana con deje muy, muy pop. (ASÍ SUENA)

R.L. Hayden - Texas Songwriter
Si quieren un título descriptivo, aquí lo tienen. Ni más ni menos que un disco de un cantautor de Texas. Eso es el álbum de R.L.Hayden. Un trabajo country, aunque muy cercano al folk por su capacidad para contar historias. Guitarra, voz, y mucha calidad para ensamblar melodías y palabras. Dicen que podría ser el Bob Dylan del country del nuevo milenio. Por poder, podría. (ASÍ SUENA)

Genya Ravan – Icon
La que fuera cantante de Goldie & The Gingerbreads, que llegó a girar con los Rolling Stones o los Kinks, regresa con su interesante carrera en solitario y un disco que parece surgido de las entrañas más profundas del CBGB. Punk pop neoyorquino con algo de garage. Se publica el 26 de julio, estén atentos. (ASÍ SUENA)

Whitey Johnson - More Days Like This
Gary Nicholson ha tenido las narices de sacar dos discos a la vez, uno con su nombre y otro con su alter ego bluesero, Whitey Johnson. Ambos magníficos, aunque me inclino más por este. He visto por ahí, ya me perdonarán pero no recuerdo de quien, que lo definían como el disco que hubiera grabado Dan Penn este año. Pues eso, poco más se puede añadir. (ASÍ SUENA)

Sonando: Monkey David Wine de Scott H. Biram & Jesse Dayton

domingo, junio 23, 2019

Conciertos 24/06-30/06: Eddie Vedder, Tears in Rain...


Cada vez es más complicado hacer la agenda. El verano nos come y los conciertos interesantes (en mi opinión) disminuye. Un par señalo esta semana como destacados.

Martes 25 de junio. Eddie Vedder en el Palau Sant Jordi. Soy muy de Pearl Jam y muy de Eddie Vedder. No solo me parece un cantante descomunal, cargado de talento, sino que también, sin conocerlo, un tipo cojonudo. Al menos eso es lo que a mí me transmite. Por eso, aunque sea en solitario, y esperando que se deje el ukelele en casa, creo que este debe ser el CONCIERTO DE LA SEMANA.

Sábado 29 de junio. Triple cartel en Rocksound. Udol, Stereozone y, sobre todo, Tears in Rain que presentarán las canciones de su último disco. Igual que decía que soy muy de Eddie Vedder, también soy muy de Jim Vieco, así que ya me entienden.

Sonando: Back Here Again de Jim Cuddy

jueves, junio 20, 2019

Cash. La autobiografía de Johnny Cash

No es la primera vez que se edita esta autobiografía (con ayuda) de Johnny Cash en castellano. Ya lo hicieron antes RBA y Global Rhythm Press. Servidor entró en contacto con ella en esta última edición, y ha repetido en todas y cada una de ellas. No en vano, tengo clara la respuesta cuando me preguntan sobre mi libro favorito. Y es exactamente la misma que da Rob Gordon en esa maravilla escrita por Nick Hornby y titulada “Alta fidelidad”. “Hey, no soy el tipo más listo del mundo, pero tampoco soy el más estúpido. Quiero decir, he leído libros como ‘La insoportable levedad del ser’ o ‘El amor en los tiempos del cólera’, y creo que los entendí. ¿Tratan sobre mujeres, no?… Sólo bromeo. Pero debo decir que mi libro favorito de todos los tiempos es la autobiografía de Johnny Cash, ‘Cash’ por Johnny Cash”.


Trescientas sesenta y ocho páginas necesita Johnny Cash, con la inestimable colaboración del periodista Patrick Carr, para que nos introduzcamos en su mundo y su personalidad. Lo hace sin tabúes. Reconociendo, por ejemplo, su adicción a las drogas, los maltratos psicológicos que sufrían quienes le rodeaban o sus infidelidades. Como si de una confesión se tratara, el hombre de negro pone todas las cartas sobre la mesa, y no se deja ningún as guardado. Es su manera de ganar la partida. Publicada originalmente en 1997, la obra es fantástica, se mire como se mire, y ayuda a convertir, si no lo era ya, al personaje en fascinante. Además, nos permite conocer una época pasada desde la visión de alguien que estuvo allí. Vaya si estuvo. Al ciento cincuenta por ciento. Porque así era Cash. Una persona compleja, radical, casi peligrosa. Pero a la vez un tipo tremendamente humano, cargado de contradicciones, y preso de su amor por June Carter. Algo que el libro muestra fielmente. Por eso, ya que estamos, lo leeremos otra vez. Y, por cierto, esta edición es preciosa.

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Sonando: Gentle on my mind de Glen Campbell

martes, junio 18, 2019

Bruce Springsteen - Western Stars


Parece que la cosa va de intocables. Y Bruce Springsteen es uno de ellos. Porque no es que su nuevo disco sea flojo, sino que es muy flojo. Aunque todas las críticas parecen afirmar lo contrario.  Un compendio de doce baladas de medio pelo y un tema un poco más acelerado dan forma a un trabajo absolutamente insulso y anodino. Leo por ahí que es que Bruce se ha vestido de crooner. Otro al bote. Y aunque uno no sea muy fan del estilo, creo no es ese el problema, la verdad. Porque tampoco veo yo ese croonerismo en el disco. Aunque menos veo aún lo de “álbum del oeste” ¿Por qué? ¿Porque está orquestado la mayoría? (quién te ha visto y quién te ve, Bruce). El western solo está presente en un magnífico artwork, eso hay que reconocerlo, con unas fotos excelentes que dicho sea de paso no reflejan, en absoluto, lo que contienen sus canciones. Algo que no debería extrañarnos, teniendo en cuenta que Springsteen no escribe una gran canción – no buena, ni notable, ni pasable, sino grande – desde hace casi un cuarto de siglo.

Eso sí, uno no puede hablar de esta manera de un disco de Bruce Springsteen y no dar razones para ello. Así que vamos a ellas. Inicia el álbum “Hitch Hikin’”, un tema semi acústico, ligeramente crepuscular que pierde todo el interés cuando aparecen los arreglos orquestales, en su parte final. “The Wayfarer” nos hace tener esperanzas. En su inicio recuerda al “Johnny 99” de Nebraska, pero las cuerdas la vuelven demasiado inofensiva con rapidez y uno acaba teniendo la impresión de estar oyendo un tema AOR algo que, independientemente de que te guste el estilo o no, no es lo que uno espera de Springsteen. La impresión de que sería una canción perfecta como banda sonora de Falcon Crest sobrevuela mi mente, y no es la primera vez que me va a pasar. El final con unos coros que parecen sacados de una canción disco de la Philadelphia de los 70 lo acaba de estropear del todo. No pierdo la esperanza. No al menos hasta que “Tucson Train” arranca y extraigo la primera conclusión: Ron Aniello se ha cargado buena parte del disco con su producción. Problema también achacable al Boss, no haberlo elegido. Quiero, pero no puedo. Como Bruce. Yo que me guste. Él hacer un buen disco. “Western Stars” pretende ser desértica, ligeramente fronteriza, con una buena estrofa, pero un estribillo muy poco inspirado. Larga y plana es una buena muestra de lo que es el disco. En cambio “Sleepy Joe’s Café”, con su ritmo trotón y su acordeón nos alegra un poco la vida. Quizá es que la orquesta ha desaparecido casi por completo, pero es la primera canción del lote que, sin ser nada del otro mundo, me parece que cumple su objetivo. Con “Drive Fast (The Stuntman)” vuelve el tono lento, esta vez marcado por el piano que parece ser el instrumento con el que se ha compuesto todo el álbum, y con “Chasin’ Wild Horses” nos planteamos si no hemos oído ya un par de veces esa canción. “Sundown” parece seguir la misma línea hasta que a los 20 segundos se acelera ligeramente para situarse de nuevo en el AOR. Con “Somewhere North of Nashville” llega la salvación. Para mí la mejor canción del disco. Un tema tremendamente Nebraska, de nuevo, al que quizá le sobran los violines, y que también tiene una de las mejores letras del álbum. Y llega “Stones”. Supongo que esta debe ser la canción en la que se basan aquellos que definen el disco como western, porque su inicio es el único momento del trabajo que lo es al cien por cien, aunque la línea insulsa continua. Tranquilos. Podría ser peor. Y lo va a ser. Si no teníamos suficiente con la orquesta, Aniello le mete a “There Goes My Miracle” una batería programada o tremendamente sobreproducida (ya me perdonarán, pero no disponía de los créditos concretos) para poner la guinda. Al final, la cosa acaba con la ya conocida y avanzada “Hello Sunshine” y un “Moonlight Hotel” que es la clásica balada del Bruce del s. XXI. Un tema que en cualquiera de sus discos sería de relleno y que aquí también se me antoja de lo mejor del lote.

Demasiado poco. Sí, es Bruce Springsteen y lo respeto. Más por lo que ha sido que por lo que es. Y ese respeto es lo que me lleva a no engañar a nadie. A no decir lo que no pienso. A un artista se le respeta dando tu opinión sincera. Valorando su trabajo y diciendo, como crítico, si te gusta o no. Algo que, por supuesto, no es palabra bíblica, ni la verdad absoluta, sino tan solo una opinión. Al que le haya gustado el disco, que lo disfrute. Yo, si quiero un disco que suene al mejor Springsteen me pondré el último de Dave Hause. Si opto por lo crepuscular me iré a Ian Noe. Y si simplemente quiero un gran disco de rock americano seguiré dándole vueltas en mi reproductor a esa maravilla que ha sacado Ryan Bingham. 

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Sonando: The Hardest Lessons de Chris Shiflett

lunes, junio 17, 2019

Primeras impresiones. 17 de junio de 2019


Pues al lío. Vamos con una nueva sesión de primeras impresiones, aclarando previamente una cosa. El otro día uno de ustedes me preguntaba si no tenía primeras impresiones malas. Sí, als tengo, claro. Pero el objetivo de esta sección es destacar las buenas o las potencialmente buenas, aunque luego alguna se tuerza. Dicho esto, a  por ellas.

Los Straitjackets - Channel Surfing
EP de cuatro canciones editadas por las huestes de Eddie Angel que se inicia, nada más y nada menos, que con una vitaminada versión del tema original de Juego de Tronos. Son tan buenos, que solo cuatro canciones sirven para volver a confirmarlo. (ASÍ SUENA)

Dylan Leblanc – Renegade
Es cierto que hay que acostumbrarse a ese tono lánguido y tristón de la voz de Dylan Leblanc, pero sus canciones siguen siendo soberbias. Esa afectación de la voz tira a muchos para atrás, y lo entiendo, pero esta nueva colección de canciones lo reafirman como uno de los grandes del americana actual. (ASÍ SUENA)

Rory Gallagher – Blues
Espléndida box-set con tres discos de inéditos del gran Rory Gallagher centrados en el ámbito del blues ¿dónde si no? Se agradece que todo sean tomas desconocidas de un altísimo nivel, aunque quizá la palma se la lleva el disco íntegramente acústico que es de lagrimilla. (ASÍ SUENA)

Cheap Gunslingers - Cheap Gunslingers
Factoría Rum Bar Records, ya saben: Power pop, garage, bubblegum…Primer disco de los de Boston y primer acierto en todo el centro de la diana. Los amantes de las melodías aceleradas mezcladas con punk están de enhorabuena con este disco. (ASÍ SUENA)

Justine and The Unclean – Heartaches and Hot Problems
Otro que sigue por los mismos parámetros, no en vano son de la misma discográfica. Esta banda mixta, dos hombres y dos mujeres, ofrecen pop punk ramoniano a toda leche, y dado que de las voces se encargan las chicas, no es difícil encontrar paralelismos con The Go Go’s o The Runaways. (ASÍ SUENA)

Lukas Nelson & Promise of the Real  - Turns of the news
Le van a llover collejas (yo mismo le daría alguna). Porque, aunque hacer lo que está haciendo con su carrera, teniendo la losa del nombre de su padre a cuestas, dice muchísimo de su calidad musical, aquí se ha tirado en algunos temas a la radiofórmula. También hay que entenderlo. Algunos dirán que ha bajado el nivel. No solo es eso, sino que equivoca la producción, en mi opinión. A pesar de eso, está aquí porque como hice con Hollis Brown le daré más escuchas y algún tema, de entrada, ya funciona bien. Y porque me encanta este tipo ¡qué leches!  (ASÍ SUENA)

Rich Adams - Midnight Gospel Hour
Si Bruce Springsteen graba este disco lo entronizamos, porque creo que es justamente el disco que debería grabar. Rock americano sin paliativos. Sin más. Simplemente y llanamente eso. Unas canciones magníficas, buena voz y buena interpretación. Mi sorpresa de la semana. (ASÍ SUENA)

Sonando: Gold de Rich Adams

domingo, junio 16, 2019

Conciertos 17/06-23/06: Little Steven, Tim Vantol, Yola, Santi Campos, Txetxu Altube, Xavier Calvet...


Empieza a ser difícil montar la agenda de cada semana, porque como suele pasar en verano, cada vez hay menos conciertos. Un servidor estará, como suele ser habitual, todo el fin de semana en Vitoria, para disfrutar del Azkena Rock Fetsival. Eso sí, los que se queden en la ciudad tienen alguna cita destacable.

Lunes 17 de junio. Aunque su último disco no es una maravilla, siempre es un placer ver a Little Steven & The Disciples of Soul. Sus últimas visitas se han saldado con muy buena nota, y no tengo duda de que esta también lo hará. Será en Apolo. CONCIERTO DE LA SEMANA.

Viernes 21 de junio. Doble cartel que pretende ser de relumbrón, pero del que solo me interesa una parte. Vintage Trouble y Yola en Apolo. Por supuesto, me quedo con ella, de calle. Hace tiempo que ellos dejaron de interesarme por su incapacidad para hacer un buen disco con buenas canciones. Ese mismo día, Santi Campos & Herederos presentan su Alegría en BARTS Club, y Txetxu Altube en su “eterno” Oncle Jack. Es posible, eso sí, que si estuviera en la ciudad optara por el folk de Tim Vantol en Rocksound, por las ganas que tengo de verlo, y porque lo telonea Xavier Calvet.

Sonando: Constant Reminder de Rich Adams