martes, septiembre 30, 2014

Tonight Daniel Romano (yo he pagado mi entrada ¿y tú?)



Hoy me voy a ver a Daniel Romano. Se trata de uno de los conciertos que tengo marcados con una X en mi calendario hace tiempo. Sé que sus shows previos no invitan al optimismo porque se acusa a la banda de ser demasiado sosa, pero sigo pensando que será un buen bolo. Su último disco es magistral y tengo ganas de ver como plasma esas fantásticas canciones en directo. Eso sí, quiero dejar algo claro. En los últimos días hay bastantes personas que me hacen comentarios del estilo “claro, como entras gratis puedes ir a más bolos”. A ver, dos puntualizaciones.

Primera. Si entro gratis a un concierto es porque voy acreditado, que no es lo mismo. Y cuando voy acreditado el 100% (sí, siempre) de las ocasiones es porque o he hecho algo para el concierto (reseña, entrevista) o porque lo voy a hacer (crítica del concierto). Por tanto, voy a trabajar. Y tampoco está mal que se sepa que, en muchos casos, lo único que recibo a cambio de ese trabajo es el privilegio de no pagar el concierto.

Segundo. A pesar de lo dicho, soy de los que pagan el 80% o el 90% de los conciertos a los que voy, incluso para los que he hecho algo porque quiero que esos conciertos sigan pasando por mi ciudad (algo que cada vez sucede menos, por cierto). El concierto de hoy es un ejemplo. He publicado reseñas del disco de Romano y lo he entrevistado para promocionar esta gira para Ruta 66 pero he pagado religiosamente mi entrada. Llámenme tonto, pero eso me hace sentir tranquilo. Y lo hago con un promotor que además es amigo mío y al que podría pedirle acreditación fácilmente. Así que no me acusen de algo que no es verdad, porque es lo que me falta.

Para acabar dejo una pregunta flotando en el viento. Todos esos redactores y fans de la música americana de raíces ¿estarán esta noche en el Rocksound o se quedaran tranquilamente en casita? Creo que sé la respuesta.

Sonando: A new love de  Daniel Romano

lunes, septiembre 29, 2014

Sid Griffin, el truco está en respirar

Diez años hemos tenido que esperar para volver a disfrutar de un nuevo disco de Sid Griffin, líder de los seminales Long Ryders. Nos llega ahora que la banda vuelve a estar en boca de todo el mundo por su inminente gira europea que los traerá a nuestro país y porque Griffin, experto en el tema, como demuestra el haber publicado un excelente libro al respecto, se ha encargado de las notas interiores del nuevo volumen de las “Bootleg series” de Bob Dylan, que incluyen las sesiones completas de las célebres “Basement tapes” junto a The Band.

En esta nueva incursión en solitario –tan solo la tercera de su carrera– se hace acompañar de excelentes músicos como Justin Moses, habitual de la banda de Rikky Skaggs, Mark Fain, acompañante de John Fogerty, Thomm Jutz, mano derecha de Nanci Griffith o Paul Griffith, al que se ha visto entre otras junto a Sheryl Crow.

Así que no hay duda respecto a la pericia instrumental y a la interpretación. Como tampoco puede haberla, sabiendo de quien hablamos, respecto a las canciones. Y es que, ¿qué se puede decir de alguien que es capaz de escribir un texto como el de ‘Elvis Presley calls his mother after the Ed Sullivan Show’? Griffith tiene el saber estar de los que llevan mucho tiempo en esto, aunque últimamente se le haya visto más en tareas de escritor que en las de cantante, y por eso es capaz de fusionar a dos de sus grandes ídolos, Bob Dylan y Jimmie Rodgers, en ‘Blue Yodel No. 12 & 35′ o tomar de referencia el ‘Ode to Billie Joe’ de Bobby Gentry para convertirla precisamente en ‘Ode to Bobby Gentry’ y salir airoso de la aventura. ‘Between the general & the grave’ y ‘Everywhere’ son textos que parecen salidos de uno de los discos conceptuales de Johnny Cash dedicados a la historia estadounidense, y aún más ese ‘Punk rock club’ totalmente recitado que, eso sí, me parece una pausa demasiado larga en lo musical que perjudica ligeramente el ritmo de la escucha. Un pequeño detalle que no debe ensombrecer el regreso de uno de esos tipos que pusieron las primeras piedras de aquello que se llamó Nuevo Rock Americano, que desembocaría en ese “americana” encumbrado en los años noventa y del que muchos reniegan hoy. Yo no lo haré. De hecho, si pudiera y se acercara a mi ciudad, me postraría a sus pies.

Reseña de The trick is to breathe publicada por Efe Eme.

Sonando: Everywhere de Sid Griffin

jueves, septiembre 25, 2014

Teletipo disquero



Ahí va una breve (incluso brevísima) impresión de los discos que me han llegado en las últimas semanas. Ojo que hay ilustres decepciones para los que me acusan de no cargarme un disco. No descarto un análisis más amplio pero, de momento…

Los que sí….

Óscar Avendaño & Los Profesionales – Demasiado oro: Muy bien. Continuidad. El rock americano es posible en castellano.

Jim Keaveny – Out of time: Sorpresa. Dylaniano. Excelente.

Chuck Prophet – Night Surfer: En estado de gracia. Inconmensurable.

Elliott Brood – Work and love: Infalibles. En racha también.

Danny & the Champions of the World - Live Champs!: Son ellos y ya está. Muy fan.

My Yellowstone – Two: Subiendo. Mejorando lo ofrecido en su disco anterior. Y andaluces.

Sean Rowe – Madman: Mi disco preferido suyo. Sorpresa mayúscula.

Lucinda Williams - Down Where the Spirit Meets the Bone: Magistral.

Arizona Baby - Secret Fires: Grata sorpresa. Su álbum más compacto.

Kasey Chambers – Bittersweet: Deliciosa.

Hiss Golden Messenger - Lateness of Dancers: entrando poco a poco. Subiendo.

Girls Guns & Glory - Good Luck: Sin pretensions. Espléndido.

Handsome Jack - Do what comes naturally: Bombazo. Es Alive ¿algo más?

Los que casi o sí con peros….

Kompadres Muertos – El Final: Ranchera-punk. Curioso.

Great Crusades - Thieves Of Chicago: Frío.

John Mellencamp - Plain Spoken: Bien, aunque a veces parece ir a piñon fijo. Le faltan un par de singles.

Mike Farris - Shine For All The People: No me ha noqueado tanto como Salvation in lights pero es Farris, solo hay que oírle cantar.


Los que no…

Spike - 100% Pure Frankie Miller: No. Divertimento como cover band y poco más.

John Lafave - Wrong Side Of The World: Chasco. Olvidable.

Tweedy – Sukierae: Pesado. Plomizo. Demasiado largo. Si fuera sencillo otro gallo cantaría.

Robert Plant - Lullaby And… The Ceaseless Roar: Bluff. Decepción.

Trajano – Antropología: No es lo mío.

Sonando: Wish me luck de Chuck Prophet

miércoles, septiembre 24, 2014

La chica misteriosa de Roy Orbison




El disco póstumo de Roy Orbison es una de las grandes maravillas que nos dejó el final de la tan criticada década de los ochenta en lo que a música popular se refiere. Por eso Legacy y la familia del desparecido músico han decidido celebrar el 25 aniversario de su publicación con una fantástica reedición de compra obligada. Es evidente que por un lado encontraremos el álbum original con canciones espléndidas y de sobras conocidas como «You got it», «In dreams» o «California Blue», pero también un buen número de extras con grabaciones inéditas (donde destaca la preciosa «The way is love»)  y maquetas (la de «California Blue»  es magia pura). Por si eso no fuera suficiente, jugoso libreto al canto, el documental Mystery Girl: Unraveled con una hora de material excelente y declaraciones de los implicados en el disco y hasta ocho videoclips de las canciones incluidas.  Todo, claro está, con la pericia instrumental de Jeff Lynne, Tom Petty y sus Heartbreakers como colchón. Fantasía pura, vamos.

Reseña publicada en Ruta 66 Septiembre 2014.

Sonando: California Blue de Roy Orbison

lunes, septiembre 22, 2014

The Tripwires, todavía jóvenes

El 9 de octubre de 1996, servidor se plantaba en la recordada sala Garatge de Barcelona para ver el concierto de unos entonces desconocidos, para mí, The Model Rockets. Lo hacía “por culpa” de mis amigos Jonathan Vidal y Susana Correa, hoy mutados en BB Quattro y Suzy Chain (ambos en Suzy & Los Quattro) que me servían de guías en la velada. La banda de Seattle venía a presentar el que entonces era su segundo disco, “Snatch it back and hold it”, el preferido de BB, mientras que Suzy se inclinaba por su debut, “Hi-Lux” (1993). Juro que entré en la sala con la curiosidad ante lo desconocido y salí de ella convertido en un fan total de aquella música, y pensando que había visto uno de los mejores conciertos de mi vida, sentimiento que sigo teniendo casi veinte años después. Por eso cuando me enteré (tarde de nuevo) que su cantante, John Ramberg andaba liado en un proyecto llamado The Tripwires no dudé en hacerme con sus discos a ciegas. Y no me defraudaron.

El último de ellos es “Get young” y lo publica la disquera hispana Folc Records. Ramberg se presenta en este proyecto con una compañía de auténtico lujo: Jim Sangster de Young Fresh Fellows, Dan Peters de Mudhoney y Johnny Sangster de la banda de Neko Case, aunque no hay duda de que el sonido que se impone es el de Ramberg. No puede evitar uno dejarse llevar por la nostalgia y añorar a aquellos The Model Rockets, pero con The Tripwires la cosa se lleva mucho mejor.

Ramberg sigue siendo un orfebre del power pop, un constructor de hits casi insuperable y un volcán de melodías imparable. Se llame ‘Early bright’, ‘Gratitude’, ‘Anything nice’ o ‘You have a bell’. Deja que sus influencias vean la luz (Big Star, The Beat, Brinsley Schwarz…) pero con una tremenda personalidad. Y encima tienen el detalle de homenajear al "Down by the jetty” de Dr. Feelgood en la portada ¡Qué poco cuesta ser feliz, oigan!

Reseña publicada en Efe Eme online

Sonando: Early Bright de The Tripwires

viernes, septiembre 19, 2014

Barbecho discográfico, porque quiero pero no puedo



Barbechar: Dejar descansar la tierra arada durante un tiempo, para que se regenere.

Eso es justamente lo que yo necesito. Un barbecho. Juro que quiero llegar a todo, que quiero escuchar todos los discos que salen y que me interesan, pero no puedo. Tengo un límite, debo reconocerlo. Soy de los que piensan que Internet es una bendición y que ha sido la base para que conociera a un montón de bandas nuevas que de otra manera nunca hubieran llegado a mis oídos. Pero también ha provocado que los lanzamientos aparezcan antes, que las discográficas ya no envíen apenas discos y sí links en streaming o descarga, algo mucho más rápido, y que, por lo tanto, los discos a escuchar hayan crecido exponencialmente. Ya he dicho que tengo la suerte de poder escuchar música en el trabajo y eso me da cierta ventaja. Al menos en cuanto a tiempo, pero nunca se sabe cuando eso puede cambiar. Escribo en varios medios, ya sabéis. En algunos de ellos por amor al medio o a escribir, simplemente. Estoy metido en proyectos varios, entre los que está un nuevo libro y mi mente roza el colapso. Así que he decidido barbechar. Pero a mi manera, claro. No, no voy a dejar de escuchar discos durante un año ¡Dios mío! ¡Vaya tortura! Lo que voy a hacer es concentrar esas escuchas. Echo de menos llegar más a fondo en algunos discos. Soy tan freak que me apunto los álbumes que pasan por mis oídos y a estas alturas, en cuanto a discos de 2014 exclusivamente he oído ¡249! Juro que es así, aunque algunos solo los he oído una sola vez. No es asumible ni disfrutable y esto, al final, es una forma de disfrutar. Quiero tiempo para meterme a fondo en algunas novedades y para recuperar otros discos del pasado. Así que la decisión está tomada: solo escucharé aquellos discos que deba hacer por trabajo y aquellos que realmente me interesen mucho. Y ese "mucho" es importante. He empezado a descartar aquellos que me interesan un poco, algo, que parecen interesantes, etc.

Consecuencias. Estoy muy metido en los nuevos de Ryan Adams, Tom Petty, Chuck Prophet, His Golden Messenger, Daddy Long Legs o John Hiatt. Como hacía tiempo que no hacía (vaya expresión más mal construida, joder). Por el contrario he descartado la escucha de algunas cosas que en otro momento hubiera corrido a probar. No se asusten pero he dejado pasar los discos nuevos de Jeff Tweedy (sí, sí, Tweedy), Walter Salas Humara, Counting Crows o Suzy Boguss ¿Qué me perderé buenos discos? Seguro, pero mi mente necesita un descanso y otra manera de vivir la música: la que me enganchó a ella. A barbechar.

Sonando: Tears in vain de John Mellencamp

jueves, septiembre 18, 2014

Stiff Little Fingers, no hay vuelta atrás

La legendaria banda de Belfast Stiff Little Fingers regresan con nuevo disco, y eso, debe ser necesariamente una buena noticia y más si tenemos en cuenta la calidad de las canciones y la espera que ha supuesto. Diez años han tenido que pasar desde aquel lejano Guitar and Drum para que tuviéramos nuevas noticias discográficas de una banda formada en el momento en que sus miembros vieron en directo a The Clash, en 1977. Y es importante recalcar ese “discográficas” porque Jake Burns y los suyos no han dejado de tocar y precisamente muchas de las canciones de este No Going Back ya han sido tocadas en directo a lo lago de estos años. Ahí está «Liars Club», por ejemplo, una hilarante canción sobre una discusión entre Bush y Blair que, años después de que los dos políticos hayan desaparecido de la escena, sigue de tremenda actualidad por su contenido. O «My Dark Places» y su personal confesión sobre los problemas que ocasiona la depresión y la lucha diaria en contra de la enfermedad. También reconocerán sus fans temas como «Full Steam Backwards» o «Since Yesterday Was Here» sin que ello no reste ni un ápice de interés al álbum. Porque ahí está todo lo que esperamos del grupo: riffs contundentes a cargo de Burns, las explosivas líneas de bajo de las que ahora se encarga Ali McCordie, la pegada en la batería de Steve Grantley o la voz siempre efectiva de Ian McCallum. Por si eso no fuera suficiente, un porcentaje de lo recaudado se destina al Fondo de Educación Integrada de su Irlanda natal, una organización destinada a apoyar el crecimiento de los centros integrados que derriban barreras culturales y religiosas. Un motivo más para hacerse con él.

Reseña publicada en la web de Ruta 66.

Sonando: My dark places de Stiff Little Fingers

miércoles, septiembre 17, 2014

John J. Presley, una declaración de intenciones



Resulta que todo el mundo (no incluyo nuestro país en el concepto) habla de John J.Presley. Revistas como Uncut y Mojo ya le han hecho un hueco en sus páginas y Jack White está interesado en producir su primer disco. Y aquí, para variar, o no nos enteramos o no nos queremos enterar ¿De qué otra manera se puede explicar que el lunes pasado cuando abrió el espectacular concierto de Jim Jones Revue apenas hubieran 30 personas en la sala? Luego, cuando algún festival lo convierta en el último hype saldrán, como es habitual, cientos de personas diciendo que estaban allí y que lo han seguido desde el principio ¿Qué le vamos a hacer? Ni siquiera la excusa de ver a alguien que empieza la misma noche que supone la despedida de otros sirvió de motivación.

El caso es que Presley ofreció en media horas pinceladas de lo que puede ser, y no es aún. Me explico. Tiene el sonido, claro. Ese blues garaje cargado de riffs chirriantes es una bomba de relojería que ha de explotar. Pero solo lo hará si consigue canciones. Es lo que le faltan, canciones. Lo que ofreció eran apenas esbozos que seguro que Mr. White ayudará a pulir. Ganas hay de ver lo que consiguen juntos. La velada fue una declaración de intenciones y un intento e opositar a algo más grande. No más. Buenos mimbres, que dicen en el fútbol. Veremos como sigue. Aunque la definición “Jack White meets Tom Waits” que s eutiliza como promoción s eme antoja, aún, demasiado pretenciosa.

Sonando: Sweet Sister de John J. Preseley


PS: Que comprara el EP de Presley y dentro me encontrara con un Verbatim me sacó de quicio. Evidentemente lo devolví pero ¿ni siquiera tiene dinero su disquera para serigrafiar unos CDs?