lunes, octubre 31, 2011

Harrison y el ruta de noviembre

Ya en sus quioscos. Con George Harrison en portada y el Taj Mahal al fondo. No en vano, el documental que sobre el Beatle en la sombra acaba de emitirse estos días en el In-Edit, dirigido por Scorsese, es una de las noticias del año. Servidor aporta sus cosillas, como siempre. Ya saben, noticias, discos y libros. Además una entrevista con la gran Zoe Muth en la que me confiesa que ¡es maestra de niños cuando no se dedica a la música! Para quien no lo sepa, esta mujer ha hecho uno de los discos del año. Y también me atrevo a decir que el disco de Ryan Adams es su mejor disco en dura pugna con Heartbreaker. Respecto a los textos de otros compañeros, ojito con el del crack Llopis sobre Silvio. Contiene uno de los momentos escritos más hilarantes del año. El que reza "Pero en Sevilla...ahí nadie se va a quedar contento con estos papeles. Así que me adelanto: ¿no te gusta? ¿Falta eso, falta aquello? Pues haberlo escrito tú, no te jode". Por algo es uno de los grandes escritores sobre música de este país. También The Avett Brothers, Suzy Quatro, Mickey Newbury, Fountains Of Wayne, The Cubical...Nadie va a convencerme de que no es la mejor revista musical de este país. Llámenme poco objetivo. Acertarán.

Sonando: Get Right de Megafaun

viernes, octubre 28, 2011

DPND: Rosanne Cash - Interiors

La semana pasada teníamos por estas tierras a su ex marido. Esta vez es Rosanne Cash la protagonista de estos Discos Para No Deprimirse, y lo hace con Interiors, publicado en 1990.

Se trata de un disco importante en la carrera de la hijísima porque es el primero producido íntegramente por ella misma y en el que escribe o co-escribe todas las canciones con la excepción de «All Come True». Sin mucho éxito comercial (apenas llegó al puesto 23 de las listas de Billboard), en él se refleja, a medio camino entre el country y el pop, el mal momento personal que vivía Rosanne, a punto de separarse de Rodney Crowell. De hecho, su relación se rompería definitivamente, meses después de la publicación de este disco. Por eso huele a corazón roto y cenizas humeantes. Con una instrumentación sutil, la voz vacilante pero curtida de Cash se mueve deliciosamente por «Dance With The Tiger» o por «Real Woman», escrita a medias con el mismo Crowell. Pero es en «Paralyzed» donde logra realmente estremecernos hasta límites angustiosos marcado por ese piano que la acompaña en la soledad del estudio. Piezas como esta convierten el álbum en el mejor de la carrera de Rosanne y muestran que la música puede ser un buen bálsamo cuando los sentimientos tocan a rebato.

Sonando: Paralyzed de Rosanne Cash

jueves, octubre 27, 2011

Jero Romero, Muchas lágrimas no caen al suelo

Jero Romero acaba de publicar disco. El que fuera líder de los desaparecidos Sunday Drivers se lanza en solitario con la ayuda, cual fiel escudero, de mi buen amigo Charlie Bautista, Chinaski ocasional, que toca un montón de instrumentos y produce su nuevo disco. La finanziación ha corrido a cargo de uno de esos métodos que se están poniendo tanto de moda de pedir, por avanzado, el dinero a través de Internet. Hasta 18.000 €uros ha conseguido recaudar Jero entre sus fans. El mismo sistema están utilizando mis amigos de Los Madison. Y yo no acabo de tener claro si es lícito o no. Aunque igual lícito no es la palabra. No sé definirlo. Se me crea una sensación extraña respecto a esto. Porque si luego el grupo graba un disco que a mí no me gusta ¿me devolverán el dinero? ¿Puedo exigir que como he pagado por adelantado el disco se adecue a lo que yo espero? Raro. No lo sé. Tengo mis dudas y mi opinión no es clara respecto a todo esto.

En todo caso, Jero no va a tener ese problema porque el disco debe haber encantado a sus fans. Y es que es bonito, bonito. Eso sí, el que espere una continuación de los Sunday Drivers lo va a tener difícil, a ratos. Para empezar, Jero se lanza al castellano y se muestra como un buen letrista. Y para continuar, aunque conserva su vertiente pop, uno de los mejores constructores de estribillos de este país nos ofrece un disco prácticamente sin estribillos, en el que las historias son contadas de un tirón. Apenas atisbos de tonadas pero muchos retazos de buena música. La prueba es «Correcto», ese primer tema en el que la acústica lleva todo el peso de una melodía que se repite una y otra vez. Unos coros parecen anunciar el buscado estribillo, pero no acaba de arrancar. Luego se repite pero sin dejarnos la sensación de serlo. Todo fluye igual y el tema es precioso. “Un gusto desmedido por medir el pormenor”. Frases que lo sitúan en primera línea de los escritores en castellano cercanos al cantautor de este país junto a gente como Fabián, en quien he pensado nada más oír el trabajo. En «Las Leves» asoma el Jero "Sunday Driver", en una canción que en inglés podría haber estado en cualquiera de sus discos y ese “sal de mi cabeza” que hubiera sido otro estribillo perfecto si el tema no acabara justo detrás. Unos aplausos dan paso a «Señor Gigante» donde Romero me recuerda, y mucho, a mis queridos Marañones, incluso en la forma de entonar. «Devolverte» tiene la acústica típica del toledano, pero si hubiera sido un tema de los domingueros arrancaría tras la primera vuelta y, en cambio, el tema se queda ahí con magistrales frases costumbristas como “yo he dormido mucho más en el sofá”, y unos magníficos coros de Charlie. «Ya Te Lo Decía Yo», en cambio, arranca con una batería y esos vientos que tanto gustán a Romero y a Bautista. La voz, aparece por primera vez tratada y filtrada, y su cadencia me recuerda, y no sé por qué, al Quique González de Pájaros Mojados, aunque la manera de cantar de Jero diluye esa sensación al crecer. “Muchas lágrimas no caen al suelo”. Otro semi estribillo. Precioso crescendo en la línea de «Alibis» de Ocean Colour Scene, aunque más rápido. Uno de mis favoritos del disco. «Cabeza de León» contiene un pop luminoso, y los Marañones me vuelven a la mente. «Haciendo Eses» es ingeniosa y demuestra por qué Charlie es uno de los mejores músicos de este país. Su producción es acojonante. En «Nadie Te Ha Tocado» me parece ver, de nuevo, a los Sunday Drivers. Cosa que no me pasa en «Túmbate» en la que las escobillas juegan un papel vital. La voz de nuevo tratada pero sin sobrecargar. Vuelves a pensar qué bien canta este jodido tío. «Reloj de Sol» es como miles de rayos de eso, de sol. Otra gran letra en frases cortas. Algo muy difícil en el castellano. «Desinhibida» es mi otra favorita del disco. Aquí la voz pasa por varios estados y la letra…me encanta ese “desde que te conozco, te quiero conocer”. Cierra el disco «El As», otro tema saltarín con la acústica, lánguido (en positivo) y corto. Casi ninguno de los temas pasa de 3 minutos. Pero da igual. El disco fluye y consigue lo que pretende. Jero gana la apuesta. Se lleva los primeros tres puntos en la jornada inaugural. Y muestra que deshacer los Sunday Drivers no fue el error que muchos creían. Seamos positivos. Perdimos algo, pero también hemos ganado, y quizá algo mucho mejor. El tiempo lo dirá.

Sonando: Ya Te Lo Decía Yo de Jero Romero

miércoles, octubre 26, 2011

Buzz and The Flyers, reyes del punkabilly

En 1976 Dig “Buzz” Wayne llegaba a Nueva York. Se trataba de un tipo nacido en Cambridge, Ohio. Que había nacido escuchando discos de Ray Charles, de R&B y que había decidido ser músico y dedicarse al rockabilly cuando oyó a Gene Vincent y su famoso «Be Bop A Lula». Rodeado por músicos que se movían cerca del punk-rock, encontrarse con un paisano cuyo como Michael Gene fue vital para dar forma a Buzz & The Flyers. Su música conservaba toda la fuerza de los pioneros del rock and roll y la fiereza del punk de las calles más oscuras de Nueva York. Poco tiempo estuvo la banda en activo, a pesar de haber grabado un primer disco que es una obra maestra del género y de haber obtenido unas excelentes críticas a ambos lados del Atlántico. Después de eso creó a los Joboxers pero la cosa ya no fue lo mismo aunque su éxito comercial fue, quizá, mayor. Yo llevo unos días que no paro de escuchar ese primer disco. Les aconsejo hacer lo mismo...

Sonando: Go Cat Wild de Buzz And The Flyers

martes, octubre 25, 2011

L'altra cara de la lluna y She's A Sensation

El viernes pasado, Alfred Crespo y yo estuvimos de presentación de la biografía de Quique González en el programa de Nando Caballero, L'Altra Cara de La Lluna, en COM Ràdio. Se puede descargar el podcast de AQUI.

Fue curioso reencontrarme con Nando. Cuando empezó el programa, allá por 1998 o 1999, Jonathan Vidal, ahora convertido en BB Quatro y líder de Suzy y Los Quatro, y un servidor le hicimos, como Tipos de Interés, la sintonía del programa. Una sintonía que se mantuvo mucho tiempo en antena. Nando no sabía que el tipo que iba a entrevistar el viernes como autor de la biografía de Quique era el mismo cantante de aquellos TDI. Cuando se lo expliqué, no se lo podía creer. El momento freak se produjo más tarde. Parecía preparado. Caballero se dirige con nosotros, tras el programa, al armario en el que tiene los discos guardados para regalarme un disco de su banda, y cuando abre el armario, cae encima nuestro el single que TDI editamos en vinilo en homenaje a los Ramones. Juro que al tío se le puso la carne de gallina....Buen tipo Nando, uno de esos que quedan ahí luchando por el rock and roll, igual que Gabriel Abril, colaborador suyo que se atreve a mantener, en los tiempos que corren, una revista sobre literatura juvenil...Unos cracks....

Sonando: She's A Sensation de TDI

lunes, octubre 24, 2011

Barry Fenstein, adiós a un genio de la cámara

El 20 de octubre pasado conocíamos el fallecimiento de uno de los grandes fotógrafos de la historia del rock, Barry Fenstein, fotógrafo oficial de Bob Dylan entre 1966 y 1969. Además de trabajar con el de Duluth, ilustrando sus giras y sus álbums, como The Times They Are A-Changing, Fenstein se encargó de portadas tan conocidas como el Pearl de Janis Joplin, el All Things Must Pass de George Harrison o el Beggars Banquet de los Rolling Stones, a cuya sesión pertenece la foto que acompaña a este post.

Además, Fenstein es protagonista de una de las anécdotas desagradables que me han pasado en esto de la música. Servidor cogió una foto de Barry para utilizarla en el tributo a Dylan que edité en CD junto a la gente de Hanky Panky hace unos años. Cuando apareció publicado, recibí un e-mail bastante desagradable en el que se me acusaba de haber plagiado el poster de un tributo que se había hecho años antes al mismo Dylan y del que no tenía ni idea. Me amenzaban ¡con denunciarme! Curioso que lo hicieran unos tipos que, como yo, habíamos usado “ilegalmente” la obra de Fenstein. Al menos yo no gané un duro con el tema, más bien lo perdí. Ellos no sé…

Sonando: The Times They Are A-Changing de Bob Dylan

viernes, octubre 21, 2011

DPND: Rodney Crowell – Life Is Messy

Que nadie se confunda. No vamos a hablar de fútbol aunque con el título del LP que hemos escogido esta semana para nuestros discos anti depresión, podría parecerlo. Life Is Messy no es una loa al mejor jugador del mundo, como esa “y” final deja claro. Es el séptimo disco en estudio de Rodney Crowell, publicado por Columbia en 1992 y hoy ha venido a vistarnos.

El álbum cuenta con las colaboraciones de gente como Steve Winwood, Booker T.Jones, Linda Rondstadt o Don Henley, y llegó a situarse en el puesto número 30 de las listas de country. Curiosamente, a pesar de no tener unas ventas espectaculares, fue reeditado en el año 2000 por la compañía Lucky Dog. Crowell hace gala de una maestría sorprendente para contar historias, para describir sentimientos, con muy pocas palabras. Lo hace con un disco que se aleja bastante de propuestas más country abrazando el rock en una línea similar al Human Wheels de John Mellencamp. «Lovin All Night» y «What Kind Of Love» son buena prueba de ello. Además son las dos canciones que llegaron más alto en las listas de singles. Eso sí, el venazo country le sale al ex yerno de Johnny Cash (precisamente se divorciaba de Rosanne ese mismo año) en canciones como « It Don't Get Better Than This». Además, Life Is Messy tiene el honor de ser el disco de Crowell que contiene más canciones versionadas por otros artistas. Michelle Wright con «The Answer Is Yes» en 1996 y Patty Loveless con «Lovin All Night» en 2003 fueron las que tuvieron más repercusión. Si lo vuestro es el rock con pequeños guiños al country, y podéis soportar una producción que todavía conserva algunos elementos de los 80, éste es vuestro disco.

Sonando: Lovin All Night de Rodney Crowell

jueves, octubre 20, 2011

Prefiero una jukebox

Fusilo una frase de una canción del Salitre 48 de Quique González para titular mi nueva andadura radiofónica. Un programa en el que me dedicaré a poner música, simplemente,de todas las épocas y todos los estilos. Sólo canciones que me gustan. Con evidente inclinación por las novedades pero también con tiempo para recordar discos más antiguos. Así, en el primer programa, aparecen gente como Guy Clark, Ryan Adams, Sir Douglas Quintet, Will Hoge, Pine Hill Haints, Julián Maeso, 091, Blas Picón & Junk Express, Elmo Buzz, Br5-49, Brett Detar o Jeff Bridges, entre otros. Espero que Vds. lo disfruten tanto como yo haciéndolo.

En descarga AQUI.

Sonando: Nuevo Laredo de Sir Douglas Quintet

miércoles, octubre 19, 2011

The Feedback Harmonica King

Resulta que tengo la opción de hacerle unas cuantas preguntas al bueno de Walter Daniels, un hacha de eso de soplar por agujeritos y extraer sonidos, líder de los extintos Jack O'Fire que además colabora en el discazo que se acaba de sacar de la manga, otra vez, mi querido Scott H.Biram, Bad Ingredients. Me cuenta que así empezó con su instrumento:

Estaba viviendo fuera de Houston y vi un especial sobre el blues en la televisión pública. Johnny Woods estaba tocando un blues sentado en un porche y pensé que su forma de tocar era excepcional. Yo tenía una armónica que había comprado hacía años, cuando todavía vivía en el área de Chicago. Después de verlo supe que debía intentarlo. Johnny Woods grabó con Mississippi Fred McDowell y he ido buscando concienzudamente todas esas grabaciones.

El resto de la entrevista, ya saben en http://www.ruta66.es/ .

Sonando: A Year & A Day de Jack O'Fire

martes, octubre 18, 2011

The Gaslight Anthem, en un estado de amor y confianza

The Gaslight Anthem, protagonistas de uno de los conciertos que todavía recuerdo este año, sacan nuevo EP. Últimamente se ha puesto de moda este tipo de lanzamientos en los que bandas, más o menos conocidas, graban unas cuantas canciones que se editan bajo el título iTUNES Sessions. No me molesta (y si lo hiciera me iban a dar por saco). Y menos si esas ediciones son utilizadas, como la que nos ocupa para sacar material inédito de las bandas. Aquí, bajo la producción de Jason Marcucci, Fallon & Co. nos ofrecen una nueva versión de «Boxer», el tema que usaron como segundo single de American Slang, un inédito, «Our Father’s Song», y unas cuantas versiones. Desde el «Baba O’Riley» de los Who al «Refugee» de Petty, pasando por la tradicional «The House Of Rising Sun» con un arreglo a medio camino entre Dylan y los Animals. Eso sí, mi favorita, por sorprendente (si no estuviste en sus bolos españoles) y por la canción en sí, es el «State Of Love And Trust» que Pearl Jam colaban en la banda sonora de Singles a principios de los 90. Volver a escuchar esa canción en directo me recordó viejos tiempos y me trasladó a lugares ya olvidados. Pero es que además la bordan. Difícil llegar al nivel de intensidad al que Vedder y compañía llegaban. Y los Gaslight lo consiguen. Buen trabajo.

Sonando: State Of Love And Trust de The Gaslight Anthem

domingo, octubre 16, 2011

Lapido, un maestro en palacio

Lo del viernes pasado en la sala 3 del Auditori no tiene nombre. Bueno sí. Maravilla no le sienta mal. Y eso que la cosa pintaba fea, fea. La tarde mala, con bajas de última hora por motivos horribles. Una siesta improvisada en el sofá me levanta con un dolor de cabeza considerable. Salgo y hace frío. Estoy destemplado. Así debe estar Lapido cuando sale al escenario de una sala con capacidad para 500 personas en las que unas incomodísimas sillas disimulan la presencia de apenas un par de cientos. Pero me equivoco. Es lo que tienen los genios. Y Lapido ha decidido esa noche aplastarnos a base de buen rock and roll. Las sillas siguen siendo incómodas y se hace una dura contradicción con la banda que se ve encima de aquel escenario acompañando al granadino. El mejor prologuista del mundo tarda cuatro temas en saludarnos. “Hace unos meses tocábamos en un garito aquí en Barcelona, hoy lo hacemos en un palacio. Una lucha de clases. Siempre es lo mismo”. Genial comentario que nos da un descanso tras un inicio en el que destacó un «Escrito En La Ley» apabullante. Se le ve cómodo. Quizá por eso se saca de la manga el mejor concierto que le he visto nunca. Yo pienso en Coco y May. Se lo han perdido y me sabe mal, pero la expresión de Lapido parece decir “esto lo voy a repetir yo más veces”. Eso me tranquiliza. Caen canciones de todos sus discos, con especial atención a En Otro Tiempo, En Otro Lugar. También la versión de «La Canción del Espantapájaros» de los cero, habitual ya de su repertorio en solitario. Borda «Zapatos De Piel De Caimán» y nos enloquece con «La Antesala del Dolor», quizá una de las cinco mejores canciones que se han escrito en el rock de este país. Y en los bises, largos, renace con «Algo Me Aleja De Ti», un tema al que la adaptación de Quique en Daiquiri Blues ha dado nuevos bríos para el poeta eléctrico. Lapido ha vuelto a creer en la canción y demuestra con versiones como la del viernes, sin ningún ánimo de revancha y enfrentamiento (faltaría más entre dos grandes monstruos y amigos) quién firma el tema. Quique debe sentirse orgulloso de su contribución a eso. Dan las dos horas y el bolo toca a su fin. Uno se va hacia el metro satisfecho, aunque me queda la espinita de no haber podido charlar un rato con el maestro. Cosas de la vida. Nada que no arregle un e-mail de disculpa en el que nos emplazamos para la siguiente. La habrá y será mejor. Coco y May lo agradecerán. Y el rock and roll también.

Sonando: Música celestial de José Ignacio Lapido

PS: Y esta noche Alejandro Escovedo. Grandioso.

viernes, octubre 14, 2011

Joe Henry - Sticks And Stones

Que Joe Henry es un músico inconmensurable no hay quien lo dude. Que sus discos son la hostia, tampoco. Que su nivel es difícilmente alcanzable y, a veces, casi incomprensible, tampoco. Y que haberme podido comprar toda su discografía por apenas 2 o 3 dólares el disco en Secondspin, un lujo y un motivo de vacile de esos que nos gustan a los coleccionistas de discos. Su nuevo trabajo, Reverie, puede ser sin problemas su mejor disco, o por ahí andará. Quique González me decía "ha hecho lo que le ha dado la gana". Y no le falta razón. Pero lo ha hecho con el gusto y la elegancia de siempre. Hay quien compara este disco por intención y objetivo con las mismísimas Basement Tapes, aunque a nivel de sonido tenagan poco que ver. Quizá es esa libertad de la que hablaba Quique la que lleva a esos comentarios.


Y yo no puedo quitarme de la mollera «Sticks And Stones». Se inicia con el ladrido de un perro y luego esa voz femenina que me recuerda a la que respondía a Elvis desde las calles de Nueva Orleans en el principio de King Creole cantando aquel «Crawfish». Luego se transforma en un blues a lo Tom Waits, absolutamente espléndido. Henry lo borda. Nos va dando pausas en la intensidad de la canción. Ahora sube, ahora baja y deja que un detalle del contrabajo o un par de notas de piano nos recuerden que no está solo mientras las escobillas caen lentamente sobre la caja de la batería. Y entonces arranca otra vez, cual «Fumblin With The Blues», aquel secreto guardado dentro del The Heart Of Saturday Night. Clase a raudales ¿lo imaginan cantando este tema en un bar de mala muerte, rodeadod e borrachos, mientras él conserva su traje impecable? Pues imaginen y tiemblen.


Sonando: Sticks And Stones de Joe Henry

DPND: Buddy Miller - Your Love And Other Lies

Buddy Miller es de esos artistas acostumbrados a permanecer en la sombra. Parecen cómodos en un segundo plano amparados por la grandeza de los músicos que solicitan sus servicios. Llámense Emmylou Harris, Robert Plant o Solomon Burke. Pero cuando se sueltan, cuando se dejan llevar, son capaces de mostrarse como certeros francotiradores. Buddy Miller lo hace con cuentagotas desde que en 1995 decidiera estrenar su carrera en solitario con Your Love And Other Lies, nuestro Disco Para No Deprimirse de la semana.

13 canciones editadas por Hightone Records que, lejos de ser su mejor disco, sí que se nos muestran como un debut más que notable y un perfecto compendio de canciones country-rock. Grabado en los estudios Dogtown, en sus cortes se notan todas y cada una de las cicatrices que el músico, que contaba con 43 años en aquel momento, llevaba marcadas a fuego en su guitarra. Muescas que se traducen en sabiduría, empezando por la selección de músicos. Al Perkins a la steel, como no, Gurf Morlix, otro secundario de lujo, al bajo, y Donald Lindley a la batería. Casi inmejorable. Y para completarlo unos invitados apabullantes. Jim Lauderdale bordando la segunda voz de «Don’t Listen To The Wind» y cediendo a Miller uno de los mejores temas de todo el disco, «Hold My Love». Lucinda Williams insuperable, como no, en la inicial «You Wrecked Up My Heart». Dan Penn saliéndose en «I Can’t Slow Down». Y Emmylou Harris convirtiendo en oro todo lo que toca. A eso se ha de añadir la presencia, siempre necesaria para Buddy de su mujer Julie, que aporta coros, canciones y, sobre todo, saber estar. Casi nada ¿Podía salir mal? No, claro que no. Incluso canciones como «That’s How I Got To Memphis», presente años más tarde en el Nashville de Solomon Burke, se nos antojan perfectas en la voz de Miller y nos ponen difícil decidir qué versión es la mejor. He dicho ¿notable? Perdón, me he quedado corto.

Sonando: Hold My Love de Buddy Miller

jueves, octubre 13, 2011

Jonathan Wilson, It's alright Ma, I'm Only Weird

Hace unas semanas, Manel Celeiro y yo tuvimos el placer de ver a los Dawes con Jackson Browne y un, por entonces desconocido, Jonathan Wilson. Poco tiempo después, todo el mundo habla de él. El Ruta apuesta por su figura con una entrevista de dos páginas, Mondosonoro destaca su disco y lo sitúa entre los mejores del año, en Revolver nos recomiendan encarecidamente su compra y resulta que el tipo va a ser el telonero de la próxima gira de Wilco. Y yo, raro que soy, no tengo feedback con ese disco. Wilson nos gustó, tanto a Manel como a mí. Diría, incluso, que nos gustó mucho. Veíamos en él una mezcla de rock americano, el clásico sonido de Laurel Canyon, pizcas de psicodelia y algo incluso de jam band. Decidimos seguir sus pasos. De hecho lo definimos así, lo recuerdo perfectamente. "Un tipo a seguir". Llega el disco y sí, está bien, pero no lo encuentro tampoco la octava maravilla. Quizá quien más lo clava es Jordi Pujol en su reseña rutera (Jordi es uno de los pocos que no lo alaba indiscriminadamente) ¿De verdad nadie ve que ahí faltan canciones? Wilson, en disco, picotea de todo pero no se define en nada. Y esa indefinición le pesa a un trabajo que, insisto, no es malo en mi opinión, es aceptable. Sigue siendo alguien a tener en cuenta. Claro. Es un tipo que ha tocado con mucha gente y con nombres importantes. Tiene a Jackson Browne detrás, que mal gusto el hombre no tiene. Y me repito, su directo es más que interesante. Pero el disco...entre él y yo, no hay química. Como entre Olson y Louris...¿O será que soy raro?

Sonando: En este mundo raro de Los Secretos

martes, octubre 11, 2011

Rockpile en directo ¡a disfrutar!

De lujo la edición de uno de los directos del año. Poco importa que fuera grabado en 1980. Rockpile eran un bandón. Y siguen sonando impecables 30 años después. Un grupo de esos que te da buen rollo. Por eso le regalé hace tiempo el vinilo de Seconds of Pleasure a Quique González. Y a él le dio el mismo buen rollo que me dan a mí. Y por eso servidor se emperraba en hacer «When I Write A Book» cuando empecé a hacer mis pinitos con Tipos de Interés, a principios de los 90.

Rockpile eran Dave Edmunds, Nick Lowe, Billy Bemmer y Terry Williams. Lo dicho, un bandón. Empezaron colaborando unos en los discos de otros por motives publicitarios, sin decidirse a montar una banda por esas cosas de las compañías. La new wave , el rock and roll el punk-pop eran la base de un sonido en el que también encontrabas mucho rockabilly, pub-rock y r&b. Finalmente en 1980 sacan el que será su único disco, ese impecable Seconds of Pleasure. Y ahora nos llega esta maravilla en forma de directo. 16 temazos entre los que ¡no está «When I Write…»! Pero sí «Teacher, Teacher», «Girls Talk», «I Knew The Bride», «Queen Of Hearts» o el «I Hear You Knocking», auténtico hit de Edmunds en solitario. Realmente fantástico.

Sonando: Girls Talk de Rockpile

lunes, octubre 10, 2011

Escuchas compulsivas, porque los tiempos no han cambiado tanto

Ando estos días recuperando viejas costumbres. De una de ellas me siento especialmente orgulloso, y es de escuchar determinados discos hasta la saciedad. Eso me ha llevado a descubrir, de nuevo, el placer de conocer un disco de cabo a rabo y, sin embargo, encontrar algo nuevo en cada escucha. Desde hace una semana doy vueltas continuas por tres discos: lo nuevo de Ryan Adams, lo nuevo de Will Hoge y lo nuevo de Tom Russell. Nada más. Sólo alguna pequeña traición. Una para pinchar los vinilos que compré en el concierto de Pine Hill Haints. Cosas de los post-bolos que permiten recuperar sensaciones. Otra para darle una primera escucha al disco nuevo de Joe Henry, quizá el disco más elegante publicado este año junto al de Nick Lowe, y que recuperaré pronto. Y una última para el disco de Dylan y White sobre Hank Williams. Este se cuela entre los tres primeros e inicio su escucha compulsiva. Resultado, según el contador del iPOD: 17 escuchas al disco de Adams, 14 al de Hoge, 21 al de Russell y 9 ya al de canciones de Hank Williams. Eso me había hecho olvidarme que hace ya unos días salió publicado el nuevo de los Secretos. Ya saben, secretista que es uno. Otro disco precioso para la colección que, por su idiosincrasia, no escucharé de la misma manera sino poco a poco. Hay cosas que no deberían cambiar, aunque los tiempos son los tiempos y también hay que adaptarse.

Sonando: Ashes And Fire de Ryan Adams

viernes, octubre 07, 2011

Quique González y el heavy metal

Hoy, ración doble de blog.

¿Qué hace Quique González en una revista destinada mayoritariamente al mundo del metal? Pues obtener una muy buena reseña a cargo de Richard Royuela. La revista de Rockzone del mes de octubre contiene una gran crítica al libro de un servidor, demostrando que es más abierta de lo que mucha gente cree. Gracias chicos. Ahí va la reseña.

Si hay un músico en España que responde a la etiqueta de artista de culto, ese debe ser Quique González. Su nombre no suele ser muy común en los medios y sus ventas tampoco son de las que quitan el hipo, pero cuesta encontrar un artista que despierte tanta pasión entre sus seguidores. Definitivamente, Quique, te guste su música o no, es un artista del siglo XXI, el artista perfecto en tiempos de crisis. Uno de ésos que no necesitan grandes maquinarias para llenar conciertos y seguir viviendo con dignidad de la música. En este libro hecho por Eduardo Izquierdo se explica a modo de historia oral cómo se ha ido cociendo poco a poco la carrera del madrileño hasta llegar a disfrutar de su status actual. En su caso, la suya es una historia de final feliz, en otros no tanto. No es de extrañar que el libro esté teniendo éxito. Latamente recomendable.

Pero no es el único elemento común entre Quique y el Heavy Metal. Precisamente la Rockzone entrevista este mismo mes a The Eyes, banda de Heavy Metal ¿y dónde está la relación con Quique? En su portada. El señor de la izquierda (ver imagen adjunta) con pinta de haber salido del Señor de Los Anillos que empuña con maestría un hacha es, ni más ni menos, que el gran Javier “el peque” Ezquerro, maquetador del libro de Quique ¿quién lo iba a decir?

Ala, ya tengo la excusa para decirles que esta noche la gira Desbandados del señor González y Jacob llega a l’Hospitalet. No se lo pierdan. Se harán un favor.

Sonando: Kamikazes Enamorados (que hoy toca. Te kiero Rachel) de Quique González

DPND: Tom Russell - The Rose Of The San Joaquin

Ya se le echaba de menos por aquí. Tom Russell es uno de los grandes y su presencia es obligada si hablamos de rock americano hecho en los 90. Como también lo es si hablamos de los 80 o del nuevo siglo. Por eso nos detenemos hoy, para no deprimirnos, en The Rose Of The San Joaquin.

En 1995 Tom Russell ya tenía el mismo status que hoy en día. Artista respetado por sus compañeros, considerado por estos una auténtica institución, y ventas discretas que no se corresponden con su calidad. Su amigo Dave Alvin se va a encargar junto a Leisz Greg de la producción de su nuevo disco, The Rose Of The San Joaquin, fronterizo de principio a fin. Y no sólo porque empiece y acabe con un guiño al clásico «Volver, Volver», sino porque contiene la esencia de lo que todo buen sonido tejano debe tener. Las canciones parecen pequeñas bandas sonoras de capítulos de una serie que se va desarrollando en diversos lugares, desde El Paso a Tijuana, desde Ciudad Juárez a, como no, el valle de San Joaquín. Russell alcanza el cénit creativo con piezas como «Somebody's Husband, Somebody's Son» acompañado por Alvin y el gran Peter Case, con historias reales y cercanas como «Out In California» himno de la soledad bien entendida, o como «Sky Above, Mud Below» que contiene los diez mandamientos que todo storyteller debería cumplir. Exquisito y convincente trovador, Russell evoca historias hermosamente dolorosas y convierte este disco en una de las obras maestras de los años 90. Y encima el tipo mantiene el nivel con sus nuevos trabajos...

Sonando: Out In California de Tom Russell

jueves, octubre 06, 2011

Dylan y los cuadernos perdidos

Llevamos años esperando ese disco a medias entre Jack White y Bob Dylan. Lo que empezó como un rumor tenía visos de acabar convertido en una realidad. Dylan y White trabajaban conjuntamente sobre unos viejos cuadernos de Hank Williams, llenos de anotaciones y canciones a medias. Al final, parece que el viejo Bob decidió que ya tenía muchos años para meterse en esos fregados y que lo mejor era compartir el trabajo con otros compañeros de profesión.

Así nos encontramos con un disco en el que doce músicos acaban componiendo temas sobre esas notas de Williams. Y ojo con la lista porque a Dylan y White se les unen Levon Helm, Lucinda Williams, Jakob Dylan, Norah Jones, Vince Gill & Rodney Crowell, Patty Loveless, Holly Williams, Sheryl Crow y Merle Haggard. Como en todos estos discos, hay cosas para el gusto de cada uno, pero el nivel, como no podía ser de otra manera es altísimo. Eso sí, Dylan gana por K.O. técnico con la preciosa «The Love That Faded» (El Amor que se Desvaneció), un tema a ritmo de ¡ranchera y vals maricahi!¡Toma ya! Le sigue Lucinda, maravillosa como siempre cuyo «I’m So Happy I Found You» podría formar parte de cualquiera de sus mejores discos. Estremecedora en cada sílaba. Como siempre. Y ojito con White. En solitario nos muestra a un artista despojado de modernismos para trazar una excelente canción, «You Know That I Know», que nos hace preguntarnos por qué no se saca de la manga un disco en esa línea. Levon lo borda, como no, y se acerca como pocos al legado de Williams, Merle Haggard a parte, y Jakob demuestra que es uno de los mejores cantantes de la actualidad y que sería un sueño verlo cantar un disco de canciones hechas por papá Bobby. Prueba superada. Y sobrados.

Sonando: Oh Mama, Come Home de Jakob Dylan

miércoles, octubre 05, 2011

Charlando con el músico novelista

Los que siguen habitualmente esta bitácora ya saben lo que pienso de Willy Vlautin, líder de Richmond Fontaine. Sus novelas me han hecho pasar muchos buenos momentos. Por eso me hacía especial ilusión poder entrevistarlo por segunda vez. La primera fue para el Ruta en versión papel. Esta iba directa a la web.

No fue como la primera vez. Entre otras cosas porque la entrevista no fue en persona, sino a través del correo electrónico, pero me pude dar el gustazo de hacerle unas cuantas preguntas a un escritor que admiro, tanto en su faceta de novelista como en la de songwriter. Su último disco se llama The High Country, y es un trabajo difícil. Algunos dirían que és lánguido. Y no van desencaminados. Pero sin que eso sea, ni mucho menos, algo negativo. La definición que otros miembros de la banda han hecho sobre que parece una banda sonora de una novela se me antoja acertadísima. Y Vlautin lo deja claro: "no es un disco para ponerse en una fiesta". El resto de la entrevista AQUI.

Sonando: Inventory de Richmond Fontaine

martes, octubre 04, 2011

Pine Hill Haints, nobody without song

El sábado fui a un concierto de esos que uno tarda mucho tiempo en olvidar. Va a estar en mi lista de los mejores del año, seguro. Pine Hill Haints. La banda de Alabama superó, incluso, su anterior visita para obsequiarnos a todos los que nos habíamos acercado al Rocksound con una noche de genuina música americana de sabor añejo. La banda no estaba al completo, faltaban un par de miembros con especial relevancia del acordeonista Jon Lucious. Pero los que estaban lo bordaron. De hecho, antes de empezar ya saqueé el puesto de merchandising. Además, merece mención destacada. Muy buen material, muchos vinilos, singles, camisetas, libros, chapas, llaveros....Joder, eso es un merch, leches...Además empezó a venderlo la encantadora Kat Barrier, que luego se encargaría de la washboard. Y lo mejor, los precios. Lo más caro valía 10 pavos. Pero vamos al lío. El bolo. Inconmensurables. Se salieron. Acabaron desgañitándose en medio de la sala, sin micros al grito de “nobody without song”. Qué manera de tocar. Qué manera de ganarse a la gente. Ni un bajón. Tocando de todo y todo bien. Calypso, Bluegrass, Folk, Hillbilly, Vals, Country…Y es que esta banda es la leche, os lo aseguro, la leche pero merengada. Salir de una sala con esa sensación de haber vivido algo tan grande no tiene precio. Difícil lo tendrán esta semana Marah y Delta Saints. A Quique no lo incluyo, que lo suyo es otra cosa…

Sonando: Spirit of 1812 de Pine Hill Haints

lunes, octubre 03, 2011

Ryan Adams, dejando atrás la incontinencia creativa

Ryan Adams ha vuelto. Y no lo digo sólo porque tenga nuevo disco, sino porque me parece que este Ashes & Fire confirma los claros síntomas de recuperación que apuntaba su última obra. Adams seguirá provocando discusiones. Sus defensores seguirán viéndole como el paladín del country alternativo, mientras sus detractores no podrán evitar revivir su imagen de niño malcriado. Eso es así. Pero este disco puede hacer cambiar la opinión de muchos de los que se habían cambiado de bando.

Para empezar, el amigo Adams parece haberse dado cuenta de que eso de la incontinencia creativa no iba a depararle nada bueno. Por eso el disco transmite una sensación de coherencia y trabajo invertido que se echaba en falta en sus anteriores aventuras. Aquí no parece que nos han “planchado” todo lo grabado sino que se ha podido escoger y eso, cuando se habla de un artista del talento del susodicho (y eso es innegable), tiene que llevarte a buen puerto. Así, este decimocuarto trabajo del hombre en el que muchos vieron al futuro Bruce Springsteen transita entre canciones llenas de penumbra, niebla y sonidos acústicos. Ryan se ha alejado de volúmenes altos y canciones estridentes, quizá provocado por la enfermedad en el oído que ha sido la máxima culpable de estos últimos dos años sin noticias suyas. Pero como no hay mal que por bien no venga, el de Jacksonville ha dedicado ese tiempo a casarse con Mandy Moore y, sobre todo a dedicarse a la composición al cien por cien. Esas circunstancias han dado como resultado estas once canciones (¡por fin un disco corto del tipo!) melancólicas a las que han dotado de dulzura la producción de Glynn Johns, la presencia de Norah Jones en los coros y hasta la voz de su mujer. Que a estas alturas sea candidato a ser uno de los discos del año, dice mucho en su favor…

Sonando: Chains Of Love de Ryan Adams