Sonando: Holidays In The Sun de Sex Pistols
viernes, julio 31, 2009
Vacaciones
Hoy empiezan mis merecidas vacaciones de este año. A las 2 y media saldré de la empresa y no volveré hasta el día 24. Da gusto ver la fecha de vuelta tan lejos en el horizonte. Supongo que aprovecharé estos días para leer mucho, en la medida que June me deje, escuchar muchos discos y, sobre todo, descansar y pasar tiempo con mis dos chicas favoritas. Esto último es, realmente, lo que más me apetece hacer. Es un lujo pdoer pasar casi un mes al ladito de June cuando apenas tiene 2 meses. Es una oportunidad de oro para descubrir muchas cosas que corres el riesgo de perderte metido en la vorágine del día a día. Me gusta pensar que ella me espera también para pasar estos días conmigo y que va a disfrutarlos igual que yo. Los bebés perciben más cosas de las que suponemos. De eso estoy seguro. Son capaces de sentir y transmitir cariño, tristeza, paz, alegría....Un montón de sentimientos que, en contra de lo que suponía antes de tener una hija, se transmiten casi desde el primer día. Yo apenas he notado esa etapa de la que todo el mundo hablaba sobre que los bebés no hacían nada, sólo dormir. June me ha transmitido muchas cosas desde el principio y sigue haciéndolo en cada momento que paso junto a ella. Mis mejores triunfos, por ejemplo, se producen cuando ella está intranquila y yo logro calmarla en mis brazos. Me hace sentir tan grande. Enorme. Por esas pequeñas cosas he decidido que mi destino de vacaciones, este año, van a ser los ojos de Baby June. No imagino destino mejor.
jueves, julio 30, 2009
Dilema
Vaya por delante que no tengo mucho tiempo para leer. De lo contrario no tendría este problema. Y es que, como dije hace unos posts, estoy leyendo Las Ovejas de Glennkill de Leonie Swann pero encima de la mesa tengo la biografía no autorizada del amigo Keith Richards, editada recientemente por Global Rhythm. En otra época la cosa sería clara. Estaría leyendo los dos a la vez. Pero ahora mismo el tiempo no me permite leer dos cosas al mismo tiempo. Eso me plantea que hacer en las vacaciones que empiezo mañana. De “las ovejitas” llevo unas 100 páginas porque leo a un ritmo mucho más lento que habitualmente. Eso significa que llevo un 25% de la novela. Por otro lado tampoco me gusta leer las cosas por obligación, por “tener que hacerlo”. Pero también me da rabia dejar libros a la mitad porque luego me motiva poco volver a empezarlos. Y menos si, como éste, se me hace entretenido y divertido de leer. Pero por otro lado, leer las desventuras del amigo Kiz se me hace tan atractivo.....No es un dilema existencial. Lo tengo claro, pero pensar en la solución me mantiene alejado de la ansiedad de que lleguen ya las vacaciones o de acabar el disco de los Chinaski ¿será un stone la respuesta? ¿o lo será una oveja lanuda?
Sonando: Wicked As It Seems de Keith Richards
Sonando: Wicked As It Seems de Keith Richards
miércoles, julio 29, 2009
Las Lolas
Uno de los discos que nunca sale de mi iPOD es el Doctor Apache de The Lolas. Para los que nieguen de la utilidad de Internet con respecto a la música, he de decir que conocí a la banda a partir de uno de los blogs que sigo habitualmente. The Lolas están o estaban, según se mire, liderados por un auténtico genio del pop actual. Alguien que ha bebido directamente de los Byrds, los Beach Boys, los Raspberries, los Kinks o los Beatles. Un auténtico maestro de las melodías pero también un gran desconocido. Estoy hablando de Tim Boykin. Nacido en Alabama, formó parte de Carnival Season para fundar después The Shame Idols, protegidos del Young Fresh Fellows Scott McCaughey, y acabar liderando The Lolas. Su primer disco lo editan en 1999 y ya muestran de lo que serán capaces. Su mezcla de power-pop con las brillantes líneas melódicas de Boykin son adictivas a más no poder. Esas son sus armas y las juegan con acierto. Cuatro discos les avalan. Cuatro exquisiteces que harán las delicias de los amantes del pop acelerado y las voces trabajadas. Desde luego yo no pude pasar por alto a este fan acérrimo de Ray Davies. Y los veranos son fantásticos momentos para disfrutar, de nuevo, de las Lolas.
Sonando: They Coming For You Barbara de The Lolas
Sonando: They Coming For You Barbara de The Lolas
martes, julio 28, 2009
Surf de secano
Cada año, cuando llega el verano realizo el mismo proceso. Y es la inclusión en mi iPOD (antes Mp3) del Splash Back de los Surfin Lungs, mi grupo favorito de Surf, por encima, incluso, de los Beach Boys. Descubrí a los Surfin Lungs a mediados de los 90 y, desde entonces, su grandes éxitos me acompaña todos los veranos. Este año habrá poca playa. Los preciosos ojos marrón oscuro de June tienen la culpa. Pero me importa poco, la verdad. Su sonrisa es más bonita que cualquier playa. Eso sí, los Surfin Lungs vuelven a estar en mi iPOD. Y melodías como «Quarter Mile Machine», «Surf Jet Girl» o «Bedouin Bedlam» vuelven a retumbar en mis oídos.
Recuerdo cuando en 1996 los Tipos de Interés (una de mis primeras bandas) decidimos versionar el «Girltrouble» de los Lungs promovido por la mente de Jonathan Vidal (hoy BB Quattro, líder de Suzy & los Quattro). Cuando Jon le envío a Chris Pearce, cantante de los Lungs, nuestra cover éste le contestó con un “está muy bien, pero la próxima vez que el cantante se mire la letra”. El cantante era yo, of course. Y la letra había estado situada en un atril justo delante mío durante toda la grabación. De mi inglés, en aquel momento, hablaremos otro día o mejor lo obviamos. Aquel mismo año conocí a la banda y durante un tiempo llegué a mantener un contacto habitual por e-mail con el amigo Chris. Suzy Chain, BB y yo incluso nos desplazamos a Castellón para pasar un par de días con ellos en su gira española. Allí coincidimos com gente como Tomás de Depressing claim (hoy en los Reactivos), Coky de Shock Treatment, Javi No Tomorrow, Miguel Ángel Villanueva de Los Brujos, Íñigo de Malconsejo (actualmente en Miss Black Emotion) y, como no, el gran Santi Campos. Todos formaban una gran familia a la que nosotros nos añadimos con facilidad. Igual que los Surfin Lungs. Hoy, con mucha de esa gente ya he perdido el contacto, aunque también lo he recuperado con otros. Hace poco charlaba vía e-mail con Íñigo y con Coky por diferentes motivos. Eso sí, la música de los Surfin Lungs con su surf-powerpop-punk siempre me recuerda esos momentos y, por supuesto, el verano. Son especiales. No en vano son la única banda de surf de la historia en la que ninguno de sus miembros sabe surfear.
Sonando: Let 'Em Eat Surf! de Surfin Lungs
Recuerdo cuando en 1996 los Tipos de Interés (una de mis primeras bandas) decidimos versionar el «Girltrouble» de los Lungs promovido por la mente de Jonathan Vidal (hoy BB Quattro, líder de Suzy & los Quattro). Cuando Jon le envío a Chris Pearce, cantante de los Lungs, nuestra cover éste le contestó con un “está muy bien, pero la próxima vez que el cantante se mire la letra”. El cantante era yo, of course. Y la letra había estado situada en un atril justo delante mío durante toda la grabación. De mi inglés, en aquel momento, hablaremos otro día o mejor lo obviamos. Aquel mismo año conocí a la banda y durante un tiempo llegué a mantener un contacto habitual por e-mail con el amigo Chris. Suzy Chain, BB y yo incluso nos desplazamos a Castellón para pasar un par de días con ellos en su gira española. Allí coincidimos com gente como Tomás de Depressing claim (hoy en los Reactivos), Coky de Shock Treatment, Javi No Tomorrow, Miguel Ángel Villanueva de Los Brujos, Íñigo de Malconsejo (actualmente en Miss Black Emotion) y, como no, el gran Santi Campos. Todos formaban una gran familia a la que nosotros nos añadimos con facilidad. Igual que los Surfin Lungs. Hoy, con mucha de esa gente ya he perdido el contacto, aunque también lo he recuperado con otros. Hace poco charlaba vía e-mail con Íñigo y con Coky por diferentes motivos. Eso sí, la música de los Surfin Lungs con su surf-powerpop-punk siempre me recuerda esos momentos y, por supuesto, el verano. Son especiales. No en vano son la única banda de surf de la historia en la que ninguno de sus miembros sabe surfear.
Sonando: Let 'Em Eat Surf! de Surfin Lungs
domingo, julio 26, 2009
Debajo de las versiones
Este fin de semana acabábamos de grabar las voces del disco de los Chinaski. Y aprovechamos el encuentro entre Álex, J.J. y yo para acabar de definir el contenido del disco. Hay una versión de un gran tema de una conocidísima banda que está ahí, ahí. No nos acaba de convencer el resultado de la pre-producción y eso hace que dudemos del resultado final. Y hoy, precisamente, me he puesto a escuchar el segundo disco de versiones de Mathhew Sweet y la ex Bangles Susanna Hoffs, Under The Covers Volume 2. Y he de decir que me ha gustado más que el primero. Se inicia con el «Sugar Magnolia» de los Grateful Dead. Después se suceden versiones que van desde Tom Petty a Stevie Nicks, Fleetwood Mac, Rod Stewart, Little Feat, Mott The Hoople, Big Star o Derek And The Dominoes. Todo bajo la batuta y el buen gusto habitual de Sweet. Algunas son covers geniales y otras no destacan tanto. Pero siempre hay un buen trabajo detrás.
Eso me lleva a plantearme algunas de las cosas sobre las que los Chinaski hablábamos el sábado ¿Ha de aportar siempre algo una versión? ¿ No vale sólo con el respeto y las ganas de rendir un tributo a alguno de tus ídolos? ¿Si se hace una versión siempre hay que buscar mejorar la original? Mis respuestas son sí, sí y no. Es decir, creo que no necesariamente se ha de aportar siempre algo en una versión porque muchas veces lo único que se busca es rendir un homenaje a alguien a quien admiras. Difícilmente se mejorará la original si haces siempre las versiones que te gustan. Yo he versionado a Cash, a Dylan, a Elvis, a Neil Young y a los Beatles, por citar a algunos ¿Los he mejorado? No, y de hecho sería muy pretencioso pensar que sí. Pero creo que merecía hacer esas versiones y difícilmente alguien lo habrá hecho con más cariño y respeto que yo. Versionar es divertido. Simplemente. Yo lo veo así. Y así lo defiendo.
Sonando: Bell Bottom Blues de Matthew Seet & Susanna Hoffs
jueves, julio 23, 2009
Disco del mes
No, este post no está dedicado a la excelente canción que bajo ese título mi “hermano” Santi Campos incluía en El Maestro de Houdini de Amigos Imaginarios. Está dedicado a los discos del mes del Ruta. Porque los redactores routiers no tenemos porque estar siempre de acuerdo con la dirección editorial. Malo sería, básicamente por falso. De hecho en ese cruce de opiniones está el buen hacer de la revista. Creo yo. Por eso no me preocupa afirmar que casi nunca estoy de acuerdo con el Disco del Mes del Ruta. Porque se que la gente que tan bien está dirigiendo la revista lo entiende como yo. Y no es que yo tenga la razón absoluta. Más bien no la tengo. Pero lo que sí tengo es opinión, por supuesto. Y sí, una vez lo fui yo. Sólo una. Y otros opinarían lo mismo que yo ahora. Pero vaya discazo. Me acuerdo aún como convencí a Jaime Gonzalo de que Salvation In Lights de Mike Farris merecía ser disco del mes. Y lo conseguí. Por lo que tampoco olvido mi cara al verlo publicado. Además tengo el curioso honor de que “mi disco del mes” fue el último de la anterior etapa rutera. El que daba pie al renacimiento de la revista. Ahí queda eso.
Y por estos motivos hoy he decidido hacer mi propia lista de discos del mes de este año. Y lo he hecho a partir de las reseñas que la revista publicaba en cada mes. Es decir, he buscado mis discos del mes en las reseñas publicadas el mismo mes al que me refiero. Eso sí, lo he hecho sólo con los números de este año. Y estas son mis conclusiones.
Y por estos motivos hoy he decidido hacer mi propia lista de discos del mes de este año. Y lo he hecho a partir de las reseñas que la revista publicaba en cada mes. Es decir, he buscado mis discos del mes en las reseñas publicadas el mismo mes al que me refiero. Eso sí, lo he hecho sólo con los números de este año. Y estas son mis conclusiones.
En enero, el disco del mes routier era Damn Right Rebel Proud de Hank Williams III. Digno, pero para mí un escalón por debajo de Sex & Gasoline de Rodney Crowell y de The Living and the Dead de Jolie Holland, publicados el mismo mes. En febrero le tocó el turno a The Crying Light de Antony & The Johnsons. Un soberano coñazo en mi opinión y muy por debajo de la belleza de Unreleased Songs and Rare Recordings de David Hidalgo & Louie Pérez. En marzo, cosecha nacional. Look Incide Now de The Right Ons era el plástico routier del mes. Aceptable pero incomparable con el Mr. Lucky del enorme Chris Isaak o Animals In The Dark de William Elliott Whitmore ¿Y en abril? Pues en abril estamos de acuerdo. El homónimo de The Jim Jones Revue es demasiado grande para no estarlo. No hay más que decir. Llega mayo y mi buen amigo Toni Castarnado escribe como disco del mes sobre There is an Ocean….de Scott Mathew. No me entra. Me quedo con el Rising Mountains de Capsula o el Yonder Is The Clock de The Felice Brothers. En junio, incomprensiblemente, el insufrible The Eternal de Sonic Youth hace que el Together Through Life de Bob Dylan o, sobre todo, el Shout Live de Mike Farris se queden en simples destacados. Y en julio, lo nuevo de The Low Anthem, que encuentro bastante “majo”, todo sea dicho, deja en la cuneta a los nuevos discos de Green Day, Ryan Bingham o la opera prima de The Breakdowns. Este es un resumen rápido de mi punto de vista que, eso sí, siempre he podido defender ante “los jefes” que siempre se han tomado estas críticas de manera constructiva. Como debe ser. Por eso seguiré haciéndolo. y seguiré encarando esa sección esperando que algún compañero me descubra alguna maravilla. Además, ya sabemos lo que dicen de las opiniones y los culos.
Sonando: Disco del mes de Amigos Imaginarios
Sonando: Disco del mes de Amigos Imaginarios
miércoles, julio 22, 2009
Me llamo Dexter Fisher o David Morgan
Rakel y yo estamos a punto de acabar la última temporada estrenada de Dexter. De hecho podríamos decir que la hemos acabado porque nos falta un capítulo pero ya parece haber pasado todo lo que tenía que pasar. Dexter es una serie curiosa. Refleja como sentir simpatía por un asesino en serie.
Basada en la novela El Oscuro Pasajero de Jeff Lindsay, empezó a emitirse en el 2006. Suponía el cuarto gran papel en televisión para Michael Carlisle Hall tras Bereft, Paycheck y, sobre todo, el David Fisher de Six Feet Under. De hecho este último y Dexter Morgan no tienen tan pocas cosas en común. Los dos son personajes oscuros con un secreto que no quieren, por diferentes motivos, que salga a la luz. Eso sí, las series son bastante diferentes. Six Feet Under es una serie más profunda, marcada por unos excelentes diálogos y una ingeniosa sinopsi. Dexter es más ligera, con detalles escondidos muy interesantes y reflexiones bastante buenas. Más televisivas. Pero Six Feet Under es otra cosa. Eso está claro. Es una de esas series destinadas a ocupar un lugar destacado en la lista de mejores series de todos los tiempos. Como Los Soprano. Y curiosamente estas son las series en las que a Rakel y a mí nos cuesta más entrar. De hecho, el primer episodio de Los Soprano los vimos ¡hasta cuatro veces! Ahora, tras verla completa, somos fans absolutos y seguro que en algún momento vuelvo a darle un visionado íntegro. Algo parecido nos sucedió con Six Feet Under. Quizá es que estas series no están construidas a partir de un primer capítulo súper espectacular para que te enganches. O quizá haya sido casualidad. Quien sabe...
Basada en la novela El Oscuro Pasajero de Jeff Lindsay, empezó a emitirse en el 2006. Suponía el cuarto gran papel en televisión para Michael Carlisle Hall tras Bereft, Paycheck y, sobre todo, el David Fisher de Six Feet Under. De hecho este último y Dexter Morgan no tienen tan pocas cosas en común. Los dos son personajes oscuros con un secreto que no quieren, por diferentes motivos, que salga a la luz. Eso sí, las series son bastante diferentes. Six Feet Under es una serie más profunda, marcada por unos excelentes diálogos y una ingeniosa sinopsi. Dexter es más ligera, con detalles escondidos muy interesantes y reflexiones bastante buenas. Más televisivas. Pero Six Feet Under es otra cosa. Eso está claro. Es una de esas series destinadas a ocupar un lugar destacado en la lista de mejores series de todos los tiempos. Como Los Soprano. Y curiosamente estas son las series en las que a Rakel y a mí nos cuesta más entrar. De hecho, el primer episodio de Los Soprano los vimos ¡hasta cuatro veces! Ahora, tras verla completa, somos fans absolutos y seguro que en algún momento vuelvo a darle un visionado íntegro. Algo parecido nos sucedió con Six Feet Under. Quizá es que estas series no están construidas a partir de un primer capítulo súper espectacular para que te enganches. O quizá haya sido casualidad. Quien sabe...
Sonando: Psychokiller de Talking Heads
martes, julio 21, 2009
Dulce Lucinda
No recuerdo muy bien cuanto tiempo hace. Yo diría que un par de añitos seguro. Me disponía a entrevistar a Jesse Malin para el Ruta. Un tipo al que admiraba desde sus tiempos al frente de los grandísimos D-Generation. Malin estaba a punto de editar Glitter in the Gutter. Un disco que me había llegado de promoción y que incluía un tema precioso llamado «Lucinda». No había tenido apenas tiempo de escuchar con detenimiento las letras por lo que una de las preguntas a Malin fue quién era esa misteriosa Lucinda a la que dedicaba una canción. El tipo debió pensar que servidor era tonto del haba o que vaya entrevistador le habían enviado. Así que empezó las cosas por el principio. Me dijo que estaba dedicado a una cantautora de Louisiana, de más de 50 años que era uno de sus músicos favoritos. Me explicó que en Estados Unidos era bastante conocida y que había llegado a ganar algún Grammy. Cuando nombró el gran disco que es Car Wheels on a Gravel Road mi cara tuvo que ser de espanto ¡La canción estaba dedicada a Lucinda Williams! Y yo quedando como un cateto redomado, plumilla del tres al cuarto, literato de tercera…
Y ayer, Sweet Lu, nos emocionó en una Sala Apolo prácticamente llena. Era su primera visita a España y, como ella mismo dijo en un limitado castellano, quería que todo saliese perfecto. Y casi lo consigue, si no fuera porque cada uno tenemos nuestros set-lists perfectos y rara vez coinciden con los que nuestros artistas favoritos interpretan. «Drunken Angel», «Essence», «Honeybee», «Joy», «Right in time» o «Real Love» fueron algunos de los temazos que sonaron. Y para acabar una soberbia versión en castellano de «Adiós Corazón Amante» de la chilena Violeta Parra. Poco más se puede pedir. Lucinda estaba espléndida, simpática, cercana y con unas tremendas ganas de agradar. Y la banda sonaba fantástica. Ideal para despedirme de los conciertos hasta septiembre. Vacaciones conciertiles podríamos llamarlo.
Sonando: Drunken Angel de Lucinda Williams
Y ayer, Sweet Lu, nos emocionó en una Sala Apolo prácticamente llena. Era su primera visita a España y, como ella mismo dijo en un limitado castellano, quería que todo saliese perfecto. Y casi lo consigue, si no fuera porque cada uno tenemos nuestros set-lists perfectos y rara vez coinciden con los que nuestros artistas favoritos interpretan. «Drunken Angel», «Essence», «Honeybee», «Joy», «Right in time» o «Real Love» fueron algunos de los temazos que sonaron. Y para acabar una soberbia versión en castellano de «Adiós Corazón Amante» de la chilena Violeta Parra. Poco más se puede pedir. Lucinda estaba espléndida, simpática, cercana y con unas tremendas ganas de agradar. Y la banda sonaba fantástica. Ideal para despedirme de los conciertos hasta septiembre. Vacaciones conciertiles podríamos llamarlo.
Sonando: Drunken Angel de Lucinda Williams
lunes, julio 20, 2009
Nick Curran
Descubría la carrera en solitario de Nick Curran casi por casualidad. Si es que a la casualidad se le puede llamar Mario Cobo. Además hace relativamente poco. Hasta ese momento, para mí, Curran era el guitarrista de los Jaguars de Kim Lenz. Simplemente. Eli "Paperboy" Reed acababa de publicar su excelente Roll With You. Mario y yo intercambiábamos discos recomendados en Discos Revólver y al ver el álbum de Reed le dije: "píllatelo, no te arrepentirás. Este tío canta como un negro". La siguiente vez que nos vimos, cuando le pregunté a Mario qué tal me dijo: "bien, pero si quieres a alguien que suena de verdad como un negro píllate los discos de Nick Curran en solitario". Y ahí fui de cabeza. Cierto es que en la discografía de Curran hay de todo pero cuando quiere sonar negro, lo consigue. De eso no hay duda.
Nacido en Portland, Curran no tiene nada que ver con el protagonista de Instinto Básico, vaya por delante. Sólo el nombre, claro. Eso sí, ya ha aparecido en televisión, interpretando a un rockero en la serie True Blood. Es conocida la anécdota de que su padre le dio un disco de los Fabulous Thunderbirds y le dijo: "cuando seas capaz de tocar las notas de todos los solos, serás un guitarrista". Y damos fe de que lo consiguió. A los 15 años ya era el guitarra solista de la banda de su padre, Mike Curran & The Tremors. Y antes de los 19 ya era uno de los Jaguars de Kim Lenz. El blues corría por sus venas pero también el rockabilly y el honky tonk. Acompañó a gente como Ronnie Dawson o Wayne Hancock y el año 2000 se estrena en solitario (que yo sepa) con Fixin Your Head. A este le siguen los LPs Nitelife Boogie (2001), Doctor Velvet (2003) y Player (2004). Cuatro delicias de black rockabilly cantado por un blanco. Para no parar de moverse.
Sonando: Honey Bee de Nick Curran
domingo, julio 19, 2009
El tiempo
Es imposible recuperar el tiempo perdido. No hay forma. Y si se me permite el chiste, el ganado tampoco. El tiempo pasa y todo lo que sucede es irrepetible. Hoy reflexionaba sobre eso con Rakel. Hablábamos de June. Sobre como cada uno de los segundos que pasamos junto a ella es irrepetible. Da igual lo superfluos que sean. Todos son importantes. Porque ella crece, de manera imparable, y va dejando atrás minutos, horas, días. Momentos que ya no volverán. Situaciones que requieren ser vividas al 100x100 por únicas. Por especiales. Por exclusivas. Instantes fugaces llenos de detalles para el recuerdo. Porque en eso es en lo que se convierten. De manera fugaz, lo que pasa ahora mismo, en la siguiente palabra de este texto ya es sólo un recuerdo ¿Existe el presente? Quizá. O quizá no. Porque se convierte en pasado demasiado rápido. Es efímero, momentáneo, pasajero...Perece ante la fuerza del futuro, que le va comiendo terreno sin compasión. Por eso estoy decidido a vivirlo con intensidad. Para provocar que pase más lentamente. Si es que puedo. June merece que así sea.
Sonando: Time passes slowly de Bob Dylan
viernes, julio 17, 2009
Honestidad brutal
Se cumplen 10 años de la publicación de uno de los discos definitivos de la historia del rock en castellano. Por supuesto, me refiero al álbum que da título al tópic de hoy, Honestidad Brutal del inmenso Andrés Calamaro. La habitual incontinencia creativa del gran Andrés le llevó tener preparadas hasta 100 canciones para un disco doble que se quedó, finalmente, en 37. Pero curiosamente este debe ser uno de los pocos discos dobles de la historia a los que no le sobra ni un solo tema. Por lo menos en lo que se refiere a música hispana. «Los aviones», «Te quiero igual», «Aquellos besos», «Negrita», «Hacer el tonto», «Mi quebranto» o mi favorita de toda la carrera de Calamaro, «Paloma». La banda, irrepetible. Augusto “Gringui” Herrera, Guillermo martín, Candy Caramelo, José “El Niño” Bruno y Ciro Fogliatta. Y Andrés haciendo de todo y todo bien: canta, toca y produce. Un disco soberbio. Deslumbrante.
Curiosamente, aquel año pude ver a Andrés en el Palau d’Esports como telonero de Bob Dylan y me atrevo a decir que es el mejor telonero que el viejo Bob ha tenido nunca en España. Era un 22 de abril. Calamaro combinaba canciones de Honestidad Brutal con temas del calibre de «Elvis está vivo», «Canal 69» o su versión del «I can’t help falling in love with you». Yo lo miraba sólo desde una grada del Palau. Mi novia de entonces odiaba a Dylan y no soportaba a Andrés. Yo los adoraba. Así nos fue. El de Duluth se despachaba con un concierto que acababa con «To Be alone with you», «Like a rolling Stone» y «Blowin In the Wind». La primera, precisamente fue la canción que elegí para cantar en el Tributo A Bob Dylan que edité hace un añito junto a gente de Sidonie, Maika Makovski, Harvey Brooks, Colin Hare, Tim Easton o Ted Russell Kamp. Y su texto fue el que se leyó en mi boda con Raquel, la mujer de mi vida. Alguien, además, que adora a Andrés más que yo. Creo que debe ser una de sus mayores fans. Alguien que disfrutó como una loca cuando Mondosonoro la acreditó como fotógrafa en su último bolo en Barcelona. Aunque luego no le editaron las fotos (una es la que acompaña esta entrada). Su cara de felicidad cuando nos encontramos después lo decía todo. Un bolo fantástico. Recuerdo que cuando acreditaron a Raquel ya teníamos las dos entradas con lo cual decidí vender la que me sobraba en la puerta. Se me acercaron dos personas, un reventa que me ofrecía 80 €uros y un chaval argentino de unos veinte años que me suplicaba que se la vendiera a él pero que sólo tenía 50 €uros. Una frase suya acabó de confirmar mi decisión (tomada de antemano) de vendérsela a él “compadre, yo la quiero pero la quiero para entrar, por favor”.
Andrés Calamaro es un tipo muy presente en mi vida. Tanto que el primer beso que nos dimos Raquel y yo lo hicimos mientras escuchábamos una versión en directo de un tema de Andrés en el Pub Mediterráneo. Hoy, ella es la madre de la niña más bonita del mundo para un servidor. Y esa es mi June. Con eso está todo dicho.
Felices diez honestos años, Andrés.
Sonando: Te quiero igual de Andrés Calamaro
Curiosamente, aquel año pude ver a Andrés en el Palau d’Esports como telonero de Bob Dylan y me atrevo a decir que es el mejor telonero que el viejo Bob ha tenido nunca en España. Era un 22 de abril. Calamaro combinaba canciones de Honestidad Brutal con temas del calibre de «Elvis está vivo», «Canal 69» o su versión del «I can’t help falling in love with you». Yo lo miraba sólo desde una grada del Palau. Mi novia de entonces odiaba a Dylan y no soportaba a Andrés. Yo los adoraba. Así nos fue. El de Duluth se despachaba con un concierto que acababa con «To Be alone with you», «Like a rolling Stone» y «Blowin In the Wind». La primera, precisamente fue la canción que elegí para cantar en el Tributo A Bob Dylan que edité hace un añito junto a gente de Sidonie, Maika Makovski, Harvey Brooks, Colin Hare, Tim Easton o Ted Russell Kamp. Y su texto fue el que se leyó en mi boda con Raquel, la mujer de mi vida. Alguien, además, que adora a Andrés más que yo. Creo que debe ser una de sus mayores fans. Alguien que disfrutó como una loca cuando Mondosonoro la acreditó como fotógrafa en su último bolo en Barcelona. Aunque luego no le editaron las fotos (una es la que acompaña esta entrada). Su cara de felicidad cuando nos encontramos después lo decía todo. Un bolo fantástico. Recuerdo que cuando acreditaron a Raquel ya teníamos las dos entradas con lo cual decidí vender la que me sobraba en la puerta. Se me acercaron dos personas, un reventa que me ofrecía 80 €uros y un chaval argentino de unos veinte años que me suplicaba que se la vendiera a él pero que sólo tenía 50 €uros. Una frase suya acabó de confirmar mi decisión (tomada de antemano) de vendérsela a él “compadre, yo la quiero pero la quiero para entrar, por favor”.
Andrés Calamaro es un tipo muy presente en mi vida. Tanto que el primer beso que nos dimos Raquel y yo lo hicimos mientras escuchábamos una versión en directo de un tema de Andrés en el Pub Mediterráneo. Hoy, ella es la madre de la niña más bonita del mundo para un servidor. Y esa es mi June. Con eso está todo dicho.
Felices diez honestos años, Andrés.
Sonando: Te quiero igual de Andrés Calamaro
jueves, julio 16, 2009
Ovejitas
Hoy he empezado a leer Las Ovejas de Glennkill de Leonie Swann. Me lo recomendó Mr. Single, un compañero de trabajo de Raquel. Hablábamos de Sin Noticias de Gurb de Eduardo Mendoza y de mi afición por la literatura que enfoca a los seres humanos desde una perspectiva externa. Me hace gracia imaginar como debemos ser vistos los humanos, con nuestras rarezas, por otras especies. O, incluso, por objetos. La novela es el debut de Swann, un escritor alemán que convirtió en 2005 esta fábula en la quinta novela más vendida de la historia de Alemania. Y es que estamos hablando de una obra de misterio en la que el detective protagonista es ¡un rebaño de ovejas! lideradas por la entrañable Miss Maple. No puedo decir mucho más porque apenas lo he empezado pero, de momento, apunta a novela entretenida, ágil y adictiva. Ahora que ya he acabado el Ruta de verano, de p a pa, era un momento ideal para iniciar su lectura.
Sonando: Oh My God Charlie Darwin de The Low Anthem
Sonando: Oh My God Charlie Darwin de The Low Anthem
miércoles, julio 15, 2009
Me faltan las palabras (y la voz)
Sin palabras. Pocas veces alguien puede enfrentarse con un show de las características del concierto de ayer. Inconmensurable. De esos conciertos que se te graban en la retina, en los oídos y, sobre todo, en el alma para siempre. Al final un Sant Jordi Club lleno ¡y con reventa! (increíble en Barcelona) esperaba ansioso la presencia de John Fogerty. La gente lo comentaba, se murmuraba. Algo grande iba a pasar. De eso no había duda. Los precedentes así lo confirmaban. Fogerty no había fallado ni una sola vez en toda su gira peninsular ¿por qué iba a ser Barcelona la primera? Y no, no lo fue. Desde el primer minuto John, ataviado con una camisa country blanca y negra nos noqueó. Sin avisar casi. Nos enseñó qué es un concierto de rock and roll. Y creo que no se parece demasiado a conciertos como los que hace una semana abarrotaban el Camp Nou. Esto era música inyectada en vena ¡joder! Clásico tras clásico. Momentazos (imposible elegirlos). «Looking Out My Back Door», «Have You Ever Seen The Rain», «Who’ll Stop The Rain», «Green River», «Proud Mary», «Rockin All Over The World», una inmensa «I Put A Spell On You», «Fortunate Son»….Tantas sensaciones. De hecho, ahora mismo, no recuerdo un concierto en el que no dejara de cantar ni un solo tema. Y éste lo fue. Uno tras otro. Soberbio. Además el tío hace todos, absolutamente todos, los solos de guitarras, cosa que contrasta con otras viejas glorias. Si es cuestión de encontrarle un pero, después de un bolo de dos horas, servidor hubiera agradecido un «Hey Tonight» o un «Molina». Pero no se puede tener todo hombre. Directamente al Olimpo de los conciertos de mi vida.
Sonando: Molina de Creedence Clearwater Revival
Sonando: Molina de Creedence Clearwater Revival
martes, julio 14, 2009
John Fogerty visita Barcelona
Llega John Fogerty. Y June me ha dicho que puedo perderme sus biberones de esta tarde si es por ese motivo. Entiende que la llegada de John Fogerty, por primera vez a España, es suficiente motivo para una pausa de su padre. Y más después de ver como están funcionando los conciertos en otras ciudades y el repertorio que está haciendo el caballero. La cita a las 21:30 en el Sant Jordi. Y allí estaré como un clavo. Fogerty viene de llenos absolutos en todas las ciudades por las que ha pasado. Veremos si sucede lo mismo con Barcelona que ya sabemos lo que pasó, por ejemplo, con los Who. Aunque parece que la venta de entradas ha ido bastante mejor que hace una semanas con Ry Cooder. Hoy es día de clásicos. Hasta dos horas viene tocando el amigo Fogerty y no se está dejando ni uno de sus grandes temas, que son muchos. Una leyenda nos visita y nosotros tendremos que hacerle los honores. Se lo debemos y la historia de la música también.
Sonando: Who’s Stop the Rain de Creedence Clearwater Revival
Sonando: Who’s Stop the Rain de Creedence Clearwater Revival
lunes, julio 13, 2009
Un pirata llamado Deville
Momentos bajos para uno de esos artistas injustamente infravalorados por la crítica. El gran Willy Deville tiene cáncer de páncreas. Y la cosa parece que no pinta nada bien. El pirata del rock está encarando una batalla complicada de la que deseo que salga victorioso.
Nacido como William Borsay en 1953, Deville es una figura clave para entender la explosión punk de los 70 en la ciudad de Nueva York. Empezó su carrera trasladándose a Londres y después a San Francisco, en busca del éxito. Es en la ciudad californiana donde montará la primera encarnación de Mink Deville. Cuando en 1975 el punk revienta en las calles neoyorquinas el amigo Willy lo tiene claro y traslada allí a toda su banda. Se hacen residentes del CBGB junto a gente como los Ramones y aparecen en múltiples recopilatorios de la escena local. Jack Nietszche les echa el ojo y los contrata para Capitol. Lo más difícil está hecho. A partir de ahí, los éxitos, aunque comedidos, se suceden. A su primer disco Cabretta, de 1977, le sucede un año después Return to Magenta. Pero no es suficiente. Capitol esperaba mucho más que un grupo con buenas críticas y reconocido a nivel underground. Y Deville también. Quizá por eso decide cargarse a la banda y se va a París. Una ciudad que él mismo define como “la hembra perfecta. La ciudad de la absenta, Picasso o Montmartre”. En la capital francesa grabará su primera obra maestra, Le Chat Blue. Un disco que cabreará a Capitol y acabará con Deville firmando con Atlantic gracias a la confianza depositada en él por Ahmet Ertegun. Y allí llega otra obra maestra, Coup de Grace.
Nacido como William Borsay en 1953, Deville es una figura clave para entender la explosión punk de los 70 en la ciudad de Nueva York. Empezó su carrera trasladándose a Londres y después a San Francisco, en busca del éxito. Es en la ciudad californiana donde montará la primera encarnación de Mink Deville. Cuando en 1975 el punk revienta en las calles neoyorquinas el amigo Willy lo tiene claro y traslada allí a toda su banda. Se hacen residentes del CBGB junto a gente como los Ramones y aparecen en múltiples recopilatorios de la escena local. Jack Nietszche les echa el ojo y los contrata para Capitol. Lo más difícil está hecho. A partir de ahí, los éxitos, aunque comedidos, se suceden. A su primer disco Cabretta, de 1977, le sucede un año después Return to Magenta. Pero no es suficiente. Capitol esperaba mucho más que un grupo con buenas críticas y reconocido a nivel underground. Y Deville también. Quizá por eso decide cargarse a la banda y se va a París. Una ciudad que él mismo define como “la hembra perfecta. La ciudad de la absenta, Picasso o Montmartre”. En la capital francesa grabará su primera obra maestra, Le Chat Blue. Un disco que cabreará a Capitol y acabará con Deville firmando con Atlantic gracias a la confianza depositada en él por Ahmet Ertegun. Y allí llega otra obra maestra, Coup de Grace.
Sus problemas con la heroína no impiden que sus discos sean cada vez mejores. Pero el patinazo llega con el siguiente disco, Sportin Life. Todo sigue sin funcionar. Recapacita y ve que es el único miembro original que queda en Mink Deville y decide empezar a sacar discos con su nombre. El primero de ellos es Miracle, producido por Mark Knopfler y grabado en Londres. Deville está en un momento extraño pero su capacidad creativa sigue intacta. Pero es el año 1988 cuando su carrera sufrirá el cambio más importante a nivel musical. Y eso se explica con el traslado de Nueva York a Nueva Orleans, la ciudad más europea de todos los States. Su sonido cambiará y se hará reconocible al 100x100 con discos como Victory Mixture, Backstreets of Desire (mi favorito y que compré en vinilo, en 1992 en la desaparecida Discos Balada), Big Easy Fantasy o Loup Garou, entre otros. A día de hoy su último disco es Pistola, de 2008, pero espero que hayan más, muchos más. El pirata lo merece. Y nuestra discografía también.
Sonando: I call your name de Willy Deville
domingo, julio 12, 2009
El cantante
Siempre me impresionó la canción «El cantante» de Rubén Blades. Un tema que fue versionado, entre otros, por el gran Andrés Calamaro en su disco del mismo nombre. Y no. Quizá no es el arquetipo de canción que un redactor routier de pro reconocería entre sus favoritas. Pero sí de facto. Por lo menos en mi caso. Y más después del día de ayer. Porque hace unas 24 horas se iniciaba la grabación de las voces del segundo disco de Los Hijos Bastardos de Henry Chinaski. Vamos, que entraba en escena el cantante y ese, amigos, soy yo. Ya me perdonarán Elvis Presley, Frank Sinatra o Billie Holiday, por citar algunos, la osadía de autosituarme en la misma categoría que ellos. Y aunque la canción de Blades refleja la visión o las confesiones de un cantante a su público, lo sentimientos que reúne en unas solas líneas reflejan perfectamente todas las sensaciones que puede sentir alguien al enfrentarse a un micrófono. Orgullo, osadía, tristeza, cotidianidad, esperanza, miedo, fuerza, ganas, valentía…Algunas opuestas, otras encontradas. Pero muchas sensaciones.
Suerte la mía de contar, de nuevo, con la producción del gran Álex Vivero (al que empiezo a cansarme de definir como ex Sol Lagarto y empiezo a considerar Chinaski en esencia y también en presencia). Porque él está allí. Y no se me ocurre nadie mejor para acompañarte. Cuando el micrófono te mira. Espera tu voz. Y tú empiezas a perder la seguridad con la que pretendías dársela ante la soledad de una sala en la que sólo te acompañan cuatro cables, una batería desmontada y un atril con tus letras. El productor te anima. Te trata con dulzura y te da ánimos. Te pide nuevas tomas. No porque las anteriores hayan sido malas sino “por tener más”. Tú estabas seguro de que lo ibas a grabar todo a la primera. Pero esa seguridad se desmorona. La voz ya no fluye tan fácil. La garganta empieza a doler, igual que el estómago. Pero eres el cantante. Y cantas “a la vida de rosas y penas, de momentos malos y cosas buenas”. Por eso te creces de nuevo y encaras tus mejores tomas. Las más sensibles. Y a la vez las más poderosas. Enrabietado. Salvaje. Pero tierno. Encajando lo que te pide el productor. Siguiendo sus consejos. Ansioso por enseñar al micrófono tu voz. Lo que puedes hacer. Sin preocuparte de que eso, algún día, estará en manos del comprador del disco. Porque yo soy el cantante. Y “el público paga para poderme escuchar”. El producer sigue pidiendo. Más dulce. Interpreta más. Déjate llevar. Respira. No acortes tanto las líneas de voz. Siente más y olvida la afinación. O recuerda la afinación al final de las frases. Todo por el bien del disco. De la canción. Y el cantante se hace fuerte. Un coloso. Se deja llevar. Y casi se olvidad de quien es. Sólo deja que la música fluya. Y empieza a disfrutar. Ya no sufre. Goza. Se deleita. Cierra los ojos y canta. Porque aunque entonces no lo recuerde, él es el cantante. Y “a los que me siguen mi canción voy a brindar”.
Sonando: El cantante de Andrés Calamaro
Suerte la mía de contar, de nuevo, con la producción del gran Álex Vivero (al que empiezo a cansarme de definir como ex Sol Lagarto y empiezo a considerar Chinaski en esencia y también en presencia). Porque él está allí. Y no se me ocurre nadie mejor para acompañarte. Cuando el micrófono te mira. Espera tu voz. Y tú empiezas a perder la seguridad con la que pretendías dársela ante la soledad de una sala en la que sólo te acompañan cuatro cables, una batería desmontada y un atril con tus letras. El productor te anima. Te trata con dulzura y te da ánimos. Te pide nuevas tomas. No porque las anteriores hayan sido malas sino “por tener más”. Tú estabas seguro de que lo ibas a grabar todo a la primera. Pero esa seguridad se desmorona. La voz ya no fluye tan fácil. La garganta empieza a doler, igual que el estómago. Pero eres el cantante. Y cantas “a la vida de rosas y penas, de momentos malos y cosas buenas”. Por eso te creces de nuevo y encaras tus mejores tomas. Las más sensibles. Y a la vez las más poderosas. Enrabietado. Salvaje. Pero tierno. Encajando lo que te pide el productor. Siguiendo sus consejos. Ansioso por enseñar al micrófono tu voz. Lo que puedes hacer. Sin preocuparte de que eso, algún día, estará en manos del comprador del disco. Porque yo soy el cantante. Y “el público paga para poderme escuchar”. El producer sigue pidiendo. Más dulce. Interpreta más. Déjate llevar. Respira. No acortes tanto las líneas de voz. Siente más y olvida la afinación. O recuerda la afinación al final de las frases. Todo por el bien del disco. De la canción. Y el cantante se hace fuerte. Un coloso. Se deja llevar. Y casi se olvidad de quien es. Sólo deja que la música fluya. Y empieza a disfrutar. Ya no sufre. Goza. Se deleita. Cierra los ojos y canta. Porque aunque entonces no lo recuerde, él es el cantante. Y “a los que me siguen mi canción voy a brindar”.
Sonando: El cantante de Andrés Calamaro
jueves, julio 09, 2009
El misterioso Scott Walker
En la última entrevista que he realizado, uno de los entrevistados me confesaba que su cantante favorito era Scott Walker. Me sorprendió, no sólo por ser quien era el entrevistado sino también por citar a uno de los grandes olvidados de la historia de la música popular. A pesar de ello su legado e influencia ha sido reconocida por gente como David Bowie, Brian Eno, Johnny Marr o Marc Almond. Recientemente, además, llegaba a España en DVD el documental que Stephen Kijak dedicaba al otrora líder de los Walker Brothers. Se comenta que en 1965, por ejemplo, el club de fans de la banda contaba con más seguidores que el de los mismísimos Beatles.
Nacido el 9 de Enero de 1943, en el momento en que empezó a cantar no tardó en ser comparado con Frankie Avalon por la potencia de su voz de barítono. Sus versiones de temas de Jacques Brel son probablemente las mejores que nunca se han hecho del cantautor belga. Pero este tipo tenía un problema. Y ese problema lo convertía en uno de los grandes enigmas de la historia del rock. Fobia al público. Aversión a la presencia de mucha gente a su alrededor. Y por ello decidió dar orden de no reeditar ninguno de sus discos. No graba vídeos, no da conciertos, no permiten que le entrevisten e, incluso, se ha llegado a especular sobre si seguía vivo. Sólo Kijak consiguió entrevistarle para el documental. Un verdadero logro.
En 2006 grabó The Drift, su último disco hasta el momento. El disco preferido del nuevo siglo de, por ejemplo, John Vanderslice. Un álbum que incluye una orquesta de cuerdas de ¡40 miembros!, instrumentos construídos sólo para la grabación y temas en los que la percusión consiste en puñetazos dados a un trozo de carne de vaca.
Lo que poca gente sabe es que Walker llegó a tener, a pesar de su fobia, un programa propio de televisión. Y menos aún que alguien muy famoso en España se inspiró en él por su forma de moverse, interpretar y su manera de cantar. Y ese alguien es Raphael. Sí, sí, Raphael. El del tamborilero. El que Bunbury describe como mejor cantante de España. Raphael quiso conocer en los 60 a Walker y llegaron a ser buenos amigos. Lo admiraba e incluso le pidió permiso para copiarle algunos gestos. Walker se lo dio, le ayudó y le enseñó algunos trucos de técnica vocal. Cuanto menos curioso.
“Scott Walker es Dios” .Thom Yorke (Radiohead)
“Walker es el mejor cantante de la historia del rock”. David Bowie
Sonando: Jackie de Scott Walker
Nacido el 9 de Enero de 1943, en el momento en que empezó a cantar no tardó en ser comparado con Frankie Avalon por la potencia de su voz de barítono. Sus versiones de temas de Jacques Brel son probablemente las mejores que nunca se han hecho del cantautor belga. Pero este tipo tenía un problema. Y ese problema lo convertía en uno de los grandes enigmas de la historia del rock. Fobia al público. Aversión a la presencia de mucha gente a su alrededor. Y por ello decidió dar orden de no reeditar ninguno de sus discos. No graba vídeos, no da conciertos, no permiten que le entrevisten e, incluso, se ha llegado a especular sobre si seguía vivo. Sólo Kijak consiguió entrevistarle para el documental. Un verdadero logro.
En 2006 grabó The Drift, su último disco hasta el momento. El disco preferido del nuevo siglo de, por ejemplo, John Vanderslice. Un álbum que incluye una orquesta de cuerdas de ¡40 miembros!, instrumentos construídos sólo para la grabación y temas en los que la percusión consiste en puñetazos dados a un trozo de carne de vaca.
Lo que poca gente sabe es que Walker llegó a tener, a pesar de su fobia, un programa propio de televisión. Y menos aún que alguien muy famoso en España se inspiró en él por su forma de moverse, interpretar y su manera de cantar. Y ese alguien es Raphael. Sí, sí, Raphael. El del tamborilero. El que Bunbury describe como mejor cantante de España. Raphael quiso conocer en los 60 a Walker y llegaron a ser buenos amigos. Lo admiraba e incluso le pidió permiso para copiarle algunos gestos. Walker se lo dio, le ayudó y le enseñó algunos trucos de técnica vocal. Cuanto menos curioso.
“Scott Walker es Dios” .Thom Yorke (Radiohead)
“Walker es el mejor cantante de la historia del rock”. David Bowie
Sonando: Jackie de Scott Walker
miércoles, julio 08, 2009
Dulce Euforia
1. f. Capacidad para soportar el dolor y las adversidades.
2. f. Sensación de bienestar, resultado de una perfecta salud o de la administración de medicamentos o drogas.
De las acepciones de la palabra euforia en el diccionario de la RAE me quedo con las dos últimas, que son las que más se acercan a mi estado actual ¿Y el por qué? Pues porque acabo de recibir las notas de las dos últimas asignaturas que me quedaban para acabar mi segunda carrera. Y con dos sendos notables, servidor se convierte en Licenciado en Comunicación Audiovisual. Un título que no pega ni con cola con mi primera titulación, la de Diplomado en Relaciones Laborales. Pero este segundo supone una titulación más acorde con mi verdadera vocación. Por eso decidí hacerlo. Siempre quise estudiar Periodismo. Incluso tuve plaza reservada en la UAB para hacerlo cuando me fui a la mili pero mi vagancia posterior me hizo decidirme por una carrera más corta. Y escogí Relaciones Laborales. Pero el gusanillo siguió ahí. Y aunque no estudié Periodismo para no meterme en cuatro años más de carrera hice un módulo de adaptación para poder acceder al segundo ciclo de Comunicación Audiovisual.
2. f. Sensación de bienestar, resultado de una perfecta salud o de la administración de medicamentos o drogas.
De las acepciones de la palabra euforia en el diccionario de la RAE me quedo con las dos últimas, que son las que más se acercan a mi estado actual ¿Y el por qué? Pues porque acabo de recibir las notas de las dos últimas asignaturas que me quedaban para acabar mi segunda carrera. Y con dos sendos notables, servidor se convierte en Licenciado en Comunicación Audiovisual. Un título que no pega ni con cola con mi primera titulación, la de Diplomado en Relaciones Laborales. Pero este segundo supone una titulación más acorde con mi verdadera vocación. Por eso decidí hacerlo. Siempre quise estudiar Periodismo. Incluso tuve plaza reservada en la UAB para hacerlo cuando me fui a la mili pero mi vagancia posterior me hizo decidirme por una carrera más corta. Y escogí Relaciones Laborales. Pero el gusanillo siguió ahí. Y aunque no estudié Periodismo para no meterme en cuatro años más de carrera hice un módulo de adaptación para poder acceder al segundo ciclo de Comunicación Audiovisual.
Como siempre sucede en estos casos hay asignaturas que me han encantado y otras que me han parecido un auténtico peñazo. He conocido buenos profesores, con algunos incluso mantengo una relación personal, y también muchos “tontolabas” redomados. Pero es lo que hay. Me pondría a dar saltos. Soy Licenciado. Por fin. Lo conseguí. Sueño cumplido. Tarea pendiente cerrada.
Sonando: Sweet Euphoria de Chris Cornell
martes, julio 07, 2009
Yim Yames y George Harrison
Espero con ansia el EP tributo a George Harrison que hoy edita Yim Yames o, lo que es lo mismo, el cantante de My Morning Jacket. Tardé bastante en entrar en su música. De hecho los vi hace tres ediciones del Azkena y no vibré. Quizá no estaba preparado para ello. Todavía no me había metido de lleno en su discografía. Ahora ya lo he hecho. Y por eso estoy deseando que llegue a mis manos este EP nuevo de su líder. Ayer volví a pasar por la web de las Black Cab Sessions para ver su actuación. Inmensos. El propio Yames ha colgado en su web todo el EP en descarga y es una auténtica gozada. Un homenaje merecidísimo, respetuoso y acorde con la grandeza del personaje. Harrison es un grande. Muy grande. Basta con pinchar el recopilatorio que acaba de salir sobre su carrera para acabar de convencerse. Además, es mi Beatle favorito. Junto a Lennon, claro.
Sonando: My Sweet Lord de Yim Yames
Sonando: My Sweet Lord de Yim Yames
lunes, julio 06, 2009
Nacido de nuevo
Hay períodos en la vida en los que uno necesita calma. Sin saber muy bien por qué o siendo consciente de ello. Da igual. La cuestión es que lo necesitas. Y yo estoy pasando uno de esos. Necesito tranquilidad. Replantearme las cosas y ser consciente de que se puede ser feliz con mucha menos actividad que la que lleva un servidor. De hecho, yo diría que se es más feliz y todo. Por eso hoy doy por iniciada la etapa de mi nuevo yo.
Y lo primero que voy a hacer es aprender a decir que no. Porque no, no puedo hacerlo todo. No puedo decir siempre que sí. Necesito volver a disfrutar de una buena película con un buen vaso de té helado en las manos. Necesito también disfrutar de la lectura. No leer aceleradamente porque no tengo tiempo. Sentir el olor de las páginas de los libros recién comprados. Quitar el polvo a los viejos recuperados. Disfrutar las palabras que, en muchas ocasiones, me gustaría haber escrito a mí. También es necesario que vuelva a disfrutar con la música. Que pueda pinchar a Los Lobos cantando eso de “Let the calm, calm blue waters through, wash your soul, passing right through you, like the smallest rose out of the hardest ground, like a tiny hand reaching up for the sun…” y pensar “eso hago hermano, solo eso”. Aprender a hacer las cosas de una en una. Y no, el nacimiento de June no tiene nada que ver con haber perdido todo eso. Más bien es mi carácter de hiperactivo sin solución. Pero voy a encontrarla.
Y lo primero que voy a hacer es aprender a decir que no. Porque no, no puedo hacerlo todo. No puedo decir siempre que sí. Necesito volver a disfrutar de una buena película con un buen vaso de té helado en las manos. Necesito también disfrutar de la lectura. No leer aceleradamente porque no tengo tiempo. Sentir el olor de las páginas de los libros recién comprados. Quitar el polvo a los viejos recuperados. Disfrutar las palabras que, en muchas ocasiones, me gustaría haber escrito a mí. También es necesario que vuelva a disfrutar con la música. Que pueda pinchar a Los Lobos cantando eso de “Let the calm, calm blue waters through, wash your soul, passing right through you, like the smallest rose out of the hardest ground, like a tiny hand reaching up for the sun…” y pensar “eso hago hermano, solo eso”. Aprender a hacer las cosas de una en una. Y no, el nacimiento de June no tiene nada que ver con haber perdido todo eso. Más bien es mi carácter de hiperactivo sin solución. Pero voy a encontrarla.
Porque, sobre todo, quiero disfrutar de cada uno de los momentos de mi bebé al lado de su madre. No quiero perderme ni un solo momento importante por estar liado en mil cosas. Me aporta más estar ahí. Por eso he decidido renacer. Sí, sí, lo he decidido yo solito. Como una especie de born again. Como Daredevil.
Sonando: Be Still de Los Lobos
Sonando: Be Still de Los Lobos
sábado, julio 04, 2009
Aquí está Little Richard
Por fin. Mi cara cuando me he encontrado con la reedición en vinilo de Here's Little Richard la pasada tarde en Revólver era para verla. Seguro. Porque estoy hablando de uno de los discos definitivos de la historia del rock and roll. Un álbum perfecto. Publicado originalmente en 1957 ¡6 de sus canciones! se colaron en las listas de éxitos norteamericana. Además, la revista Rolling Stone lo sitúa en el puesto 50 de la lista de los 500 mejores discos de la historia del rock. para mí estaría mucho más arriba. Y es que el disco incluye «Tutti Frutti», «Jenny, Jenny», «Rit it up», «Long Tall Sally», «Ready Teady», «Slippin and Sliddin» o «She's Got It». La reina demuestra de lo que era capaz. Absolutemente asombroso. Poderoso. Salvaje. Una auténtica maravilla que va a echar humo en mi plato.
Sonando: Can't Believe You Wanna Leave de Little Richard
viernes, julio 03, 2009
Aplaude amigo, viene Dan Baird
Dan Baird viene de gira. Leo la confirmación en diversas páginas de Internet y veo que está asegurada la fecha del 23 de septiembre en Barcelona. Me parece que ya tengo concierto recomendado para esa semana en la radio. Porque Baird es una apuesta segura. Un cartucho más que efectivo. Porque nunca falla. Cuando entrevisté a Will Hoge el año pasado, antes de sus accidente, ya me avisó que el bueno de Baird quería hacer una gira larga por España. Y la verdad es que tiene bastantes fechas. Yo he de reconocer que, aunque me gusten los dos, soy más fan de sus discos con los Georgia Satellites que en solitario. Pero soy un incondicional de su directo. Porque Baird lo da todo. Supura Rock and Roll. Y lo transmite. Y si a eso le sumamos que «Keep Your Hands To Yourself» es una de las canciones favoritas de mi adolescencia pues está todo dicho. Ahí estaré. Seguro. Porque es uno de esos tipos que merecen que no les falle. Él no me lo ha hecho nunca.
Sonando: Keep Your Hands To Yourself
Sonando: Keep Your Hands To Yourself
jueves, julio 02, 2009
Nuestro Theme Time Radio Hour
El 8 de septiembre empezará en Ona Sants, Sentido Común, nuevo programa de radio que dirigiremos Rakel y yo. El horario de emisión será cada martes de 19:00 a 20:00 h. Con alguna repetición, probablemente los domingos. Será mi segundo proyecto radiofónico actual porque lo llevaré en paralelo con los De Barbacoa que hago para COM Ràdio. Ona Sants no llega a toda Barcelona porque es una radio modesta pero como compensación emite a través de Internet desde su página web, que ahora está en renovación, con lo cual será posible escucharnos desde cualquier sitio. Como no podía ser de otra manera, el programa será un magazine musical con una idea parecida al Theme Time Radio Hour de Dylan (aunque nosotros la tuvimos antes, todo sea dicho) pero también con muchas diferencias. Incluiremos entrevistas, actuaciones en directo, agenda semanal, noticias, etc. A ver como va la audiencia aunque confiamos mucho en el proyecto. Y seguro que lo pasaremos en grande haciéndolo, que es de lo que se trata.
Sonando: Radio Song de R.E.M.
Sonando: Radio Song de R.E.M.
miércoles, julio 01, 2009
Los Crowes no se ocultan
Hoy tengo que presentar mi proyecto de programa de radio para Ona Sants. Espero que la cosa vaya bien y, a partir de septiembre, podamos empezar un proyecto del que Rakel y yo llevamos hablando mucho tiempo. La verdad es que lo tenemos todo muy avanzado hasta el punto de ir con el programa piloto, incluso, guionizado. Veremos como va la cosa.
Por otro lado, ayer empezó a circular el nuevo tema de The Black Crowes ¡y vaya polvareda ha levantado! Si era lo que querían, lo han conseguido, seguro. Yo dudo mucho de que el resto del álbum siga en la misma onda semi disco. Me suena a una broma de los Robinson. Sin más. No olvidemos que el disco nuevo se ha grabado en los estudios de Levon Helm en Woodstock y que Larry Campbell se ha encargado de grabarles algunas guitarras acústicas, violines, etc. Instrumentos que, evidentemente, no están en este «I Ain’t Hiding». Creo que los cuervos no han hecho sino demostrar, con la elección de esta canción como avance de su disco doble que aparecerá en septiembre, la trascendencia que se le da a todo en este mundo. Incluso si todo el disco fuera así, cosa que sigo dudando, están en su derecho. Son músicos y pueden hacer lo que les de la gana. Igual que yo. Yo soy el consumidor de su música y tengo también el derecho a no comprarla si no me gusta.
No acabo de entender esa apropiación que nos hacemos de los artistas que nos gustan. Parece que tengan que servirnos. Y el arte no va así. Cada uno ha de hacer lo que crea que ha de hacer. Sin más. Si encima tiene la suerte de gustar pues mejor para él. Pero, si no, por lo menos será feliz habiendo sido sincero consigo mismo. Si el disco de los Crowes va entero por esos derroteros es probable que yo no lo compre. O sí. Por su pasado ¿Quién sabe? Al segundo ya me lo pensaría. Pero eso es una decisión personal. El error está en creerse con el derecho a echarle en cara algo a un artista. Ahí está el fallo.
Sonando: I Ain't Hiding de The Black Crowes
Por otro lado, ayer empezó a circular el nuevo tema de The Black Crowes ¡y vaya polvareda ha levantado! Si era lo que querían, lo han conseguido, seguro. Yo dudo mucho de que el resto del álbum siga en la misma onda semi disco. Me suena a una broma de los Robinson. Sin más. No olvidemos que el disco nuevo se ha grabado en los estudios de Levon Helm en Woodstock y que Larry Campbell se ha encargado de grabarles algunas guitarras acústicas, violines, etc. Instrumentos que, evidentemente, no están en este «I Ain’t Hiding». Creo que los cuervos no han hecho sino demostrar, con la elección de esta canción como avance de su disco doble que aparecerá en septiembre, la trascendencia que se le da a todo en este mundo. Incluso si todo el disco fuera así, cosa que sigo dudando, están en su derecho. Son músicos y pueden hacer lo que les de la gana. Igual que yo. Yo soy el consumidor de su música y tengo también el derecho a no comprarla si no me gusta.
No acabo de entender esa apropiación que nos hacemos de los artistas que nos gustan. Parece que tengan que servirnos. Y el arte no va así. Cada uno ha de hacer lo que crea que ha de hacer. Sin más. Si encima tiene la suerte de gustar pues mejor para él. Pero, si no, por lo menos será feliz habiendo sido sincero consigo mismo. Si el disco de los Crowes va entero por esos derroteros es probable que yo no lo compre. O sí. Por su pasado ¿Quién sabe? Al segundo ya me lo pensaría. Pero eso es una decisión personal. El error está en creerse con el derecho a echarle en cara algo a un artista. Ahí está el fallo.
Sonando: I Ain't Hiding de The Black Crowes
Suscribirse a:
Entradas (Atom)