miércoles, septiembre 30, 2015

Phil Lee ¿el mejor compositor de Nashville?



Phil Lee es un songwriter atípico. Básicamente porque debe ser de los pocos, si no el único, que compone sus canciones utilizando como instrumento la batería. Eso no impidió que en 2009 la revista Nashville Scene se planteara si Phil era el mejor compositor de la ciudad, aunque fuera nacido Carolina del Norte. Ahí es nada.

Some Gotta Lose es solo su quinto disco, a pesar de haber debutado en 2000 con The Mighty King of Love, y en él demuestra que sigue manteniendo un alto nivel compositivo. Algo debió pegársele en sus años trabajando como conductor del tráiler de Neil Young. Este nuevo disco suena, una vez más, fresco y libre. Lee no se limita al country-rock previsible si lees su biografía y se deja llevar por ambientes cabareteros, góspel, jazz-pop, soul Muscle Shoals, boleros o melodías que podían haber cantado los mismísimos Everly Brothers. Su aspecto de corsario venido a menos hace el resto ¿Volverá a preguntarse alguien si Phil Lee es el mejor? No creo. Pero, desde luego, sigue haciendo discos notables. Aunque se tome su tiempo.

Sonando: Ain’t no love de Phil Lee


martes, septiembre 29, 2015

El regreso del rey del country



Elvis se llevó el título de rey del rock. Michael Jackson lo hizo con el de rey del pop. Pero el de rey del country no fue para Johnny Cash, ni para Merle Haggard, Willie Nelson, George Jones o Hank Williams como podría suponerse, sino para George Strait. Y el rey del country tiene nuevo y sorprendente disco de título impecable: Cold Beer Conversation (Conversaciónes de cerveza fría). Y sí, estamos hablando de la parte más mainstream del country pero Strait es, sin duda, el maestro del género. Quizá su mayor virtud es que cada cosa que hace está llena de alma, de sentimiento, y eso se transmite aunque su música esté destinada a poblar las listas más comerciales.

En el álbum predominan los medios tiempos. Parece que Strait ya no está para aquel honky tonk que le caracterizó a principios de su carrera, pero la verdad es que quizá tampoco encajarían con su actual etapa vital. Él prefiere reflexionar sobre la muerte en «Everything I See», sobre la religión en «Cheaper Than a Shrink» o sobre el amor que siente por Texas en «Take Me A Texas». Acelera el ritmo solo en contadas ocasiones como «Rock Paper Scissors» pero consigue un disco de los que dejan poso. Y eso, tras 28 álbumes en estudio debe tener algún mérito.

Sonando: Goin’Goin’Gone de George Strait


lunes, septiembre 28, 2015

Simone Felice, autenticidad, sensibilidad y mucha clase

Parece que el tiempo ha acabado dándonos la razón a los que pensábamos que Simone Felice era el tipo que acumulaba más talento en los Felice Brothers. Y es que tras su marcha de la banda de sus hermanos, mientras estos se movían entre luces y sombras, Simone ha ido construyendo una carrera espléndida que tiene su culminación con este directo.

From the Violent Banks of the Kaaterskill es un álbum en vivo que el propio Felice reconoce haber intentado hacer a imagen y semejanza del directo en el Royal Albert Hall de Bob Dylan (“mi disco favorito cuando era un niño”, dice) y que nace, según también sus propias palabras del deseo de los fans. En él recorre toda su carrera, ya se al lado de sus hermanos con temas como «My Belly In Your Arms» o «Radio Song», con The Duke & The king (ahí está «Union Street» o «The Morning I Get to Hell») y, por supuesto y como parte esencial de los dos discos que integran el lanzamiento, de su carrera en solitario. Grabado en un granero, en medio del bosque, el álbum rezuma autenticidad, sensibilidad y una clase a la que muy pocos pueden aspirar. Cosas que, desde luego, a Simone Felice le sobran.

Reseña aparecida en www.ruta66.es

Sonando: Radio Song de Simone Felice

viernes, septiembre 25, 2015

Los Deltonos nos desean ¡Salud!

No extraña el título elegido por la ya veterana banda cántabra para este trabajo. Porque “Salud” es lo que parece emanar de las doce canciones de este nuevo, y una vez más, espléndido disco. Un álbum en el que el grupo parece, de manera consciente, echar la mirada atrás para recuperar sensaciones y dejar que el blues rock vuelva a marcar su senda. Algo que Hendrik Röver acepta. “Me parece bien. Soy consciente de que es un disco algo más rockero que los anteriores, pero tampoco muy exageradamente. Llevé diecinueve canciones a las sesiones y nos quedamos con estas doce. Sería que cuando las tocamos todos a la vez supimos que éstas eran de Los Deltonos”.

Cierto es que no se atisba en el álbum ningún tipo de cambio de dirección. Los Deltonos son lo que son, y lo que hacen lo hacen muy bien. Así que el disco recorre caminos ya transitados, cosa que no necesariamente debe interpretarse como negativa. “No, si no estás repitiendo una fórmula o copiándote a ti mismo. Nosotros intentamos que cada disco suponga algún tipo de avance o tenga algo que le distinga de los anteriores. Si no, no estaríamos satisfechos”, me asegura Hendrik. Y le creo. Los que le conocemos sabemos que el cántabro-alemán difícilmente caerá en la autocomplacencia y que el término “piloto automático” está borrado de su diccionario vital.

Y a partir de esos cimientos se alzan las pistas del álbum. Con la vuelta de algún riff más poderoso (‘Taquicardia’, ‘Incendios’), con la nostalgia de tiempos que quizá fueron mejores (“Cuando el rock tenía un rol, luchar era un debate, la fuerza era la suma de las partes”, dicen en el tema que da título al disco), con guiños a la vertiente más cercanas a las raíces “yankies” de Röver (‘Perdedor’) y con algún retazo de azote político (‘Milagritos’, ‘Miedo’), algo que ya se ha convertido en habitual. Canciones rotundas, intensas, cargadas de mensajes y buenas melodías. Porque Los Deltonos siguen siendo una de las bandas más grandes de este país. Y con cada paso que dan no hacen sino confirmarlo.

Publicado en www.efeeme.com

Sonando: Perdedor de Los Deltonos


miércoles, septiembre 23, 2015

De compositores, intérpretes y versiones



Sin duda, una de las noticias musicales del año fue el anuncio de Ryan Adams de que iba a grabar íntegramente el disco 1989 ¡de Taylor Swift! El Enfant Terrible de la música americana optaba por una de las divas del pop más mainstream y, además, lo hacía para más sorpresa con un disco que apenas tenía un año de vida. Pero no era el primero en reconocer a la Swift. Kris Kristofferson ya aseguraba que la de Pensilvania era una de las grandes compositoras de su país. Solo quedaba escuchar el resultado y este es más que satisfactorio. Adams vuelve a salir reforzado de un entuerto en el que se había metido él mismo y convierte el pop bubblegum de Taylor Swift en un country-pop de muchos quilates. Por si es no fuera suficiente, en una nueva vuelta de tuerca, Father John Misty ya ha anunciado que va a hacer lo mismo ¡y con el mismo disco!

Todo eso me lleva a plantearme un par de temas interesantes. El primero es donde acaba la composición. Muchos productores, por ejemplo, exigen tener un pequeño porcentaje de derechos de autor por su participación. Si escuchas las versiones de Swift y Adams no es difícil de entender. Las canciones parecen otras en manos del de Carolina del Norte gracias a cambios de instrumentos, de tempo y, a veces, incluso de melodías ¿no es eso componer? Y pPor tanto ¿está Ryan versionando o componiendo a partir de otra canción?

La segunda es la validez de determinadas canciones que envueltas en una producción te pasan desapercibidas, o incluso te provocan rechazo, y que cuando las oyes de manera diferente te parecen grandes canciones. Sin pensar mucho se me ocurren casos flagrantes como el tradicional «Rivers of Babylon» que pasó de freakada bailable en manos de Boney M a temazo en la voz de Steve Earle en su Train A Comin’. O incluso el «Billy Jean» de Michael Jackson que tuvo que esperar a versiones de rockeros como Chris Cornell para que muchos se dieran cuenta de la gran canción que es. Entonces ¿dónde está el error? ¿son o no son grandes canciones? ¿es que una canción es mejor o peor dependiendo del intérprete?

Sonando: Welcome to New York de Ryan Adams 


martes, septiembre 22, 2015

Guy Davis, heredero de Jimmie Rodgers

Es curioso que el hijo de los actores Ossie Davis y Ruby Dee optara por el blues como su medio de vida. Más que nada porque Guy nació en la ciudad de Nueva York, entre clubs de jazz y cafeterías de folk, y el Delta le quedaba más bien lejos. Curiosamente su música refleja todo lo contrario. Guy Davis capta a la perfección ese country-blues del que Mississippi John Hurt, Skip James o Tampa Red fueron auténticos maestros.

Escuchar un disco de Guy Davis es trasladarse a 1930, aproximadamente, para ver como Jimmie Rodgers unía el country y el blues. Seguro que el bueno de Jimmie nunca hubiera pensado que ochenta y cinco años después tendría un alumno tan aventajado. Y Kokomo Kidd es otra buena muestra de lo que Davis es capaz. Un disco, como siempre, optimista, cargado de historias cuyo principal enganche es la ironía y el sentido del humor. Contrabandistas, ladrones, fumadores de crack o lecheros pueblan sus historias por igual. Además se marca sendas versiones de «Little Red Roster» de Willie Dixon con la armónica de Charlie Musselwhite de propina y sobre todo, y sorprendentemente, de «Lay Lady Lay» de Dylan y «Wear Your Love Like Heaven». Uno de los discos de blues del año. Sin duda.

Reseña del disco Kokomo Kidd publicada en www.ruta66.es

Sonando: Lay Lady Lay de Guy Davis


lunes, septiembre 21, 2015

Joe Ely, en las llanuras de Panhandle



Dice Joe Ely que su nuevo disco nace del aroma de las llanuras de Panhandle, pueblecito tejano ubicado en el condado de Carson que apenas llega a los 3000 habitantes. De ahí su título, Panhandle Rambler. El veterano músico de Amarillo vuelve así a primer plano discográfico y lo hace con un trabajo maduro y sereno que muchos olvidarán a la hora de construir las listas con lo mejor del año.

Cuatro años han pasado ya desde Satisfied At Last y tocaba disco de uno de mis tejanos favoritos. Un songwriter siempre olvidado a la hora de enumerar a los grandes escritores de la música norteamericana a pesar de que poco tiene que envidiar a algunos de los habituales. Y es que 68 años viviendo al borde de la Ruta 66 dan para mucho. Historias y personajes que, según el propio Ely “vienen a mí. Yo no voy a buscarlos. Ellos están ahí y de golpe se encuentran entro de una canción. Hasta la historia más simple y aparentemente sin interés puede acabar convertida en una gran canción”. Y de esas hay unas cuantas, otra vez, en Panhandle Rambler. Temas que han perdido algo de la energía de sus primeros discos pero que han ganado en empaque, en poso. Joe Ely ya no tiene nada que demostrar. Su pasado está escrito y solo le queda mirar al futuro con optimismo. “No puedo pretender hacer la misma canción que cuando tenía 18 años. Ahora tengo cerca de setenta y veo las cosas diferentes. No tendría sentido. Permanecer en el mundo de la música y tener la sensación de estar haciendo lo correcto es lo que necesito. Es lo que yo considero éxito”. Clase magistral de saber estar ¿no?

Sonando: Cold Black Hammer de Joe Ely


viernes, septiembre 18, 2015

Las revistas de Septiembre (2015)



Lenmmy y Chvrches ocupan las portadas de las dos revistas impresas en las que suelo colaborar. El primero da imagen a Ruta 66 donde se puede leer mi entrevista con Ryan Bingham, algún libro y algún DVD, y las críticas de los discos de Dylan, Cash & The Wildcats, Los Texmaniacs y Schizophrenic Spacers. En la versión web del mes de agosto aparecieron un bloque sobre lo último de la música de raíces, y los discos de Feedbacks, y Jimmy Barnatan & The Cocooners. Por su parte, Mondosonoro incluye en su edición Catalunya mis entrevistas a Losung!, Indigos y Vete Vete y en su web mi crítica a lo último de The Monochrome Set. Efe Eme publicó en su web durante el mes de agosto crítica del disco de The Deslondes y Operación Rescate de The Beach Boys. Finalmente, este mismo mes de septiembre ha llegado a las tiendas el quinto volumen de Cuadernos Efe Eme. En la sección fija que tengo, Héroes Malditos, el turno ha sido para Dale Hawkins. Seguimos.

Sonando: Suzy-Q de Dale Hawkins

jueves, septiembre 17, 2015

Coleguitas radiofónicos



¡Bufff! La radio ¡Cómo me gusta ese medio! Todo el verano me he tirado pensando en volver a las ondas o, ahora, a la red vía podcasts. Resucitar Algo en común o mi propio podcast fue una opción. La primera no tenía sentido sin mi partenaire. La segunda era también inviable por cuestión de tiempo. Me iba a ser imposible mantener una regularidad, y si no se hace así no tiene sentido.

El caso es que dos buenos amigos sí que se han liado la manta a la cabeza. El primero de ellos Joserra Rodrigo, que ya ha estrenado su Crazy Chester. Todos conocemos a Joserra, creo. En su aventura radiofónica refleja todo su habitual entusiasmo. Porque eso es Joserra. Un entusiasta. Y con su Crazy Chester deja fluir la mayor de sus pasiones. No estamos de acuerdo en muchas cosas (¿no es eso lo mejor?) pero disfruto enormemente oyéndolo. El otro es Josetxo Río Rojo. Claro, su programa tenía que llamarse así: Río Rojo y emite en Vinilo FM. Él es más calmado. Su locución es diferente, pero igual de adictiva. Desde luego, yo ya tengo dos citas ineludibles con la radio porque aunque sea vía podcast sigue siendo radio.


Sonando: Radio Free Europe de REM