Sin
duda, una de las noticias musicales del año fue el anuncio de Ryan Adams de que
iba a grabar íntegramente el disco 1989 ¡de Taylor Swift! El Enfant Terrible de
la música americana optaba por una de las divas del pop más mainstream y,
además, lo hacía para más sorpresa con un disco que apenas tenía un año de
vida. Pero no era el primero en reconocer a la Swift. Kris Kristofferson ya
aseguraba que la de Pensilvania era una de las grandes compositoras de su país.
Solo quedaba escuchar el resultado y este es más que satisfactorio. Adams
vuelve a salir reforzado de un entuerto en el que se había metido él mismo y
convierte el pop bubblegum de Taylor
Swift en un country-pop de muchos quilates. Por si es no fuera suficiente, en
una nueva vuelta de tuerca, Father John Misty ya ha anunciado que va a hacer lo
mismo ¡y con el mismo disco!
Todo
eso me lleva a plantearme un par de temas interesantes. El primero es donde
acaba la composición. Muchos productores, por ejemplo, exigen tener un pequeño
porcentaje de derechos de autor por su participación. Si escuchas las versiones
de Swift y Adams no es difícil de entender. Las canciones parecen otras en manos
del de Carolina del Norte gracias a cambios de instrumentos, de tempo y, a
veces, incluso de melodías ¿no es eso componer? Y pPor tanto ¿está Ryan versionando
o componiendo a partir de otra canción?
La
segunda es la validez de determinadas canciones que envueltas en una producción
te pasan desapercibidas, o incluso te provocan rechazo, y que cuando las oyes
de manera diferente te parecen grandes canciones. Sin pensar mucho se me ocurren
casos flagrantes como el tradicional «Rivers of Babylon» que pasó de freakada bailable en manos de Boney M a
temazo en la voz de Steve Earle en su Train
A Comin’. O incluso el «Billy Jean» de Michael Jackson que tuvo que esperar
a versiones de rockeros como Chris Cornell para que muchos se dieran cuenta de
la gran canción que es. Entonces ¿dónde está el error? ¿son o no son grandes
canciones? ¿es que una canción es mejor o peor dependiendo del intérprete?
Sonando:
Welcome to New York de Ryan Adams
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