jueves, octubre 31, 2013

Mi opinión sobre Another Selfportrait



Fuego Cruzado. No es el Bootleg que muchos esperábamos de Dylan, pero el bardo no suele hacer nunca lo que se espera de él. Puede tener interés sólo para los dylanitas confesos, pero los no especializados también disfrutarán de estas canciones si se abstienen de comparaciones. Puede que Greil Marcus se excediera en los setenta al calificar a Selfportrait  como una mierda, pero ahora vuelve a pasarse calificando este volumen 10 de las Bootleg Series como la octava maravilla del mundo. Puede que las grabaciones no publicadas de las sesiones de New Morning (el otro disco repescado en estas rarezas) sean de las mejores existentes de Dylan, pero esta edición se deja fuera más de la mitad de ellas. Puede que tener la grabación del concierto del de Duluth junto a The Band en la Isla de Wight sea una oportunidad única que no se puede desaprovechar, pero sólo se puede disfrutar de ella si te compras una de las diferentes ediciones publicadas. Puede que algunas versiones de las aquí incluidas superen a las que aparecieron en los discos oficiales, pero otras se quedan como meras anécdotas. Puede que Dylan quiera convencernos de que aquel período de principios de los setenta no fuera tan malo para él artísticamente (y estoy de acuerdo), pero con estas grabaciones se queda bastante lejos de conseguirlo. Puede que me esté haciendo viejo rápidamente y por eso este disco me ha dejado algo frío, pero en cambio Dylan siga manteniéndose por siempre joven. Vaya usted a saber.

Publicada en Ruta 66 de Octubre de 2013

Sonando: Only a Hobo - de Bob Dylan

martes, octubre 29, 2013

Mujeres y Música: el valor de las pequeñas cosas



En ocasiones las pequeñas cosas crean otras mucho más grandes. De hecho sucede muchas más veces de las que percibimos. Sólo hemos de pararnos a pensar y nos concienciaremos de algunas de ellas.

Toni Castarnado, “el profesor”, acaba de publicar su segundo libro, Mujeres y Música, 144 nombres más que avalan esta relación y que supone la continuación de un primer volumen editado hace un par de años también por 66rpm. Esta vez, Castarnado se dedica a hacer un repaso subjetivo (como todo libro) de aquellos discos básicos de grupos con mujeres absorbiendo protagonismo. Sin límites de estilos, como siempre. Uno de esos volúmenes a los que vas volviendo irremisiblemente a lo largo del tiempo y que te descubren discos y discos que habías pasado por alto.

Recuerdo el momento en que Toni me pidió que hiciera un texto para su libro, este libro. Y ese posesivo es importante. Era su libro y él estaba abriéndose a que yo redactara una de esas 144 fichas, en concreto la protagonizada por Aterciopelados, grupo que insistí en que incluyera en la relación. Mi reacción fue probablemente fría, suele pasarme cuando no sé cómo reaccionar, pero nunca podré transmitirle a Castarnado lo que eso significó para mí. Cuatro hemos sido los elegidos para integrarnos en el libro: Fernando Navarro, Joan S. Luna y Alfred Crespo. Personas que Toni ha considerado especiales y eso, quieras o no, te ha de llenar de un orgullo irreprimible. Lo que para muchos será una anécdota apenas perceptible para mí supone algo tan grande como publicar un libro propio. El valor de la amistad, de las pequeñas cosas ¿he llamado yo pequeña cosas a la amistad? En qué estaré pensando.

Sonando: Quemarropa de Aterciopelados

domingo, octubre 27, 2013

Adiós Lou



Cuando escribo estas líneas parece confirmado: Lou Reed ha fallecido por causas desconocidas aunque todo apunta a que relacionadas con el transplante de hígado que se le realizó en el mes de mayo. Yo le rindo homenaje escuchando el directo de 1972 grabado en Bataclan junto a John Cale y Nico. Es sorprendente esto de las muertes de gente a la que no conoces pero que parece que formen parte de tu familia, sin saber muy bien por qué. O sí, simplemente porque con su música se han metido dentro de tu vida. Sólo recuerdo una situación de tristeza o desubicación similar cuando me enteré de las muertes de Levon Helm y de Chavela Vargas. Y eso que no me reconozco como un fan a muerte de Reed. Más bien lo he criticado en muchas ocasiones, pero su muerte sin saber muy bien la razón me ha afectado. Su página web oficial, curiosamente y oportunamente, ofrece un pantallazo de error, y es que imagino a miles de personas intentando confirmar la noticia. De momento lo han hecho medios internacionales como Uncut, Mojo y Rolling Stone y prácticamente todos los medios nacionales, tanto generalistas como especializados así que parece que la cosa va en serio. Ahora suena en mi equipo «Black Angels Death Song». Sólo queda decir adiós.

Sonando: Black Angels Death Song de Lou Reed

jueves, octubre 24, 2013

El triple de Quique González



No, Quique no se ha metido a jugador de basket. De hecho intuyo que debe jugar bastante mal al deporte de la canasta. Lo suyo es más el fútbol, para practicarlo. Para verlo es otra cosa porque conozco pocos tipos más fans de la NBA que él. Pero a lo que vamos. Quique tiene disco triple recién salido del horno cosa que, por supuesto, muchos no han tardado en criticar. Yo lo voy a defender pero no solo porque es mi amigo, que lo es, sino porque creo que es defendible. Él mismo en su Factbook publicaba una misiva en la que pedía que nadie le quitara la ilusión de hacerlo, que era su disco y que era lo que le apetecía ¿quién somos nosotros para criticarlo? Para los que desconozcan el motivo de las críticas, el disco en cuestión es una edición triple de Delantera Mítica que incluye el disco original, las maquetas y las canciones en directo. Tres puntos de vista de las mismas canciones.

Punto uno. My name is Quique González. Si esto lo hace Bruce Springsteen o Bob Dylan nos ponemos a babear. Quique no es ni Bob ni Bruce, pero tiene el mismo derecho que cualquiera a hacer lo que quiera con sus canciones.

Punto dos. Por ti lo que haga falta. No castiga a los fans. Normalmente las reediciones con material extra son un suplicio para los fans porque te obligan por dos o tres temas extras a comprar dos veces el mismo disco. Esta edición se puede comprar en la FNAC a 17 €uros y lleva ¡tres discos! Que sí, que uno igual ya lo tienes pero te quedan dos discos más a ocho €uros y medio cada uno. Además Quique es consciente de que esto es un premio para sus fans y por eso hace una edición limitadísima de 5000 copias y se ha currado un libreto con textos de su puño y letra explicando el qué de cada canción, amén de unas fotos memorables.

Punto tres. De cocinas y otros menesteres. El disco aporta y diré el por qué. Soy de los privilegiados que tuve el placer de oír las canciones en su versión maqueta y soy de los pesados que le han pedido a Quique continuamente que las editara. Aquello ya era un disco de por sí. Recuerdo que hacía poco Lucinda Williams había sacado las Kitchen Sessions que eran las grabaciones de las canciones de su último disco en su cocina y como le insistí a Quique con ese tema como excusa para que publicara las suyas grabadas con la ayuda de Fernando Macaya y César Pop. Es que son unas maquetas muy bonitas y que tienen mucha magia.

Punto cuatro. The (r)evolution. Poder escuchar la evolución o revolución de unas canciones desde su versión maqueta hasta su traspaso al directo es un lujo que pocos músicos se atreven a dejarnos escuchar. Algunos ni siquiera nos dejan escuchar el disco entero a los periodistas para que les hagamos una entrevista de promoción.

Punto 5. El Scattergories es mío. Claro hombre. Las canciones de Quique son de Quique y tiene todo el derecho a hacer lo que quiera con ellas, igual que cada uno tiene el derecho a hacerse con el disco o no. Be free, my friend.

A todo esto, esta misma tarde Quique estará firmando discos en Revolver (la grande) y yo andaré por allí por si algún despistado quiere que le firme el libro. Prometo ser más escueto que en este texto.

Sonando: Delantera mítica de Quique González

miércoles, octubre 23, 2013

Tim Easton, pintando su obra maestra



Decía Dylan que la sobrina de Boticelli estaría con él cuando pintara su obra maestra en «When I Paint My Masterpiece».  Pues me da que la sobrina de marras le ha puesto los cuernos a Bobby porque el que acaba de grabar su obra maestra es Tim Easton.

El de Easton es uno de esos casos que se repiten una y otra vez en el mundo de la música. Esos que provocan la pregunta de ¿por qué Mellencamp sí y Tim no? ¿por qué Petty sí y Tim no? Y así podríamos continuar durante mucho tiempo cambiando el nombre de éxito para compararlo con nuestro protagonista. Y es que Easton lleva años haciéndolo muy bien. Como mínimo lo suficiente como para que su propuesta no quede condenada a pequeñas salas donde, dicho sea de paso, los que disfrutamos de sus conciertos ganamos todas las ventajas del face to face. Porcupine (2009) y Beat the Band (2011) ya eran discos a tener muy en cuenta y que se colaron sin problemas entre los mejores discos de rock americano de sus respectivos años. Not Cool, su octavo trabajo y el que nos ocupa, debería llevarle directamente a los puestos de cabecera. Afincado definitivamente en Nashville, Easton ha aprovechado la producción de Brad Jones (siempre ahí) y Robin Eaton para fabricar su mejor trabajo. Entre los tres deciden que el disco recupere algo de la esencia de aquellos plásticos que Sam Phillips grababa en Sun Records en canciones como «Troubled Times», le pegan un vistazo al surf-punk de Link Wray en «Crazy Motherfuckers From Shelby, Ohio» y se imaginan a Dylan al frente de los Sonics en «Tired And Hungry». Sin olvidar el country rock que tanto ha marcado la carrera de Tim y que aquí está presente en «Gallitin Pike Blues» y «Four Queens». Y por si eso fuera poco tiene el detalle de acabar el trabajo con ese «Knock Out Roses (For Levon)» dedicado evidentemente a la memoria del recordado Levon Helm.

Espléndido y cargado de buen gusto es Not Cool un disco destinado a que vuelvas una y otra vez a él. A veces de manera compulsiva, otras por necesidad sentimental. Son las cosas de las obras supremas, y esta lo es. A seguir pintando Tim.

Sonando: Tired And Hungry de Tim Easton

lunes, octubre 21, 2013

Blas Picón, gritando blues



Entrevisto a Blas Picón para Mondosonoro en una entrevista que podrá leerse el mes de diciembre. Lo hago por e-mail, como no deben hacerse las entrevistas, pero da igual. Conozco demasiado a Blas como para poder imaginar sus caras en según que respuestas y su manera de entonar algunas palabras. Aunque eso no es lo importante. Lo relevante es que Blas Picón & The Junk Express se han marcado un disco de blues enorme. Uno de esos álbums al alcance de muy pocos. Por algo mi amigo Manel Celeiro, devorador compulsivo de blues de todo pelaje me comentaba tras oír el disco que “puede que sea el mejor disco de blues que he oído este año”. Y ojo, en esa aseveración no se incluía la coletilla de “nacional”. En Askin’Out Loud, que así se llama la cosa, Picón y sus dos compinches tocan todos los palos de esa música que alguien se atrevió a definir despectivamente como “ruedas de tres acordes”. Porque los amantes del estilo sabemos que en el blues hay mucho más. Y cada una de las 11 canciones del disco de Blas nos carga de razones para defender ese argumento. «Good Behaviour», «Give Me A Clue» o «Sweet Anna Lee» me sirven como ejemplo perfecto. Que la basura les arrolle.

Sonando: A look in your eyes de Blas Picón & The Junk Express

viernes, octubre 18, 2013

Will Hoge no piensa ceder



Ha vuelto. Definitivamente y tras un par de discos más irregulares, el mejor Will Hoge regresa con  Never Give In. Vuelve esa voz que te pone los pelos como escarpias, esa intensidad que sólo tienen algunos escogidos, ese soul  vestido de rock americano que parecía reservado al alma de los negros. Canciones temperamentales y baladas sentidas. Algunas parecen hechas para ser cantadas por Stevie Wonder o Al Green. Pero Hoge no se queda atrás. Deja su voz libre, una vez más. Con una instrumentación que se balancea entre la rotundidad y la delicadeza según las necesidades de cada tema. Es terciopelo y también arena. Tiene el espíritu del rock de los estadios y la esencia de las salas de mala muerte. Es Will Hoge, de nuevo, y con eso está todo dicho.

Sonando:  Pale September de Will Hoge

miércoles, octubre 16, 2013

Hendrik Röver, entre el norte y el oeste



Hendrik Röver se ha marcado uno de los discos del año (o dos), al menos en lo que a la cosecha nacional se refiere. Veremos si recoge los frutos que se merece aunque, desgraciadamente para él, lo dudo. Ahí va una parte de la reseña que hice de los dos álbums para Efe Eme.

Se acerca final de año y uno ya tiene más o menos preparadas sus listas de lo mejor de la temporada. Difícil se hace que en apenas tres meses pueda salir un disco con tanta fuerza y enjundia como para que uno modifique su lista, al menos en lo que respecta a los primeros puestos. Esos que se han ganado los discos llamados “con recorrido”, los que perduran en tu mente meses después de su salida al mercado. Pero llega Hendrik Röver y lo pone todo patas arriba. Y no con un disco, sino con dos. Bendita incontinencia creativa, en este caso. Pero es que el cabrón es muy bueno, si me permiten el taco, y con estos dos discos confirma lo que muchos ya sabíamos: que su propuesta es y seguirá siendo de las más interesantes de este país y que todo lo que toca lo convierte en mágico.

Dos discos y no uno doble. Me surge la duda ¿por qué? Y pregunto. “Son cincuenta y cinco minutos en total. Un disco de 18 canciones asusta a priori y vi la posibilidad de separarlo estilísticamente entre la parte Honky Tonk y llamémosle "el resto". Mi única intención era que el comprador pudiera disfrutarlos mas según su estado emocional, por ejemplo, Oeste para el coche y Norte para el sofá”. Así que por ahí van los tiros. Por los estados emocionales. Viejo zorro, Röver sabe donde está el secreto de que un disco cale y es consciente de que anda muy por debajo de la piel. Así que apunta hacia allí y hace diana continuamente.

El resto de la reseña puedes leerla AQUÍ.

Sonando: Edificio en llamas de Hendrik Röver