miércoles, agosto 31, 2016

La Lydia Loveless más real

Los que descubrimos a Lydia Loveless con discos como Indestructible Machine (2011) viendo en ella a la gran esperanza del rock norteamericano femenino no podemos evitar sentirnos ligeramente defraudado con las primeras escuchas de este Real. Lo mejor de todo es que este es uno de esos discos de largo recorrido que consigue disipar esa sensación con las escuchas sucesivas hasta hacerte llegar a la conclusión de que, sin llegar al nivel de sus precedentes, la joven de Ohio ha conseguido, de nuevo, hacer un trabajo notable que no estará en lo mejor de su discografía, pero sí por encima de la media de sus coetáneos.

Loveless tira aquí de una asombrosa madurez para sus 25 años y apuesta por letras de marcado carácter introspectivo, intentando como ella misma asegura que sus canciones le sirvan de terapia para soportar el paso de unas etapas en su carrera musical que, quizá, esté viviendo demasiado rápido. Pero si en lo lírico apuesta por ese cambio, en cuanto a sonido se decide por la continuidad para lo que se pone en manos de nuevo del productor Joe Viers y repite con la misma banda. Quizá eso, el hecho de que se haya alejado un pasito más de las raíces para abrazar otros géneros como el power-pop y que el nivel de las canciones, en conjunto, ha descendido ligeramente es lo que te descoloca del álbum en las primeras escuchas. Además, aquí no hay singles como aquel irresistible «Steve Earle» con lo que, sin ser negativas, las primeras impresiones te dejan una extraña sensación de inconsistencia, sobre todo en lo que respecta a la segunda mitad del álbum. Es cuestión de dejar para el tiempo y darle más oportunidades a la galleta el quedar atrapado de nuevo por Lydia Loveless.

Su voz sigue sonando tan personal y espléndida como siempre con su acento del Medio Oeste, sus historias íntimas, llenas de pequeños detalles, te atrapan poco a poco y la sensación de caos que transmiten las guitarras en sus momentos más álgidos pasan de ser incomprendidas a ser esperadas con ahínco. Se aleja del country, cierto, pero se acerca a otros géneros abriendo sus miras y demostrando que su carrera tiene tanto recorrido como su talento.

Reseña del disco Real publicada en Efe Eme.

Sonando: Same to you de Lydia Loveless


martes, agosto 30, 2016

Julio Bustamante visita el barrio



Recuerdo la ilusión que nos hizo, especialmente a Jonathan Vidal (hoy BB Quatro) y a mí, que Juan de Pablos invitara a nuestro grupo, Tipos de Interés, al concierto de celebración de los 20 años de Flor de Pasión. Corría 1999 y aquello suponía, no solo poder desplazarse hasta Madrid para actuar en la Sala Siroco junto a gente como José María Granados, The Happy Losers, Los Caramelos, Soul Tellers o Los Soberanos, sino que al final aquello iba a convertirse en un disco doble en el que íbamos a tener el honor de aparecer junto a alguno de nuestros ídolos como Miguel Ángel Villanueva. La guinda al pastel la puso Julio Bustamante al invitarnos a salir a cantar con él «Sur del corazón», una canción que llevábamos en el repertorio.

Han pasado 17 años y el sábado me reencontré con Bustamante en un sitio tan curioso como las fiestas del barrio. De mi barrio. De Sants. Allí estaba él con sus pantalones cortos y sus zapatillas de lona para dejar anonadado a todo aquel que quiso escucharlo. Como dice BB en Facebook, “que Julio Bustamante no haya tocado hoy «Hablando de Van Morrison», ni «Ellos Sólo Duermen», ni «Sur Del Corazón», ni «Ser Nómada», ni «Cargo De Mí», y aun así haya salido ovacionado de las Festes de Sants, es algo así como si los Ramones se fueran sin tocar «Blitzkrieg Bop» o «Sheena Is A Punkrocker». Sólo alguien como él puede salir a hombros tras tamaña afrenta, pero lo cierto es que todas las canciones que ha interpretado esta noche tenían que estar allí. Maravillosas las más nuevas”. Mejor no se puede explicar. Además, me quedo con el mismo momento que él guardado en mi memoria de lo que pasó allí esa noche: la interpretación de esa maravilla de canción que es «La dama y el vagabundo». “Esté sano o moribundo, sigue hacia adelante el trotamundos…”. Qué preciosidad. Muchos no lo sabrán nunca, pero esa es una de las mejores canciones de la historia del pop español. Así que oírla en directo fue un auténtico regalo de fin de verano. Gracias por venir Julio. Muchas gracias.

Sonando: La dama y el vagabundo de Bustamante


lunes, agosto 29, 2016

Sam Cooke, recuperando el directo en el Harlem Sqare Club




Esta vez la cosa va a ser fácil. Me limitaré a darles diez razones por las que este disco en directo de Sam Cooke merece ser rescatado cada cierto tiempo (cuanto más a menudo, mejor para su salud). Luego, ya la cosa, corre de su cuenta.

1. Podría citar cada una de las nueve canciones del lanzamiento original, para empezar (en su reedición en 2000 se añadió un pequeño fragmento instrumental) pero miren, me voy a quedar con la introducción del speaker y la entrada de un Sam Cooke chulesco que prepara al público para una gran noche antes de arrancar a cantar una inicialmente deslavazada ‘Feel it’ insuperable como primera razón.
2. Porque tuvimos que esperar veintidós años para escucharlo, ya que fue grabado el 12 de enero de 1963 pero no se publicó hasta que RCA decidió hacerlo en junio de 1985.
3. Porque siempre está incluido en las listas de mejores discos en directo de la historia, a menudo en el primer puesto.
4. Porque el crítico de soul Bruce Eder aseguró, con buen criterio, que este directo era capaz de oscurecer los de James Brown en el Apollo y Jackie Wilson en el Copa Club.
5. Porque la banda suena cruda y ruda, huyendo de estereotipos pop. Grasa y sudor.
6. Porque está grabado en un club para negros del sur de Estados Unidos, concretamente en Miami.
7. Porque el saxo lo toca King Curtis. Sí, sí. King Curtis, uno de los mejores instrumentistas de la historia.
8. Porque solo está integrado por canciones compuestas por el propio Sam Cooke, demostrando que no solo era un cantante insuperable, sino también un magnífico compositor.
9. Porque contiene la versión definitiva de ‘Bring It on home to me’, una de las grandes canciones de la historia del soul, con una introducción hablada espeluznante y un arranque casi punk. Soul en vena. ¿Qué me dicen de esas carcajadas? Actitud, y ¿se puede cantar mejor?
10. Porque puedes ponerlo una y otra vez y sus 38 minutos nunca, nunca, nunca se les harán largos sino que no podrán evitar pensar lo afortunadas que fueron aquellas decenas de personas que vivieron esa noche.

Publicado en www.efeeme.com

Sonando: Bring It on home to me de Sam Cooke

viernes, agosto 26, 2016

Hipbone Slim, el hombre más trabajador del rock and roll



Recibir noticias de Sir Bald Diddley, o lo que es lo mismo, Hipbone Slim (apodado el hombre más trabajador del rock and roll), siempre es algo positivo. En su música se mezcla con éxito el garaje con el surf, el rhythm & blues o el rockabilly y además lo hace de manera natural, sin que sus discos tengan la sensación de pastiche o indefinición que a veces se da en otros casos de similares coordenadas. Y eso es lo que reflejan las catorce canciones de su último trabajo, un disco que entra de maravilla en estas semanas veraniegas. Consiguen sonar auténticos y tan clásicos como contemporáneos, y eso no es tarea fácil. Además en este trabajo se atreven incluso a introducir elementos orientales en una pieza como la atmosférica «One Armet Bandit» por lo que los que estén tentados de acusarles de inmovilismo ya se pueden buscar otro argumento ¿Qué aún no están convencidos? Pues solo me queda decirles que estos tres piezas han formado parte de proyectos como Tke Kneejerk Reactions, The Milkshakes, The Headcoats, Pretty Things, Holly Golightly, Big Wigs e incluso Link wray ¿cómo se les queda el cuerpo?

Sonando: Orangutan de Hipbone Slim & The Kneetremblers