Como tantas otras bandas,
Soul Asylum tuvo un álbum top, un disco que fue capaz de unir las críticas y
las ventas pero que, a su vez, se convirtió en el principio de su fin. No, no
es que el grupo no siga en activo, de hecho, nadie ha certificado su disolución
nunca y en 2016 publicaban Change of
Fortune, cuando algunos ya los daban por muertos, pero nunca han conseguido
llegar al nivel de aquel Grave Dancers
Union que ya está a punto de cumplir 25 años y, lo que es peor, la
sensación de ocaso desde su momento de máximo esplendor es constante. Aquel fue
el álbum de “Runaway train”. El disco de su primer número uno. De su primer
Grammy. El que los llevó a tocar en la Casa Blanca, en la ceremonia
presidencial de Bill Clinton. El de las 76 semanas en lista. Y nada menos que
triple platino en cuanto a ventas.
En 1990, Soul Asylum había publicado su quinto
disco, And the Horse They Rode in On.
Un trabajo producido por Steve Jordan y Joe Blaney en el que tenían
depositadas muchas expectativas. Dave Pirner y los suyos tenían la curiosa
sensación de que aquel álbum significaba un “ahora o nunca” y rápidamente las
cosas parecieron decantarse por la segunda opción. Las ventas no tiraban, e
incluso estaban por debajo de su predecesor, Hang Time (1998) y, lo que es peor, el grupo parecía nadar en una
tierra de nadie con su punk-rock melódico en plena efervescencia del grunge.
Por si eso no fuera suficiente, Pirner, cantante y líder espiritual del grupo,
empezó a sufrir graves problemas auditivos y la sombra de la separación empezó
a planear sobre ellos. Aunque fruto de eso, por esas casualidades de la vida,
llegaría su gran oportunidad. Para evitar agravar los problemas de Pirner, el
grupo decidió acabar de presentar su disco en acústico y añadir en aquellas
presentaciones unas cuantas canciones nuevas. Entre ellas estaban “Without a
Trace” y, sobre todo, “Runaway Train”. Un capo de Columbia los vio en uno de
esos shows y ofreció al grupo la posibilidad de firmar con ellos. Dos
condiciones se antojaban indispensables para que la cosa funcionara. La primera
era que la banda suavizara su sonido e introdujera las guitarras acústicas como
base de éste, igual que en sus últimos conciertos. La segunda era que “Runaway
Train” debía estar en el álbum.
Entre finales de 1991 y
principios de 1992, Soul Asylum empiezan a grabar el que será su sexto disco.
Desde el principio la cosa no funcionó con el batería Grant Young y el
productor Michael Beinhorn insistió en sustituirlo por Sterling Campbell en un
movimiento que acabaría siendo definitivo en la banda. A pesar de eso, la
grabación se terminó sin más sobresaltos y el 6 de octubre Grave Dancers Union veía la luz. Columbia sabía que temas como
“Somebody to Shove”, primer single del disco, o “Black Gold”, segundo, eran
auténticas joyas que iban a funcionar como un cañón en la radio, pero la joya
todos tenían claro que era “Runaway Train”. Las mejores previsiones respecto al
tema fueron superadas. Como single, aquel medio tiempo semi acústico con un
Pirner inspiradísimo vendió la friolera de 600.000 copias en una época en que
el formato estaba de capa caída y la canción se llevó el Grammy a la mejor del
año. Solo faltó que el videoclip de la canción se dedicara a los niños
desaparecidos para que la cosa fuera un auténtico bombazo. Las radios parecían
no tener límite a la hora de poner la canción y lo mismo sucedía con MTV. “Siempre fuimos poco punks para los punkies y
demasiado para los rockeros” aseguraba Dave en Los Angeles Times, en una
entrevista de la época. “Tengo la mente
abierta y eso me hace tocar muchas cosas, incluso guitarras acústicas. Estoy
desorientado por este éxito, esa es una buena definición”. Una
desorientación que, como apuntábamos, marcaría desde entonces al grupo. Sin
hacer malos discos, Let Your Dim Light
Shine (1995) o Candy From a Stranger
(1998) no lo son en absoluto, los vaivenes fueron constantes y después de este
último estuvieron ocho años sin publicar nada ¿Engullidos por el éxito?
Probablemente.
4 comentarios:
No estoy para nada de acuerdo. Let You Dim Light Shine es un disco infinitamente superior pero no tenía un Runaway Train. No es que el éxito se esfumara , es que en América Soul Asylum son un One-Hit-Wonder. Y esto es así. Aunque no nos guste.
Grandes Soul Asylum. A mi también me gusta más Let you dim light shine. Me gustan incluso sus dos últimos discos. Qué voz, joder.
Puede ser, ya sabéis que las opiniones van por barrios. En lo de que Soul Asylum en USA son una banda de un solo hit tienes toda la razón Dani. A mi me sigue gustando más Grave que Let You Dim. Creo que canciones como Black, Gold, Without a Trace o Somebody to Shove son magníficas, pero como digo eso va por barrios....Yo tengo la impresión de que desde Grave, cada vez estaban un poquito más abajo....
4 hot wonders, en realidad.
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