Vamos con una reseña casi
express del Cruïlla de este año. El viernes me dirigí al recinto del Fórum con
tres objetivos claros. Los cumplí los tres con resultados dispares. Empecé con Ani
DiFranco, espléndida como siempre. Maravillosa a la guitarra acústica (¿no es
una de las mejores del mundo con ese instrumento?) me gustó mucho más la
primera parte en que se hizo acompañar solo de batería y contrabajo que cuando
añadió más miembros al grupo. En cualquier caso estuvo excelente y estoy seguro
que si no la hubiera interrumpido el ruido que llegaba del escenario de Two
Door Cinema Club hubiera hecho algún bis más.
The Lumineers fueron para
mí la sorpresa del festival. Soltaron el hit, «Hey Ho» muy rápido, el tercer
tema del concierto, como si estuvieran transmitiendo a la gente que ellos eran
mucho más que eso. Y lo demostraron. Temas como su reciente «Ophelia» son
magníficos y bordaron una versión del «Subterranean Homesick Blues» con su
cantante entre el público. Después llegaría la decepción con unos Fabulosos Cadillacs
que solo funcionan cuando encaran temas pretéritos. Sus últimos discos se
mueven en un terreno extraño para ellos y sus canciones en directo no
funcionan. Una lástima.
El sábado vi tres temas
de Exquirla para acabar de confirmar que no me llega nada esa propuesta. Simplemente
no la entiendo y eso me hace no entender el revuelo que causan. Benjamin
Clementine muy bien, a pesar de no ser el lugar más indicado para brillar, y
que solo viéramos tres temas para irnos hacia Little Steven. Crack el
guitarrista del boss. Banda de catorce miembros, la mitad negros, sonido
soul-rock de muchos quilates y show más que competente. Espléndido. Aunque el
gran triunfador de la noche fue un Ryan Adams que nos hizo a todos exclamar ese
“por fin, así sí”. Concierto de rock americano rotundo, muy guitarrero y con él
dándolo todo en escena. Inconmensurable, demostrando por qué lo considero el
último gran genio (con todo lo bueno y lo malo de esa etiqueta) del rock
americano. Sobresaliente. A Residente lo vi de
lejos y solo confirmé que su propuesta es interesante y, sobre todo, muy
trabajada. Poco más puedo decir que él. Ryan me mantenía en la nube.
Sonando: My
Winding Wheel de Ryan Adams
Foto: La Beltrán
1 comentario:
Estoy de 100% acuerdo con lo de Ryan Adams en cuanto a lo del "ultimo gran genio", aunque yo le vi en el mad cool, y me quede un poco "así", no me llegó del todo, aunque para ser sincero, no creo que fuera él, sino el sonido, quizá un poco baja la voz, y no parecía que estuviera bien integrado voz e instrumentos..., creo fue esto lo que le resto emotividad o fuerza..., y bueno ya puestos podría tirarse el rollo con alguna canción mas de los primeros discos, y por que no de whiskeytown..., aunque reconozco que tiene mucho donde elegir
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