Han pasado dos días. Me
negaba a escribir en caliente algo largo para esta bitácora sobre el concierto
de The Band of Heathens en Rocksound el pasado domingo. Es normal salir de
algunos conciertos con un subidón, pero 48 horas después sigo impresionado con
lo que viví. Más convencido aún de que viví el mejor concierto de los muchos,
cintos diría, que he visto en la pequeña sala de Poble Nou. Teniendo la
sensación de que en cualquier momento Gregg Allman iba a bajar (o a subir como
dice Silvia Beltrán) de donde esté para darle un abrazo y un aplauso a lo de
Austin.
No suelo tener ese problema,
pero me cuesta describirlo con palabras. Recuerdo acercarme a Antonio, capo
cannoniere de Rocksound durante la prueba y enseñarle como tenía la carne de
gallina al ver como arreglaban «Midnight Rider» para rendir un merecido tributo
a Allman. Lo hicieron hablando en música. Joan Marc, técnico de la sala, y yo
alucinábamos por la capacidad que mostraban y el acierto en cada uno de los
comentarios. Luego, durante el bolo, la tocaron y dieron la impresión de llevar
quince años haciéndolo. No dudo de que este concierto pasará a la historia, no
solo de Rocksound sino del rockerío de la ciudad. Las opiniones son unánimes y
se han repetido en toda la gira. Sonando a ratos a The Band, a ratos a Neil
Young con Crazy Horse (sí, así de rotundos y eléctricos), a ratos a Little
Feat, a otros a Dylan y también a los mejores Jayhawks, de los que se marcaron
un «Blue» que quita el hipo. Una enciclopedia de rock americano sobre el
escenario impartiendo lecciones canción a canción ¡Cuánto le agradezco a
Antonio aquella frase cuando nos ofrecieron poder hacer la banda! “Valga lo que
valga hay que hacerlo” dijo, “y si no lo hago yo solo”. Él tenía más ganas de
traerlos que yo y mira que yo tenía muchas. Y ha valido la pena. El esfuerzo de
esta aventura que internamente llamamos Acararocksound
siempre podrá colgarse esa medallita imaginaria por haber conseguido esto.
Perfectos en ejecución, cuando digo que es el mejor concierto que he visto en
la sala (y no estoy menospreciando al resto, que allí ha habido mucho y muy
bueno) lo resumo en unos cuantos ítems: fueron los mejores instrumentistas, los
mejores cantantes (con unas harmonías perfectas toda la noche), los más
dinámicos (teniendo en cuenta su estilo y repertorio) y además todo eso cargado
de simpatía y profesionalidad. Pude charlar un rato con Ed Jurdi y Gordy Quist,
pero la palma se la llevó Trevor Nealon, que se acercó a mí nada más llegar y al
ver mi camiseta de Allman Brothers me dijo “¿estás triste tío? No te preocupes
siempre tendremos su música para ser felices”. Genios y figuras.
Sonando: Deep
is Love de The Band of Heathens
Foto: José Antonio Serrato Sabaté
2 comentarios:
Como hecho de menos ir al concierto con la camiseta del fan club aunque sea al reves que mola mas, el despiste siempre funciona
Joder con la H
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