viernes, mayo 12, 2017

Joseph Huber, espíritu rural



Joseph Huber era uno de los miembros, además de uno de los principales compositores, de aquella delicia que eran los .357 String liderados por Jayke Orvis. El de Milwaukee empezó su carrera solista con un espléndido trabajo publicado en 2010 llamado Bury Me Where I Fall, Tongues of Fire llega en 2012 y el no menos rescatable The Hanging Road en 2014. Banjista espectacular y capaz de tocar cualquier instrumento, Hubber no tardó en demostrar lo que ya se intuía en .357 String Band: que era un escritor de canciones espectacular.

El de Milwaukee considera que esos primeros tres trabajos en solitario forman una trilogía, hermanados en cuanto a sonido y estilo de composición. Por ello cree que su nuevo The Suffering Stage es un disco de ruptura, algo que es probable que el oyente no acabe de ver a simple vista hasta que se meta en la dinámica de las canciones y, sobre todo, en sus letras. Permanentemente melancólico, Huber es un firme defensor de la imperfección del directo y así afronta sus discos. Algo que no ha cambiado respecto a sus entregas anteriores. Y es que la principal diferencia sonora y compositiva aquí es el instrumento básico del disco. Porque si hasta este trabajo Huber componía con su banjo, este álbum gira alrededor del violín, otro instrumento que el tipo domina como pocos. “Empecé con el piano, luego pasé a la guitarra y acabé en el banjo, pero el violín es un instrumento que me apasiona. Me encanta utilizarlo para escribir” asegura. Ese dominio instrumental le ha llevado a encargarse de todos los instrumentos en The Suffering Stage que contiene temas tan buenos como «Playground/Battlefield», «16.10» o «Sea of Night».  Canciones que conservan el espíritu de la tradición norteamericana, ese country rural que fluye de la tierra y que no tantos saben capturar en sus canciones. Joseph Huber lleva tiempo haciéndolo de maravilla.

Sonando: You Showed Me de Joseph Huber

 

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