Ayer conocía la noticia
del fallecimiento del gran Jimmy LaFave, uno de esos héroes ocultos que, hasta
el último día, permaneció encima de un escenario. No hay más que ver el video de
despedida en el homenaje que tres días antes de su muerte le realizaban sus
compañeros de Austin interpretando «Irene Goodnight» de Lead Belly. Por eso y
como homenaje, es de justicia recuperar el artículo que le dedicaba en 2012 en
La Ruta Norteamericana de El País.
Anda un servidor
rebuscando entre cubetas de discos. La tuna, los payasos de la tele, Sting,
música para una fiesta, los Cantos del Barça, Phil Collins, decenas de CDs de
una edición coleccionable de jazz… Poca cosa aprovechable, aunque la ilusión
nunca se pierde. La esperanza sí que es lo último que se pierde, o eso dice la
cultura popular. Muchas veces esos momentos son ideales para perder casi la
conciencia. Pasar discos, uno tras otro, de manera rutinaria, casi sin leer sus
títulos o sin analizar su portada. Entras en un bucle. Tu mente se dispersa y
el movimiento de tus manos se convierte en repetitivo y banal. Hasta que algo
te saca de eso. Un tipo sonriente me mira desde una portada en blanco y negro.
Se llama Jimmy LaFave y su disco se titula Austin
Skyline. Me llama la atención, por lo de Austin y por la similitud de
llamar a un trabajo casi igual que uno de los discos de Dylan, el country
Nashville Skyline. Continúo con el ritual y giro la jewell box. La segunda
canción el disco es «Girl From The North Country» del mismo Dylan y del que
también se versionan «Shelter From The Storm», «Leopard-Skin Pill Box-Hat» y
«You’re a Big Girl Now». Debía ser 1995 aunque el disco se había editado tres
años antes.
En 2012 también sigo una
rutina desde hace unos días. Miro ansiosamente el buzón cada vez que llego a
casa para comprobar si se encuentra en él un sobre que, con remitente
americano, contenga el nuevo disco de Jimmy LaFave. El que culmina la quincena
en su ya larga carrera. Quince discos fantásticos, con pocos vaivenes, que lo
han convertido en un artista fiable y, sobre todo, en el mejor versionador de
canciones de Bob Dylan de la música de raíces actual. Y este Depending On The Distance del que ya he
podido disfrutar en algunas pre-escuchas no es una excepción porque, entre
otras cosas incluye una fantástica cover de aquel «(Girl from) Red River Shore»
que Dylan dejó fuera de Time Out of Mind, y que Jim Dickinson definió como la
mejor canción de todas las sesiones. La triada de versiones se completa esta
vez con «I’ll Remember You» y «Tomorrow Is A Long Time».
LaFave nació en 1955 en
Wills Point, en Texas. Empezó tocando la batería pero, muy pronto, cambió los
tambores por las cuerdas de una guitarra con la que empezó a componer. En 1979
graba su primer disco, Down Under, al
que seguirá dos años después, Broken Line.
Ambos obtendrán la misma respuesta: la indiferencia más absoluta. Un nuevo
intento en 1988 con Highway Angels… Full
Moon Rain siguió la misma suerte por lo que, a menudo, suele considerarse
que su carrera se inicia en 1992 con el ya nombrado Austin Skyline, editado por Bohemian Beat.
Desde sus inicios, LaFave
adoptará una costumbre que mantendrá a lo largo de la mayoría de sus discos, y
esa no es otra que la de incluir versiones de Bob Dylan en ellos. Tan sólo lo
evitará de manera consciente en sus dos trabajos siguientes: Highway Trance (1994) y Buffalo Return To The Plains (1995), con
el que gana el premio al mejor cantautor folk del año en el Festival de
Kerrville. Mal aconsejado le incitan a que se aleje de la figura de Dylan con
el objetivo de que no se le considere un simple artista de tributo y él accede.
Craso error. El texano ya había demostrado que era capaz de dotar a sus
revisiones de Dylan de una personalidad innata gracias a la pulcritud de sus
arreglos y al carisma de su voz. Un timbre vocal reconocible que rompía a su
antojo en pequeños amagos de falsete lo convierten desde sus inicios en alguien
reconocible al instante, e incluso los fans más inaccesibles del de Duluth
reconocen el valor de sus versiones. Además, éstas, servían de perfecto
contrapunto a sus canciones propias integrándose de manera natural en sus
conciertos y en su primer disco. Con
Road Novel, en 1997, vuelve al redil y se saca de la manga una espectacular
cover de «Buckets Of Rain» a la que incluso añade novedades compositivas que le
llevan a firmar el tema a medias con Dylan.
Eso sí, su consagración
como versionador del bardo llegará en 1999 con Trail. Cuando sus fans se enteran de que hay un nuevo disco de
LaFave a punto de salir al mercado contactan con él por carta y a través de su
web para pedirle, casi rogarle, que incluya un buen número de versiones de
Dylan. Y él no sólo accede sino que convierte el disco en doble e incluye
¡hasta 11 revisiones! en lo que hoy es conocido como el recopilatorio LaFave Does Dylan. «One Too Many Mornings», «It’s All Over Now
Baby Blue», «Down In The Flood», «It Threw It All Away», «If Not For You», «Tonight
I'll Be Staying Here With You», «I’ll Be Your Baby Tonight», «Forever Young»,
«Just Like Tom Thumb's Blues», «Simple Twist of Fate» y «Positively 4th Street»
forman el lote. Casi nada. Y lo mejor de todo es que LaFave sigue
espléndido. Alterna sus temas propios con maestría con versiones que (ojo que
estamos hablando de Dylan) hace completamente suyas sin perder el respeto por
alguien a quien admira tanto. Texoma llega dos años después y la dosis
habitual de su dylanisima es una bellísima revisión de «Emotionally Yours». En
Blue Nightfall (2005), en cambio, Jimmy se toma un descanso y encara un disco
casi íntegro de temas propios. Quiere demostrarse que puede hacerlo, que
también es un gran compositor y cumple con nota.
El disco fluye igual y
sólo los dylanitas echamos de menos su habitual presencia en los créditos.
Aunque lo mejor estaba por llegar. Como si quisiera compensarnos con ello,
LaFave publica en 2007 Cimarron Manifesto
en el que incluye la que a día de hoy sigue siendo su mejor versión de un tema
de Bob Dylan y probablemente una de las más emocionantes que nunca ha realizado
nadie. «Not Dark Yet» aparece como pista 8 del disco y la canción, incluida
originalmente en Time Out of Mind,
adquiere una nueva dimensión. LaFave te rompe en dos cuando la canta, te
destroza. Es terso, casi liviano, pero la canción crece y te aplasta. Si no
fuera porque hablamos de Dylan quizá diríamos que supera la original, pero eso
sería demasiado osado. LaFave se vuelve terciopelo que te envuelve como la
oscuridad que traza la letra de uno de los grandes temas de la carrera de
Dylan. Casi llora. Suplica. “Caen las sombras y llevo aquí todo el día”.
Así empieza y lo dice con
dulzura, arrancando directamente sobre una guitarra acústica. Sin tiempo para
reaccionar. “Hace demasiado calor para dormir y el tiempo se escapa”. Lo apunta
con una leve oscilación de voz para enlazar de manera tremendamente hermosa la
frase “feel like my soul has turned into steel” (siento como si el alma se me
hubiese vuelto de acero). Esa manera de unir las palabras soul y has se me hace
increíble. Soberbia. Y entonces baja y casi habla para volver a dejar que la
melodía se apodere de él hasta ese “aún no ha oscurecido, pero no va a tardar”
(it’s not dark yet but is getting there). La segunda estrofa sirve de pausa
para en la tercera volver a arrancar y que la voz de LaFave gane en intensidad
y, claramente, se rompa por primera vez. Y el crescendo ya se va a mantener
todo el tema. Ya no hay vuelta atrás. Como en la canción. Nada va a impedir la
vuelta de la oscuridad. La noche caerá sobre nosotros y será pronto.
Seis minutos y 51
segundos. Eso es lo que dura la versión de LaFave. Ese es el tiempo que
necesita para acabar de convencer a los incrédulos. Nadie lo había conseguido.
Ningún músico había sido capaz de versionar a Dylan de esa manera. Una vez,
quizá, pero tantas y tan bien no. Y ninguno había alcanzado la calificación de
obra maestra que merece este «Not Dark Yet». En las manos o mejor, en los oídos
de cada uno está averiguarlo.
Publicado en La Ruta Norteamericana (2012. El País)
Publicado en La Ruta Norteamericana (2012. El País)
Sonando: Goornight Irene de Jimmy LaFave
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