Mi relación con Walter
Salas-Humara es extraña, tanto en lo que respecta en su carrera en solitario
como cuando se hallaba al frente de The Silos. Sus canciones iban desde mi más
absoluto fervor hasta la más incomprensible (por el contraste) indiferencia. A
veces me apasionaba y otras no me decía absolutamente nada. Por eso me he
enfrentado a su nuevo trabajo con una sensación ambigua y, esta es la parte
buena, con nulas expectativas creadas. Un simple “a ver qué pasa”. Y mira tú
por dónde me he encontrado con el que es probablemente mi álbum favorito de su
carrera en solitario: Explodes and Disappears.
Un disco que aparece casi simultáneamente a Work:
Part One en el que parece ser que repasa algunos de sus primeros temas desde
una perspectiva actual. Esto aún no lo he escuchado así que nos centraremos en
eso de “explotar y desaparecer”.
Ya desde su portada el
disco “huele” bien. Un árido paisaje con un paraguas plegado en el suelo nos
dan la bienvenida antes de que la fronteriza y muy Ry Cooder «Diner by the
Train» tome el protagonismo. Tras ella «Working the waterfront» se muestra como
una perfecta canción de rock americano, un medio tiempo magnífico con un
hammond que recuerda muy levemente al de la eterna «Like a rolling stone».
Sigue con «The sunshine and the moon», una bonita tonada acústica en la que
solo acompañan a su piano el bajo de Varilla Hohl y el piano de Ryan Williams.
«The best thing» da la bienvenida al rock más robusto a lo John Mellencamp para
luego convertirse en puro pop en el estribillo, mientras que «No tear me down»
tiene ínfulas de himno de perdedores detrás de ese coro marcado por la voz rota
de Walter. «I will remember you» es una balada a piano con una letra bastante
simplona que podría pasar por ser el punto menos destacable del disco. La cosa
vuelve a su sitio con «Penelope», otro magnífico tema con todos los tics necesarios que ha de tener una
buena canción de rock americano de toda la vida. «Chitload of Cash» es una
maravilla que permite aromas de Nueva Orleans y vacileo stoniano para mostrar
al músico más imaginativo de todo el trabajo, «Another fairy tale» es
probablemente el mejor tema lento del disco con algo de jazz nocturno en su
melodía y «Sea of Cortez» es un buen tema de cierre con la mirada puesta, de
nuevo en la frontera.
Así que sí. Esta vez
Walter Salas-Humara me ha convencido de principio a fin y aunque muchos echarán
de menos discos como Cuba o When the telephone rings de los añorados
Silos yo, con discos como este, estoy más que encantado.
Sonando: Diner by the train de Walter
Salas-Humara
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