Hay grupos a los que el mejor elogio que puedes dedicar es que
encuentras en sus discos justamente lo que esperas. Y eso es
perfectamente aplicable a estos ya veteranos de aquella escena neo swing
que explosionó en los noventa. Aunque hay matices. Durante la gira de
su anterior disco, Steve Perry, alma máter de la banda, aseguró que
estaba interesado en investigar el período musical que iba de 1928 a
1937 y que definió como la era del Boop-A-Doop.
Fácil es llegar a la conclusión que el fruto de ese estudio es lo que
encontramos en este álbum. Grabado con el banjo como instrumento de
cuerda principal y con artefactos anteriores siempre a 1940, el grupo ha
conseguido un trabajo cohesionado, a medio camino entre el jazz y el
swing pero interpretado con una actitud punk. Un nuevo acierto en esa
búsqueda del Santo Grial de la música de nuestro tiempo que iniciaron en
1989.
Reseña del disco The Boop-A-Doo publicada en Mondosonoro.
Sonando: 42nd Street de Cherry Poppin'Daddies
No hay comentarios:
Publicar un comentario