Algunos siempre hemos
confiado en Stephen Kellogg. Pocos. Pero los hay. Gente que nos íbamos
encontrando en conciertos de música americana y comentábamos su último
lanzamiento, su separación de los Sixers o aquella canción que habíamos
escuchado por casualidad y que nos había conquistado. Esos estamos de
celebración. Porque Stephen ha grabado el que es probablemente su mejor disco,
ayudado por la producción de Will Hoge, y por la pluma de su amigo Eric
Donnelly en algunas letras. El mismo músico reconoce que este es un disco más
maduro, más compacto que sus anteriores lanzamientos, “porque no es lo mismo grabar un disco con 25 años que con 41”. Lo
cierto es que las canciones pueden pasar perfectamente por ser las mejores que
ha escrito nunca. Ya sea esas «High Highs Low Lows» con el evidente eco a
Townes Van Zandt que habían adoptado sus últimos discos, o algunas de las piezas
más rockeras. Que están. Porque si de algo ha dotado la producción de Will Hoge
al disco es de intensidad y espíritu rock. Temas que suenan poderosos como, ya
no solo en cuanto a instrumentación,
sino en cuanto a intención. Como la pieza titular, «Songs for Daughters», «Symphony
of Joy» o «All The Love That Comes To Me». “Hay
un cambio que ocurre, y puede suceder antes para otras personas, donde te
mueves a un modo de pensar diferente. Cuando vuelvo a
esa vieja forma de pensar, creo que realmente fue un momento en el que sentí
que alguien sabía más que yo. No has probado tantas cosas, y no has tenido tanta
experiencia, y probablemente estás tratando de complacer a un compañero de
banda. Por eso creo que el cantante tiene que creer lo que están cantando. Tú
te metes en las canciones porque te invitan a entrar”.
Sonando: Easy
Money de Stephen Kellogg
No hay comentarios:
Publicar un comentario