Ilegales, y en concreto su líder, Jorge Martínez, no suelen aparecer en las listas de grandes letristas del rock nacional, aunque sin duda ha hecho méritos más que sobrados para ello. Las canciones de Rebelión, cargadas una vez más de magníficas imágenes sonoras, probablemente no servirán para solucionar esa injusticia, pero sin duda aumentan el rédito para los que creemos firmemente en esa afirmación. Y es que Rebelión vuelve a ser un disco puramente Ilegales. Crudo. Intenso. Violento. Y variado. Algo, esto último, que no es baladí. Porque muchos ven en la banda asturiana un grupo simplemente de punk o de rock agresivo, pero poco más, mientras el grupo demuestra disco tras disco que Jorge es un músico completísimo, tanto en la ejecución como en la composición, siendo capaz de afrontar diferentes estilos, y que la banda que le apoya no desmerece en absoluto a su indiscutible líder.
Rebelión es, una vez más, un trabajo que tiene en la violencia su eje gravitatorio. Y es que, como declaraba el propio Jorge a El País hace apenas unos días, “la violencia no solo está en mis letras. Está en toda la historia de la humanidad (…). Por qué nos escandalizamos tanto por algo que llevamos todos dentro. Parece como si yo hubiese inventado la violencia. Joder. Me cago en la leche”. Un Jorge en estado puro al que no le falta ni un ápice de razón. Quizá el problema esté en los demás, en nosotros mismos. Empeñados en convencernos en que vivimos en paz y tranquilidad, envueltos en una burbuja de cotidianidad, que debe ser rota por las canciones de grupos como Ilegales.
El disco arranca punk, sí, con ese himno coreable que es “Si no luchas te matas”, pero como apuntaba anteriormente sabe moverse hacia otros terrenos. Sea el rockabilly, reincidente en otros discos del grupo, de “Andad de día” o incluso el tango de “Mi copa y yo”. Sin anclajes. Canciones cargadas de mensaje con la claridad por bandera ¿Qué es si no “Mi amigo Omar” sobre un tema todavía bastante tabú en nuestro cancionero como es la homosexualidad? Jorge Martínez se parapeta en su casi metro noventa de altura, apunta y dispara. Y sorprende como años después sigue conservando la misma puntería y sigue facturando discos tan necesarios como este. Que alguien tendrá que decir las cosas claras ¿no?
Publicado en Efe Eme
Sonando: Mi copa y yo de Ilegales
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