Lo de los súper grupos no tiene por qué ser garantía de éxito. Seguro que se nos ocurren cientos de ejemplos que corroboran esta afirmación, sin necesidad de calentarnos mucho los cascos. Y eso, en parte, es lo que sucede en el caso de Glorietta. Matthew Logan Vasquez (Delta Spirit) se junta con sus amigos Noah Gundersen, Kelsey Wilson (Wild Child), David Ramirez, Adrian Quesada (Brownout, Black Pumas), y Jason Robert Blum, con la adición a última hora de Nathaniel Rateliff (que aporta simplemente una composición a medias y alguna voz) para dar forma a una especie de Golden Smog del s. XXI que, a pesar de los nombres, no acaba de arrancar. Quizá su problema es la dispersión. En el disco hay de todo, desde folk-rock a garage, free jazz o funk, y el oyente no logra situarse en ningún momento en lo que realmente tiene entre manos. Además, la calidad de los temas también es variable, y aunque canciones como la mccartniana «Friends» o la íntima «Lincoln Creek» son espléndidas, otro buen puñado no llegan al nivel mínimo exigido a los nombres que integran el proyecto. Como divertimento bien, pero, al menos de momento, no pasarán a la historia por esto.
Publicado en Ruta 66 nº363
Sonando: Friends de Glorietta
No hay comentarios:
Publicar un comentario