La carrera musical de
Shooter Jennings no es de esas que podamos considerar precisamente ejemplar.
Shooter ha ido dando bandazos que le han llevado a pasar de la excelencia de
“Put the ‘o’ back in country” (2005) y “Electric rodeo” (2006) a marcarse álbumes
directamente infumables como los insoportables “Heirophant: the magic” o el
predecesor al disco que ahora tenemos entre manos, “Countach (for Giorgio)”. Y
es que Shooter parece un tipo de extremos. De otra manera no se entiende que
sea capaz de ponernos al borde un ataque nervios con su particular e insufrible
homenaje al italiano Giorgio Moroder, y luego marcarse un disco de country
notable como este autotitulado “Shooter”. Quizá por eso, además, este último me
parece tan bueno. Expectativas, ya saben.
No, no está Shooter al
nivel de aquellos dos citados primeros trabajos. Me atrevería a decir, eso sí,
que sí está al nivel de “The wolf” (2007) o “Family man” (2012). Porque Shooter
ha vuelto al country y ese es definitivamente su sitio. Y es que el álbum parece
un homenaje en toda regla al abuelo de su rival Hank III, el mismísimo Hank
Williams. Jennings se deja de temas techno y de rock industrial para ponerse en
las manos de la producción de un Dave Cobb que hace un excelente trabajo.
Incluso se permite tontear con el soul en la muy rock and roll ‘Bound ta git
down’ que parece sacada de los primeros discos de Los Lobos. Aunque es con la
siguiente, ‘Do you love in Texas?’, cuando nos demuestra que la buena impresión
inicial no es casualidad. Pura canción de bar de carretera con una excelente
interpretación y referencias a su padre Waylon y a Willie Nelson.
A la balada ‘Living in a
minor key’ le sigue ‘D.R.U.N.K.’, uno de los mejores cortes. Country outlaw
sobre el alcohol que, sin duda, le hubiese encantado a su progenitor. Vuelve el
baladón country con la tierna ‘Shades & hues’, para volver a ponerlo todo
patas arriba con la rompepistas ‘I’m wild & my woman is crazy’ y luego
repetir la fórmula de combinar tema lento y tema rápido con ‘Eagles fast horse
& good hideouts’, de la que no acaban de convencerme sus iniciales arreglos
orquestales. Lo adivinaste: ‘Rhinestone eyes’, sin ser un tema acelerado, es un
trotón tema de country clásico, un medio tiempo que nos prepara para el cierre
con otro tema de bajas pulsaciones, ‘Denim & diamonds’, en la que se aleja
del country para abrazar cierto aroma a balada sureña que no acaba de encajar
en el resto del lote.
Visto con perspectiva, y
después de la excitación inicial de haber recuperado la mejor cara de un artista
que parecía perdido, este trabajo quizá no llega a la matrícula de honor. Hemos
escuchado mejores discos de género este año, sin duda, pero es indiscutible que
Shooter vuelve a brillar con luz propia y parece enfocado a reclamar un trono
que nunca acabó de alcanzar del todo. Veremos cómo respira en el futuro.
Publicado en Efe Eme
Sonando: I’m
wild & my woman is crazy de Shooter Jennings
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