Y Tom Petty se fue. Sin
decirnos adiós. Abandonó el edificio. Quizá es que no le gustaba mucho lo que
estaba viendo a su alrededor últimamente. Y no me extraña. Vete tú a saber. Y
yo no he visto a Tom Petty en directo. No diré que nunca tuve la oportunidad.
Sería mentir. Alguna hubo pero, ya saben, no se alinearon los astros. La más
cerca de todas hace solo unos años en París. Pero decidí no ir. Prioridades les
llaman. Y ahora él ya no está, y un profundo vacío se ha adueñado en mí desde
anoche. Daba igual que viera noticias contradictorias sobre si había muerto o
no. Cuando las cosas empiezan así, mal acaban. Y lo hicieron hace apenas un par
de horas. Y yo seguiré poniendo sus discos. Seguiré pinchando maravillas como Damn
The Torpedoes (1979), Full Moon Fever (1989), o mi favorito Hard Promises (1981).
Y es mi preferido porque fue el disco con el que lo descubrí. Imaginen lo que
es entrar en la carrera de Tom Petty con un tema tan perfecto como «The
Waiting». Y encontrarse después con «A Woman in Love (It's Not Me)» o «King’s
Road». Y Tom Petty me atrapó. Para siempre. En una tela de araña invisible que
integraban «American Girl», su porte, «Kings Highway», su voz, «Free Fallin’», sus
Heartbreakers, «Even The Losers», su guitarra, «Refugee», su melena rubia, «I
Won’t Back Down», su eterna sonrisa, «Breakdown»….
Y hasta me encantó cuando
se puso a disposición de Bob Dylan en una gira que muchos ningunearon
injustamente. Y, cómo no, los Traveling Wilburys. Junto al propio Dylan, George
Harrison, Jeff Lynne y Roy Orbison. Y cuando sirvió también de banda de
acompañamiento con sus rompecorazones a un rotundo y frágil a la vez Johnny
Cash. Y acabé incluso defendiendo la producción de Lynne en Into the Great Wide
Open (1991), otro discazo. Y mi carne se puso de gallina durante mucho tiempo
cada vez que oía Wildflowers (1994). Y lo sigue haciendo. Y me acabo de comprar
el disco de Chris Hillman que acababa de producir. Y me encanta.
Demasiadas veces repetida
esa Y. Lo sé. Pero es que Tom Petty siempre sumó. Nunca restó. No falló
discográficamente ni una sola vez en toda su carrera. Tampoco lo hizo en
directo. Y por eso lo amamos como lo hicimos. Y seguiremos haciéndolo. Uno de
los más grandes de la historia del rock norteamericano ya no está. Diremos eso
de que nos quedan sus canciones. Nuestro eterno consuelo cuando alguien así se
va. Pero es que es verdad. Y (la última), vaya canciones. Gracias Tom.
Publicado en Mondosonoro
Sonando: The Waiting de Tom Petty
1 comentario:
Yo tambien me he perdido verlo no estuve tan cerca como dices estuviste, al menos si tuve cerca a chris hillman y lo aproveche
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