Poco podíamos suponer tras las primeras y satisfactorias escuchas del
nuevo trabajo de Chris Hillman, producido por Tom Petty, que cuando
escribiéramos la reseña de ese disco estaríamos hablando del último
trabajo del rubio de Gainesville. Eso hace que sea complicado acercarse
al disco sin que un halo de tristeza lo envuelva todo. Podía ser una
celebración: uno de los grandes del country rock firmando, el apoyo de
uno de sus discípulos más aventajados y la compañía de algunos de los
mejores nombres que ha dado el género como sus ex compañeros en The
Byrds David Crosby y Roger McGuinn. Sin embargo, ha adoptado un cierto aire lúgubre que el disco no merece. Sentimientos encontrados al margen, el resultado es espléndido.
El arranque con ‘Bells of Rhymney’, letra del poeta galés adaptada
por Pete Seeger que ya interpretaron The Byrds en 1965 muestra desde el
principio que la unión entre Petty y Hillman no puede funcionar mejor, y
que los Heartbreakers de este último son la banda ideal para darle
empaque al trabajo. Una maravilla que por sí sola justificaría la
adquisición del disco. Y lo bueno es que hay mucho más. Una exquisita
versión del ‘Walk right back’ de The Everly Brothers. Una mejorada
revision del ‘She do not care about time’ que Gene Clark escribió para
“Turn! Turn! Turn!” (1965). Y una magnífica ‘New old John Robertson’ de
The Notorious Byrd Brothers, original de 1968. Esos son solos algunos de
los grandes momentos que ofrecen las doce canciones de un disco al que
no le sobra nada. Y no es solo un ejercicio de nostalgia. Porque el
hecho de que la presencia de Crosby y McGuinn lo conviertan en lo más
cercano que puede haber hoy en día a una reunión de The Byrds es casi
anecdótico. Uno prefiere quedarse con lo viva que está la herencia de gente como Hillman en nombres como los de Petty.
Y sé que esto puede parecer incongruente tras la muerte del segundo,
pero ustedes ya me entienden. Hillman, aunque su nombre quizá nunca ha
sido lo suficientemente reconocido, ayudó a dar nombre al country-rock
para que Petty y otros muchos tomaran el relevo que hoy tiene en nombres
como los de JP Harris, Sturgill Simpson o Zane Williams a algunos de
sus continuadores.
En un sorprendente giro del destino, lo que podía apuntar a una
atractiva gira conjunta se truncó demasiado rápido. Tom Petty ya no
está, y su muerte ha vuelto a ser un injusto golpe a un Hillman en
permanente segundo plano. Porque este “Bidin’ my time” ha pasado a ser
citado permanentemente como el disco póstumo de Tom, volviendo a apartar
el foco de su autor. Insisto: no lo merece, porque Petty no lo hubiera
querido así. Y a ambos les debemos muchas cosas.
Publicado en www.efeeme.com
Sonando: Walk Right Back de The Everly Brothers
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