Ya sabéis de la devoción
que siento por todo lo que hace Andrés Herrera, Pájaro, desde que Santa Leone, su primer disco, se
convirtió en un álbum de cabecera para mí. Así que la publicación del segundo
disco del sevillano tenía que ser necesariamente todo un acontecimiento para
mí. Y ciertamente no defrauda. Las primeras reseñas de este He matado al ángel aseguran que es mejor
que su disco de debut aunque para mí aún es pronto para afirmarlo. En todo
caso, este músico vacilón que ha tocado con Silvio, Kiko Veneno o Pata Negra ha
vuelto a sacarse de la manga una obra magna, siempre acompañado por su inseparable
Raúl Fernández.
Repite Pájaro esquemas e
influencias. Incluso sonidos, y eso lo digo como algo positivo. Vuelve a
recordar a Silvio en «El pudridero», a Celentano en «Vieni con Me», a Morricone
en «Apocalipsis» y a Dick Dale en «Costa Ballena». Y todo lo ejecuta con solvencia
y, sobre todo, con una heterogénea homogeneidad. Ya me entienden. Su propuesta
tiene tantas aristas, tantos puntos de escape que parece imposible que se pueda
reunir en un mismo disco sin sonar a batiburrillo sin sentido. Y Pájaro lo
consigue. Incluso la colaboración de Guadalupe Plata en «Sudeck man» parece
necesaria. Y es que este pajarraco sigue volando muy alto.
Sonando: Vieni
con Me de Pájaro
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