El californiano Ry Cooder, uno de los maestros de la slide guitar,
pasa por ser también uno de los músicos que más y mejor han apostado por
la fusión de estilos, destacando sus evidentes inclinaciones hacia la
música de la frontera mexicana. Explorador continuo, sus discos de los
setenta se adentran en el blues, el country o el jazz, aunque servidor
no puede evitar quedarse con su incursión en el tex-mex y la música
hawaiana de Chicken skin music, publicado en 1976 por Reprise.
El quinto disco de Ry Cooder cuenta con unos invitados de lujo, que
van de Chris Ethridge, bajista de The Flying Burrito Brothers a Jim
Keltner, cuya batería suena en discos de Bob Dylan o Elvis Presley,
pasando por el legendario Flaco Jiménez o el soulman Bobby King.
Construido íntegramente a partir de versiones, Cooder muestra su
conocimiento de la cultura popular norteamericana para rebuscar en el
cancionero de Lead Belly, Joe Allison o Ben E.King huyendo, eso sí, de
lo esperado en sus recreaciones.
En este trabajo Cooder tira de arreglos cercanos a la ranchera y
convierte al acordeón o el ukelele en elementos básicos del disco.
Además desarrolla la técnica del “slack key”, un tipo de punteo de
guitarra exclusivo de la música hawaiana impulsada, curiosamente, por
los emigrantes que llegaban a la isla desde Nuevo México.
Con todo eso, Ry Cooder convierte ‘Stand by me’ en un góspel con
aroma norteño, recuerda a una versión evolucionada de Hank Snow en
‘Yellow roses’ o transforma en un bolero ‘He’ll have to go’. Todo ello
colabora a que muchos consideren este el disco más excéntrico de su
autor, pero eso no evita que esté también entre los mejores de su
carrera, y que recuperarlo cada cierto tiempo sea un auténtico placer.
Operación Rescate publicada en www.efeeme.com
Sonando: Yellow Roses de Ry Cooder
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