martes, noviembre 17, 2015

Maravilloso concierto de Hollis Brown



Espléndido e inolvidable concierto el ofrecido la semana pasada por Hollis Brown en la Sala Rocksound. La cosa pintaba bien. Sus discos son excelentes, en mi opinión mejor el debut con Ride On The Train que el último 3 Shots, pero en todo caso muy buenos ambos. Cumplir expectativas es difícil, especialmente si estas son altas, pero los de Nueva York lo hicieron ampliamente.

Llegados a este punto merece la pena recuperar la visceral reflexión de mi buen amigo Manel Celeiro el día siguiente en Facebook: “Ayer noche mientras el mundo reventaba fuera Hollis Brown convirtieron Rocksound en un refugio cálido y acogedor. Grandes canciones, estupendo vocalista y magnificas guitarras con la magia que bandas como Jayhawks o Wilco se han dejado por el camino....Por cierto eché en falta a muchos de los que se masturban compulsivamente cuando esas bandas pisan Barcelona. Ayer hubieran tenido un orgasmo de los de verdad....”.

Omitiré el tema político porque no me apetece hablar de ello y no es el lugar, creo. Manel habla de calidez y eso es lo que transmite una propuesta de  muy alto nivel, sin duda. Como él dice, las canciones son muy grandes, las guitarras suenan precisas y las voces son inmejorables. No, no estaban los fans de Jayhawks o Wilco. Los que correrán a sus próximos conciertos sin importarles si sus últimos discos son buenos o malos, o si sus últimas visitas han merecido la pena o no. Ya hemos hablado de ello y cada vez estoy más convencido de que es una batalla perdida. Así tengo que creerme, aunque me cuesta, a aquellos que dicen que el rock está muerto. Al menos lo estamos matando. Lo matan estas actitudes y mucho me temo que difícilmente lo resucitaremos. Los Jayhawks que fueron (y quizá vuelvan a ser porque confío en Peter Buck)  una gran banda llenarán una sala ocho veces más grandes cuando vuelvan y unos Hollis Brown hoy infinitamente mejores (tienen mejores canciones, y no hablo de clásicos de Louris y compañía sino de sus últimos discos, cantan mejor porque Louris está demasiado solo y tiene más química y magia) sufrieron para superar la media entrada en una sala pequeñita. Un grupo que, por cierto, encajaría a la perfección gracias a su vertiente más pop en ciertos círculos hípster que tampoco estaban. Ellos se lo perdieron.



Sonando: Ride on the train de Hollis Brown

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