Hay veces que caen
en tus manos discos que, aparentemente, no han de llamarte especialmente la atención
y s e convierten casi sin darte cuenta en banda sonora permanente de, como
mínimo, unos días. Eso es lo que me pasó con Bob Collum, un tipo con una pinta que
anda a medio camino entre un contable pica-facturas y un Elvis Costello de segunda
división, pero que ha grabado un disco que me ha entrado realmente muy bien.
No, no estará entre mis diez discos favoritos del año pero, ahora mismo, me
está haciendo pasar ratos más que agradables. Apunten: Little Rock.
Nacido en Oklahoma
pero trasladado a la inglesa Essex, Collum suma a su origen norteamericano, esencia
básica de sus canciones, lu acogida de las islas en las que reside y que otorga
a sus canciones un poso pub-rock que recuerda ligeramente a las canciones
lentas de gente como Nick Lowe o el citado Costello. Incluso líricamente, esa
mezcla, le sienta de maravilla. Y es que es capaz de combinar iconografía
puramente yanqui como un asesinato en Tulsa en 1977 o un tributo-crítica a la
bandera confederada con simples historias de desamor sentado en la barra de
cualquier pub británico. Nostalgia y desazón llenan muchas de las melodías de
un disco aparecido el 25 de enero de este 2015 y que ha tardado casi 11 meses
en plantarse en mi equipo. Lo bueno es que ha llegado.
Sonando: Johnny
Held’Em Down de Bob Collum
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