Andábamos el otro día de
discusión facebookera con este tema.
Ya saben. Un placer cuandos e hace con gente con argumentos como Joserra Rodrigo o Eduardo Ranedo. Todo surgió por un comentario mío sobre la nueva canción de The
Decemberists. Horrorosa, para mi gusto. Si ya el tema en sí me parecía flojo,
esa manía de mezclar el americana con la electrónica se me hace abominable. Unos
de los primeros en hacerlo de manera mediática fueron Wilco, y ahí perdieron
para mí parte de su interés. Antes, eso sí, hay que reconocerle a Lambchop,
grupo con el que nunca he conectado, prácticamente la patente. The Wallflowers
empezaron a fastidiarla, para mi gusto, cuando también se acercaron a esos
sonidos y el peor disco de The Jayhawks, para mí, siempre será Smile. Claro que se ver la grandeza de
algunas de esas canciones, pero la producción me mata y me lleva a olvidarlas.
Otro al que me citan continuamente cuando muestro esta opinión es a Matthew E.
White. Tampoco puedo con él. Lo curioso es que últimamente dos discos que
esperaba con ansia me han defraudado justamente por eso. Lo hizo Jeb Loy
Nichols con Country Hustler en 2016,
y hace apenas unas semanas, hizo lo propio Alan Tyler con El Tapado ¿Era necesario? En mi opinión, no. Y antes de que me
alguien me suelte la típica cantinela de que un artista tiene derecho a hacer
lo que quiera (cosa con la que estoy rotundamente de acuerdo, cómo no), les doy
la respuesta habitual a ese comentario: yo también tengo el derecho a que no me
guste como oyente.
Sonando: Lucky Lonesome de Alan Tyler
1 comentario:
Ya ves hasta Fermín Muguruza ha sacado un trabajo así: lástima, lo mejor las introducciones habladas en disfrentes idiomas a modo de samples, la música no puedo con ella, lo he intentado pero la electrónica en general tampoco es lo mío -salvo muy contadas excepciones-.
Mejor volvía a runir a la banda (Kortatu), je, je, y cantando en español para disfrutar de las letras.
Publicar un comentario