Definitivamente, Josh
Ritter se ha especializado en sacar grandes discos. No trabajos notables o “que
estén bien” sino obras sublimes, cargadas de buenas melodías, producciones
exquisitas y textos maníficos. Gathering es
uno más de ellos. Ritter es un músico completísimo y un alma libre a la hora de
entender la música norteamericana. Para él no hay problema en juguetear en el
mismo disco con los espirituales, el country & western, el folk-rock, el
vals mexicano, el cajun o el rock callejero. Se sabe portador de cartas
ganadoras y aunque las escode hasta el último momento, como buen jugador, sabe
cuándo ha de apostar todo lo que tiene para llevarse la mano definitiva. Es
consciente de que los que seguimos su música vamos a perdonárselo casi todo,
incluso que utilice unas congas en «Showboat”, pero es que, cuando lo pensamos
bien, no hay nada que perdonar. Porque todo lo que hace tiene sentido.
Cualquier aportación engrandece unas canciones ya de por sí enormes. Quizá la
peor canción del álbum sea esa maravillosa «When Will I Be Changed» escrita e
interpretada junto a Bob Weir. Imaginen. Con eso está todo dicho, si es que es
necesario perder el tiempo escribiendo sobre álbumes como este, cuando puedes
estar oyéndolo otra vez.
Publicado en Ruta 66
Sonando: Friendamine de Josh Ritter
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