La culpa de que yo conozca
a Paul Kelly la tienen Álex F. de Castro y Carlos Zanón. Además de forma encadenada. Zanón descubrió al
australiano a través de un artículo del primero publicado en Ruta 66 en agosto
de 1992 bajo el título de Bienvenidos al paraíso. Años después (muchos), el
escritor catalán me recomendaba a mí su escucha. Y así llegué a un artista que
ya fuera al frente de The Dots, de The Coloured Girls, de The Messengers o en
solitario cultivaba un rock fuertemente influenciado por las raíces
norteamericanas y que se desmarcaba ampliamente de ese sonido australiano de
guitarras distorsionadas fuertemente influido por el punk.
El último disco de Paul
Kelly está firmado a medias con Charlie Owen, miembro de entre otros The New Christs y
Beasts of Bourbon. Juntos y con escasa instrumentación se han dedicado a versionar
algunas de sus canciones favoritas de gente como Hank Williams, el
recientemente fallecido Leonard Cohen, Cole Porter, The Beatles o Townes Van Zandt.
Canciones reunidas bajo ese título, Death's Dateless Night, porque como ellos mismos dicen “son las que
te gustaría oír en tu funeral”. Y es que el proyecto ve la luz gracias a un
viaje realizado por los dos músicos juntos hacia el entierro de un amigo. Un
curioso disco de versiones, bien resuelto, en el que, por cierto, uno prefiere
las revisiones de los temas menos conocidos, quizá por la sorpresa que supone
la falta de familiaridad con ellos. Y, en todo caso, una muestra más del
tremendo talento que ambos atesoran.
Sonando: Meet
Me In Middle Of The Air de Paul Kelly & Charlie Owen
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