Weezer se tiñen de blanco (que no se destiñen)

Me sorprenden las tenues críticas que ha tenido el nuevo disco de Weezer, el décimo de su carrera y el cuarto que al ser homónimo debemos identificar por el color de su portada. Tras el rojo, el azul y el verde, ahora le toca al blanco. Puede que sea debido a lo horrible de su tema de adelanto, una especie de rap rockero titulado «Thank God for Girls» que es sin duda lo peor del disco. Creo que muchos se han quedado ahí y directamente o se han cargado el álbum o han bajado su percepción escandalosamente. A mí me ha pasado justo lo contrario. Tras oír la dichosa cancioncilla de marras, las expectativas eran tan bajas que el disco me ha entrado de maravilla y me ha encantado.

No hay nada diferente. Que nadie espere grandes cambios. Weezer es lo que es y lo que ha sido siempre pero considero que siendo una banda enmarcada en sus inicios en un power-pop juvenil ha sabido madurar su propuesta y, sin abandonar sus señas de identidad, mantenerse en una posición sonora que no los hace parecer fuera de su tiempo. En este disco vuelve a haber unas cuantas canciones memorables, que suenan por cierto muy Beatle, como casi siempre. «L.A. Girls», «California Kids» o «Wind in our Sail» pueden ser buenos ejemplos de lo que digo. El caso es que a mí me han vuelto a convencer, sin hacer un álbum sobresaliente. Ustedes ya me contarán.

Sonando: King of the World de Weezer