Suele ser habitual cuando
hablo con gente de música y digo que algo no me gusta, que se me acuse de
inmovilismo. Me parece curioso. Y lo mismo sucede con los conciertos. Decir que
no vas al evento social X y que te suelten “es que tú solo vas a los conciertos
del Rocksound” es todo uno. Ambas cosas me hacen mucha gracia. Me parecen
curiosas porque directamente son falsas. Por partes. Y empezaremos por lo segundo.
En Barcelona, si te gusta el rock, es normal que vayas muchas veces al
Rocksound (aplíquense el cuento algunos, por cierto), porque es el único, y
quede claro, el único garito con una programación regular de rock de calidad y
varios conciertos a la semana. Dicho esto, me ha dado por mirar mi agenda
pasada y descubro que, sin contar festivales, este año he ido a 26 conciertos
fuera de Rocksound 26 ¿eh? Vamos, que si que todo el que suelta la frasecita de
marras fuera a un 25% de bolos, mejor le iría a escena rock de la ciudad. Y,
por cierto, ya lo apuntaba antes y aviso por si no lo han pillado. Mi silencio y mirada sarcástica cuando me
sueltan la milonga significa “pues a ver cuándo te pasas tu por allí, que no se
te ve en ni uno”. Por si no la habían captado.
La otra frase también me choca.
“Es que tú, si no huele a raíces ya no te gusta”. A ver, uno tiene su estilo
favorito, es evidente. De hecho no creo en el eclecticismo. Nada. Me parece
irreal. Sí que creo que se puede disfrutar de muchos estilos de música
diferente, pero no creo que seas capaz de valorar esos discos en su justa
medida. El metal es buen ejemplo. Me gustan discos de metal, pero no soy un
experto en el género. Por ello no puedo decir si un disco es bueno o no, solo
simplemente si me gusta o no. Pretender dominar todas las materias me parece inalcanzable.
Para mí y para cualquiera. Pero igualmente hago el ejercicio de mirar mi lista
de discos destacados del año. Entre
mis discos favoritos de lo que llevamos de 2017 tengo apuntados a Body Count,
Bash & Pop, Five Horse Johnson, Horisont, Jim Jones and The Righteous Mind,
Public Enemy, Flamin’Groovies, Queens of The Stone Age, Ron Gallo, The
Godfathers, The Menzingers, The Rubs o de The Tripwires. Y si me voy a
lo nacional, ahí están Atavismo, Uncle Sal, Dani Nel-lo, Schizophrenic Spacers,
Red Rombo, Los Labios, Downtown Losers o Broke Lord. Para acusarme de escuchar
sólo raíces no está mal ¿no?
Pero ¿por qué me
justifico? Pues miren, porque me apetecía. Me ha dado por ahí. No tenía necesidad pero me ha
parecido divertido comprobar empíricamente si eso era cierto. Quizá era verdad
¿quién sabe? Uno puede perder la perspectiva al pensar en uno mismo. Pero en
este caso no. Lo siento por algunos, pero no. Otra vez será.
Sonando: Out
of my head de The Dream Syndicate
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