Quinto disco ya de este artista multidisciplinar tejano que concibe el rock americano como si fuera música de cámara, multiplicando las pistas con todo aquello que él considere que mejora sus canciones. Para la ocasión se ha desplazado a Nashville, donde se ha encontrado con el productor Neilson Hubbard y músicos del calibre del trompetista Don Mitchell o el multi instrumentista Will Kimbrough, a quien conocemos de su trabajo al lado de gente como Rodney Crowell, Todd Snider o nuestro Quique González.
Si Rolling Stone consideró su disco anterior, Mercy, uno de los 10 mejores del año en cuanto a country, este no le andará a la zaga. Porque para Baker, experto pintor, sus discos tienen la concepción de obras de arte. Considerando el programa de grabación como un lienzo en el que plasmar todos sus sentimientos. Hablando como en esta ocasión de veteranos del Vietnam, madres solteras, una boda curiosa o relaciones que salen mal. Todo vale para acabar envuelto en las texturas a las que se abona, especialmente, el espléndido trabajo de guitarras de Kimbrough. No es para todos los paladares, pero es muy bueno.
Publicado en www.ruta66.es
Sonando: The Feast Of St. Valentine de Sam Baker
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