miércoles, septiembre 28, 2016

El libro de M-Clan



Si hiciéramos una encuesta entre los conocedores de la carrera de M Clan sobre cuál de sus discos podría ser objeto de un estudio literario me atrevo a afirmar que alguno de sus dos primeros elepés, el celebérrimo “Usar y tirar” o incluso el “Unplugged” que incluía la tan recurrida ‘Carolina’ se hubieran llevado la palma. Esta obra excelentemente hilvanada de Chema Domínguez nos muestra cuan equivocados estaríamos todos, y me incluyo porque yo hubiera hecho lo mismo. No le cuesta al autor demostrarnos el porqué debemos considerar “Memorias de un espantapájaros” (Warner, 2008) el disco esencial de la carrera de un grupo imprescindible para entender lo que se ha cocido en el rock nacional en castellano en los últimos veinticinco años.

No faltan, claro está, las declaraciones de gente como Fito Cabrales, Miguel Ríos o Lichis, entre muchos otros compañeros de profesión para dar color a un discurso amable, resultón y ciertamente adictivo. Quizá se peque en estas de algo de repetición que no lastra en absoluto el buen resultado final. No se olvida tampoco el autor de dar algún palito a alguno de los medios que en su opinión no entendieron el disco y lo criticaron abiertamente, aunque esto se convierte también en uno de los grandes puntos a destacar de la obra. Porque Domínguez no se limita a describir, sino que opina, convirtiendo su tratado sobre las canciones de M Clan en una gran crítica, lo que, ante la proliferación de escritos neutros que suelen adornar algunas publicaciones, es de agradecer. Está claro que le gusta el disco, pero lo mejor es que nos dice por qué. Se puede estar de acuerdo o no, pero él tiene sus argumentos y los refuerza con datos y declaraciones, entre las que adquieren especialmente relevancia las del núcleo duro entonces de M Clan y hoy únicos miembros: Carlos Tarque y Ricardo Ruipérez, junto a las de ese componente esencial en la sombra que es Carlos Raya.

No negaré que me hubiera gustado encontrarme con algunas opiniones justificadas en contra que permitieran huir al libro de cierto carácter hagiográfico, pero es que tampoco puedo imaginarme a alguien a quien no le guste una obra como “Memorias de un espantapájaros” y que encime se acerque al libro de Domínguez para fustigarse. A partir de ahí, el texto es tremendamente disfrutable desde su justificación histórica hasta una interesantísima guía de escucha de un disco que muchos no supieron valorar en su momento. Y además no desentona en una colección que tiene visos de convertirse en histórica. Así que toca congratularse por vivir una época en nuestro periodismo musical en el que se publican obras así.

Publicado en www.efeeme.com

Sonando: Roto por dentro de M-Clan

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