Escasa asistencia de público (unas 60 personas) si tenemos en cuenta la calidad de la propuesta y la recepción a su visita anterior. Horrorosa camisa de lentejuelas rojas del protagonista. Actitud sosa como pocas. Duración justa. Ahí se acaba todo lo negativo del concierto de ayer de un Daniel Romano cuya balanza se inclina, y mucho, hacia lo positivo. Porque si el tipo no es la alegría de la huerta, cierto es que tampoco le hace falta ante lo que puede ofrecer musicalmente. Y si el concierto apenas llegó a la hora y cuarto, y nos pareció corto, es por lo bien que estaba sonando todo.
Daniel Romano demostró que le va que ni pintado su nuevo registro, especialmente al cantar y sobre todo en el fraseo, que lo acerca al Dylan de la Rolling Thunder Revue. Dejó bastante de lado su parte más country para darle protagonismo en el show a una vertiente rocosa y agresiva que transitaba entre el citado bardo de Duluth y sus paisanos de The Band. Eso hizo que los temas de su reciente Mosey, elevado a los altares por algunos y vilipendiado e incomprendido por otros, sonaran de forma muy diferente a como lo hacen en el disco, con excepción de una «Valerie Leon» bastante fiel, y que encajaran mejor en un repertorio tan competente como exquisito y, sobre todo, lleno de fuerza. Va superando etapas con solvencia y lo hace sin necesidad de anquilosarse en algo que le ha funcionado de sobras. Mérito doble para este canadiense enjuto que pinta a estrella. Aunque aquí nos empeñemos en no enterarnos.
Publicada en www.ruta66.es
Sonando: Toulouse de Daniel Romano
Foto de Carles Portell
No hay comentarios:
Publicar un comentario