En 2005 Global Rhythm Press ponía en circulación la edición en castellano del que debía ser el primero de varios libros autobiográficos de Bob Dylan. Una edición curiosa ya que, por ejemplo, estaba íntegramente con el tipo de letra en negrita, por petición expresa del equipo de Dylan y a efectos de que fuera idéntica a las lanzadas en otras partes del mundo. Anécdotas aparte, la noticia es que más de una década después Malpaso reedita el libro sin que Dylan haya dado muestras de sacar alguno más de los prometidos volúmenes que debían continuar la serie. Una lástima, y más viendo los resultados.
Pocas definiciones se me ocurren mejores para este Crónicas. Volumen I que la que Quique González me dio durante una charla. “Este libro es la Biblia del rock tío, es la Biblia”. Recuerdo que no me lo dijo una vez sino dos. Insistió, como si quisiera que quedara clara su opinión. Y no le faltaba razón. Poliédrico, como siempre, Dylan fue incapaz de perpetrar un texto convencional y decidió recoger cinco etapas de su vida de manea independiente. Sin ni siquiera ordenarlas cronológicamente e incluso huyendo, probablemente, de las que escogería cualquier fan como las más destacadas de su carrera.
Recuperado ahora con una edición más elegante que en aquella ya lejana de 2005, Bob Dylan escoge como eje central de la obra su llegada a Nueva York y el período en el que acabó grabando su primer disco, dedicándole tres capítulos salteados. Contando como duerme en casa de otros, como utiliza su ingenio para salir adelante y como se mueve como pez en al agua en el Greenwick Village, rodeado de nombres que, como él luchaban por salir adelante. Más curiosas son las elecciones de los otros dos períodos. Y es que el de Minnesota escoge dos discos poco reivindicados como New Morning (1970) y Oh!Mercy (1989) como ejes vertebradores de sus relatos. Así, por un lado conocemos su llegada a Woodstock y su relación allí con gente como Robbie Robertson, y por otro su interesante mano a mano con Daniel Lanois, que como muchos conocemos no acabaría del todo bien. Dylan lo narra todo de manera espléndida, pasional pero descriptivo. Convirtiendo el texto en, como decía González, una guía de viaje para cualquiera que quiera dedicarse a esto de la música. Con un conocimiento de las épocas que narra que va más allá de lo que aporta el haberlas vivido. Casi enciclopédico a veces. Mostrando su capacidad para absorber todo lo que le rodea y acabar convirtiéndose en uno de los artistas claves del siglo XX. Y haciendo, por supuesto, imprescindible esta reedición.
Uno, que ya lo ha leído una decena de veces, volverá a hacerlo. Porque siempre vuelves a descubrir algo más entre sus páginas y, de paso, celebraré haber conseguido dos hitos en esta reseña. Ni he llamado a Dylan “bardo” ni he citado el dichoso premio Nobel.
Publicado en www.efeeme.com
Sonando: Time Passes Slowly de Bob Dylan
1 comentario:
Es una pena que no tenga pinta de que vayamos a oler los dos restantes de la prometida trilogía.
Quique tiene toda la razón. El volumen 1 es una jodida biblia.
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