Espléndidos. Definiendo a
la perfección el concepto “bolazo”. Porque lo tienen. Son una banda perfecta
para ver en las distancias cortas y me atrevo a decir que también poseen lo que
hay que tener para triunfar en los grandes escenarios. Pero, ante todo, Stolen
Rhodes definieron lo que ha de ser una banda de bar. Compactos. Rotundos. Levantando
al público. Manteniendo un “in crecendo” constante. Cercanos. Confirmando las
buena sensaciones que nos había transmitido su espléndido Bend with the Wind. Un álbum que, como no, se marcaron entero y del
que brillaron con luz propia temazos del calado de «Sunshine Prophet», «Get on Board»,
«Save Me» o «Nowhere Fat». Recuperaron algún tema de su EP anterior, Slow Horse, como la magnífica «50 Miles to
Richmond». Y nos recordaron por igual a Bob Seger y la Silver Bullet Band, a
los Eagles, a la Marshall Tucker Band o a The Outlaws. Con un Matt Pillion
simplemente magnífico en tareas vocales ¿Y qué decir de las versiones? Que no se
podían escoger ni hacer mejor. «Good Times Bad Times» de Led Zeppelin, una
sorprendente «Little Less Conversation» de Elvis Presley entre funky y sureña, un
«Sympathy for the Devil» de los Stones que hicieron totalmente suya, y esa
versión del «Rosalita» de Springsteen incluida en su disco que lo puso todo
patas arriba. Firmes candidatos, sin duda, a concierto del año.
Publicado en www.ruta66.es
Sonando: 50 miles to Richmond de Stolen Rhodes
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