Siempre he tenido especial
debilidad por Ismael Inarejos. Desde la primera vez que lo oí quedé prendado
por esa voz que evocaba a los mejores cantantes de rock americano tradicional.
Rugosa pero sensible a la vez. Semi-rota pero tremendamente melódica. Por eso
he seguido su carrera como vocalista de Mel y ahora en solitario, con su propio
proyecto que ha titulado Ismael Clark y que, aunque trasladado a Londres, acaba
de poner en circulación su primer disco en catalán, El gol de l’any.
Y desde «L’honorable
Samurai» los que conocemos a Isma nos encontramos como en casa, porque están
ahí sus constantes vitales. Sigue protagonizando las canciones su espléndida
voz pero a ello le une unas historias costumbristas y cercanas dentro de un
registro musical que lo emparenta con el primer Ray Lamontagne, aquel que
deslumbraba con Trouble, pero también con cierta influencia británica, con
especial tendencia a unos imaginarios Beatles acústicos. Las guitarras
acústicas y el piano toman la delantera en cuanto a convertirse en la base de
canciones como la que da título al disco o esa «Entropía» que, otra vez más,
reúne ciertas reminiscencias beatleianas. Está cómodo el músico en este
registro y se nota. Tira de belleza folkie americana en «Pirotècnia» y
británica en «Festa», se acerca a los postulados de los primeros Dr.Dog en
«Mosques a les Fosques», algo al soul en «Dona em dones» y opta por la canción de
autor catalana en «Horaris Nocturns». Siempre manteniendo la homogeneidad que
mantienen su fraseo, su timbre y su guitarra. Magnífico trabajo, sin duda.
Publicado en www.ruta66.es
Sonando: Mosques a les fosques de Ismael Clark
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