Anécdotas aparte, los Murphys brillan con canciones políticas y sociales como la brutal «Rebels With a Cause» o ese «4/15/2013» dedicado a las víctimas de los atentados del maratón de Boston. Incluso se atreven a aportar a su particular visión de los arreglos celtas cierto aroma a AC/DC en la espléndida «Blood» aunque canciones como «Paying My Way» (¿a nadie le parece que vaya a arrancar el «We Will Rock You» de Queen?) bajan el listón optando por algo excesivamente fácil y demasiadas veces visto en su música. Un sonido, por cierto, cada vez más cercano a Bruce Springsteen y más lejano a The Clash. Que cada uno extraiga sus conclusiones. En cualquier caso, esa sensación de caminos ya transitados es la que hace que el disco quede reducido simplemente al notable. Eso sí, muy por encima que su predecesor Signed and Sealed in Blood (2013).
Publicado en www.ruta66.es
Sonando: You'll Never Walk Alone de Dropkick Murphys
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