Por inercia. Así me
encontré ayer recuperando de la estantería el primer disco de The Riptones para reabrir momentáneamente esta serie de Discos Para No Deprimirse. Te
acercas a tu colección de CDs, coges uno a boleo, de esos que te quedan a la
altura de la mano y por esas cosas mágicas que suceden a veces tienes unas
ganas enormes de pinchar tu casual elección. Extra Sauce se titula el debut de la banda de Chicago, liderada por
Jeb Bonansinga. Un grupo de country-rockabilly que tenía algo especial, algo
que los hacía diferentes a todas las bandas de tipos con tupé que poblaban los
escenarios. Ellos creían que el rockabilly también se podía utilizar para algo
más que divertir. Pensaban que la letra de connotaciones políticas o sociales
no estaba reñida con los ritmos bailables y saltarines. No es que todos sus
temas fueran reivindicativos, pero siempre incluían alguno en sus discos.
Con las composiciones a
cargo básicamente de Bonansinga, The Riptones fue una de las bandas destinadas
a hacer algo grande pero que nunca llegó a nada Se iniciaron compartiendo
recopilatorio de bandas noveles de Chicago con gente como Jon Langford, The
Bottle Rockets, Robbie Fulks o The Mekons, pero mientras estos se hicieron con
una pequeña parcela de éxito, ellos no tuvieron la misma suerte.
Su disco de debut no es
un álbum de esos impecables. Existen los clásicos momentos de duda de muchos
trabajos iniciales, pero muestran un grupo con un potencial enorme que no acabó
de hacerse realidad. Canciones como «The Meanest Man in the World» o
«Motorcycle Man» son de lo mejor del género en la época (finales de los
noventa) y los buenos presagios de calidad los confirmaron dos años después con
el espléndido Cowboy’s Inn. Aunque
esas son otras guerras.
Sonando: Motorcycle Man de The Riptones
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