jueves, enero 28, 2016

Y el gran Wilko Johnson pasó por la ciudad



Pues Wilko Johnson llegó, tocó y se marchó. Con una expectación que, a pesar de no reflejarse del todo en la venta de entradas, flotaba en el ambiente del Teatro Apolo. Obligados a ver el concierto sentados por temas comerciales no se presentaba el enclave como el mejor para disfrutar del gran Wilko. Y nada más empezar el concierto se demostró que el sonido, sin ser horrible, tampoco era el ideal. El eterno guitarrista de Dr. Feelgood cumplió sobradamente en casi hora y media de concierto. No fue a lo fácil y, aunque cayeron los clásicos, también optó por repertorio más desconocido.  Mantuvo su estilo único a la hora de moverse por el escenario, tocó de forma impecable y solo estuvo algo más justo, habitual por otro lado, a la hora de cantar. La banda, en líneas generales, estuvo bien, pero en mi opinión al bajista le sobraban unas cuantas notas, y algo más de sencillez no hubiera ido mal. Pero detallitos a parte, Wilko hizo un muy buen concierto demostrando estar en buena forma.

Apenas horas antes un compañero periodista me decía que no iba al concierto temiendo algo verbenero y un acto de caridad por parte del público, ante la milagrosa sanación del protagonista. Ni uno ni lo otro, pero sí es cierto que sorprende el fervor que demostraban algunos por Wilko llegando casi a la locura y que, los que hemos vivido otros conciertos suyos, no habíamos percibido siempre a esos niveles. Cierto es que había mucho one-fan-band. Me explico: tipos con camisetas de los Feelgood, discos para que se los firmaran, chapas, banderas y unas ganas enormes de hacerse la foto en el photo-call (sí, había uno). Pero también la pinta de no haber asistido a un concierto desde las anteriores visitas de Wilko a Luz de Gas o al añorado Garatge ¿Es eso malo? Hombre, no. Cada uno que haga lo que quiera pero a mí me parece algo triste limitarse así con toda la buena música que corre por los escenarios, mucha de ella influida por Wilko, Brilleaux y compañía. En todo caso, esa no es mi guerra. Disfrutar  del rock hecho por debajo del ombligo es más gratificante. Y de ese anoche hubo bastante.


Sonando: If You Want Me, You've Got Me de Wilko Johnson


No hay comentarios: