Me fascina la música que desde hace
bastantes años llega de Canadá. La tierra de Neil Young o The Band siempre ha
sido una cantera de buenas bandas y no debería ser novedad pero lo cierto es
que, últimamente, me gusta casi cualquier cosa que viene de allí. Incluso
cuando son músicos que aparentemente no tienen nada que ver con los cánones que
marcan el gusto de un servidor. Un ejemplo claro es Shuyler Jansen, nacido en
Edmonton pero trasladado a Vancouver. De él dicen las críticas que comina el
kraut rock con la música de Brian Wilson, Dinoaur Jr. y el country de Nashville
¿Raro? Pues sí, para que engañarnos. Ni siquiera estoy seguro de lo acertado de
esas referencias. Porque en su música también hay blues, sintetizadores
ochenteros, vals y hasta folk. Todo eso, lejos de convertirlo en un engendro
extraño, que también, hace de su propuesta algo tremendamente interesante. The
Long Shadow es su nuevo disco y está integrado por canciones que hablan del
rencor, de vicios insuperables, de amores perdidos y de viejos amigos. Hijo
bastardo del Americana, Jansen se atreve a dotar su música de cualquier
elemento, por extraño que parezca para convertirla en algo hipnótico no apto
para todos los públicos. De momento, a mí, me ha cazado.
Sonando: Old Machine de Shuyler Jansen
No hay comentarios:
Publicar un comentario