Mucho, mucho, mucho me ha
gustado el último disco de King Biscuit, Well,
Well, Well. Y ojo que no se trata de un grupo norteamericano ni británico,
aunque su música eminentemente proviene de esas culturas. King Biscuit es un
dúo de Rouen, Francia, integrado por Sylvain Choinier y Fred Jouhannet que
toman su nombre de un legendario programa de radio norteamericano dedicado al
blues. Choinier es la verdadera cabeza visible del proyecto, compositor de
todos los temas, cantante e instrumentista de casi todo en el disco. Un trabajo
que nace tras un viaje por Estados Unidos y la influencia de este en esa
auténtica esponja de estilos que es el francés. Solo le quedó unirse al
inquieto violinista Jouhannet para dar forma a este proyecto descacharrante,
histriónico y por ello fascinante. Violines manipulados, micrófonos de armónica
para la voz, guitarras acústicas distorsionadas, influencias orientales….Todo
vale en un grupo que puede sonar igual a unos Doors anfetamínicos en «Folow the
River» como a los antepasados de The Black Keys en «Down and Bellow (Slow Version)».
Parten del viejo blues del Delta del Mississippi y en su música el poso lo dejan
nombres como Son House o RL Burnside. Huyen de lo clásico, aunque por supuesto
la raíz esté presente en su música y se convierten, con este recién editado
disco, en una de las sorpresas más agradables de lo que llevamos de año. Por
algo Luke Winslow-King los escogió como teloneros de su gira por Francia. Deseando
que les dé por venirse al sur.
Sonando: Follow
the River de King Biscuit
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