Parece que al bueno de Jesse
Malin se le ha pegado algo de la incontinencia creativa de su amigo Ryan Adams.
Y es que Outsiders es ya el segundo disco
que publica el neoyorquino este mismo año. New
York Before The War, el primero de ellos, ya me pareció un disco muy
notable, un álbum serio y en el que Malin se mostraba maduro y compacto. Pero
este Outsiders diría que me gusta
incluso más. Quizá porque lo veo más urgente, más vitalista. Sin abandonar el
rock clásico de su predecesor pero incluyendo también algún ramalazo de ese
country alternativo que tan bien le sienta y también, por qué no decirlo, algo de
lo que podríamos denominar post grunge. Y es que hace tiempo que Jesse ha
dejado de ser un outsider,
precisamente, para convertirse en una realidad y un músico fiable que disco a
disco consolida una carrera en la que no hay mácula. Y si no, la buscan y me la
cuentan.
Sonando: San Francisco de Jesse Malin
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