martes, enero 29, 2013

Keith Richards y el ping pong



Aunque podría no voy a hablar sobre aquel texto en el que Jordi Tardà decía haber pasado unas horas en el hotel de los Stones jugando con Keith Richards al ping pong. La verdad es que no puedo imaginarme la escena. Tampoco lo haré sobre lo que me sorprendió ver en televisión lo bien que juega al mismo deporte el filósofo Xavier Rupert con sus casi 75 años de edad. Lo cierto es que se me ocurrió escribir este post, más personal que otra cosa, el pasado domingo, a punto de jugar un partido importante. Porque sí, servidor juega a tenis de mesa, de manera oficial, y lo mezcla con la música, cómo no. Mis inicios en el tema de la pelotita y las palas se remontan a mi adolescencia. Mi padre, varias veces campeón de diversos torneos amateurs me metió el gusanillo en el cuerpo.  Empecé jugando en el Centre Gimnàstic Barcelonès y acabé en el Atomic Bagà. Hace un montón de años, más de quince, pero creo que llegué hasta la categoría de Preferente. Años después decido volver, y tras un año jugando de manera informal he vuelto a la competición esta temporada. Con 37 añazos a cuestas (los lunes se notan) y empezando por lo más bajo, tercera provincial. Juego en el CTT L’Hospitalet y a día de hoy, con media temporada cumplida, estamos metidos entre los cuatro primeros, luchando por el entrar en el ascenso al que van los dos primeros clasificados. Nuestro balance es de 9 victorias y cuatro derrotas. Servidor ha jugado 10 partidos en total y he ganado 8 y perdió 2, con un aceptable 80% de victorias. La cosa es que esto de jugar los domingos me provoca un ritual que repito todas las semanas que voy convocado.

El primero de ellos es salir de casa con música a toda leche puesta en los cascos. Esta semana lo hacía con el disco de debut de John The Revelator. El partido era importante y requería algo muy cañero. Tras dos derrotas consecutivas que nos habían descabalgado de la cabeza necesitábamos ganar. Encima yo iba de número uno con la presión de tener que ganar mis dos encuentros para que el partido no se nos fuera de las manos. Nos visitaba el Club de Castelldefels, con un balance de 4 victorias y ocho derrotas engañoso, porque más de la mitad de los partidos perdidos se habían producido por la mínima. Tras calentar un rato sigue mi ritual. El club tiene un sillón en el que me siento media hora antes del partido, coloco los pies encima de una silla, cierro los ojos y pongo «Heroes» de Bowie. Peliculero que es uno. Me aíslo del sonido exterior, siempre con la misma canción, sonando en un repeat que suele llegar hasta la cuarta o quinta reproducción. Entonces miro al otro equipo y analizo su forma de jugar. Para ello siempre el Exile On Main Street. Me pone en marcha. Miro como calientan los contrarios. Quien va bien de derecha, quién de revés. Rip this Joint. Durante el sorteo sigo aislado. Sweet Virginia. Nunca participo de ellos. Decidimos colocarme de número 2 para evitar al número 1 de ellos y que nos aseguremos mis partidos. Ellos hacen lo mismo con lo cual el último partido del día nos enfrentará a los dos. Ambos fallamos en la jugarreta.  Uno de mis compañeros gana el primer partido, fácil. 1-0 para nosotros. El objetivo  es ganar cuatro, para el que no lo sepa. Empiezo el primero mío. Gano fácil, también, 3 sets a cero y 2-0 para nosotros. Vuelvo al sillón y pongo «Happy» de los Stones cantado por Richards, claro, mi única banda sonora durante los encuentros.  Perdemos el siguiente, ganamos el que sigue y perdemos el precedente al mío. 3-2 para nosotros. Tengo que jugar con la presión de que si no gano vamos al desempate jugando los dobles. Utilizo una parte de los minutos de calentamiento para escuchar «Happy» otra vez. Empiezo mal, pierdo el primer juego 11-8, pero me llevo el segundo 6-11 y el tercero 5-11. Él está nervioso, yo no. Tarareo internamente «Happy» siempre lo hago. Empezamos el cuarto y me barre. 11-2. Me he relajado, al final hasta me he dejado ir, pero aún queda un set. Empezamos igualados hasta el 4-4 y me voy de dos hasta el 6-4, a cuatro puntos de la victoria final. Él se queja al árbitro. Se ha olvidado de que en el partido de desempate hay que cambiar de campo al llegar al punto 5. Dice que no se ha dado cuenta y me pide repetir el punto. La decisión está en mis manos, si yo no quiero el árbitro no me puede obligar. Deportivamente acepto aunque pienso que el otro me está piruleando. Me empata a 6 y me vuelvo a ir hasta el 9-6. Dos puntos y la victoria. Entonces dejo de tararear internamente «Happy» y empiezo a pensar “si no hubiéramos repetido ese punto estaría a solo uno de la victoria”. No puedo tararear, no me sale. 9-7, 9-8, 9-9, 9-10. Tiempo muerto. Lo pide mi capitán. Yo le digo que no, que estaba a punto de volver a tarear y él me mira con cara de este tipo está chalado. Me dice que he perdido los cuatro últimos puntos, que no estoy siendo yo, y yo sólo quiero que se calle para que me deje tararear. No me da tiempo y el árbitro nos llama. Saco yo. Saque lateral con efecto, engañando con la muñeca, la devuelve cortada y mi bola se va a la red. Partido perdido. Al desempate. Mi equipo me mira. He fallado. Tienen miedo de perder. El supuesto ascenso se pondría casi imposible.

El capitán nos reúne. “¿Quién juega el dobles?”. Todos callan. “Yo”, suelto. “¿Estás seguro? Acabas de perder, ha sido duro mentalmente y físicamente han sido cinco sets ¿aguantarás?”. “Si me dais cinco minutos más sí” y me voy a buscar mis cascos. I need your love, baby won't ya keep me happy. Ganamos los dos primeros sets, y perdemos los dos siguientes. Último set y ahí se resuelve todo. Nos vamos 9-6. Otra vez a dos puntos del partido, como antes. Nos empatan a 9. Cojo a mi compañero y le digo “yo hoy no pierdo dos partidos igual, te lo garantizo, dos puntos y a casita”. Su mirada me dice que se fía de mi. Hacemos el 10-9. Los cuatro estamos nerviosos pero yo tarareo en mi cabeza. La corto con todas mis ganas y no la pueden devolver. 11-9.  Never blew a second chance, oh no….

Sonando: Happy de The Rolling Stones

PS: Después de la ducha el capitán me dice “dentro de dos semanas jugamos con los primeros. El partido es importante, mentalízate que juegas”.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Felicidades por la victoria campeón! :)
Elena

Nikochan dijo...

Tiene usted que prodigarse más con estos posts personales, son muy buenos y están llenos de vida.

pd: soy nulo al ping pong y admiro a aquellos que lo juegan bien.. Ah! no se deje pirulear!!!!

pd2: lo del "Exile" es de traca. El mejor disco de rock de la historia.

juanma dijo...

Me ha encantado el post. Como dicen por ahí arriba, vuelve a escribir estos post...

saludos

Red River dijo...

Anda que no ibas a tener tú imagen de extraterrestre si compartieras vestuario con Sergio Ramos y demás descerebrados musicales!!!

juanma dijo...

Por cierto Edu, cuando te refieres a John The Revelator, es ¿John the Conqueror?

saludos

Eduardo Izquierdo (aka Edu Chinaski) dijo...

No Juanma, me refería a esto: http://johntherevelator.bandcamp.com/album/wild-blues

Un abrazo

sanfreebird72 dijo...

Juas! Es Vd. un freakie, como un servidor. ;) Mola.
Saludos